Indra (dios hinduista)

Indra
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Religión o MitologíaHinduismo
SincretismoVayu

Indra. Dios Védico, conocido también como Vayu. En el veda primitivo, Indra es el dios que se invoca con más frecuencia (tiene dedicados 250 himnos) y el que ha inspirado el mayor número de leyendas. Indra es el dios que se parece más al hombre. Es el único del que se le conoce su nacimiento (salió del seno de su madre por un costado). Pasa por haber matado a su padre, a quien robó el soma, la bebida sagrada de los dioses. Su arma es el vajira por medio del cual realizó sus mejores gestas. Valiente y poderoso, Indra es el rey de los guerreros, pero tiene los defectos del hombre: se emborracha de soma, siente celos del poder de otros y sus aventuras amorosas son incontables. Su morada –cuando no emprende alguna expedición- está situada en el monte Merú, en el Himalaya (el centro de la tierra según los textos.

Nombres

"Indra el fulminador" (Vajiri), "el Gran Indra" (Mahendra), "el Poderoso" (Cakra), "el matador de Vritra" (Vritrahán).

Carácteristicas

Su elemento es el aire. Es el dios de las tormentas. Aunque se le considera Rey de los Dioses, se dice que su gobierno solo dura cien años divinos, al término del cual puede sucederlo otro Dios o hasta un hombre mortal. Indra es el dios del firmamento, en cuyas manos se haya el trueno y el relámpago y por cuya voluntad caen las refrescantes lluvias que hacen a la tierra fructífera.

En algunos himnos se hace mención de él como hermano gemelo de Agni, y por consiguiente hijo del cielo y la tierra. En cambio en otros dice que el cielo y la tierra fueron creados por él. Él es rey de los dioses. Es también el Dios de los guerreros. El hogar de Indra era denominado el "cielo de Indra" . Allí era donde los hombres buenos deseaban llegar cuando muriesen, como premio a una vida santa.

Claro que, la estadía en este cielo era corta por cuanto debían volver de nuevo a la Tierra. El cielo de Indra está ubicado en el monte Merú. Es una especie de paraíso con hermosos jardines, casas para los visitantes, hermosas Apsaras (ninfas), música. En las figuras a menudo se le representa como un hombre con cuatro brazos y manos; con dos de ellos sujeta una lanza, en la tercera lleva un rayo y la cuarta está vacía. A veces se le representa también con solo dos brazos y con ojos por todo el cuerpo, siendo llamado entonces Sahasraksha (el de los mil ojos). Se le suele pintar montado en el maravilloso elefante Airavata, que fue creado batiendo el océano, y llevando un rayo en su mano derecha y un cuenco en la izquierda.

Indra fue la deidad más popular entre los poetas de la primera colección de himnos védicos y también las más conocida, el Rigveda. Se le invoca en una cuarta parte de los himnos. Es el dios que domina la región intermedia, la atmósfera, y aparece con rasgos más antropomórficos que la mayoría de las divinidades. Tiene un cuerpo enorme y fuerte, brazos poderosos para empuñar sus armas, el pelo leonado, el vientre distendido por el embriagador soma y, por encima todo, es el guerrero más destacado del panteón védico.

Jefe de los Dioses, los dirige en su lucha contras los Asuras y en él se centran los mitos a los que se hace alusión en los himnos védicos. Nacido del Cielo y la Tierra (a lo que separa para siempre) despliega su característica energía desde el principio. Los relatos sobre su nacimiento y sus hazañas juveniles hablan de su rivalidad con una deidad más misteriosa, Varuna, que debió ser jefe de los dioses y gradualmente dejó su lugar a Indra. Mientras que Varuna representa los aspectos estáticos y jurídicos de la soberanía (simbolizados en su función de guardián de rta, u orden cósmico), Indra representa de una forma más inmediata el poder que descansa sobre su jefatura. El principal mito sobre Indra cuenta su lucha contra la serpiente Vritra, pero también se enfrenta a muchas otras fuerzas hostiles y ayuda a los arios en sus batallas sobre la tierra. En algunos casos aparece como destructor de poderes hostiles en general, expulsando a los Asuras o fulminando a los Rakshas (poderes maléficos menores) con su rayos. Al vender a Vritra, Indra dotó de forma a lo informe, el caos, y activó el proceso de diferenciación y evolución. Al matar a la serpiente separó la tierra del agua, las regiones superiores de las inferiores, e hizo que saliera el sol en un acto de creación que se repite todas las mañanas, episodio que le hizo acreedor del título de vencedor de toda la resistencia. Sin embargo, en una versión sacerdotal del mito de Vritra, Indra derroca a Vala con un himno o por otros medios rituales.

Por su excesivo consumo de soma, bebida euforizante, Indra tiene mucho común el con el guerrero Ario, pendenciero y bebedor, que lo convirtió en su héroe. Extraído de una planta cuyo nombre siendo siendo tema de debate, el soma constituía un elemento fundamental de los rituales de los sacrificios védicos.

Después de beberlo, el vientre de Indra es como un lago, se hincha hasta adquirir un tamaño portentoso y llena los dos mundos, el Cielo y la Tierra. Su zumo le confiere poderes para hacer que salga el sol y para realizar sus grandes hazañas.

En los Vedas se aprecia una aprobación implícita cuando Indra vence a Vitra, que en el hinduismo posterior se atribuye menos valor al papel del Dios como parangón de la ética bélica. Se considera a Vritra un brahmán (matarlo constituye un crimen Nefando) y, por tanto, Indra debe expiar su pecado. Mata a Namuci, soslayando los términos del pacto de no agresión que habían firmado, disimulando su rayo (vajra), o más bien transformándolo al envolverlo en espuma. A otra de sus víctimas, Trishiras (“Tricefalo”) se le considera hermanastro suyo. Seduce a la Ahalya, esposa del sabio Gautama, y éste le maldice. El asesinato de parientes, la violación de pactos y el adulterio se convierten en tema de los Puranas – Indra como pecador triple – y en consecuencia pierde su brillo, su fuerza y su belleza.

En el período clásico, Indra pasó a ser dios de la lluvia. En algunas versiones del mito del batir del océano, uno de los tesoros que brotan es Surabhi, la vaca de la abundancia, madre del ganado común y corriente. En el Mahabharata se dice que un día fue a ver a Indra angustiada porque unos campesinos habían maltratado a un hijo suyo, un toro. Indra le preguntó por qué se preocupaba por un solo hijo entre tantos millares, y como Surabhi insistía, Indra se puso a llover sobre el lugar de los hechos con tal fuerza que tuvieron que dejar de arar. Así se vincula al dios guerrero con la agricultura y los rayos de Indra se convierten en guía de la lluvia, produciéndose otra domesticación de sus antiguos atributos marciales.

Es esposo de Indrani y padre de Citragupta. Su cabalgadura es el elefante Aivarata. Indra mata al dragón Vritra que obstruía el agua de las montañas. Esta hazaña confiere a la tierra su fecundidad y, cuando se considera la importancia que tiene el monzón para la vida agrícola india, es comprensible la exaltación de que ha sido objeto esta proeza. Sin embargo, esta liberación de las aguas pondrá una mancha en la ejecutoria de Indra, ya que el dragón es presentado como la encarnación de un Brahamán: el dios guerrero llevará el peso del pecado por haber matado a un sacerdote. Indra, es también el libertador de las vacas prisioneras del demonio Vala, conquistador de la Aurora y del Sol. Vence a los demonios Arbuda, Visvarupa, Namuci y, más tarde ayudará a Visnú en ocasión del batido del Mar de leche.

Fuentes