Jacques Chirac
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Thomas Woodrow Wilson. Hijo de un administrador de sociedades de clase media. Se diplomó por el Instituto de Estudios Políticos de París. Presidente de la República; ex primer ministro. Duración del mandato: 17 de Mayo de 1995 - 16 de Mayo de 2007. Partido político: UMP.
Jacques René Chirac. Presidente de la República; ex primer ministro
Duración del mandato: 17 de Mayo de 1995 - 16 de Mayo de 2007
Nacimiento: París, distrito V , 29 de Noviembre de 1932
Partido político: UMP
Profesión: Funcionario de la Administración
Hijo de un administrador de sociedades de clase media, recibió la instrucción escolar en los liceos Carnot y Louis-le-Grand de París, y la universitaria en la Summer School de Harvard, Estados Unidos. En 1954 se diplomó por el Instituto de Estudios Políticos de París. En estos años de estudiante participó en agitaciones callejeras y coqueteó con el Partido Comunista (PCF). Prueba de este espíritu inquieto fue su embarque, a los 18 años, en un carbonero que hacía la ruta Sudáfrica-Dunkerque durante el verano.
Heredero y continuador del gaullismo
Prestó el servicio militar en Argelia, entonces escenario de una cruenta guerra de liberación colonial, en el arma de Caballería y entre 1957 y 1959 completó su formación en la afamada Escuela Nacional de Administración (ENA), tradicional cantera de las élites dirigentes del Estado, en la que acabó el número 16 de su promoción.
En agosto de 1959 desempeñó su primera función pública en la Corte de Auditores o Tribunal de Cuentas y meses después pasó a la Secretaría General de Asuntos Argelinos, hasta abril de 1960. Algunas fuentes citan simpatías de Chirac en esta época por los pied noirs y los colonialistas de la metrópoli que se oponían agresivamente a la política del general Charles de Gaulle -aupado a la Presidencia de la flamante V República en enero de 1959 precisamente a raíz del motín militar de Argel contra el Gobierno de la IV República- de negociar con los nacionalistas argelinos la independencia del territorio.
En 1962 Chirac entró en el círculo del primer ministro Georges Pompidou como encargado de misión en su gabinete privado y en la Secretaría General del Gobierno. En 1965 fue nombrado consejero refrendario de la Corte de Auditores, puesto que iba a desempeñar hasta 1993, y obtuvo una concejalía en el ayuntamiento de Sainte-Féréole, Corrèze, en la que se iba a mantener hasta 1977.
Militante de la Unión por la Nueva República (UNR), formada el 1 de octubre de 1958 por los gaullistas a partir de las cenizas del Reagrupamiento por el Pueblo Francés (RPF), en marzo de 1967 obtuvo el acta de diputado por la circunscripción de Corrèze, que iba a ser renovada en todas las convocatorias electorales hasta 1993, y el 9 de abril siguiente le fue concedida la Secretaría de Estado para Asuntos Sociales del Ministerio de Trabajo, con responsabilidades en políticas generadoras de empleo. Entre mayo y julio de 1968 se desempeñó como secretario de Estado de
Economía y Finanzas, y el mismo año representó al cantón de Meymac en el Consejo General de Corrèze, institución para la que fue reelegido hasta 1982 y que presidió entre 1970 y 1979. En 1969 adquirió la labor de tesorero en la Fundación Claude Pompidou, dedicada a la asistencia de ancianos y niños discapacitados. Entre el 7 de enero de 1971 y abril de 1972 fue ministro-delegado responsable de las relaciones con el Parlamento en el gabinete de Jacques Chaban-Delmas. En el ejecutivo de Pierre Messmer sirvió como titular de Agricultura y Desarrollo Rural entre abril de 1972 y el 27 de febrero de 1974, y del Interior desde esa fecha al 27 de mayo de 1974. Cuando Messmer dimitió el 27 de mayo de 1974, Chirac fue nombrado primer ministro por el nuevo presidente, Valéry Giscard d´Estaing, a quién había apoyado en las urnas no obstante la concurrencia de un candidato gaullista, Chaban-Delmas, y renovó el Gobierno de la mayoría presidencial, esto es, la coalición de la Unión de Demócratas por la República (UDR, nueva denominación de la UNR desde 1968), la Federación Nacional de Republicanos Independientes (FNRI) de Giscard y el Centro Democracia y Progreso (CDP) de Jacques Duhamel, siendo no gaullistas las dos últimas formaciones.
La promoción de Chirac a la jefatura del movimiento gaullista culminó el 14 de diciembre de 1974 cuando se impuso sobre Jacques Legendre, el candidato de los barones tradicionales como Chaban-Delmas y Michel Debré, en la elección para la Secretaría General de la UDR, donde sustituyó a Alexandre Sanguinetti, si bien las peleas internas en una formación rica en líderes supusieron la cesión del puesto ejecutivo el 15 de abril de 1975 a André Bord, reservándose Chirac el ascendiente con el título de secretario general honorario desde el 15 de junio.
