La comedia silente

La Comedia Silente
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GéneroHumorístico
NarradorArmando Calderón
Tema principal«Proyección de películas del cine silente animadas con voz y efectos sonoros»
País de origenBandera de Cuba Cuba

La Comedia Silente. Programa de la televisión cubana en que se proyectaban películas del cine silente de principios del siglo XX animadas con voz y efectos sonoros por Armando Calderón.

Horario

El programa se transmitía los Domingos por la mañana, por el canal 6, actual Cubavisión, de la Instituto Cubano de Radio y Televisión y se mantuvo en el aire varios años entre las décadas del 70 y 80 del siglo pasado.

Características

En el programa se proyectaban grabaciones de películas del cine mudo de principios del siglo XX incorporando diálogos a la imagen que corría; Armando Calderón narraba todas las voces (hombres, mujeres, viejos, niños), y se encargaba además de los efectos sonoros.

Calderón reinventaba las historias, poniendo en voz de los personajes bocadillos cómicos, que no tenían nada que ver con el argumento original o con la época en que se desarrollaban, imitando con un gran sentido del humor situaciones y diálogos imaginarios entre los personajes, siempre con un tono burlesco, que hacía reír a carcajadas a los televidentes de cualquier edad.

De esta forma las viejas películas del Cine mudo volvían a escena en los tiempos del Cine sonoro resultando mucho más atractivas.

“La comedia silente” mostró a varias generaciones de cubanos, los mejores valores del cine fundacional norteamericano y constituye un ejemplo memorable de la complementación entre cine y televisión.

Narración

Armando Calderón, conocido como “El hombre de las mil voces”, era un narrador de cuentos, con grandes potencialidades para reinventar sus propias historias sobre la imagen silente que proyectaba cada filme, dando vida con su voz a héroes y villanos o imitando animales o cualquier otro sonido que pudiera amenizar su narración para lograr un espectáculo mágico que divertía a chicos y grandes.

Con sus palabras vehementes de bienvenida dando “Muy buenos días queridos amiguitos, papaítos y abuelitos”, hilaba sus historias para hacer resurgir personajes como el ingenuo “Charlot”, “El gordo” y “El flaco”, “Cara de Globo” y “Soplete”, “Matasiete”, “Cara de papa”, “Lilí”, “Fifí””, “Lulú” y la “Señorita Mantequilla”, amenizando cada programa con disparos, puñetazos, o con el ruido del motor de los fotingos de la época, el galopar de los caballos o el alarido de cualquier animal.

Armando Calderón daba colorido con su voz a las imágenes en blanco y negro que proyectaba el programa narrando absurdas caídas y golpetazos con un lenguaje único de gran comicidad incorporando un grupo de efectos divertidos que completaban cada historia dejando a su paso un eco sonoro de carcajadas.

Fuentes