Diferencia entre revisiones de «Hospital Flor de la Caridad (municipio Banes)»

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Desde el 9 de febrero a se encontraban en Banes los funcionarios de la Cruz Roja cubana, el Teniente Coronel Evelio Figuerola,  los comandantes Andrés Cabrera  y Francisco Sánchez y el Tte Pedro Blanchi, quienes asistirían a la inauguración del hospital Flor de la Caridad.     
 
Desde el 9 de febrero a se encontraban en Banes los funcionarios de la Cruz Roja cubana, el Teniente Coronel Evelio Figuerola,  los comandantes Andrés Cabrera  y Francisco Sánchez y el Tte Pedro Blanchi, quienes asistirían a la inauguración del hospital Flor de la Caridad.     
El día 14 de febrero el periódico El Pueblo, publicaba que el día de la inauguración la Asociación Flor de La Caridad entregaría Diplomas de Honor, a todas las personas que habían donado alguna cantidad para dicha obra  se informaba que aun faltaban poco más de mil pesos para terminar la obra  que se le estaba enviando cartas a muchas personas que hasta ese momento no habían contribuido. Cinco días más tarde el mismo diario comentaba que no se habían acabado de recibir los donativos ofrecidos el 19 de febrero del año anterior cuando los coroneles Laredo Brú y Batista visitaron el pueblo e iniciaron la colecta que al año justo ya haría realidad la obra más necesitada por Banes.El día 25, se anunciaba la visita de Fulgencio Batista, jefe  del Ejercito, quien llegaría a Banes al otro día, a las 11:00 de la mañana, así como el programa de festejos en su honor, en el que se incluía para el día 27, a las 9:00 de la mañana la visita e inauguración del hospital Flor de la Caridad. También se informaba que frente al hospital se efectuaría una parada escolar en la que participarían los niños de las escuelas públicas de esta ciudad y 200 alumnos del Instituto Militar de Ceiba del Agua, que formaban la escolta de honor del Coronel Batista en la excursión que desarrollaría.
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El día 14 de febrero el periódico El Pueblo, publicaba que el día de la inauguración la Asociación Flor de La Caridad entregaría Diplomas de Honor, a todas las personas que habían donado alguna cantidad para dicha obra  se informaba que aun faltaban poco más de mil pesos para terminar la obra  que se le estaba enviando cartas a muchas personas que hasta ese momento no habían contribuido. Cinco días más tarde el mismo diario comentaba que no se habían acabado de recibir los donativos ofrecidos el 19 de febrero del año anterior cuando los coroneles Laredo Brú y Batista visitaron el pueblo e iniciaron la colecta que al año justo ya haría realidad la obra más necesitada por Banes.El día 25, se anunciaba la visita de Fulgencio Batista, jefe  del Ejercito, quien llegaría a Banes al otro día, a las 11:00 de la mañana, así como el programa de festejos en su honor, en el que se incluía para el día 27, a las 9:00 de la mañana la visita e inauguración del hospital Flor de la Caridad. También se informaba que frente al hospital se efectuaría una parada escolar en la que participarían los niños de las escuelas públicas de esta ciudad y 200 alumnos del Instituto Militar de Ceiba del Agua, que formaban la escolta de honor del Coronel Batista en la excursión que desarrollaría.El hospital quedó inaugurado y el periódico El Pueblo, del 28 de febrero comentaba que era el mejor de Oriente y el único en Cuba que tenía completos todos los más modernos aparatos quirúrgicos. De igual modo la edición del 7 de marzo reprodujo un trabajo publicado en la Revista Avance, en el que se planteaba que el Hospital Civil de Banes, recién inaugurado tenía una distribución técnica que constituía la última palabra en construcción de hospitales, pudiendo comparársele, solamente, aunque es más pequeño, con la que tiene el Hospital de la Policía Nacional en la capital. El salón de operaciones tenía además una mesa modernísima y de todo el instrumental necesario, dos lámparas que no producían sombra, una que funcionaba con corriente eléctrica y otra, que en caso de faltar la electricidad en medio de una operación y apagarse, sustituye a la primera, evitándose toda posibilidad de interrumpir la intervención quirúrgica. El salón de infecciones estaba aislado del cuerpo principal del Hospital, con puertas, ventanas y corredores  protegidos por una fina malla de cobre.
 
