Ilustrísimos Señores
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Ilustrísimos Señores. Es un libro que recoge en él una serie de Cartas, cuarenta en total escritas por el Cardenal A. Luciani, patriarca de Venecia, se dirigió a varios personajes de la historia y la ficción literaria.
Autor
Albino Luciani
Nació el 17 de octubre de 1912, en Forno di Canale (hoy Canale d'Agordo), diócesis de Belluno, Italia.
En el año 1923, Albino ingresa en el seminario menor de Feltre, y 1928, en el seminario de Belluno donde el 7 de julio de 1935 recibió la ordenación sacerdotal.
En 1958 el Papa Juan XXIII, en Roma, lo consagraba Obispo para la diócesis de Vittorio Veneto, cerca de Venecia. En el año 1962, se inicia su participación en el Concilio Vaticano II. El 15 de diciembre de 1969 el Papa Pablo VI lo nombra patriarca de Venecia, y el 5 de marzo de 1973 es creado cardenal por el mismo Papa. De 1973 a 1976 fue vicepresidente de la Conferencia Episcopal Italiana. Participó en los Sínodos de los Obispos de 1971, 1974 y 1977.
En el año 1976 se publica su libro "Illustrissimi". El 26 de agosto de 1978, en un cónclave que duró un día, y fue el más grande hasta entonces en cuanto al número de cardenales asistentes, fue elegido como sucesor de San Pedro tomando un nombre doble por primera vez en la historia de los Papas, Juan y Pablo. El 3 de septiembre empezó su ministerio oficial, con una Misa celebrada en la Plaza de San Pedro.
Juan Pablo I falleció en Ciudad del Vaticano el 28 de septiembre de 1978, treinta y tres días después de su elección. Juan Pablo I se ganó la simpatía, el afecto, el entusiasmo de la multitud que se congregó en la plaza de San Pedro el domingo en que terminó el Conclave. Su sencillez, su simpatía, su sonrisa, sus palabras claras que todo el mundo entendió, sus esfuerzos para sentirse cercano a todos, hicieron que aquella multitud vibrase de fervor porque se sentía comprendida y querida. Es conocido como el Papa de la sonrisa, el Papa de la alegría, el Papa de la esperanza, el Papa que está necesitando esta generación triste y hosca que no sabe sonreír.
Argumento
Es un libro que recoge en él una serie de Cartas, cuarenta en total escritas por el Cardenal A. Luciani, patriarca de Venecia, se dirigió a varios personajes de la historia y la ficción literaria: Dickens, Mark Twain, Fígaro, Pickwick, Petrarca, Goethe, Beato B. de Siena, Hipócrates, Chesterton, Pinocho, T. de Ávila, Marconi, Quintiliano, Penélope, M. T. de Austria. Excelentísimos Señores, ha sido un pensamiento escrito para el hombre común, sabios y también indoctos, el mismo esta lleno de lozanía y espontaneidad popular, examina los inconvenientes de la vida moderna, nos habla de Dios y del hombre, de la esperanza, de la humildad, del amor, de la vida y de la muerte. Siempre y en todo momento con espíritu afable y conciliado, con lealtad absoluta a la educación del Evangelio. El desarrollo del tema anima a cada paso con anécdotas vivas, chispazos de ingenio, observaciones agudas y refranes populares.
Estructura del Libro
- Estamos en las últimas (a Charles Dickens)
- Tres Juanes en un solo Juan (a Mark Twain)
- En qué clase de mundo (a Gilbert K. Chesterton)
- Hermosa sin extravagancias (a María Teresa de Austria)
- Somos el estupor de Dios (a Charles Péguy)
- En el corazón del misterio (a Trilussa)
- Si gobiernas, sé prudente (a San Bernardo, abad de Claraval)
- Nobleza obligada (a J. Wolgang Goethe)
- Los funerales de mi soberbia (a rey David)
- En la prosperidad y en la desgracia (a Penélope)
- La revolución por la revolución (a Fígaro, el barbero)
- Las meteduras de pata y la escala de Mohs (a los cuatro del Club Pickwick)
- Cuando te enamores (a Pincho)
- La manía de las vacaciones (a Pablo Diácono)
- Las campanas de los guerrilleros (a don Gonzalo Fernández de Córdoba)
- Siete reglas que aún sirven (a San Bernardino de Siena)
- Navegar en la nave de Dios (a San Francisco de Sales)
- Boca sucia (a Oso de San Remedio)
- El tiempo de los impostores (a Pavel Ivánovic Cicekov)
- El rey Lemuel y la mujer ideal (a Lemuel, rey de Masá)
- Nostalgia de lo limpio (a Scott)
- Cuatro cuadros del viejo castillo (a pintor anónimo del castillo)
- Los cuatros temperamentos (a Hipócrates)
- La alegría, caridad exquisita (a Santa Teresa de Lisieux)
- La única aristocracia (a Alejandro Manzoni)
- La música de la reconciliación (a Casella, músico)
- ¿Somos viejos, estamos para el arrastre? (a Alvise Cornaro)
- Aquellos tiempos del “Gobo de Rialto” (a Aldo Manuzio)
- ¿Un “déspota” él también? (a San Buenaventura)
- La burla más lograda del diablo (a Cristóbal Marlowe)
- Prohibido prohibir (a San Lucas Evangelista)
- A nuevos tiempos, escuela nueva (a Quintiliano)
- ¡Vería usted cosas sorprendentes (a Guillermo Marconi)!
- Palabras, palabras, palabras (a José Joaquín Belli)
- Hay textos, pero ¿tenemos catequistas? (a Félix Dupanloup)
- La confesión seiscientos años después (a Francisco Petrarca)
- Teresa, un maravedí y Dios (a Santa Teresa de Avila)
- Las feministas y la barba de Santa Vilgefortis (a Carlos Goldoni)
- La llamada del monte (a Andes Hofer)
- Escribo temblando (a Jesús)
