Lea

Lea
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FallecimientoCueva de los Patriarcas de Hebrón (Macpela)
NacionalidadIsrael
CónyugeJacob
HijosRubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar , Zabulón y Dina
PadresLabán
FamiliaresRaquel

Lea fue la primera esposa de Jacob, madre de seis de los hijos de este (Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón), a los que se atribuye el origen de seis de las doce tribus de Israel, y de su única hija, Dina.

Significado del nombre Lea

Posiblemente, relacionada con una palabra acadia que significa: “vaca”, o bien con un término árabe que significa: “vaca salvaje”

Síntesis biográfica

Hija mayor de Labán, el sobrino nieto de Abrahán. Como Labán era hermano de Rebeca, la madre de Jacob, este último y Lea eran primos. (Génesis 22:20-23); (Génesis 24:24, 29); (Génesis 29:16)

La historia de Lea comienza en Génesis 29. Labán, el tío de Jacob, tenía dos hijas. Lea, la mayor, tenía ojos “delicados”. Raquel, de quien Jacob se enamoró, era la hija menor de Labán, y era “de lindo semblante y de hermoso parecer” (Génesis 29:16-17).

Jacob se comprometió a servir a Labán durante siete años para tener la oportunidad de casarse con Raquel. Al final de los siete años, hubo una fiesta de matrimonio, con su habitual comida y bebida. Labán engañó a Jacob y en lugar de darle a Raquel por esposa, le dio a Lea.

Cuando Jacob descubrió el engaño por la mañana, confrontó a su suegro con varias preguntas.

Labán le respondió que no era costumbre dar a la hija menor en matrimonio antes que a la mayor. Le dijo a Jacob que cumpliera la semana de festividades del matrimonio de Lea, y así podría tener a Raquel como esposa también. Sin embargo, para poder tener a Raquel como esposa, Jacob tuvo que servirle a Labán otros siete años más (Génesis 29:26-27).

El matrimonio de Lea

Lea se convierte en esposa de Jacob mediante un engaño por parte de su padre, Labán.

Después de que Jacob celebró su matrimonio con Lea durante una semana, también tomó a Raquel como su esposa, y en el versículo 30 se menciona una dinámica muy importante en este matrimonio: “Y se llegó también a Raquel, y la amó también más que a Lea”.

Labán pensó que había logrado hacer un buen negocio con estos tratos, pero ¿qué impacto tuvo todo esto en Lea? Ahora era la esposa de Jacob, un hombre que no la deseaba ni esperaba que fuera su esposa. ¡Jacob había estado enamorado de su hermana menor Raquel todo el tiempo!

Pero Dios era consciente de esta desafortunada situación, y tuvo compasión de Lea. “Y vio el Eterno que Lea era menospreciada, y le dio hijos; pero Raquel era estéril” (Génesis 29:31). Lea no fue ignorada por Dios, Él si la amaba. Dios la recompensó con hijos, lo que era un honor muy importante para una esposa en aquellos días. Los nombres que Lea escogió posteriormente para sus hijos demuestran que tenía fe, confianza y esperanza en Dios.

Los hijos de Lea

“Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén [que significa: ‘ved, un hijo’], porque dijo: Ha mirado el Eterno mi aflicción; ahora, por tanto, me amará mi marido” (Génesis 29:32).

Dios mira la aflicción y el sufrimiento de las mujeres que tienen fe en Él. Lea esperaba que su marido la amara, porque le había dado su hijo primogénito. Ella creía que Jacob no la iba a ignorar más.

Dios bendijo a Lea de nuevo: “Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyó el Eterno que yo era menospreciada, me ha dado también éste. Y llamó su nombre Simeón” [que significa ‘Dios ha escuchado’, Génesis 29:33]. Lea tenía fe en que Dios había escuchado su difícil situación de no ser amada y le había dado este hijo también. Lea todavía era la única mujer que le había dado hijos a Jacob.

En el versículo 34, Lea “Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Ahora esta vez se unirá mi marido conmigo, porque le he dado a luz tres hijos; por tanto, llamó su nombre Leví” [que significa ‘el que une a los suyos’]. Lea esperaba que, en ese momento, al tener tres hijos, Jacob estaría aún más apegado a ella. Lea también sabía que Dios la estaba ayudando.