 
El hospital quedó inaugurado y el periódico El Pueblo, del 28 de febrero comentaba que era el mejor de Oriente y el único en Cuba que tenía completos todos los más modernos aparatos quirúrgicos. De igual modo la edición del 7 de marzo reprodujo un trabajo publicado en la Revista Avance, en el que se planteaba que el Hospital Civil de Banes, recién inaugurado tenía una distribución técnica que constituía la última palabra en construcción de hospitales, pudiendo comparársele, solamente, aunque es más pequeño, con la que tiene el Hospital de la Policía Nacional en la capital. El salón de operaciones tenía además una mesa modernísima y de todo el instrumental necesario, dos lámparas que no producían sombra, una que funcionaba con corriente eléctrica y otra, que en caso de faltar la electricidad en medio de una operación y apagarse, sustituye a la primera, evitándose toda posibilidad de interrumpir la intervención quirúrgica. El salón de infecciones estaba aislado del cuerpo principal del Hospital, con puertas, ventanas y corredores  protegidos por una fina malla de cobre.
 
  
 
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El patronato del hospital para el orden económico de dicho centro benéfico, acordó lo siguiente: para los pobres de solemnidad todo gratis. En cuanto a los pensionistas fijaron los siguientes precios: para sala general que no tenía acompañante $ 1.50, cuarto privado $ 3.00, acompañante $ 1.00; con comida $ 2.00. Partos $ 5.00. Derecho a salón de operaciones $ 10.00 y anestesia $ 10.00 más.
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El patronato del hospital para el orden económico de dicho centro benéfico, acordó lo siguiente: para los pobres de solemnidad todo gratis. En cuanto a los pensionistas fijaron los siguientes precios: para sala general que no tenía acompañante $ 1.50, cuarto privado $ 3.00, acompañante $ 1.00; con comida $ 2.00. Partos $ 5.00. Derecho a salón de operaciones $ 10.00 y anestesia $ 10.00 más.Para ser admitido como pobre, con derecho a recibir los servicios gratuitos, era indispensable la orden de entrada extendida por el médico municipal, y en caso de urgencia, por una orden del alcalde Municipal. Los enfermos de otros municipios estarían sujetos a los precios tarifados, y ya fueran pobres o de dinero, tendrían que hacer los depósitos en efectivo que estaban establecidos, para su ingreso en el hospital, corriendo por cuenta de las alcaldías respectivas los gastos de los pobres que mandaban.
 
 
Para ser admitido como pobre, con derecho a recibir los servicios gratuitos, era indispensable la orden de entrada extendida por el médico municipal, y en caso de urgencia, por una orden del alcalde Municipal. Los enfermos de otros municipios estarían sujetos a los precios tarifados, y ya fueran pobres o de dinero, tendrían que hacer los depósitos en efectivo que estaban establecidos, para su ingreso en el hospital, corriendo por cuenta de las alcaldías respectivas los gastos de los pobres que mandaban.
 
  
 
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Revisión del 09:11 30 jun 2015

Hospital Flor de la Caridad
Información sobre la plantilla
Institución con sede en Cuba
Apertura:27 de frebrero de 1938
Tipo de unidad:Hospital Civil
País:Cuba
Dirección:Banes, Holguín, Bandera de Cuba Cuba


Hospital Flor de la Caridad , hospital fundado en Banes el 27 de de febrero de 1938.En la actualidad presta servicios con el nombre de Hospital Materno Infantil.


Antecedentes

A raíz de la colonización de la United Fruit Company, Banes fue dividido en diferentes barrios, entre ellos el "barrio americano". En el que crearon la infraestructura necesaria: escuela, iglesia, hospital, centro comercial y viviendas para sus trabajadores. La asistencia al hospital era limitada, sólo para obreros de dicha empresa. Por lo que el pueblo necesitaba un hospital civil.

