José Rives

José Rives
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NombreJosé Rives (Pepe el Mallorquín)
NacimientoIslas Baleares
Fallecimiento1822
Isla de Pinos

José Rives. Fue el último pirata de Isla de Pinos, más conocido como Pepe el Mayorquin. Operaba como corsario con el consentimiento de los colonos residentes pineros.

Un poco de historia

Hacia comienzos del siglo XIX las principales potencias extranjeras, representadas principalmente por Inglaterra y las Trece Colonias, habían desestimado la práctica de dar patente de corso, no obstante, se mantuvo cierta actividad de los bandidos del mar originándose una nueva etapa de la piratería en el Caribe.
Un papel especial en las actividades de saqueo alrededor de Isla de Pinos le correspondió desempeñar a José Rives, más conocido por Pepe el Mallorquín. Natural de las Islas Baleares se había radicado en Batabanó, un pueblito costero de la provincia de la Habana; para 1820 tuvo la ocurrencia de hacerse pirata, cuando ya había pasado la época de oro de la piratería.
Para su propósito se alió al cubano Andrés Gonzáles y entre ambos decidieron establecer su cuartel general en Santa Fe, un pequeño caserío, que era lo más poblado que existía entonces en toda Isla de Pinos.
Era una época en que España había perdido mucho control sobre sus colonias. Las disposiciones reales demoraban demasiado en llegar y no se les hacía mucho caso. En Cuba más que el Rey, reinaba el desorden y la Isla de Pinos era el lugar más despoblado e ingobernado del país desde mucho antes.

Desempeño como pirata

Contaba el Mallorquín, con una goleta, La Barca, que tenía un cañón y una tripulación de 40 hombres llegando a dominar el tráfico de la parte meridional de Cuba y fue la única defensa armada de los pineros contra los ataques de los corsarios y piratas caimaneros y jamaicanos provenientes de las posesiones inglesas.
Pepe preparó su flotilla y en breve se convirtió en el terror de las naves españolas, adueñándose de los mares al sur de Cuba, sitio muy recurrido para las travesías entre España y sus colonias. Siempre regresaba invicto a su cuartel en esta isla, tierra de nadie, donde era acogido con júbilo.
Se había proclamado protector de Isla de Pinos y gozaba de las simpatías de todos los colonos. Pepe no solamente atacaba, si no defendía la Isla de otros bandoleros. Gracias a él y su banda, los colonos podían andar sin miedo en sus embarcaciones, contaban con más espacio marino disponible y más seguridad para su ganado.
En un año ya Pepe era una temida celebridad, y España sufría la pesadilla sin poder hacer nada en contra del forajido.

Enfrentamientos con los ingleses

Desde 1822, Inglaterra se vio afectada por la presencia del corso pinero y buscó apoyo en los comerciantes de La Habana, los que pusieron a su disposición los prácticos y los medios necesarios para poder eliminarlos.
Los ingleses y los hombres de Pepe el Mallorquín combatieron en más de una ocasión hasta que este último resultó vencido. Igual papel jugó su ayudante Andrés González, quién logró en varias oportunidades contener a los ingleses.
Inglaterra pidió permiso para tomar parte en el asunto y lanzó sobre Pepe  todo su poderío, con el ánimo de acabar de una vez y por todas con el problema.
La goleta de Pepe era un barquito bastante pequeño frente a las naves de la poderosa Albión. Lo que no siempre ser grande es una ventaja. Él fingió huir, remontando el río Mal País (este es el río que conecta Santa Fe con el mar) los ingleses lo siguieron y encallaron. Una vez inmovilizadas sus naves fueron emboscados y vencidos. En respuesta al daño ocasionado a esas embarcaciones en diciembre de 1822, los ingleses decidieron batir a los piratas durante un ataque producido en el delta del río Santa Fe, donde pese a la superioridad en efectivos y armas fueron derrotados por el Mallorquín.
Inglaterra estuvo dos años preparándose para un segundo intento. En la escaramuza el Mallorquín usó la misma estrategia, pero los ingleses venían con naves de poco calado.

Muerte

En el río Mal País, vió Pepe hundir a su flotilla y morir a casi toda su tripulación. Fue un combate encarnizado, al final Pepe disparó tantas veces su trabuco que se le reventó en las manos y así perdió una de ellas, se vendó el muñón y logró llegar vivo a Santa Fe. En el pueblo lo esperaba su esposa Juana Vinajeras, una pinera hija de colonos con quien ya había tenido varios hijos, en brazos de ella murió.

Luego España, intentando que no volviera a ocurrir algo parecido, declaró a la isla colonia de la Reina Amalia, se les dieron tierras a Andrés González y a los descendientes del Mallorquín. Además se creó Nueva Gerona, un pueblo ubicado al norte y por tanto más próximo a La Habana., que se convertiría en la capital del territorio pinero.

Fuentes