Jaime Ferran y Clua

Jaime Ferran y Clua
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Médico y bacteriólogo español
Nacimiento1 de febrero de 1851
Corbera de Ebro, TarragonaBandera de España España
Fallecimiento22 de noviembre de 1929
Barcelona
NacionalidadBandera de España España
OcupaciónCientífica e Investigativa

Jaime Ferran y Clua (Jaume Ferran i Clua). Ilustre médico y bacteriólogo español, que descubrió vacunas contra el cólera, el tifus y la tuberculosis.

Síntesis biográfica

Nació el 1 de febrero de 1851, en Corbera de Ebro, Tarragona, España.

Estudió en San Luis de Tortosa y Bachiller en Tarragona, y se licenció en Medicina en la Universidad de Barcelona, en 1873.

Se establece como médico en Tortosa y dedicó sus primeras actividades al estudio del tracoma. En 1878 concibe la primera idea sobre el microteléfono y logra unir telefónicamente, con aparatos por él construidos, su despacho con el observatorio del Ebro en Roquetas cerca de Tortosa.

Publica en colaboración con Pauli, un importante químico de la época, un estudio: La instantaneidad en la fotografía, en el que revela el método de la emulsión de bromuro de plata, diez veces más rápida que el colodión húmedo que entonces se usaba, invento que luego ha enriquecido a la casa Kodak de los EEUU de América.

Labores e investigaciones

Se interesó por la microbiología con las investigaciones de Pasteur y en 1884 dió a la Academia de Medicina de Madrid una memoria sobre El parasitismo bacteriano, que produce sensación.

Es enviado por el Ayuntamiento de Barcelona a Marsella con una comisión para estudiar el cólera. A la vuelta da cuenta de sus trabajos con su memoria sobre la epidemia colérica en Marsella. Por su cuenta se traslada a Tolón, donde también existe la epidemia, regresa a Tortosa y se consagra de lleno a las investigaciones sobre el cólera, logrando, tras múltiples experiencias en animales, y, finalmente, en el hombre, descubrir la vacuna que inmunizaba contra el bacilo.

El 31 de marzo de 1885 comunica sus descubrimientos a la Academia de Ciencias de París. Él mismo ensaya su vacuna ingiriendo una dosis de cultivo y haciéndosela ingerir a su familia, saliendo todos inmunes del experimento.

Por estas razones, el gobernador de Valencia le lleva a su región donde el cólera hace estragos. Allí realiza más de 30.000 vacunas. Sin embargo una fuerte campaña de profesionales españoles se desencadena contra él.

Mantiene un fuerte entrenamiento con Santiago Ramón y Cajal, aunque encuentra simpatizantes entre la comunidad científica extranjera. Hay un importante debate en el Ateneo de Madrid en que es defendido con éxito por el doctor Gimeno. Castelar también le defiende en el Congreso.

El ministro Romero Robledo dicta una real orden por la cual nadie podrá aplicar la vacuna Ferrán más que él mismo y en presencia de un delegado gubernamental, lo que hiere la sensibilidad de Ferrán, que decide suspender radicalmente las vacunaciones, lo cual da como resultado la muerte de más de 150.000 personas del cólera.

Varios investigadores extranjeros tratan de disputarle la prioridad en el invento y tiene que sostener ásperas polémicas, de las que sale victorioso.

En 1886 descubre la vacuna antitífica que aplica a algunos obreros de las alcantarillas de Barcelona.

Al año siguiente el Ayuntamiento de Barcelona funda el Instituto Antirrábico, segundo creado después del de Pasteur en París, y Ferrán se pone a su cabeza. descubriendo el método que llama supraintensivo, para diferenciarle del intensivo de Pasteur y que simplifica y mejora el tratamiento.

En 1894 se generaliza el tratamiento en toda España y son miles los inmunizados contra la rabia sin un solo fracaso.

Paulatinamente va logrando que diversos sabios reconozcan la prioridad de los descubrimientos de Ferrán en sus aplicaciones, como Klemperer en la vacuna anticolérica, luego perfeccionada por Behring y Kitasato; Pfeifer y Kolle, en la antitífica; Fränkel en la antidiftérica.

En 1897 Ferrán prepara la vacuna antialfa frente al bacilo de la tuberculosis, que tantos resultados excelentes había de dar. Un año después transforma en anaerobio el bacilo de Nicolaier en la lucha contra el tétanos, y obtiene también éxitos importantes en la investigación contra la erisipela del cerdo y del carbunco y en la vacuna antipestosa.

Mantuvo una estrecha amistad con el rey D. Alfonso XIII, muy interesado por sus experimentos y conclusiones científicas.

Honores

Recibió algunos honores, pero sufrió terribles persecuciones de sus compañeros pseudocientíficos.

  • En 1907, la Academia de Ciencias de Francia le concedió el Premio Bréant.
  • En 1952, el Ayuntamiento de Tortosa le nombró hijo adoptivo de la ciudad. Se realizó un homenaje del cual perdura una placa conmemorativa que lleva su nombre, en el edificio, a orillas del río Ebro, donde residió: la casa de la Diputación del General.
  • En 1952 se erigió en su honor un monumento en la Calle de la Princesa de Madrid.
  • El año 1972 los Amigos del paseo Maragall, levantaron en su honor un relieve en bronce sobre una estrella, obra del escultor José Cañas y Cañas (1905-2001), en el Paseo de Maragall, entre las calles Acacias y Garcilaso.
  • En la actualidad un premio de investigación concedido por la Sociedad Española de Microbiología honra su nombre.

Existe también un Instituto de Educación Secundaria (IES) "Jaime Ferrán Clúa" en San Fernando de Henares (Madrid) y un colegio de educación primaria "Ceip Doctor Ferran i Clua" en la calle Manigua (Barcelona) y uno en Valldoreix "Escola Jaume Ferran i Clua" y otro en Collado Villalba (Madrid) IES.Jaime Ferran.

Muerte

El 22 de noviembre de 1929 murió en Barcelona, sin que sus enormes contribuciones a la ciencia médica hubieran merecido el reconocimiento de las autoridades españolas.

Fuentes