Jozef Tiso

Monseñor Jozef Tiso (en húngaro: Tisza József; 13 de octubre de 1887 – 18 de abril de 1947) fue un sacerdote católico que fue diputado del Parlamento checoslovaco, miembro del gobierno checoslovaco y finalmente, entre 1939-1945, presidente de la República Eslovaca Independiente, aliada de la Alemania nazi. Después de la Segunda Guerra Mundial, Tiso fue ejecutado por las autoridades checoslovacas.[1] [2] [3]

Infancia y juventud

Nacido en Veľká Bytča (hoy: Bytča) como hijo de Gaspar Tiso (en húngaro: Tisza Gáspár) de origen húngaro, y de Terezia Budíškova de origen eslovaco, se graduó en Viena en 1910 como teólogo, ordenándose posteriormente como sacerdote católico. Desempeñó su labor sacerdotal en varias ciudades, realizando también tareas docentes: enseñó gramática eslovaca, teatro y trabajos culturales.

Al principio de la Primera Guerra Mundial sirvió como capellán militar. En 1915 fue nombrado director del seminario teológico de Nitra. De 1921 a 1924, sirvió como secretario del obispo y profesor en el mencionado seminario. En 1924 fue nombrado deán de la parroquia de la ciudad de Bánovce nad Bebravou.

Ascenso político

Tiso se convirtió en uno de los líderes del Partido del Pueblo Eslovaco. El padre Andrej Hlinka había fundado el Partido del Pueblo Eslovaco como agrupación católica en 1913, cuando el Imperio austrohúngaro todavía gobernaba Eslovaquia.

El partido buscó la autonomía de Eslovaquia dentro de Checoslovaquia y, después de 1923 se convirtió en el mayor partido de Eslovaquia. Abarcó uno de las dos partes puramente eslovacas en Eslovaquia; los partidos restantes representaron a minorías nacionales, o funcionaron (por lo menos nominalmente) a través de Checoslovaquia. Cuando Hlinka murió en 1938, Tiso se convirtió en la práctica en el líder del partido (actúo oficialmente como diputado-líder del partido a partir de 1930 hasta el 1 de octubre de 1939, fecha en la que pasó a ser el líder oficial del partido).

Incluso durante su presidencia, Tiso continuó trabajando activamente como sacerdote de la parroquia de la ciudad de Bánovce nad Bebravou (desde 1924 a 1945). Desde 1925 a 1939 fue diputado en el parlamento checoslovaco en Praga, y a partir de 1927 y hasta 1929 miembro del gobierno checoslovaco como ministro de la salud y los deportes, posteriormente del 6 de octubre al 28 de noviembre de 1938 formó parte del gobierno checoslovaco como ministro para los asuntos eslovacos.

Cuando la Alemania de Adolf Hitler anexó los Sudetes (región de Checoslovaquia que contaba en 1938 con un amplio sector de población germanófona), el presidente checoslovaco Edvard Beneš huyó del país en octubre de 1938. Durante el caos que resultó, los eslovacos (quienes hasta entonces habían carecido de cualquier forma de autonomía dentro de Checoslovaquia) declararon su autonomía dentro de Checoslovaquia y nombraron a Tiso, como el líder del principal partido eslovaco, primer ministro de esta Eslovaquia autónoma. Hungría, que nunca había aceptado la separación de Eslovaquia que supuso el Tratado de Trianón (1918), se aprovechó de esta situación y persuadió a Alemania y a Italia para que forzasen a Eslovaquia a traspasar a Hungría un tercio de su territorio eslovaco por la concesión supuesta de Viena (arbitraje de Viena, noviembre de 1938).

Teniendo en cuenta esta situación, todos los partidos políticos checos o eslovacos en Eslovaquia (a excepción de los comunistas) unieron voluntariamente sus fuerzas e instalaron el partido de la gente eslovaca “del Hlinka - el partido de la unidad nacional eslovaca” en noviembre de 1938, que creó la base para el régimen autoritario futuro en Eslovaquia. (Lo mismo sucedió en la parte checa del país dos semanas más tarde). En enero de 1939, el gobierno eslovaco prohibió todos los partidos aparte del partido de la Unidad Nacional Eslovaca, el “Deutsche Partei” (un partido de alemanes en Eslovaquia) y el “Partido Húngaro Unificado” (un partido de húngaros en Eslovaquia).

A partir de febrero de 1939, Alemania realiza planes para ocupar la parte checa. No estando interesados básicamente en Eslovaquia, tratan de persuadir a políticos eslovacos para que declaren la independencia de Eslovaquia. El 9 de marzo de 1939, el gobierno de Checoslovaquia despliega tropas en Eslovaquia y Tiso es depuesto de su cargo. El 13 de marzo de 1939, Adolf Hitler invita al depuesto Tiso a Berlín, presionando a éste para que declare inmediatamente la independencia de Eslovaquia bajo “protección alemana”, bajo amenaza de que, en caso de no aceptar, Alemania permitiría que Hungría y Polonia se anexionasen el territorio restante de Eslovaquia. Bajo estas circunstancias, Tiso habló por teléfono con el presidente checoslovaco Emil Hácha y el primer ministro de Eslovaquia, Karol Sidor, quienes acordaron convocar al parlamento eslovaco el día siguiente. El 14 de marzo, el parlamento eslovaco declaró unánimemente la independencia de Eslovaquia, y el 15 de marzo, Alemania invadió las tierras checas restantes.