El 15 de febrero de 1938, en el periódico El Pueblo, aparece un artículo de Mercedes Pérez Infante, titulado La Flor de La Caridad, en el que se reconoce a Eduardo Abril Amores como el de la idea de construir el hospital, quien junto a la Asociación La Flor de La Caridad, siguieron a perenne lucha, nutriendo sus fondos para levantar el hospital. Tres días más tarde otro artículo anunciaba que el día 26 quedaría inaugurado el hospital y se plantea que era justo que al inaugurar esa obra se tengan presente a aquellas personas que concibieron la idea. Se destaca a Eduardo Abril Amores, como quien tuvo la idea junto a Cipriano Echavarría. Se reconoce el trabajo de la Primera presidenta de Flor de La Caridad, Pancita Varona, que fue la primera en vender flores para empezar a levantar fondos para la obra.


Inaguración

Desde el 9 de febrero a se encontraban en Banes los funcionarios de la Cruz Roja cubana, el Teniente Coronel Evelio Figuerola, los comandantes Andrés Cabrera y Francisco Sánchez y el Tte Pedro Blanchi, quienes asistirían a la inauguración del hospital Flor de la Caridad. El día 14 de febrero el periódico El Pueblo, publicaba que el día de la inauguración la Asociación Flor de La Caridad entregaría Diplomas de Honor, a todas las personas que habían donado alguna cantidad para dicha obra se informaba que aun faltaban poco más de mil pesos para terminar la obra que se le estaba enviando cartas a muchas personas que hasta ese momento no habían contribuido. Cinco días más tarde el mismo diario comentaba que no se habían acabado de recibir los donativos ofrecidos el 19 de febrero del año anterior cuando los coroneles Laredo Brú y Batista visitaron el pueblo e iniciaron la colecta que al año justo ya haría realidad la obra más necesitada por Banes.El día 25, se anunciaba la visita de Fulgencio Batista, jefe del Ejercito, quien llegaría a Banes al otro día, a las 11:00 de la mañana, así como el programa de festejos en su honor, en el que se incluía para el día 27, a las 9:00 de la mañana la visita e inauguración del hospital Flor de la Caridad. También se informaba que frente al hospital se efectuaría una parada escolar en la que participarían los niños de las escuelas públicas de esta ciudad y 200 alumnos del Instituto Militar de Ceiba del Agua, que formaban la escolta de honor del Coronel Batista en la excursión que desarrollaría.El hospital quedó inaugurado y el periódico El Pueblo, del 28 de febrero comentaba que era el mejor de Oriente y el único en Cuba que tenía completos todos los más modernos aparatos quirúrgicos. De igual modo la edición del 7 de marzo reprodujo un trabajo publicado en la Revista Avance, en el que se planteaba que el Hospital Civil de Banes, recién inaugurado tenía una distribución técnica que constituía la última palabra en construcción de hospitales, pudiendo comparársele, solamente, aunque es más pequeño, con la que tiene el Hospital de la Policía Nacional en la capital. El salón de operaciones tenía además una mesa modernísima y de todo el instrumental necesario, dos lámparas que no producían sombra, una que funcionaba con corriente eléctrica y otra, que en caso de faltar la electricidad en medio de una operación y apagarse, sustituye a la primera, evitándose toda posibilidad de interrumpir la intervención quirúrgica. El salón de infecciones estaba aislado del cuerpo principal del Hospital, con puertas, ventanas y corredores protegidos por una fina malla de cobre.


Personal

El personal médico que inauguró el hospital fue: como director el Dr. Edmundo Prieto Prats. Los médicos internos fueron los Dres. José ramón Rodríguez y Antonio Dorado Ruiz. El médico encargado de laboratorio y rayos X era Dr. Héctor Zayas – Bazán. El farmacéutico: Manuel García Garcel, la enfermera de noche: Celedonia Rizo, las enfermeras auxiliares: Carmen Serrano Zaldívar y María Álvarez, el enfermero: Octavio Pino González. El cocinero era Dionisio Pérez, su ayudante de cocina: Rafael Serrano Zaldívar. El mecánico carpintero: Ricardo Gorrín Barreto, como sereno: Mauricio Álvarez. Las lavanderas eran: Manuela Rodríguez, Ana Maga y Cupertina Rodríguez; la encargada de ropería: Rosario Reverón González y los auxiliares: Eladia Romero Cervantes, Flor Cantallops Rojas, Claudia Vázquez Guerrero, Felipa González García, Francisco Ayala, Manuel García Pupo, Pedro Rodríguez, Ramón Castillo Calzado y Luís Figueredo.


