Isaac Nicola

Revisión del 17:30 6 feb 2012 de Mairim cha.jc (discusión | contribuciones) (Junto a Pujol)
Isaac Nicola Romero
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NombreIsaac Nicola Romero
Nacimiento11 de abril de 1916
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento14 de julio de 1997
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
OcupaciónMúsico

Isaac Nicola Romero.Guitarrista y pedagogo. Nace en La Habana, el 11 de abril de 1916 y muere el 14 de julio de 1997.El legado de Isaac Nicola no sólo lo hallamos en su contribución al estudio de la guitarra,sino también, en la tradición de enseñanza de ese instrumento.Dedicó más de 50 años a la enseñanza académica de la guitarra, y su método, en su forma actual, recoge toda su experiencia pedagógica desarrollada a partir de la escuela de Tárrega que recibió del maestro catalán Emilio Pujol.Premio Nacional de la Enseñanza Artística en 1996, maestro de maestros, era considerado como padre de una aún discutida Escuela Cubana de Guitarra.

Inicios

Inició sus estudios de guitarra en 1931 con Clara Romero de Nicola, con la que se graduó de profesor de guitarra en 1934 en el Conservatorio Laura Rayneri, patrocinado por Pro-Arte Musical; este título, junto al de Augusto Comdom Sastre, fueron los primeros oficialmente expedidos por el Ministerio de Educación en el país.

Entre 1934 y 1937, fue discípulo de armonía e historia analítica de la música, en el Conservatorio Bach, de María Muñoz de Quevedo. En 1939 viajó a París con objeto de estudiar con el guitarrista, investigador y pedagogo Emilio Pujol, alumno de Francisco Tárrega, y armonía con Jion Gallon, a la vez que ofreció conciertos en el Circle Tárrega y en la Asociación Daniel Fantra de esa ciudad.

En París, a la sazón, vivían otros importantes guitarristas: Miguel Llobet, Regino Sáinzde la Maza y Andrés Segovia. De Pujol dijo Nicola:«El Maestro me produjo una impresión tan profunda que nunca podría olvidarlo. Era un hombre bondadoso, muy artista, muy culto, buen literato; escribió su método y también un libro sobre la vida de Tárrega. Nunca trató de forzar para nada lo que yo hacía.

Por ejemplo, siempre practicó la ejecución sin uñas, y yo, lógicamente, tocaba con ellas; de primera intención no me pareció oportuno cambiar mi forma de tocar, pero fue tan grata la impresión recibida al escuchar el sonido de yema, aterciopelado, imposible de lograr con la uña, que me cautivó, y llegó un momento en que tuve que tocar sin ellas —demoré más en decidirme a cortármelas porque hasta cierto punto me parecía que traicionaba las enseñanzas de mi madre.

Cambiar de uña para yema no es nada fácil, pero yo hice el cambio, que, indudablemente, me costó trabajo. Y no fue ese el único cambio; en realidad, había toda una serie de cosas que hubo que modificar, mas Pujol, con mucha inteligencia, supo condicionarme de tal manera, que yo efectuaba las transformaciones sin protesta interior.

Luego volví a tocar con uñas, pero no fue por ser más fácil ni porque suene más la guitarra, sino porque estéticamente lo estimo más actual.»

Junto a Pujol

Con Pujol, Nicola estudió a los vihuelistas del siglo XVI: Luis de Milán, Luis de Narváez y otros. Estos estudios los completó en la biblioteca de El Escorial, donde profundizó sobre la historia de la guitarra. También frecuentó el Cercle Tárrega, presidido por su profesor, en el cual se reunían los amigos de la guitarra. Además, con Pujol visitó Londres y Niza.

En 1939 se trasladó a Biarritz y más tarde se estableció en San Juan de Luz, donde permaneció hasta 1940, en que se trasladó a España, donde se instaló en la provincia de Zamora, y de allí viajó a Madrid, donde conoció a Regino Sáinz de la Maza, quien por entonces prepara, para su estreno —al que Nicola asistió— en Barcelona, el Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo, a quien Nicola había conocido en París cuando concluía la obra. En Madrid continuó sus estudios con Pujol, y, además, se relacionó con el guitarrista Daniel Fortea.

De Nicola expresó Emilio Pujol:
"Isaac siente profunda y noblemente el arte. Probablemente lleva esta cualidad en su alma desde antes de nacer. Su espíritu de artista se refleja en sus gustos, sus pensamientos y sus actos; quisiera, sin embargo, que su reflexión equilibrada y su serenidad de espíritu, no impidan la expansión de un temperamento fuerte, sensible y dúctil a la vez. [...]. Es una gran satisfacción para mí encontrar en su colaboración inteligente, el espíritu culto y profundo que inútilmente hubiera buscado entre los ejecutantes generalmente frívolos o ambiciosos de triunfos fáciles y provechosos.

En 1940 regresó a La Habana, y más tarde viajó a Nueva York, ciudad en la que continuó sus relaciones con el guitarrista cubano José Rey de la Torre, residente por entonces en aquella ciudad. Con De la Torre ofreció en 1941, en La Habana, un concierto, del cual expresó Nena Benítez: «... Isaac Nicola es un artista de fino y depurado estilo; estudioso, concienzudo, y muy cuidadoso además de la obra a interpretar; va ya en camino de esa perfecta madurez, que el artista que ha llegado ya, lleva en sí. Rey de la Torre, hace años que viene triunfando en el difícil empeño del concertista; otras veces hemos elogiado su labor, muy fina también. Estos dos jóvenes artistas dividieron el programa en tres partes: la primera a cargo de Isaac Nicola, la segunda de Rey de la Torre, y la tercera de ambos, como concertistas a dúo.

En 1942 comenzó a impartir clases, en sustitución de Clara Romero de Nicola, en Pro-Arte Musical. En 1948 ingresó como profesor auxiliar en el Conservatorio Municipal de La Habana, y en 1951 pasa a profesor titular, y ofrece algunos conciertos.

En 1957 se presenta por última vez en público como concertista, ocasión en que estrena Danza característica, de su alumno Leo Brouwer. Desde entonces se dedica por entero a la enseñanza. Entre 1960 y 1966, dirigió dicho plantel. De 1963 hasta 1976, fue profesor de la Escuela Nacional de Música (Cubanacán), en este último año, pasa al Instituto Superior de Arte, en el cual se retira en 1979.

Maestro

Como maestro, Nicola considera que la guitarra es «posiblemente el instrumento más difícil que existe para llegar a dominarlo y hacer música en serio [...]. En la guitarra no hay nada hecho, el instrumento no puede dar menos de sí; están la caja y las cuerdas, todo lo demás va por el intérprete. Es muy fácil equivocarse; las manos realizan distintas funciones, y lo primero por definir es el dilema de la mano derecha, si va a tocar con uñas o sin ellas; ya en el timbre se refleja mucho la personalidad del ejecutante. Hay que trabajar muy duro para encontrar el mejor timbre y el mejor sonido del instrumento. El volumen es una tragedia en la guitarra [...]. Y pienso que es el instrumento en donde el intérprete tiene que hacer más el sonido [...]». Nicola considera que el guitarrista sea, «más que un aspirante a intérprete, un aspirante a músico».

En 1982 fue uno de los fundadores del Concurso y Festival Internacional de Guitarra de La Habana, del que desde entonces fue miembro del jurado.

Bibliografía Activa

Bibliografía Pasiva

Fuentes