Tiso sirvió como primer ministro de la Eslovaquia independiente a partir del 14 de marzo de 1939 hasta el 26 de octubre de 1939. El 26 de octubre es proclamado presidente (jefe de estado) de Eslovaquia. El 1 de octubre de 1939 es proclamado oficialmente presidente del Partido del Pueblo Eslovaco. A partir de 1942, adoptando las formas nazis, se autodenomina "Vodca" (líder)

La República eslovaca

La independencia de Eslovaquia seguía siendo en gran parte ilusoria, en el sentido que Eslovaquia se había convertido en un estado títere alemán. El Partido del Pueblo Eslovaco funcionó como la única organización política legal en Eslovaquia.


Cooperación exterior

Tiso permitió al ejército alemán utilizar territorio eslovaco en el ataque a Polonia.[4] [5]

Más tarde, declaró la guerra a la Unión Soviética. Soldados eslovacos participaron en ambos ataques. Sólo tras los duros reveses de los alemanes en el frente oriental se redujo el contigente eslovaco destinado a luchar junto a los alemanes.[4]


Política interior: moderados y radicales

Pronto la aparente unión del partido desapareció formándose dos bandos enfrentados:[6] los partidarios de Tiso, generalmente miembros del clero[4] y pertenecientes a las generaciones de más edad; y los radicales partidarios del primer ministro Vojtech Tuka, en general más jóvenes y partidarios de los alemanes. Mientras que los primeros eran defensores de un estado autoritario y religioso similar al que había existido en Austria hasta la anexión alemana,[6] los segundos admiraban el modelo nazi alemán. La política interna de la república se convirtió en un continuo tira y afloja entre ambos grupos.[6]

Los alemanes siguieron una política de equilibrio entre los dos bandos enfrentados, ora favoreciendo a los radicales, ora a los moderados cercanos a Tiso.[6] En general, Tiso contaba con el apoyo alemán, no así sus seguidores, a los que intentaron neutralizar mediante el sostenimiento, especialmente por parte de las SS, de los radicales de Tuka.[6] La actitud de ambas facciones ante los judíos se convirtió en una manera de presionar al oponente y ganarse el respaldo alemán.[6]

A partir de 1942, aunque ninguno de los dos bandos había conseguido desbancar completamente al otro del poder, los partidarios de Tiso habían ganado claramente la partida: el cargo de Tiso como caudillo de la nación fue confirmado legalmente[6] y los paramilitares de la Guardia de Hlinka pasaron a control del presidente.[6]

La ideología del Estado

El partido de Tiso dirigió el país siguiendo ciertas pautas: nacionalismo extremo, religión católica, un orden social teóricamente basado en la doctrina católica y el desprecio hacia el sistema democrático y las libertades personales.[4] Mientras que las dos primeras eran parte de la tradición eslovaca, las últimas eran adaptaciones del exterior a la nueva situación.

Antisemitismo del gobierno Tiso

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El primer ministro Vojtech Tuka, principal exponente del ala más extremista del régimen y adversario de Tiso en las disputas internas.

El partido bajo dirección de Tiso se alineó con la políticas antisemitas nazis, aplicándolas en Eslovaquia, lo cual no supuso grandes sacrificios, dada la política de Hlinka de una “Eslovaquia para los Eslovacos”, una línea vehemente asumida por Jozef Tiso.[6] El acto principal respectivo era el código judío supuesto. Por efecto de la aprobación del "Código Judío", éstos en Eslovaquia no podrían poseer ninguna propiedad inmobiliaria o mercancía de lujo, quedaban excluidos de los trabajos públicos y de las profesiones liberales, no podían participar en el deporte o acontecimientos culturales, y les estaban vedadas las escuelas secundarias y universidades. Estaban obligados además a usar la Estrella de David en público.

El propio Tiso —como mucha gente en Europa central en aquel momento— tenía visiones antisemíticas definidas. Las opiniones difieren generalmente sobre su papel en las deportaciones judías de Eslovaquia, pero se sabe que se adhirió a la línea nazi en gran medida. Algunas fuentes sostienen la idea de que Tiso apoyó las deportaciones de forma tácita; otras fuentes precisan que las primeras deportaciones se realizaron de forma encubierta a causa de su oposición personal. Sin embargo, documentos referentes al holocausto en Eslovaquia (tal como E.Niznansky y otros. (eds.), na Slovensku, vols de Holokaust. 1-5. Bratislava: NMS/ZNO, 2001-2004) prueban que éste consintió las deportaciones y cooperó con los alemanes. De hecho, Hitler elogió la política referente a los judíos de Eslovaquia en una reunión con Tiso en el castillo de Klassheim en Salzburgo (Austria) el 22 de abril de 1942.

