Jorge Rafael Videla

Jorge Rafael
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Comandante en Jefe del ejército argentino en 1974
NombreJorge Rafael Videla
Nacimiento21 de agosto de 1925
Mercedes

Jorge Rafael Videla. Ex-militar argentino que ocupó de facto la presidencia de su país entre 1976 y 1981. Llegó al poder en un golpe de Estado que derrocó a la presidenta María Estela Martínez de Perón, y ejerció una cruel dictadura. Su período estuvo marcado por violaciones a los derechos humanos, y por un conflicto fronterizo con Chile que estuvo a punto de devenir guerra. Tras la restauración de la democracia representativa, fue juzgado y condenado a prisión perpetua y se destituyó el grado militar por numerosos crímenes cometidos durante su gobierno.

Biografía

Niñez

Nació en Mercedes, el 21 de agosto de 1925.

Vida Política

El entonces teniente general Videla fue nombrado Comandante en Jefe del ejército por la presidenta María Estela Martínez de Perón, Isabelita, en 1974. Videla encabezó el golpe de estado del 24 de marzo de 1976 que sustituyó a Isabelita por una junta militar, formada por él mismo, en representación del ejército, el almirante Emilio Eduardo Massera, por la Armada y el brigadier general Orlando Ramón Agosti por la Fuerza Aérea, dando inicio al autodenominado Proceso de Reorganización Nacional. Los militares argentinos habían recibido entrenamiento en la famosa Escuela de las Américas, ubicada en Panamá y financiada y dirigida por los Estados Unidos. El golpe militar formó parte de un plan mayor de golpes militares en toda Latinoamérica en el cual se encontraba involucrada la CIA.

El 29 de marzo asumió la presidencia de la nación, que ocuparía hasta ser reemplazado por el general Viola en 1981, por el fuerte desgaste público de su imagen y desavenencias en el seno de la cúpula militar.

Violaciones de su Gobierno

Las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura fueron frecuentes y gravísimas; el plan de represión sistemática de la oposición política e ideológica, combatida como subversión fue uno de los elementos claves en la imposición y desarrollo del proceso. En el curso del mismo, la supresión del derecho a la defensa, los encarcelamientos ilegales, las torturas y los asesinatos de opositores fueron moneda corriente, sobre todo en los núcleos urbanos de mayor presencia estudiantil.

Durante el gobierno de Raúl Alfonsín se instituyó la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas para investigar y documentar lo sucedido. En base a los hallazgos de la misma, Videla y otros miembros del gobierno militar fueron condenados por la justicia.

Durante el gobierno militar, el conflicto limítrofe entre Argentina y Chile acerca de la soberanía sobre tres islas en el Canal de Beagle (Picton, Lennox y Nueva) estaba pendiente de resolución y sometido al laudo de la Corona Británica.

En 1977 se dictó resolución desfavorable a la Argentina, lo que provocó una reacción inmediata del gobierno militar. La guerra pareció inminente en el año 1978, y la tensión no disminuyó hasta la intervención de la Santa Sede; el Papa Juan Pablo II abrió un nuevo proceso de mediación, nombrando como representante personal al cardenal Antonio Samoré, lo que permitió la desmovilización de las tropas.

Consecuencias Económicas

El conflicto no se resolvería hasta la firma del Tratado de Paz y Amistad de 1984. La soberanía chilena sobre las islas es hoy indiscutida.

José Alfredo Martínez de Hoz condujo la economía durante toda la presidencia de Videla. Sus medidas económicas, basadas en la apertura de los mercados y el desmantelamiento de la legislación laboral vigente, contribuyeron al desmantelamiento de los sindicatos y la polarización de las diferencias clasistas. Aunque Martínez de Hoz negó posteriormente su implicación con las actividades represivas del proceso, se ha argumentado que las mismas fueron necesarias para contener el descontento popular con los resultados económicos. Debido a la eliminación de las barreras arancelarias, la caída de la producción industrial y el saldo negativo de la situación exterior de Argentina durante el Proceso, el valor nominal de la deuda externa se multiplicó por cuatro.

El Proceso enfrentó un desafío mayor al tratar de recomponer su imagen pública en el exterior. Diversos grupos de opositores exiliados y algunos gobiernos denunciaron reiteradamente la situación de los derechos humanos en Argentina. El gobierno contraatacó con el slogan "Los argentinos somos derechos y humanos" y atribuyó las críticas a una campaña anti-argentina.

Búsqueda de Apoyo Popular

Ya el 19 de mayo de 1976 Videla protagonizó un muy discutido almuerzo que con un grupo de intelectuales argentinos, Ernesto Sábato, Jorge Luís Borges, Horacio Esteban Ratti (presidente de la Sociedad Argentina de Escritores) y el padre Leonardo Castellani, donde algunos de los presentes expresaron su preocupación sobre escritores detenidos o desaparecidos.

El campeonato mundial de fútbol de 1978 fue el escenario ideal para que la dictadura intentara ganarse el respaldo popular. El triunfo de la Selección permitió a Videla, pulgares en alto, recibir la aclamación de la multitud congregada en el estadio de River Plate, al entregar la copa al equipo argentino.

Entre el 6 de septiembre y el 20 de septiembre de 1979, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos visitó el país, donde recibió denuncias de los afectados por las desapariciones y otros abusos y se entrevistó con miembros del gobierno y de la oposición.

En 1980, el dirigente de la organización Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), Adolfo Pérez Esquivel recibió el Premio Nobel de la Paz, exponiendo aún más al mundo las violaciones a los derechos humanos en Argentina.

De vuelta el Régimen Democrático

Como resultado de las tensiones entre las tres fuerzas armadas por el reparto del poder, Videla fue apartado de su cargo. Lo remplazó en la presidencia el jefe del Estado Mayor del Ejército, Roberto Viola.

Dos años después de restablecerse el régimen democrático en Argentina en 1983, fue juzgado y declarado culpable por el asesinato y la desaparición de miles de ciudadanos durante su gestión presidencial. Fue sentenciado a reclusión perpetua, inhabilitación absoluta perpetua y destitución del grado militar en 1985. La Cámara Federal en lo Criminal y Correccional lo halló penalmente responsable de numerosos homicidios calificados, 504 privaciones ilegales de la libertad calificada, aplicaciones de tormentos, robos agravados, falsedades ideológicas de documento público, usurpaciones, reducciones a servidumbre, extorsión, secuestros extorsivos, supresión de documento, sustracciones de menores, y tormentos seguidos de muerte. El fallo fue confirmado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en 1986.

Videla cumplió sólo cinco años de prisión efectiva. En 1990, el entonces presidente Carlos Saúl Menem hizo uso de la facultad presidencial de indulto para dictar su excarcelación, junto con la de otros miembros de juntas militares y jefes de la policía de la provincia de Buenos Aires y del dirigente montonero Mario Eduardo Firmenich, por los Decretos 2741/90 y 2742/90. Menem argumentó la necesidad de "superar los conflictos pasados" para justificar su actitud.

En 1998 regresó a prisión, aunque brevemente, tras que un juez dictaminara que las causas por sustracción de menores durante la guerra sucia constituían un crimen de lesa humanidad, y por lo tanto imprescriptible. Pasó 38 días en la cárcel de Caseros hasta que se le concedió el derecho al arresto domiciliario en atención a su edad. La causa se encuentra aún abierta.

Véase también

Fuente

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