Huelga de los aprendices

Huelga de los aprendices
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Fecha:4-8 de noviembre de 1902
Descripción:
Durante el mes de noviembre del año 1902 los trabajadores de la industria del tabaco se declararon en huelga para pedir una mejora en los salarios y por la admisión de aprendices cubanos en las labores de escogido y rezagado.
País(es) involucrado(s)
Cuba
Ejecutores o responsables del hecho:
Trabajadores Tabacaleros

Huelga de los aprendices (Historia de Cuba): Iniciada por el movimiento de los jóvenes tabaqueros de la fábrica La Carolina, se destaca por ser uno de los acontecimientos obreros de mayor trascendencia en los inicios del siglo XX en Cuba.

Antecedentes

En los primeros meses del gobierno de Tomás Estrada Palma se agudiza la situación del proletariado, en el sector tabacalero se evidencia en la inferioridad en que se encuentran los cubanos en su propia tierra para ocupar una plaza como aprendiz en las fábricas de tabaco, el trabajador español es preferido. La “Huelga de los aprendices” fue producto de esta práctica discriminatoria.

Dos cartas de la época, revelan esta situación singular de los trabajadores cubanos del tabaco a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, cuando Cuba dejaba de ser colonia española para convertirse en neocolonia norteamericana.

La primera misiva --hecha por los trabajadores-- contenía el pedido de renovación de los encargados españoles en esa fábrica (Henry Clay).Tal demanda rompía con la añeja costumbre, conservada por todas las manufacturas de la capital, de privilegiar a los trabajadores españoles. Se argumentaba que ya era hora de acabar con una práctica engendradora de agravios tanto en el pasado como en el presente.

Los trabajadores cubanos veían en la conducta de los capataces españoles, no solo un privilegio para sus paisanos, sino que en el proceder de los peninsulares, los cubanos apreciaban un interés marcado por perjudicar a los del patio, estado de ánimo que --según la carta-- se había agravado con los desastres políticos y militares de la metrópoli. Ello conducía, según la misiva, a un sentimiento de respuesta que en nada beneficiaba en el orden laboral. El documento fue escrito en un tono mesurado ofreciendo, incluso, acatar cualquier resolución que tomara la administración de la fábrica.

La respuesta a los obreros fue entregada el 20 de marzo de 1899, tres días después de haberse presentado el documento inicial. Fue dirigida a los Sres. Enrique Caraballo y Manuel Sánchez y noventa y tres obreros más de la fábrica de tabacos de "Henry Clay". Según afirma Gustavo Bock, ante las propuestas de los obreros había pensado inicialmente, solicitar una comisión reducida de los trabajadores firmantes y darle a conocer su parecer sobre la petición, pero que había preferido dirigirse por escrito a todos por considerar esta forma más justa.

Desde el inicio de la misiva, Bock pone en claro su idea de que como representante de la sociedad inglesa, propietaria de la fábrica, tenía el indiscutible derecho de nombras, conservar y destituir a sus empleados en la forma y modo que estimara conveniente; y, por ello, no se sometía a imposiciones de ningún género, y que no vacilaría, si fuera necesario, en recurrir a cualquier medida, por extrema que fuera, incluyendo la suspensión del trabajo en las fábricas y disponer el cierre de las mismas. Aclarada su posición, expuso su opinión sobre el asunto y consideró que la petición era producto de la pasión y del resentimiento y era injusta e inoportuna. Argumentó que el desagravio que deseaban los trabajadores cubanos se había logrado con la soberanía de Cuba y que era inútil e innecesaria que se adoptara una medida intolerante y rencorosa.

Bock había explicado en su carta el derecho que tenía a tomar decisiones por ser el representante del trust y administrador de la fábrica. En esta oportunidad, a pesar del tono mesurado en que fue escrita la petición, el señor Bock hizo valer sus derechos. Por el Primer Manifiesto de la Liga General de Trabajadores Cubanos, conocemos que los obreros demandantes fueron despedidos en su casi totalidad de la manufactura de Henry Clay.