Por lo que respecta al Gobierno, las diferencias en política exterior con Giscard, que tenía un enfoque más constructivo en todo lo relacionado con la CEE y la OTAN, algo que para el gaullismo ortodoxo y populista constituía poco menos que una traición a la obra del fallecido general, condujeron a la dimisión de Chirac el 25 de agosto de 1976 y su sustitución por el economista no adscrito Raymond Barre al día siguiente.
El 5 de diciembre siguiente fue elegido presidente de Reagrupamiento por la República (RPR) en la asamblea fundacional de la formación, versión renovada de la UDR, que pasó a mejor vida. El proyecto del RPR fue interpretado como una maniobra de Chirac para subrayar la independencia del gaullismo, el cual, aun sin abandonar la mayoría presidencial, no iba a ser una mera caja de resonancia de las decisiones de Giscard.
Chirac fue elegido el 20 de marzo de 1977 alcalde de París frente al candidato apoyado por Giscard, Michel d´Ornano, el 1 de mayo de 1979 presidente de la Asociación Internacional de Alcaldes y Responsables de Capitales y Metrópolis
Francoparlantes, y el 10 de junio de 1979 diputado del Parlamento Europeo en las primeras elecciones directas a esta institución comunitaria.
La cohabitación con Mitterrand
En 1980 Chirac abandonó la condición de europarlamentario para preparar su candidatura a las elecciones presidenciales del año siguiente. Proclamado el 5 de febrero de 1981 aspirante oficial del RPR al Palacio del Elíseo sobre Debré (quien, empero, no desistió de concurrir por libre), el 26 de abril quedó tercero con el 18% de los votos tras Giscard y el socialista François Mitterrand. Chirac pidió el voto para este último en la segunda ronda, decisión que no sorprendió por cuanto que sus relaciones con Giscard habían terminado siendo pésimas.
En las legislativas del 14 de junio el RPR vio ensanchada la
brecha que le separaba cel Partido Socialista (PS), que en la
edición del 12 de marzo de 1978 le había arrebatado el puesto
de primer partido del país: si entonces la formación
neogaullista obtuvo el 22,4% de los votos, ahora registró el
20,9%, lo que se tradujo en sólo 83 de los 491 escaños de la
Asamblea Nacional, una pérdida de nada menos que 70 diputados.
Reelegido presidente del RPR en enero de 1982 y alcalde de
París el 20 de marzo de 1983, Chirac regresó a la jefatura del
Gobierno el 20 de marzo de 1986 a resultas de la victoria
obtenida cuatro días atrás por la alianza, sellada en abril de
1985, del RPR y la Unión por la Democracia Francesa (UDF) de
Jean Lecanuet, que, con el 41,2% de los votos y 286 diputados,
se quedó a tres escaños de la mayoría absoluta, iniciando una
inédita cohabitación con Mitterrand, siendo la primera vez en
la V República que el inquilino del Elíseo no se sustentaba en
la mayoría parlamentaria. Chirac formó un gabinete que mantuvo
un escrupuloso equilibrio entre el RPR y todas las formaciones
que integraban la UDF.
Los tratos entre el franco e impulsivo Chirac y el intrigante
e imperturbable Mitterrand solo pudieron discurrir con suma
dificultad. Por de pronto, el presidente socialista se negó a
firmar varios de sus decretos de privatización a gran escala
del patrimonio empresarial del Estado, que eran uno de los
pilares del programa de desregulaciones y austeridad
financiera, e igualmente denunció su proyecto de decreto para
restringir el derecho de los inmigrantes a adquirir la
nacionalidad francesa. El PS se opuso a su vez a la ley de
habilitación económica y social, que facultaba al Estado para
despedir trabajadores públicos incluso sin la autorización
administrativa.
Algunos procedimientos de reforma económica por la vía
expeditiva, popularmente llamados de guillotina, tuvo Chirac
que convertirlos en proyectos de ley y someterlos a la
Asamblea Nacional, donde distaba de tener una mayoría segura.
Así, luego de superar una moción de censura gracias a la
abstención del Frente Nacional (FN) de Jean-Marie Le Pen, el
primer ministro vio sacada adelante en ambas cámaras del
Parlamento la ley sobre privatizaciones, no teniendo
Mitterrand más remedio que estamparle su firma el 6 de agosto
de 1986.
Las políticas neoliberales de Chirac, inspiradas en los
modelos de Margaret Thatcher en el Reino Unido y Ronald Reagan
en Estados Unidos, suscitaron, por su alcance y su tramitación
sin concierto social, fuerte animosidad en las centrales
sindicales. Además del programa de privatizaciones, el
Ejecutivo de Chirac procedió a devaluar el franco, a congelar
los salarios en el sector público, a ahorrar en el presupuesto
y a liberalizar el control de cambios y los precios
industriales.
El veterano dirigente socialista batió nuevamente a Chirac en
las presidenciales de 1988, tanto en la primera vuelta del 24
de abril, por el 34,1% de los votos contra el 19,9%, cuando
resultó perjudicado por la concurrencia de Raymond Barre por
cuenta de la UDF, como en la segunda del 8 de mayo, por el 54%
contra el 45,9%.
