Juan de Conyedo

Juan Martín de Conyedo
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Obelisco del Parque Leoncio Vidal Caro de Santa Clara. Obra donada por Marta Abreu a la memoria de los padres Juan de Conyedo y Francisco Hurtado de Mendoza.
NombreJuan Martín de Conyedo
Nacimientooctubre de 1687
San Juan de los Remedios, Villa Clara, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento20 de enero de 1761
Santa Clara, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónSacerdote

Juan Martín de Conyedo. Considerado entre los benefactores más insignes de Santa Clara. Tuvo una ardua carrera eclesiástica. Cuando regresó a la villa ordenado sacerdote inauguró la época de adelanto del nuevo pueblo en los primeros años del siglo XVIII. Realizó numerosas obras por el bien de su ciudad. Acometió la magna obra de reconstruir la Iglesia Mayor. Dio la libertad a los esclavos que trabajaban en sus obras. Prestó su atención a su preocupación más honda la educación.

Síntesis biográfica

Nació a finales del mes de octubre de 1687 en San Juan de los Remedios, actual Villa Clara, hijo de Juan de Conyedo y Martín y Juana Manuela de Arciniega. Sus primeros estudios fueron en Santa Clara y con posterioridad marchó a La Habana a continuar sus estudios de la carrera eclesiástica.

Obra educativa y eclesiástica

Su primera obra fue la de iniciar y tomar a su cargo personalmente y sin estipendio alguno, la dirección de todos los niños de la villa. Esta decisión honra su memoria, pues consagró las horas libres que le dejaba su ministerio para darles la conveniente instrucción de la educación primaria. En mayo de 1712 se le designó sacristán mayor interino de la Iglesia Parroquial Mayor y teniente Cura de la misma en 1717. Nada le hizo desmayar en el cumplimiento de la obligación que se impuso de educar a la juventud, ni las ocupaciones de otros cargos como: las de Cura Rector, Juez Eclesiástico en 1718.

En 1717, con su fortuna construyó la Ermita de “Nuestra Señora de la Candelaria” de mampostería y teja que ya existía desde finales del siglo XVII de paja y madera. Compró una casa y solar que donó a la ermita para que tuviese más capacidad. Estableció en ella el hospital de “Nuestra Señora de las Angustias”. En el asistía y cuidaba los enfermos que acudían en busca de alivio y socorro. Construyó a su costo una casa de mampostería y teja, al costado de la iglesia mayor y trasladó a ella en 1730 el hospital de caridad. Entonces ocuparon la ermita unos religiosos, convocados por Conyedo, para que lo auxiliaran en su doble misión. Destinó una parte de la casa a escuela, para que pudieran recibir la enseñanza todos los niños de ambos sexos. Acometió la construcción de las iglesias para sustituir la madera y el guano por la teja y la mampostería, así sucedió con la Parroquial Mayor, Buenviaje, El Carmen y La Candelaria. En este proceso liberó a cinco esclavos que trabajaban en las obras de la Ermita y la Iglesia[1].

Cuando fue destinado a ocupar un empleo de canónigo a Santiago de Cuba continuó atendiendo la educación en la Villa. Para ello, dejó organizado el ejercicio del magisterio por el Dr. Manuel Antonio Hurtado de Mendoza y Doña Agueda García. Si llegaban a faltar recursos, impuso dos mil pesos, cuyo censo anual aplicó a la mujer virtuosa que tuviera las cualidades necesarias para hacerse cargo de la enseñanza de las niñas y al maestro que del mismo modo tomara a su cargo la educación del otro sexo. Además, destinó entregarle la casa de su propiedad junto a la Ermita de la Candelaria a la maestra destinada y dejó un esclavo al servicio del hospital “San Francisco”.

Su ausencia en la villa fue causa de general tristeza y desalientos para aquellos que secundaban su labor. Regresó definitivamente a Santa Clara en 1743 y concibió entonces la idea de edificar en 1744 la ermita de Nuestra Señora del Carmen. Aquel sacerdote venerable, apóstol de la enseñanza y de la caridad, ya en el ocaso de su existencia, consagraba sus energías y alientos a la educación de la infancia y con abnegación daba sus clases para hacer luz en la ignorancia de la villa.

Muerte

Murió el día 20 de enero de 1761, a la una de la madrugada, apagándose aquella mentalidad robusta y fecunda en obras admirables. Así se extinguió aquel apóstol que con su abnegación levantó el estado cultural de la villa y la engrandeció con sus obras[2].

Honrando al Padre Conyedo

El día 1 de diciembre de 1884 encontrándose en Villa Clara doña Marta y su esposo Luis Estévez y Romero, exhortaron a los villaclareños a honrar a los insignes sacerdotes Juan de Conyedo y Francisco Hurtado de Mendoza.

Se irguió un obelisco en su honor, se inauguró en la mañana del 15 de julio de 1886 y fue solemnemente bendecido. Se mantiene colocado en el Parque Leoncio Vidal Caro- es de color gris, de granito de Boston, mide 30 pies de altura, pesa 17 toneladas y fue construido en Filadelfia bajo la dirección de Mr. Thomas Ricart,. Le rodea una adornada baranda de hierro colado y de bronce, entre 8 artísticos pilares, también de granito rojo pulido. En el centro mirando al oeste, tiene la siguiente inscripción:

"A la imperecedera memoria de los virtuosos sacerdotes e insignes patricios Juan Martin de Conyedo y Francisco Hurtado de Mendoza. Dedica este monumento la gratitud del pueblo de Santa Clara. 1886.[3]"

Referencias