Acciones

Estas arbitrariedades, que se mantuvieron, llevaron a los trabajadores a la lucha que tuvo su manifestación más elevada en la acción conocida como "Huelga de los Aprendices" llevada a cabo entre los días 4 y 28 de noviembre de 1902.

La situación se agudizó cuando el presidente Tomás Estrada Palma y el Congreso de la República, se negaron a admitir las peticiones presentadas por la Liga a nombre de miles de trabajadores, entre las que figuraba la aprobación de una Ley de aprendizaje que recogiera las peticiones de los aprendices.

Ante tal situación comenzó a prepararse la huelga.

En el curso de las discusiones que tuvieron lugar en el local de la Liga General de Trabajadores, se aprobó un documento contentivo de las demandas que se presentarían a los patronos. Estas eran las siguientes:

  1. Primera: que en todos los departamentos de las fábricas de la compañía tengan libre entrada, como aprendices, y sin excepción de razas, los niños cubanos.
  2. Segunda: Limitarán el aprendizaje en el departamento de torcido, a un 5% sobre el número de operarios torcedores.
  3. Tercera: Cuando los talleres tengan escasez de trabajo y, por consiguiente, precise rebajar operarios, se haga teniendo en cuenta a la hora de sentar, sean los rebajados los primeros en volver al trabajo.
  4. Cuarta: Que las peticiones de precios que formule cada taller sean arregladas directamente por los mismos con la representación general de la compañía.
  5. Quinta: Que se reconozca por los gerentes de cada taller a la Comisión que nombren los obreros para la buena inteligencia entre ambos.
  6. Sexta: Que en tanto no sean concedidas las peticiones de cada taller en particular, y de todos en general, no se reanudarán los trabajos.

Los patronos rechazaron las demandas presentadas lo que reforzó el espíritu de lucha de los obreros. La totalidad de las tabaquerías de las empresas norteamericanas e inglesas tuvieron que cerrar sus puertas, pues todos los obreros tabaqueros se sumaron a la huelga.

En respuesta a la combatividad de los huelguistas, el gobierno desencadenó la represión: fueron atacadas las asambleas, clausurados numerosos locales y apaleados los trabajadores que participaban en las manifestaciones públicas.

Ante la situación creada, la Liga convocó a una asamblea en la que se acordó llamar a una huelga general de solidaridad con los tabaqueros, lográndose que todos los obreros de La Habana paralizaran sus labores. El gobierno intensificó la represión, para lo cual no solo fue empleada la policía, sino también la guardia rural. Hubo varios muertos, 150 heridos y numerosos obreros fueron encarcelados.

Ante la gravedad de la situación, una representación de los veteranos de la independencia, decidió mediar en el conflicto. La Comisión creada logró del gobierno el compromiso de que el Congreso de la República aprobara una Ley de aprendizaje en la que quedarían plasmados los derechos de los obreros cubanos, compromiso que nunca llegó a cumplirse.

Los dirigentes del Comité de Huelga celebraron una asamblea en la que fue aceptada la idea propuesta por los veteranos. De esta manera, el 28 de noviembre se dio fin a la huelga, sin que los obreros lograran sus demandas.

Causas del Fracaso

Las principales causas del fracaso de este movimiento fueron:

  1. La represión desatada por el gobierno de Tomás Estrada Palma que actuó a espaldas de la nación, encarcelando y persiguiendo a los dirigentes de la huelga aplastándola brutalmente.
  2. La campaña alarmista desarrollada por la prensa burguesa sobre el peligro de una nueva intervención yanqui, amparada en la Enmienda Platt, y de la cual los gobernantes hacían responsables a los obreros, si no regresaban al trabajo.

Fuentes

http://www.habanaradio.cu/efemerides/finaliza-la-huelga-de-los-aprendices/

http://www.escambray.cu/2021/la-resurreccion-de-un-simbolo/