La Tumba de la Paloma

La Tumba de la Paloma
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Sepulcro de Cuba
EntidadSepulcro
 • PaísBandera de Cuba Cuba
 • ProvinciaSantiago de Cuba
 • PobladoEl Cobre
 • FundaciónSiglo XIX
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Sepulcro del siglo XIX perteneciente a la cadena de elevaciones de la Sierra de El Cobre.

La Tumba de la Paloma. Sepulcro del siglo XIX ubicado en el llamado alto de San Pedro, en la Cuesta del Ermitaño; perteneciente a la cadena de elevaciones de la Sierra de El Cobre. Este sepulcro forma parte del imaginario mítico de la comunidad. Al estar ubicado a campo raso fuera del cementerio, se han tejido numerosas leyendas alrededor de él.

Orígenes del sepulcro

Entre 1830 y 1868 la comunidad de El Cobre experimentó una notable actividad económica, fruto de la llegada e inversiones de varias compañías mineras en la comunidad. Entre las más importantes estuvieron: la Consolidada de capital inglés, y la Real Santiago.

La presencia de estas compañías originó una gran afluencia de inversores, comerciantes, técnicos, obreros y esclavos de diferentes nacionalidades.

Las disposiciones de la iglesia católica, culto oficial dominante, prohibían que las personas de credos no católicos (judíos, protestantes, musulmanes), se enterrasen en el campo santo existente en la villa. Por esa razón, al fallecer esas personas se inhumaban a campo abierto.

En la comunidad de El Cobre, con una población laboral multiétnica y multicultural de chinos, ingleses, africanos, franceses y otras naciones, sobrevivieron hasta el siglo XX un buen número de sepulcros de no católicos en sus campos aledaños.

La identidad del sepultado

La lápida del sepulcro, dice que la persona enterrada allí es Frederick Fowler Bankhardt, fundador y manager de la Cobre Company`s Smelting Works. Fallecido en El Cobre, el 5 de septiembre de 1862, a la edad de 37 años, después de residir por tres meses en la comunidad minera.

La Leyenda

Se empezó a conocer esta tumba como de la paloma, por tener una pequeña paloma esculpida en mármol, adornando la lápida que cubre el sepulcro.

Se cuenta que un vecino de El Cobre la tomó y llevó a su casa y enloqueció a causa de ello. Estando varios días enajenado, ante el asombro de su familia y vecinos. Recuperó la conciencia sólo al retornar a la tumba, dicha paloma.

De igual forma se cuenta de un cocinero de las minas y vecino del barrio de Rivefuente, que andaba por el sitio y desprendió la paloma y la llevó a su casa. Obrando el mismo efecto de enloquecer y perder la conciencia y sólo recuperarla cuando fue restituida la pequeña paloma a su sitio original.

Actualidad

Hoy la paloma está descabezada y con las alas muy lastimadas. Esta creencia, creó entre algunas personas un fuerte temor acercarse al sitio funerario. Se cree que la propia leyenda preservó el sepulcro de saqueadores y destructores de tumbas, como ocurrió con otras del poblado.

La Tumba de la Paloma comparte el escenario con los restos de muros y tanques para colectar agua, que la tradición oral asegura fueron parte de una casa enclavada en esta propiedad rural del cónsul inglés Hardy.

Fuentes

  • Corbea Calzado, Julio: Conflictos y diferencias culturales anglo española en un pueblo minero de Cuba en el siglo XIX, en Del Caribe, n. 41, 2003, p. 94-99.