El 10 de mayo, de acuerdo con sus prerrogativas, Mitterrand
nombró primer ministro al socialista Michel Rocard, y como
confirmación del renovado empuje socialista, el 5 y 12 de
junio la alianza RPR-UDF, presentándose con la lista común
Unión del Reagrupamiento y el Centro (URC) el algunas
circunscripciones, perdió en la legislativas al caer al 37,6%
de los votos y los 257 escaños. Estos comicios tuvieron visos
de humillación para Chirac, ya que el RPR, con sus 126
diputados, fue superado por la UDF en cuanto a número de
escaños, no obstante haberle aventajado en porcentaje de
votos, con el 19,8.
Chirac fue reelegido alcalde de París el 19 de marzo de 1989 y
presidente del RPR el 11 de febrero de 1990, y de nuevo el 7
de marzo de 1993. Cuando la Unión por Francia (UPF), la nueva
confederación electoral formada por el RPR y la UDF -ahora
presidida personalmente por Giscard- en junio de 1990, venció
contundentemente en las legislativas del 21 y el 28 de marzo
de 1993 con el 39,4% de los votos y 460 de los 577 escaños (de
los que el 20,3% y 247, respectivamente, correspondieron al
RPR), Chirac decidió no ser primer ministro por tercera vez y
cedió el cometido a su correligionario y amigo personal
Édouard Balladur, a fin de preparar esmeradamente su cita con
las presidenciales de 1995.
Chirac exigió tras la primera vuelta de las legislativas la
dimisión de Mitterrand, pero ante las amenazas del jefe
socialista de nombrar un primer ministro de la UDF se apresuró
a aclarar que nadie discutía "el derecho del presidente a
terminar su mandato".
3. Llegada al Elíseo en 1995: en busca de la nueva grandeur
El 4 de noviembre de 1994 Chirac dimitió como presidente de
RPR (el secretario general, Alain Juppé, se hizo cargo del
puesto interinamente hasta su confirmación el 15 de octubre de
1995) y lanzó oficialmente su candidatura al Elíseo. Comenzó a
modular su discurso hacia los postulados del gaullismo
original de progreso económico con justicia social, cohesión
nacional, Estado fuerte y nacionalismo en el exterior. También
incluyó en sus propuestas el mantenimiento de un franco
fuerte, la corrección de la "fractura social", tras años de
prácticas económicas liberales, y una política de empleo
activa. Clamorosamente, la cuestión de la construcción europea
quedó relegada a un oscuro segundo plano.
La irrupción, no esperada y para algunos, ingrata, de Balladur
en la contienda electoral puso en algunos apuros a Chirac, que
por culpa de la división del voto conservador quedó detrás del
socialista Lionel Jospin en la primera vuelta del 23 del
abril, con el 20,8% de los sufragios. Sin embargo, en la
segunda ronda del 7 de mayo la unidad del voto más una
fulminante recuperación en los sondeos permitieron a Chirac
imponerse con el 52,6%.
El 15 de mayo dimitió como diputado en la Asamblea Nacional,
el 16 hizo lo propio como alcalde de París, tras 18 años de
ejercicio municipal, y el 17 asumió la Presidencia de la
República en sustitución de Mitterrand, con un mandato de
siete años. Al día siguiente, nombró primer ministro a Juppé,
cuyo plan de austeridad económica, incluyendo alzas
impositivas para reestructurar la cobertura social y la
congelación de los salarios de los funcionarios, apoyó sin
ambages.
Chirac debutó con una reafirmación neogaullista en la política
exterior francesa, sobre la que proyectó su acusada
personalidad. El 13 de junio de 1995 anunció la inmediata
reanudación de las pruebas nucleares en los atolones coralinos
de Mururoa y Fangataufa, en la Polinesia Francesa, generando
un notable revuelo internacional que daño su popularidad
dentro y fuera de Francia. El 29 de enero de 1996, después de
seis detonaciones, el presidente anunció que Francia ya estaba
en situación de simular los tests en el laboratorio y por lo
tanto de suscribir el Tratado de Prohibición Total de Pruebas
Nucleares (CTBT).
Asimismo, en julio de 1995 endureció la postura ante los
serbios de Bosnia con el envío de una Fuerza de Reacción
Rápida para la defensa de los efectivos de la ONU, y a finales
de agosto con la participación de la aviación francesa en los
bombardeos de la OTAN que precipitaron el final de la guerra
civil en la antigua república yugoslava. El 14 de diciembre de
ese año París fue el escenario de la solemne firma (en
realidad, una mera rúbrica de lo suscrito en la ciudad
estadounidense de Dayton el 21 de noviembre anterior) del
acuerdo de paz para Bosnia-Herzegovina, por los tres
presidentes implicados, el serbo-yugoslavo Slobodan Milosevic,
el croata Franjo Tudjman y el bosniomusulmán Alija
Izetbegovic.