“Y concibió de nuevo y dio a luz un hijo, y dijo: Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré al Eterno; por esto llamó su nombre Judá; y dejó de dar a luz” (Génesis 29:35).

Lea estaba tan contenta con Dios por este cuarto hijo que lo llamó “Alabanza”. Uno siempre debe alabar a Dios por las bendiciones. Lea le dio a Dios el crédito por su gozo y alegría al alabar al Señor. Esto nos dice mucho acerca del estado mental de Lea en este momento. ¡Para Lea, las cosas habían cambiado para bien!

Lea le otorgó este maravilloso nombre de “Alabanza” a su hijo Judá, y se convirtió en un nombre de bendición profética para él. Analicemos la bendición que pronunció Jacob al final de sus días para Judá: “Judá, te alabarán tus hermanos; Tu mano en la cerviz de tus enemigos; Los hijos de tu padre se inclinarán a ti” (Génesis 49:8). La bendición de Jacob para Judá fue inspirada por el Espíritu Santo y fue una profecía de Dios.

Un cetro real de realeza se iba a establecer en la línea familiar de Judá, para alabanza de Dios. La bendición de Jacob para su hijo Judá continúa en Génesis 49:10: “No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos”.

El Rey David era de la tribu de Judá, y alabó al Señor. De su linaje proviene Jesucristo, nuestro Señor y Rey, a quien todos en la Tierra van a adorar con alabanza.

Lea dejó de tener hijos por un tiempo, y Raquel aún no había dado a luz a ningún hijo; así que las dos hermanas presentaron a sus siervas, Bilha y Zilpa, a Jacob, y de las siervas nacieron más hijos para Jacob.

Después, Lea tuvo un quinto hijo, llamado Isacar, que significa “recompensado”. Lo interesante es que antes de la concepción de Isacar, ella había orado a Dios, y Dios escuchó sus oraciones (Génesis 30:17-18). Lea también concibió de nuevo y dio a Jacob un sexto hijo, Zabulón, que significa “Morada” (v. 20).

Lea había dado a luz a seis de los 12 hijos de Jacob, en Génesis 30:20 hizo la siguiente declaración en la que le da a Dios el crédito y la gloria: “Y dijo Lea: Dios me ha dado una buena dote; ahora morará conmigo mi marido, porque le he dado a luz seis hijos; y llamó su nombre Zabulón.”.

La palabra “dote” en este pasaje implica un “regalo”. Lea sabía que Dios le había concedido un regalo abundante o dote al darle seis hijos. Lea también tuvo una hija llamada Dina.

Lecciones de la vida de Lea

Se menciona a Lea junto con Raquel entre las que “edificaron la casa de Israel”“El Eterno haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel” (Rut 4:11). Lea tuvo el honor de ser la madre de Leví, el fundador de la tribu sacerdotal de Israel, y de Judá, el padre de la tribu real de la nación.

Lea y sus hijos acompañaron a Jacob cuando este dejó Padán-aram y volvió a Canaán, la tierra donde había nacido. (Génesis 31:11-18). Antes de encontrarse en el camino con Esaú, Jacob repartió los hijos a Lea, a Raquel y a sus siervas como medida de protección. En primer lugar, puso a las siervas y a sus hijos; después, a Lea y a los suyos, y detrás de todos, a Raquel y a José. (Génesis 33:1-7). Los hijos de Lea acompañaron a Jacob a Egipto, pero el relato bíblico no dice que ella lo hiciese. (Génesis 46:15) «Estos fueron los hijos de Lea, los que dio a luz a Jacob en Padan-aram, y además su hija Dina; treinta y tres las personas todas de sus hijos e hijas». No se especifica cuándo, dónde y en qué circunstancias murió Lea; tal vez muriese en Canaán. Sea cual fuere el caso, el patriarca hizo llevar su cuerpo al lugar de sepultura de la familia: la cueva del campo de Macpelá. Las instrucciones de Jacob con respecto a sus propios restos muestran que su deseo era que le enterrasen en el mismo lugar donde se había dado sepultura a Abrahán y a Sara, a Isaac y a Rebeca, y a Lea. (Génesis 49:29-32).

Fuentes