Jilma Madera

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Lilia Jilma Madera Valiente
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Gilma madera.jpg
Escultora
Nacimiento18 de septiembre de 1915 en
Pinar del Río, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento21 de febrero de 2000
La Habana, Bandera de Cuba Cuba

Lilia Jilma Madera Valiente[1]. Célebre creadora de la plástica cubana. Primera mujer en el mundo en realizar una obra de tan gran magnitud y que ha sido la más popular del territorio cubano: el Cristo de La Habana.

Síntesis biográfica

Lilia Jilma Madera Valiente* o flor del campo como significa en la legua zipa, nace como fruto de la unión entre la cubana Eufemia Dolores de Jesús Valiente y el asturiano Severiano Madera García.El 18 de septiembre de 1915 a las 2:35 am el octavo alumbramiento de su madre, en la provincia de La Habana. Este acontecimiento tiene lugar en la finca “La Victoria”, ubicada en el barrio de Bermejales, municipio de San Cristóbal, Pinar del Río, Cuba, comprada por Severiano Madera García, natural de Asturias, provincia de Oviedo, España, al costo de 2 800 pesos oro español con una extensión de once caballerías, tres de ellas dedicadas al cultivo de tabaco, el resto a la ganadería y a la plantación de madera preciosa. La solvencia económica de la familia permitió enviar a sus hijos a la capital, para realizar sus estudios.

Introduccion a su vida

Jilma Madera Valiente cursó sus primeros estudios en el Centro Gallego, posteriormente pasó a la escuela del hogar donde se tituló de Maestra en Economía Doméstica en junio de 1936. En mayo de 1937 es autorizada para ejercer esta profesión en el grupo III de la Escuela Primaria Superior No. 4 de distrito escolar del cetro de La Habana donde presto servicio como maestra de la cátedra de Economía Doméstica durante 25 años. El dominio de la lengua Inglesa le permitió ejercer como profesora de idioma por ocho años en la secundaria Félix Varela, En la Facultad Obrera Campesina (FOC) Enrique Zalanaga y Antonio Maceo. La superación fue una constante para Jilma Madera por eso realizo cursos de verano en Pedagogía en la Universidad de La Habana y de inglés en Columbia University New York. En 1961 con 24 de experiencia como maestra se incorpora a la campaña de alfabetización, hermosa y humana misión que la hizo sentir orgullosa a colaborar modestamente para terminar el analfabetismo en su patria, como una mas de los miles de cubanos que sabían leer y escribir, sintió el deber de ayudar a los hermanos iletrados. En la etapa inicial a la campaña participa en la promoción para captar alfabetizadotes, junto a los intelectuales Raúl Ferrer, Rafaela Chacón y Jesús Orta Ruiz. Posteriormente se incorpora a la Brigada Conrado Benítez. El 28 de agosto de 1961, llegó a la finca de San Ramón, barrio Arroyo Rico en la Palma, a la casa del labriego Eusebio Alfaro donde permaneció hasta el final de la campaña. Durante este periodo estuvo al frente de un núcleo de alfabetizadotes y graduó a los 12 alumnos a su cargo. Fue seleccionada alfabetizadota destacada en barias ocasiones y participo en diferentes eventos municipales y provinciales. Su labor no se limito a enseñar a leer y escribir al la familia Alfaro, además compartió con esta las labores domesticas y del campo. El 28 de noviembre de 1961 regresa a su domicilio, con la satisfacción del deber cumplido por lo cual mereció la medalla conmemorativa de la alfabetización. Como toda mujer bella y elegante desde jovencita fue admirada y cortejada, amares y desilusiones la llevan a adentrarse en su mundo interior y encontrarse así misma. Es así que surge pujante y poderosa su afición por las artes plásticas.

Obra más conocida

José Martí marcó pautas en su vida y principios, e influyó en sus decisiones, por lo que siempre sintió deseos de pintar y esculpir su figura. Le realizó un retrato que expuso en la Fragua Martiana, en 1952 y apareció en la portada de la revista Bohemia. Es el Martí del Turquino y el que está a la entrada del Museo de la Revolución.