El 5 de diciembre de 1995 Chirac comunicó el progresivo
retorno de Francia a las estructuras militares de la OTAN, de
las que estaba ausente desde 1966 por decisión del general de
Gaulle, lo que eliminó los últimos impedimentos técnicos para
la participación gala, con un gran dispositivo militar, en las
operaciones bélicas y de pacificación de la Alianza en Kosovo
a partir de marzo de 1999, luego de fracasar unas
negociaciones de paz en Rambouillet, cerca de París, que
fueron supervisadas por él personalmente.
En este capítulo, Chirac se sumó a los dirigentes occidentales
partidarios de la máxima dureza con Milosevic, al que en
octubre de 1996 había recibido en el Elíseo. Ello quebró el
tradicional vínculo de Francia con el Estado yugoslavo
(Belgrado rompió las relaciones diplomáticas el 25 de marzo de
1999, un día después del inicio de los bombardeos aliados), si
bien la derrota militar, luego electoral y finalmente el
derrocamiento de Milosevic en el alzamiento popular de octubre
de 2000 devolvió la normalidad diplomática.
Desde el inicio de su mandato, Chirac cursó varias visitas a
Oriente Próximo, destacando por su carácter histórico las
realizada a Líbano en abril de 1996 y a Israel en octubre de
1996, donde, en el curso de una gira regional, protagonizó un
inusual incidente, abroncando a los policías israelíes que en
un exceso de celo trataban de separarle de la multitud
palestina que le aclamaba.
Estas visitas buscaron subrayar la independencia de la
diplomacia francesa en un proceso de paz conducido básicamente
por Estados Unidos (mientras duró aquel, ya que la segunda
intifada palestina y el estado bélico casi permanente que se
instaló en los territorios autonómos y ocupados hicieron
añicos una década de negociaciones y acuerdos) y, como
contrapeso del eje con Israel potenciado por la superpotencia
americana, mostraron un matiz proárabe y propalestino
evidente.
Por ejemplo, el Gobierno israelí tachó de parcial la
interpretación por el Elíseo del levantamiento palestino
iniciado en septiembre de 2000, a cuya reconducción Chirac
trató de contribuir convocando en París, el 4 y el 5 de
octubre, una reunión de urgencia entre el presidente Yasser
Arafat y el primer ministro Ehud Barak.
Chirac realizó sus primeros encuentros oficiales con el
presidente ruso Borís Yeltsin en París el 20 de octubre 1995,
con el estadounidense Bill Clinton tres días después en la
sede de la ONU en Nueva York, con motivo de la 50ª Asamblea
General, y con el primer ministro británico John Major en
Londres el 6 de noviembre de 1995. Su primer acto exterior fue
para con el canciller alemán Helmut Kohl en Estrasburgo el 18
de mayo de 1995.
Bien pronto quedó de manifiesto que las relaciones
franco-alemanas se resintieron por la falta de sintonía entre
ambos líderes, tanto en el proceso de construcción europea
como en la coordinación de las políticas de defensa, irritando
a Kohl, por no haberle sido consultado al respecto, el anuncio
por Chirac el 22 de febrero de 1996 de la profesionalización y
la reducción de las Fuerzas Armadas francesas. Asimismo,
Chirac estrenó visitas oficiales a Alemania el 25 de octubre
de 1995, a Estados Unidos el 31 de enero de 1996 (primera de
un presidente francés desde 1984), a Rusia el 19 de abril de
1996 y a China el 15 de mayo de 1997.
Por otro lado, ha sido el anfitrión de destacadas reuniones
internacionales, entre las que se destacan: el Consejo Europeo
de Cannes, el 26 y 27 de junio de 1995; la 22ª Cumbre del G-7,
en Lyon del 27 al 29 de junio de 1996; la adopción del Acta
Fundacional sobre las relaciones OTAN-Rusia, en París el 27 de
mayo de 1997; la II Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno
del Consejo de Europa, en Estrasburgo el 10 y 11 de octubre de
1997; la 20ª Conferencia Franco-Africana, en París el 27 y 28
de noviembre de 1998; y, la cumbre fundacional del Nuevo
Partenariado para el Desarrollo de África (NEPAD), en París el
8 de febrero de 2002.
En la Cumbre del Consejo de Europa en Estrasburgo sostuvo un
encuentro trilateral con Yeltsin y Kohl del que salió un
acuerdo para crear un nuevo eje de cooperación
Francia-Rusia-Alemania con cumbres anuales, que él presentó
como una iniciativa para frenar la influencia de Estados
Unidos en Europa. Ahora bien, las relaciones con Moscú se
enfriaron luego a raíz de la segunda campaña militar rusa
contra la república secesionista de Chechenia, desde
septiembre de 1999, a la que Chirac no ahorró críticas.
El encuentro con el nuevo inquilino del Kremlin, Vladímir
Putin, en París el 29 de octubre de 2000 en la víspera de la
VI Cumbre Unión Europea-Rusia, sirvió para superar
discrepancias, encontrando los líderes en el rechazo tajante a
la impugnación por Estados Unidos del Tratado sobre
Antimisiles Balísticos (ABM) de 1972 para desarrollar sin
estorbos su sistema de Defensa Nacional Antimisiles (NMD),
estrategia que juzgaron lesiva para los esfuerzos
internacionales contra la proliferación nuclear, un buen
asidero para reponer el diálogo franco-ruso en su nivel
anterior.
