Insurrección Pernambuco

Insurrección Pernambuco
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Insurrección pernambuco.png
Pintura que muestra la colonización portuguesa en Brasil, la cual dió lugar a la insurrección en Pernambuco.
Fecha:6 de marzo al 19 de mayo de 1817
Lugar:Brasil
País(es) involucrado(s)
Brasil y Portugal
Líderes:
Domingos José Martins, apoyado por el terrateniente Antônio Carlos de Andrada e Silva y por el sacerdote Frei Caneca

Insurrección Pernambuco. También conocida como Revolución pernambucana, fue una sublevación ocurrida en la provincia de Pernambuco, Brasil, contra el gobierno colonial portugués. Se realizó con la finalidad de fundar una República independiente en el Nordeste de Brasil. Duró del 6 de marzo al 19 de mayo de 1817, cuando fue aplastada por tropas leales al gobierno portugués.

Antecedentes

Los antecedentes que dieron lugar a la insurreción en Pernambuco contra los colonizadores portugueses fueron los siguientes:

  1. La situación interna de la localidad de Pernambuco estimulaba el descontento de la élite local: la administración pública interna seguía al mando de portugueses llegados con el rey Juan VI en 1808.
  2. La instalación de la Corte portuguesa en Río de Janeiro significó la creación de nuevos tributos en Brasil para financiar el sostenimiento de la corte y la administración llegadas desde Portugal. Esto afectó y molestó a las élites de Pernambuco que debían sostener los gastos de un gobierno que no les concedía premios ni privilegios por ello.

La corte portuguesa

La llegada de la corte portuguesa a Brasil causó, además, que el rey Juan VI de Portugal pagara el apoyo recibido de Gran Bretaña decretando la apertura de puertos brasileños al comercio internacional británico, y en menor medida estadounidense. Esto provocó que la caña de azúcar de Pernambuco compitiese en el mercado brasilero con el mismo producto traído de la colonia británica de Jamaica, mientras que el algodón pernambucano competía con algodón importado de Estados Unidos.

Restricciones de los abolicionistas

A estos eventos se unió una fuerte sequía en 1816 que perjudicó el nordeste de Brasil y redujo los niveles de producción agraria, generando daño financiero a las élites de Pernambuco y alimentando más su descontento con el gobierno portugués. Sumado a todo lo anterior, la presión de los abolicionistas europeos (tanto franceses como británicos) causaba más restricciones al tráfico de esclavos, encareciendo la mano de obra de la cual dependía la economía pernambucana, basada en la producción agraria.

Desenlace

Los líderes de Pernambuco enviaron al rico comerciante Antônio Gonçalves Cruz (conocido como Cruz Cabugá) a los Estados Unidos para que aprovechase sus contactos comerciales en dicho país y comprase armas para las fuerzas rebeldes, reuniendo para ello cerca de 800,000 dólares de plata. A Cruz Cabugá se le encargó también presentarse como emisario ante el gobierno de EEUU para que apoyase la creación de una república independiente en el Nordeste de Brasil. Una última misión de Cruz Cabugá era reclutar veteranos franceses de las Guerras Napoleónicas exiliados en los EE. UU. para liberar a Napoleón I (desterrado en la isla de Santa Elena), y llevarlo a Recife para liderar la revuelta de Pernambuco, con el pacto de remitirlo luego a Europa para que recuperase su trono imperial en Francia.

En pocos días una fuerza de 8000 hombres bajo mando portugués habían penetrado en la Provincia de Pernambuco, siendo que los líderes republicanos intentaron hacerles frente en la localidad de Ipojuca a inicios de mayo, pero fueron derrotados en inferioridad de hombres y armas, replegándose a Recife. En 19 de mayo las tropas enviadas por la autoridad portuguesa tomaron Recife sin hallar resistencia armada, y al día siguiente los jefes del gobierno provisorio se rindieron.

Principales sucesos y sus consecuencias

La sublevación pernambucana empezó en Recife el 6 de marzo de 1817 cuando el capitán José de Barros Lima, del regimiento de artillería local, rechazó el arresto impuesto por el comandante portugués Barbosa de Castro y le dio muerte con su espada. De inmediato Barros Lima tomó el cuartel y formó trincheras en las calles para impedir los movimientos de las tropas leales. El gobernador Caetano Pinto de Miranda Montenegro se refugió en el Forte do Brum, pero al ser cercado, se rindió.

El líder del movimiento rebelde fue Domingos José Martins, apoyado por el terrateniente Antônio Carlos de Andrada e Silva y por el sacerdote Frei Caneca. Estos jefes asumieron el gobierno provincial y proclamaron una República en Pernambuco, extendiendo pronto su dominio al resto de la provincia, incluyendo Olinda.

El 29 de marzo se convocó una "asamblea constituyente" con representantes elegidos por aclamación en las comarcas cercanas, usualmente miembros de la élite terrateniente y comerciantes. Esta asamblea estableció una separación de poderes ejecutivo, legislativo y judicial, mantuvo al catolicismo como religión oficial, pero permitió la libertad de cultos, se decretó la libertad de prensa y se abolieron varios impuestos; la esclavitud, no obstante, fue mantenida. La existencia de una autoridad puramente local formada por líderes de Pernambuco causó muestras de patriotismo provincial, confeccionando una bandera propia, aunque fue difícil la aplicación práctica de varias medidas liberales en una provincia tan poco desarrollada como Pernambuco.

Los rebeldes de Pernambuco intentaron que otras provincias se adhirieran a su movimiento, y pusieron su objetivo en Bahía y Rio Grande do Norte. Hacia Bahía fue enviado el clérigo José Inácio Ribeiro de Abreu e Lima, conocido como el Padre Roma, para iniciar un núcleo de conspiradores y rebeldes, pero al ser descubierto poco después de desembarcar, fue apresado y fusilado por orden del Conde dos Arcos, gobernador portugués. En Rio Grande do Norte, los pernambucanos lograron la adhesión de un rico terrateniente llamado André de Albuquerque Maranhão, dueño de ingenios de azúcar, que arrestó al gobernador José Inácio Borges, ocupó Natal y formó una junto gubernativa allí, pero al no hallar adhesión del resto de la población. El nuevo líder fue expulsado del poder en pocos días, recobrando su mando la autoridad portuguesa.

Los líderes pernambucanos contactaron al prestigioso periodista brasileño Hipólito José da Costa para ser embajador de la República pernambucana en Gran Bretaña, pero éste rechazó la oferta al ser funcionario pagado por el gobierno portugués.

Fuentes