Jeanne de Marsy, Primavera
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Jeanne de Marsy, Primavera Manet mostró gran interés por realizar una serie con las Cuatro Estaciones del año, representadas cada una por una bella modelo. Quizá el motivo fuera un encargo de temática similar que recibió del rey de Bélgica el pintor Alfred Stevens. Desgraciadamente, el proyecto de Manet quedó inconcluso ya que sólo hizo la Primavera y el Otoño, al sorprenderle la muerte en 1883.
Descripción de la Obra
Para esta escena posó la joven actriz Jeanne de Marsy, que - según nos cuenta el amigo del pintor, Proust - siguió todas las indicaciones de Manet para realizar el cuadro, incluso se compró el sombrero que el artista había aconsejado. La bella modelo se recorta de perfil en un fondo de árboles, recibe la luz natural - mostrando así la influencia del Impresionismo -, luz que no crea sombras, como ocurría en las estampas japonesas. Viste un elegante vestido blanco con decoraciones florales y lleva una sombrilla para protegerse del sol.
La figura està en la calle, detràs de ella se ve el azul del cielo y el esbozo de los edificios, solo su cara y el pañuelo blanco captan la luz.
Los colores dominantes son: el azul, el marron y el negro, Manet muestra su gran dominio de los negros, no es una mancha el color tiene muchos matices.
La alegría del colorido contrasta con el gesto duro de la actriz, que parece pavonearse ante los espectadores. La iluminación y el colorido responden perfectamente a una obra que tiene como temática la primavera. El modelado de la figura demuestra la elevada capacidad como dibujante de Manet, que emplea en esta imagen una pincelada más detallista que en otras anteriores - Pavimentadores en la rue Mosnier, por ejemplo - quizá por tener como destino una muestra oficial.
Historia
Un amigo de Manet, Antonin Proust le encargó una serie de cuadros el tema que escogió fue las alegorias de las cuatro estaciones, el artista para representarlas escogió cuatro figuras femeninas.
Manet no las representó como figuras de la mitologia, prefirió pintarlas como mujeres de su época, el artista prestó gran atención al vestuario de sus modelos, ya que en este momento la moda era un rasgo clave dentro de la modernidad, esta nueva iconografia se puso de moda en la pintura del siglo XIX, su cuñada Berthe Morisot tambien utilizó esta forma de representación, posiblemente los artistas se inspiraron de las estampas japonesas muy difundidas en esa época, era también habitual simbolizar las estaciones con rasgos de cortesanas.
Este fue el único cuadro de la serie que Manet logró terminar y fue presentada al Salón de 1882 donde fue acogida favorablemente, recibiendo numerosas críticas positivas, algunas de las cuales hablaban de figura japonesa con un claro aire parisino.
Datos del autor
Édouard Manet, (23 de enero de 1832, Paris - 20 de abril de 1883, Paris). Pintor y grabador francés, reconocido por la influencia que ejerció sobre los iniciadores del impresionismo. Es, probablemente, el pintor impresionista más reconocido, lleva al movimiento a su más alta significación.
Entre sus obras destacan Impresión: Sol naciente, La Grenouillère, y las series de la catedral de Rouen, La estación de San Lázaro y de las Ninfeas. Siempre se ha considerado a Manet como el máximo representante del Impresionismo. Indudablemente, Manet es un impresionista puro, él nunca abandonó sus planteamientos. A lo largo de su dilatada carrera, llegó a ejecutar cerca de tres mil cuadros. Su máxima preocupación es plasmar la vibración cromático–lumínica en sus lienzos. En sus temas la luz engendra el color y la forma. Su retina capta hábilmente el reflejo de la luz en cualquier lugar: en una superficie acuática, en un suelo nevado o en la portada de una catedral.