4. Liza con Alemania por la reforma de la UE
El 11 de junio de 1997 Chirac recibió en París al nuevo primer
ministro británico, el laborista Tony Blair, y el 30 de
septiembre de 1998 al canciller alemán electo, el
socialdemócrata Gerhard Schröder, con el que celebró la 72ª
Cumbre Franco-Alemana en Potsdam los días 30 de noviembre y 1
de diciembre. El presidente galo, que había tenido su última
diferencia con Kohl en mayo de 1998 en torno a la adopción de
euro como el nombre de la moneda común europea, se avino a
recomponer el eje franco-alemán con Schröder, que compartía la
tesis de concluir la reforma de las instituciones de la UE
antes de proceder al ingreso de una docena de estados de
Europa central y oriental a partir de 2004/2005.
En la cumbre bilateral celebrada en Berlín el 27 de junio de
2000, Chirac, por otra parte receptivo a las posturas de
dureza contra Austria por la formación de un gobierno de
coalición entre los populares de Wolfgang Schüssel y la
extrema derecha de Jörg Haider, preconizó una "gran
transición" de la UE a partir de la Conferencia
Intergubernamental de Niza, consagrada a la reforma pendiente
de las instituciones, en lo que resaltó el papel vertebrador
del "grupo pionero", esto es, Francia y Alemania.
Su petición de clarificar el reparto de competencias
nacionales y comunitarias se interpretó como un esfuerzo de
conciliar los nuevos ímpetus supranacionales provenientes de
Alemania con el irrenunciable concepto francés de la soberanía
nacional. Por lo demás, su defensa en la práctica de un modelo
de construcción europea de dos velocidades marcó el abandono
de sus anteriores reticencias y prudencias ante una
organización tal como la había conformado Mitterrand. Pero,
más todavía, el 9 de febrero de 2001, durante una cumbre
franco-británica con Blair en Cahors, rompió un tabú de la
diplomacia gala al vislumbrar una UE funcionando como una
"federación de estados-nación".
El alarde moderadamente federalista de Chirac causó sorpresa
general, ya que se situaba en las antípodas de las esencias
originales del gaullismo -las cuales aseguraba atesorar el
partido soberanista y euroescéptico Reagrupamiento por Francia
(RPF), formado en noviembre de 1999 por Charles Pasqua,
antiguo colaborador suyo en el gobierno de 1986-1988 antes de
disentir y finalmente romper con el RPR, siguiendo la pauta
del soberanista liberal Philippe de Villiers, al frente del
Movimiento por Francia (MPF) desde 1994- y sobrepasaba las
declaraciones al respecto hechas por el PS.
Pero además, se producía cuando aún resonaban los ecos de las
escaramuzas libradas en los Consejos Europeos de Biarritz y
Niza en el segundo semestre de 2000, cuando Francia ostentó la
presidencia de turno de la UE. La sumamente espinosa reforma
de las instituciones comunitarias, imprescindible para dar
acomodo a la docena de estados solicitantes en los primeros
años del nuevo siglo, se ventiló en Niza en un consejo con una
duración excepcional: del 8 al 11 de diciembre.
Chirac sostuvo en la ciudad mediterránea un duro rifirrafe con
Schröder a propósito del reparto de votos en el Consejo de la
UE para la toma de decisiones que precisan de mayoría
cualificada, ya que el canciller aspiraba a que Alemania se
diferenciara de los demás estados grandes atendiendo a su
mayor peso demográfico. El presidente se negó en redondo a
conceder esta primacía germana, argumentando la condición de
Francia de país fundador de la Comunidad y hasta la posesión
de armas atómicas como un elemento de superioridad
cualitativo. Finalmente, se impuso la posición francesa de
mantener la paridad de votos (29 ahora) con Alemania, Italia y
el Reino Unido, tal como quedó expuesta en la declaración
anexa al Tratado firmado por el Consejo de Ministros el 26 de
febrero de 2001.
En el Consejo de Biarritz, el 13 y 14 de octubre de 2000,
Chirac, no obstante los comentarios ardientemente europeístas
que iba a realizar al cabo de poco, se encargó de acotar los
vislumbres de una organización con preeminencia de lo
supranacional sobre lo intergubernamental al rechazar que la
nueva Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea,
embrión de una hipotética Constitución Europea, tuviera fuerza
jurídica vinculante mediante su incorporación al Tratado de la
Unión.
5. La segunda e inversa cohabitación con Jospin
En el plano interior, al poco de asumir, Chirac hubo de
desdecirse de varias de sus promesas electorales y reconoció
que sin resolver previamente el problema del déficit
presupuestario no se liberaría dinero suficiente para sufragar
las políticas de empleo. El caso es que la muy impopular
reforma de la Seguridad Social presentada por Juppé, que
generó una vasta protesta social y dos huelgas generales del
sector público antes de terminar 1995, le salpicó en los
sondeos de opinión.