El frontispicio de la Fragua Martiana fue también una idea suya. Representa un libro abierto con una llama interior y arriba una estrella como formada por el humo de la llama. Escogió la estrella por ser un símbolo constante de la prosa martiana.

El Cristo de La Habana, lo hizo a partir de una convocatoria del gobierno. Lo realizó en mármol blanco de Carrara, relleno de concreto, su peso total es de 320 toneladas, integradas por 67 piezas, tiene 24 metros de altura. Se inauguró el 25 de diciembre de 1958, a la entrada de la bahía habanera. Representa un Cristo fuerte, grande, en el pecho se le ven los dorsales, se le notan las rodillas, la cara dulce y los labios gruesos, las cuencas de sus ojos está vacías, porque según su autora, no se ven desde lejos.

Historia del Martí del Turquino

Para realizar el Martí que se pondría en el Pico Turquino, Jilma compró el bronce y lo mandó a fundir a Obras públicas. Pero para realizar este proyecto no había dinero, por lo que hizo medallones y un martí pequeño que se vendió a cincuenta pesos, con lo cual se pagó todo. Ella no cobró nada, se sintió remunerada al tener un monumento dedicado al apóstol, a 2 mil metros de altura, en el pedestal más alto, como corresponde a una figura como Martí. Gonzalo de Quesada, hizo un llamado a los martianos para que propusieran frases del Maestro, con vistas a escoger una y ponerla en el busto del Turquino. La frase propuesta por Jilma fue la seleccionada. “Escasos como los montes son los hombres que saben mirar desde ellos y sienten con entraña de nación y de humanidad”. Para colocarlo, había que pedirle permiso al marqués español, dueño del Turquino, como Jilma era maestra de un aula de Economía Doméstica en la ciudad de La Habana, el doctor Manuel Sánchez Silveira, padre de Celia Sánchez Manduley, se encargó de todo los trámites. Al Pico Turquino subieron unos cincuenta martianos, vestidos con uniforme verde olivo, allí se encontraban también Celia y su padre. Hombres del SIM, los siguió, pensando que se alzarían en las montañas.

Exposición personal

  • Retrospectiva de la obra escultórica de Jilma Madera, Museo Municipal de 10 de Octubre, La Habana, 10 de octubre de 1983.

Exposiciones colectivas

Premios

  • 1939, Mención de honor, XXI Salón de Bellas Artes, La Habana.
  • Medalla de plata, XXXII Salón de Bellas Artes, Círculo de Bellas Artes, La Habana.

Obras escultóricas

  • Figura, bronce, 25 cm, 1948.
  • Madre india, terracota, ca. 1950.
  • Viceversa, talla en piedra, 1954.
  • Tahitiana, bronce, ca. 1951.
  • Lamento, bronce, ca. 1950.
  • Génesis, terracota, ca. 1951.

EL Cristo de La Habana

Obras emplazadas en Cuba 

Muerte

La escultora Jilma Madera fallece el 21 de febrero de 2000 en La Habana.
«Algunos estudiosos calificaban el estilo de Jilma Madera como elegante expresión del neoclásico; otros le observaban tendencias a la estilización sin abandonar lo figurativo. Pero sí existía un consenso al estudiarla: brillan en todas ellas un sello propio, detalles e indicios sumamente originales que dan un toque hermoso y poético» (Oramas, 1983)

Bibliografía

  • RODRÍGUEZ MENÉNDEZ, ROBERTO. Jilma Madera. Símbolo de la escultura cubana. --p. 34-36. --En Somos Jóvenes. –No. 259, oct. 2006
  • Veigas Zamora, José. Escultura en Cuba. Siglo XX. Fundación Caguayo, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2005.

Referencias

  1. El nombre de Jilma aparece también como Gilma en algunas bibliografías.