Tarifas del Centro

El patronato del hospital para el orden económico de dicho centro benéfico, acordó lo siguiente: para los pobres de solemnidad todo gratis. En cuanto a los pensionistas fijaron los siguientes precios: para sala general que no tenía acompañante $ 1.50, cuarto privado $ 3.00, acompañante $ 1.00; con comida $ 2.00. Partos $ 5.00. Derecho a salón de operaciones $ 10.00 y anestesia $ 10.00 más.Para ser admitido como pobre, con derecho a recibir los servicios gratuitos, era indispensable la orden de entrada extendida por el médico municipal, y en caso de urgencia, por una orden del alcalde Municipal. Los enfermos de otros municipios estarían sujetos a los precios tarifados, y ya fueran pobres o de dinero, tendrían que hacer los depósitos en efectivo que estaban establecidos, para su ingreso en el hospital, corriendo por cuenta de las alcaldías respectivas los gastos de los pobres que mandaban.



Aunque el hospital se inauguró el 27 de febrero, no fue hasta el 11 de marzo que ingresó la primera persona. En este caso fue una joven de Antilla, que con el ánimo de suicidarse, se prendió fuego. El periódico El Pueblo le estuvo dando seguimiento a su estado de salud durante casi 15 días hasta que la muchacha se recuperó.La primera operación fue practicada el día 13 de marzo por el Dr. Prieto Prats, auxiliado por el ayudante enfermero Octavio Pino. Se trataba de un caso de celulitis del pulpejo del índice derecho. El tratamiento empleado fue incisión y drenaje.El primer fallecido en este hospital fue Ezequiel Toribio Muñoz, el 14 de marzo.La existencia de este hospital constituyó una ayuda, porque aunque había que pagar y los precios eran elevados, por lo menos existía esa posibilidad. La anterior ausencia de servicios médicos y sanitarios en toda el área de Nipe y Banes, dispensó a la United Fruit Company el honor de haber sido pionera de estos servicios, los cuales formaban parte de su tarea colonizadora de la región. Además la creación de servicios de salubridad y la construcción de hospitales constituyó una necesidad para el establecimiento de la Compañía en el norte de Oriente, como parte importante de la infraestructura creada.

Para sostener los gastos ocasionados por los servicios médicos y hospitalarios, la Compañía descontaba a sus trabajadores el 2 % de su salario mensual, otorgándoles a cambio de esto el derecho al servicio médico y hospitalario en caso de enfermedad o accidente. Las operaciones y tratamientos costosos debían ser pagados aparte. Para el servicio hospitalario se establecieron categorías distintas; mientras los altos funcionarios eran atendidos en cuartos particulares rodeados de todo confort, los trabajadores pobres eran ingresados en las llamadas salas generales.El descuento del 2 % y los ingresos provenientes de los casos cobrados aparte, permitieron a la United, no solo la construcción del hospital durante los primeros años, sino la obtención de un margen de utilidad. De esta manera los servicios médicos, de un gasto necesario en asistencia social, se convirtieron en un negocio durante algunos años.La United Fruit Company era una de las empresas azucareras establecidas en Cuba que más alto descuento hacía a sus trabajadores por este concepto. Por ejemplo la Cuban American Sugar, cobraba el 1,5 % y la Azucarera Atlántica del Golfo, el 1 %.


Situación al Triunfo de la revolución

Cuando triunfó la Revolución la situación de la salud era precaria, existían en Banes 2 hospitales generales, una clínica, 5 dispensarios, una casa de socorros y una unidad de Cruz Roja con una ambulancia de carretera y dos de ferrocarril. Atendidos por 13 médicos, 2 estomatólogos, 9 enfermeras, 5 técnicos de laboratorio y uno en rayos X, se contaba con un total de 112 camas hospitalarias y se realizaban unas 3 084 consultas al año. Por supuesto la atención médica no era igual para todos pues los seguros médicos eran elevados y en el hospital de la compañía sólo eran atendidos los obreros y sus familiares, si habían pagado el seguro.


Fuente

  • M. Sc. Yurisay Pérez Nakao. Historiadora del municipio
  • Colección periódico El Pueblo. Desde 1915 hasta 1958