En esta tesitura, el 21 de abril de 1997 convocó elecciones
legislativas anticipadas para los días 25 de mayo y 1 de
junio, con la esperanza de revalidar una mayoría suficiente,
pese a que la alianza RPR-UDF ya gozaba de una mayoría
abrumadora en la Asamblea Nacional, y afrontar con
tranquilidad los retos del futuro inmediato.
No obstante, el electorado emitió contra Chirac una sanción
imprevista y otorgó la victoria al PS de Jospin, que se
convirtió en primer ministro el 3 de junio. Los partidos del
Gobierno sumaron el 29,9% de los sufragios y 242 escaños (el
15,7% y 134 para el RPR), los más flojos resultados de una
mayoría presidencial desde 1959. Chirac, primer presidente de
la V República que convocaba unas legislativas sin una crisis
de Gobierno que las justificara y luego las perdía, se
encontró, pues, con una cohabitación que se auguraba incierta,
habiendo de escuchar demandas de dimisión por provocar una
situación que a nadie agradaba.
Ahora bien, en uno de sus inveterados lances acomodaticios, el
10 de junio se aprestó a salir en defensa del nuevo primer
ministro en su cuestionamiento de los mecanismos de disciplina
a aplicar a la futura moneda común europea, además de sentirse
vindicado con la propuesta del dirigente socialista de
imprimir un giro social a la construcción económica europea.
En cuanto a la política interna del bloque de centro-derecha,
vapuleado en las elecciones regionales y cantonales, el 23 de
marzo de 1998 el RPR rompió su silencio sobre los polémicos
pactos de algunos dirigentes regionales de la UDF con el FN,
calificando de racista y xenófobo a este partido y criticando
duramente a sus inesperados aliados.
Por lo que se refirió a la crisis ideológica del RPR,
escenificada en el congreso extraordinario del 31 de enero y 1
de febrero de 1998, Chirac movilizó a sus incondicionales para
frustrar la propuesta del presidente del partido desde el 6 de
julio de 1997 en sustitución del dimitido Juppé, Philippe
Séguin, ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, y
presidente saliente de la Asamblea Nacional, de modernizarlo y
de desvincularlo de las prácticas corruptas, cambio que los
chiraquianos y los tradicionalistas equipararon con la
asunción de los planteamientos liberales de la UDF y la
desvirtuación de las peculiaridades gaullistas, lo que a la
larga, en su opinión, conduciría a la fusión de ambos partidos
por asimilación doctrinal del chico al grande.
Aunque había encarnado una tendencia del neogaullismo en la
acepción prístina del movimiento puesto en marcha por el
general en 1947, es decir, con apelaciones a lo social y lo
popular, reacia a los dogmas liberales y las estructuras
supranacionales, y aunque, como Pasqua, había pedido el no en
el referéndum del 20 septiembre de 1992 sobre el Tratado de
Maastricht (entonces, si bien la dirección del RPR dio la
libertad de voto a los afiliados, Chirac, Juppé y Balladur
recomendaron hacerlo en sentido afirmativo), Séguin, a raíz
del descalabro en las urnas en 1997, se había aliado con
Balladur y otro dirigente del ala liberal, Nicolas Sarkozy, en
la defensa de una regeneración del partido que pasaba por el
apartamiento de residuos doctrinales como la planificación
industrial, el culto al Estado y el dirigismo centralizado, y
la asunción del liberalismo sin reservas, es decir, más
achicamiento del Estado como actor económico, más
privatizaciones, más desregulación, la reducción de la función
pública y el estímulo de las iniciativas de empleo y los
fondos de inversión privados.
La plataforma impulsada por Séguin fue derrotada en el
congreso, dejando a su promotor tocado sin remisión. El 16 de
abril de 1999, Séguin dimitió por sorpresa y la presidencia
del RPR la asumió en funciones Sarkozy, que ostentaba la
Secretaría General desde hacía dos años. El 4 de diciembre de
1999, la conducción orgánica del RPR se la llevó, en una
elección interna abierta a los afiliados, la alcaldesa de San
Juan de Luz, Michèle Alliot-Marie, considerada próxima a
Chirac.
En agosto de 1998, Chirac, semanas después de desatarse un
entusiasmo en el país desconocido desde la Liberación en 1944
por la victoria de la selección nacional en el Campeonato
Mundial de Fútbol celebrado en casa -euforia que, siempre
atento a las oportunidades de cara a la galería, él se aprestó
a capitalizar-, vio estrecharse el cerco judicial en derredor
por el caso de los empleos ficticios gestionados por el
Ayuntamiento de París, al descubrirse que su firma como
alcalde había validado algunos contratos de militantes del
RPR, los cuáles se habrían beneficiado del salario
correspondiente a un trabajo no desempeñado.
Los fundados indicios y sospechas de que Chirac estaba al
tanto de estas irregularidades, relacionadas con la
financiación ilegal del RPR, dieron pie a exigencias de
procesamiento, pero el 11 de enero de 2000 el Tribunal de
Apelación de Versalles dictaminó que, según la Constitución,
el jefe del Estado es penalmente irresponsable y sólo puede
ser procesado por el Alto Tribunal de Justicia por el supuesto
de traición a la patria.