El régimen fomentó al principio la emigración judía,[6] mantuvo un gran interés en el plan alemán de deportación a Madagascar[6] y, a partir de 1940, comenzó una concentración gradual de los habitantes judíos en guetos, que se aceleró drásticamente en el otoño de 1941.[6] El consejero alemán para la «cuestión judía» declaró tras la guerra que existía un plan para empobrecer a los judíos y crear así un problema económico y social que se resolviese mediante la deportación.[6]

En julio de 1941, una delegación eslovaca acompañada de consejeros alemanes visitó los campos de trabajo que se estaban construyendo para los judíos en Silesia. En ese momento se desestimó el envío de los judíos a dichos campos. Uno de los miembros de la delegación declaró, tras conocer las condiciones de los campos que estas eran «no cristianas, inhumanas, tenemos que encontrar otra solución en Eslovaquia».[6]

En noviembre, durante una visita del primer ministro Vojtech Tuka y del ministro de interior a Hitler, se discutió la situación de los judíos. A lo largo de la visita, Himmler prometió ayuda a los eslovacos para la construcción de campos de concentración y para la instrucción de los guardias.[6] La construcción debía realizarse en la primavera de 1942.[6] Durante el invierno, los judíos serían internados en catorce asentamientos y cuatro campos.[6]

Mientras, los alemanes solicitaron el permiso de Croacia, Rumanía y Eslovaquia para deportar a sus ciudadanos judíos residentes en Alemania.[6] Para entonces, los judíos alemanes ya habían sido enviados a los campos de concentración del este.[6] El embajador alemán trató la solicitud con funcionarios del ministerio de exteriores que, a pesar de ser plenamente conscientes del destino de sus conciudadanos, otorgaron el permiso.[6] La única objeción fue la reclamación de las propiedades de los deportados por el gobierno.[6]

En febrero de 1942, los alemanes solicitaron la entrega de veinte mil trabajadores judíos, petición que, según el embajador alemán fue "aceptada ansiosamente" por el gobierno eslovaco.[6] Parece que hubo cierta oposición de los miembros más moderados del régimen, que terminaron aceptando la deportación sólo tras un discurso del obispo católico Jan Vojtassak en la reunión del consejo de estado.[6] Aunque otros obispos se opusieron a la entrega de los judíos, su posición no era muy firme y se enfrentaba a la opinión favorable de Tiso.[6] La petición explícita de los rabinos eslovacos para que se evitase la deportación fue desoída.[7]

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Tropas rebeldes haciendo una parada en un pueblo, 1944

Las deportaciones de judíos de Eslovaquia comenzaron en marzo de 1942. La actitud personal de Tiso quedó clara en un discurso en agosto de ese año, cuando ya los obispos franceses habían expresado su oposición a las deportaciones, él declaró:[8]

La expulsión de los judíos es un acto cristiano porque se hace por el bien del pueblo, que se libra así de sus plagas.

Sin embargo, los eslovacos detuvieron las deportaciones —a pesar de la dura oposición de Alemania, que exigió su reanudación— en octubre de 1942, cuando quedó claro que la Alemania nazi no sólo empleaba a los judíos eslovacos como mano de obra forzada, sino que los ejecutaba; se presentaron protestas públicas, a las que se unió la presión de la Santa Sede[6] para que cesasen las deportaciones. Eslovaquia se convirtió en el primer Estado en la esfera nazi que detuvo las deportaciones de judíos, pese a lo cual unos cincuenta y nueve mil judíos[6] (el 75 % de la comunidad judía de Eslovaquia) habían sufrido ya la expulsión, sobre todo a Auschwitz, a la que solamente una minoría sobrevivió.

Entre octubre de 1942 y octubre de 1944, Eslovaquia incluso sirvió como refugio seguro para los judíos que sufrían la persecución[6] en países vecinos ocupados por Alemania tales como Austria, el Protectorado de Bohemia y Moravia, Polonia y Ucrania.

Las deportaciones judías fueron reanudadas por las autoridades alemanas ocupantes en octubre de 1944, cuando el ejército soviético alcanzó la frontera eslovaca, y estalló la sublevación nacional eslovaca. Como resultado de la sublevación y del acercamiento de las fuerzas soviéticas, Alemania había decidido ocupar toda Eslovaquia y el país perdió su independencia. Durante la ocupación alemana 1944-1945, trece mil quinientos judíos más fueron deportados y otros cinco mil encarcelados.

Caída y muerte

Tiso perdió el poder cuando el ejército soviético conquistó las últimas partes de Eslovaquia occidental en abril de 1945. Hubo de hacer frente a las acusaciones de “traición interna, traición a la sublevación nacional eslovaca y colaboración con el nazismo”. El 15 de abril de 1947, la Corte Nacional (súd de Národný) lo condenó a muerte. Tan solo el presidente Edvard Beneš tenía la capacidad de conceder una suspensión temporal del castigo, pero a pesar de la opinión pública eslovaca y la intervención del Partido Democrático Eslovaco, así como del voto del gabinete checoslovaco contra la ejecución, rechazó conceder la amnistía a Tiso. Fue ahorcado el 18 de abril de 1947.

Véase también

Notas y referencias

Fuentes

https://es.wikipedia.org/wiki/Jozef_Tiso