Lázaro Rojas Acanda

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Lázaro Rojas Acanda
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NombreLázaro Rojas Acanda

Lázaro Rojas Acanda. Músico (pailero, bongosero, tocador de marímbula) integrante del conjunto campesino "Unión de Cooperativas", fue un invaluable depositario de las tradiciones orales locales y de la provincia, que transmitió a sus oyentes a lo largo de toda su trayectoria.

Biografía

Nació en el barrio de Molina, Guane, en 1917. En su casa guajira existió un ambiente propicio al disfrute de las expresiones artísticas del campo. Lázaro se nutrió de todo aquello y fue aprendiendo el arte de decir (con música o sin ella) que ya tenía en su sangre: a los diez años comenzó Lázaro a divertir a los demás con sus rimas.

"Desde la edad de diez años

vengo impulsando la lira

para ver si se me inspira

arreglada a mi tamaño."

Estuvo vinculado al movimiento de aficionados, además de músico (pailero, bongosero, tocador de marímbula) integrante del conjunto campesino "Unión de Cooperativas", fue un invaluable depositario de las tradiciones orales locales y de la provincia, que ha transmitido a sus oyentes a lo largo de toda su trayectoria. Pero sobre todo, fue un portador excepcional, creador extraordinario y originalísimo. Cronista de su entorno, Lázaro observó la vida y la transformó en obras jubilosas: cuentos, refranes, adivinanzas, fábulas y otras formas del discurso oral, en prosa y verso, que recitó de memoria; también canciones y sones montunos que con inigualable gracia interpreta en la marímbula, construida por él en 1945 y que lo acompañó hasta sus últimos días.

Trayectoria artística

Títulos en décima como "La araña de Dorotea", "La candela de La Pollera", "El cuento de los cooperativistas", "Los pueblos de España" o el sabroso montuno "El zapatero", han pasado a ser , con sus situaciones y personajes reales y fantásticos a la vez, parte imprescindible de la imaginería popular guanera. Aunque con mínima instrucción que ganó cuando la Batalla del Sexto Grado, su obra, el trabajo y la edad hicieron de Lázaro, además de un guajiro musical, un hombre de letras, "aunque sean pocas letras y del campo".

Comunicador por excelencia, para quien decir es una necesidad vital, Lázaro encantó a todos los públicos, bajo las luminarias de un escenario, con un auditorio pequeño, o en un espacio al aire libre con un público grande; niños o adolescentes, jóvenes o adultos, todos lo aplaudían con sonrisas y carcajadas. Con sus obras, que reinventó una y otra vez por la voz, la postura y los gestos, fue un maestro en el difícil arte de decir.

La palabra mágica de Lázaro hechizó a su pueblo, seguido por la gente de su barrio y en función de la promoción de la cultura, pudo desarrollar una labor de inestimable valor. Vivió para su barrio, Molina y Guane se lo agradecen y se lo devuelven con cultura. Revolucionario íntegro, fue Presidente del Consejo de Escuela, de la Cooperativa de Producción Agropecuaria y de Organizaciones Cederistas.

Su Obra

Como narrador oral, Lázaro Prieto fue "descubierto" para el país en 1990 durante el Primer Encuentro Nacional de Narradores Orales que sesionó en Guane. Participado en todos los eventos de oralidad celebrados en la provincia, en el Primer Evento Internacional de Literatura Oral y en Jornadas Cucalambeanas en Las Tunas. Importantes estudiosos de la literatura oral en el país le dedicaron elogios y trabajos, entre ellos el ya mencionado Álvarez Conesa, Miriam Broderman y Elvia López Morales.

Su personalidad artística y humana fue recogida en reportajes y entrevistas para [[]] Guerrillero, Juventud Rebelde, Granma, Bohemia y en video para la televisión provincial y nacional. Recibió homenajes y reconocimientos de la Casa de Cultura, el Partido y el Gobierno de Guane y de los Centros Provincial y Nacional de la Cultura Comunitaria.

Lázaro fue un Hombre de Décima y de Humor. Con la perspicacia de su ingenio y la experiencia de sus muchos años, supo que la risa es fuente inextinguible de optimismo, de afirmación de la existencia, y por eso rió e hizo reír. Artífice de la picardía, un jodedor cubano, combino en su obra decimística y de humor todas las formas, miró lo grande desde lo pequeño y viceversa y convirtió lo sublime en ridículo y lo ridículo en sublime. La mente burlona y bondadosa de Lázaro fue un verdadero regalo a la cultura guanera, pinareña y nacional.

Fuente

Sectorial Municipal de Cultura Guane