Algo más tarde, el 24 de septiembre, Chirac volvió a errar con
una apuesta de tipo electoral, cuando se sometió a referéndum
una reforma constitucional para recortar el mandato
presidencial de los siete a los cinco años. Aunque la
iniciativa salió adelante con el 73% de los votos afirmativos,
Chirac no obtuvo la expresión de apoyo popular que esperaba al
alcanzar la abstención el 70%. La consulta era del todo
innecesaria, ya que tanto el RPR como el PS habían asumido la
reforma y su aprobación por la vía parlamentaria estaba
sobradamente garantizada.
6. Un año político en clave preelectoral
Desde la presidencia de la UE en el segundo semestre de 2000,
Chirac acentuó su primacía en la conducción de la política
exterior francesa, tomando la delantera a Jospin en
posicionamientos de calado y con un ojo siempre atento a su
imagen pública, pues en 2002 tocaba una doble cita con las
urnas, presidencial y parlamentaria, y nadie dudaba que
acudiría de nuevo a la primera lid.
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 de la
organización Al Qaeda contra Nueva York y Washington, Chirac
fue el primer mandatario europeo que visitó al presidente
George W. Bush, el 18 de septiembre, para expresarle sus
condolencias por las víctimas y ofrecerle la "total
colaboración" de Francia en la estrategia de respuesta militar
en el seno de una coalición mundial contra el terrorismo,
aunque Estados Unidos prefirió las intervenciones por su
cuenta sobre las acciones multilaterales con mandato de la
OTAN, donde Francia y los demás aliados europeos invocaron la
autodefensa colectiva.
Así refrenada la alerta de combate inicial, la contribución
gala a la campaña militar en Afganistán en octubre de 2001
contra la red terrorista del saudí Osama bin Laden y el
régimen talibán afgano consistió en el envío, vía Uzbekistán,
de un contingente de retaguardia para asegurar el estratégico
aeropuerto de la ciudad norteña de Mazar-i-Sharif y de algunos
comandos para ayudar a los estadounidenses en misiones de
rastreo e interceptación por tierra.
En otro orden de cosas, en el verano de 2001 retornaron al
primer plano los sumarios sobre las sinecuras en el
ayuntamiento parisino, la adjudicación irregular de viviendas
sociales por la misma corporación, y el pago entre 1992 y 1995
con fondos de dudoso origen de viajes privados de Chirac y su
familia. La hija y consejera de comunicación del presidente,
Claude, fue llamada a testificar por el juez instructor del
sumario de los viajes y durante unas semanas se creyó que la
primera dama, Bernadette Chirac, podría ser también citada.
En su discurso a la nación el día de la fiesta nacional del 14
de julio, Chirac rebatió las "insinuaciones" y "calumnias" de
las que eran objeto su familia y su círculo de allegados,
apuntó al PS como instigador de las investigaciones judiciales
en curso y rechazó que los magistrados pudieran llamarle a
declarar. Como hiciera el Tribunal de Apelación año y medio
antes, el Tribunal de Casación zanjó en octubre que el jefe
del Estado gozaba de inmunidad penal mientras durara su
mandato presidencial.
7. Abrumadora reelección en 2002 con regusto de victoria
pírrica El 11 de febrero de 2002 Chirac presentó su candidatura a la
reelección y desgranó las propuestas de su programa, que,
reflejando lo que decían las encuestas sobre la jerarquía de
preocupaciones de los franceses, estaba coronado por los temas
de la delincuencia y la inseguridad ciudadana. El líder
neogaullista prometió una "tolerancia cero" con los
delincuentes, la reforma del sistema judicial y la dotación de
más medios a las fuerzas del orden.
En lo económico, propuso una política de reactivación fundada
en recortes sustanciales de los distintos tramos del impuesto
sobre la renta y del impuesto de actividades económicas, y en
la exoneración de cargas sociales a los empresarios que
contrataran a jóvenes. La semana laboral de 35 horas
establecida por Jospin sería respetada, pero como regulación
estrictamente voluntaria y particular de cada empresa, para no
dañar las iniciativas privadas de mayores cotas de trabajo y
producción.
Chirac no convenció a dos líderes del centroderecha, François
Bayrou, presidente de la UDF y del principal de sus
componentes, la democristiana Fuerza Democrática (FD), y Alain
Madelin, presidente de Democracia Liberal (DL, el antiguo
Partido Republicano de Giscard, que abandonó la UDF en 1998),
de que renunciaran a presentar sus candidaturas
presidenciales, aunque tampoco les presionó en demasía, ya que
nadie imaginaba en vísperas de la primera vuelta del 21 de
abril un escenario de voto tan fraccionado como para poner
siquiera en peligro el paso a la segunda vuelta de los dos
postulantes principales del centroderecha y la izquierda.
Y sin embargo, lo que sucedió fue aún más perturbador y
espectacular: con el 16,9% de los votos, Le Pen, que maximizó
los beneficios de su campaña contra los inmigrantes y la clase
política con las habituales soflamas xenófobas, chovinistas y
antieuropeas, descabalgó a Jospin para la segunda ronda,
sumiendo al PS en la mayor humillación electoral de su
historia. Chirac sólo superó en tres puntos al jefe del FN y
registró el más bajo resultado obtenido por un candidato
cabecero desde la instauración del voto presidencial directo
en 1965.
Aunque pírrica, la victoria de Chirac frente a Le Pen el 5 de
mayo estaba asegurada, y sólo faltaban por conocer los
porcentajes. Así, se dio la extraordinaria paradoja de que el
presidente en ejercicio con menos apoyo popular en la V
República iba a arrasar en el ballotage gracias al respaldo
masivo de sus opositores políticos con el único objeto de
frenar a un tercer candidato en discordia, que era percibido
como un peligro para la democracia.
Todas las fuerzas del Gobierno de la izquierda plural, que
tenía los días contados, a saber, los socialistas, los
comunistas, los verdes, los radicales de izquierda y los
soberanistas de izquierda de Jean-Pierre Chevènement (el ex
ministro de Defensa y del Interior era un detractor furibundo
del actual jefe del Estado) llamaron a votar por Chirac en la
segunda vuelta con distintos grados de acrimonia y
resignación, pero como una "reacción republicana espontánea"
que no admitía dudas sobre lo que se jugaba el país y lo que
tocaba hacer.
Satisfecho de que se aceptara su llamada al cierre de filas
táctico en torno a su candidatura, Chirac diseñó una
estrategia que concedía atención preferente a las legislativas
de junio, las cuales había que ganar también para zafarse de
la fastidiosa cohabitación con las izquierdas y para
desarrollar su proyecto de presidencia reforzada, adquiriendo
atribuciones en política interior, fundamentalmente en la
seguridad pública, y copando el protagonismo en las políticas
exterior y de defensa.
Sin pérdida de tiempo, el 23 de abril se anunció la creación
de la Unión por la Mayoría Presidencial (UMP), concebida no
meramente como una alianza entre el RPR y la UDF para la
presentación de listas electorales conjuntas, sino como el
embrión de un gran partido unitario del centroderecha al
servicio del presidente. El proyecto venía fraguándose desde
hacía meses e implicó al RPR, la DL y dos fuerzas hasta
entonces pertenecientes a la UDF, el Partido Radical de
François Loos y el Partido Popular por la Democracia Francesa
del ex ministro de Exteriores Hervé de Charette. Sólo la
familia política de Bayrou declinó unirse y optó por mantener
a flote la sigla de la UDF.
Mejorando los pronósticos, el 5 de mayo Chirac se deshizo de
Le Pen con un apabullante 82,2% de los sufragios (sobre una
participación del 79,7%) y al día siguiente, usando su
atribución constitucional, aceptó la dimisión de Jospin, sobre
la mesa desde la noche de la primera vuelta, y nombró primer
ministro a uno de los dirigentes de la DL más próximos al
Elíseo y entregados al proyecto UMP, Jean-Pierre Raffarin,
presidente regional de Poitou-Charentes. El 7 de mayo tomó
posesión el Gabinete, de equilibrio entre el RPR, la UDF y la
DL, pero con predominio de los chiraquianos de confianza y la
presencia añadida de algunos nombres independientes con poso
intelectual.
El 16 de mayo Chirac prestó juramento de su segundo mandato,
por cinco años esta vez, confiado de poder trasladar los ecos
de su renovación triunfal a la composición de la Asamblea
Nacional. Ciertamente, los comicios del 9 y el 16 de junio de
2002 redondearon el éxito de Chirac al recibir la UMP una
confortable mayoría absoluta de 357 escaños con el 33,7% de
los votos. Un éxito, eso sí, un tanto fortuito y mermado de
legitimidad política, ya que el malestar de la ciudadanía con
las instituciones y los dirigentes de la V República seguía
intacto, siendo la mejor prueba la abstención registrada en la
segunda vuelta del día 16, el 39,3%, altísima para los
estándares franceses.
A mayor abundamiento, el efecto Le Pen tocó techo y el FN,
perjudicado por el sistema mayoritario, no obtuvo ningún
escaño al encontrar bloqueado el ballotage en sus
circunscripciones más fuertes por las listas comunes del
centroderecha. Así las cosas, el 17 de junio Raffarin fue
confirmado al frente del Gobierno por Chirac.
El presidente francés está en posesión de la Gran Cruz de la
Legión de Honor, la Gran Cruz de la Orden Nacional del Mérito,
la Cruz al Valor Militar, la Gran Cruz del Mérito de la Orden
Soberana de Malta, la Medalla de la Aeronáutica y la Orden de
Servicios a la Patria de Rusia. Es igualmente caballero del
Mérito Agrícola, de las Artes y las Letras, de la Estrella
Negra, del Mérito Deportivo y del Mérito Turístico. Ha escrito
los libros Discours pour la France à l´heure du Choix, La
Lueur de l´espérance: réflexion du soir pour le matin (1978),
Une nouvelle France, réflexion 1 (1994) y la France pour tous
(1995).
Fuentes