Ley del valor

Ley del valor
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Concepto:Regulador espontáneo de la producción mercantil

Ley del valor. Ley económica objetiva de carácter particular que actúa en todas las formaciones socioeconómicas basadas en la propiedad privada sobre los medios de producción y constituye un regulador espontáneo de la producción mercantil. La acción de la ley del valor trasciende las fronteras del capitalismo y perdura en la primera fase de la formación socioeconómica comunista.

Generalidades

Ley económica de la producción mercantil, ley del intercambio equivalente de mercancías de modo que la producción y el cambio de las mismas se efectúan a razón del trabajo socialmente necesario invertido en su producción. En la economía mercantil basada en la propiedad privada, la ley del valor regula espontáneamente la distribución de los medios de producción y de trabajo entre las distintas esferas de la economía. En el sistema de la producción capitalista simple de mercancías, dicha ley actúa bajo las condiciones de la lucha competitiva y la anarquía de la producción, a través del mecanismo de la desviación de los precios respecto al valor. Las fluctuaciones espontáneas de los precios en torno al valor obligan a los productores de mercancías a aumentar o reducir la producción de tales o cuales mercancías, a emplazarse hacia las ramas en que los precios de las mercancías bajo el influjo de la demanda creciente, son superiores al valor, y a desertar las ramas en que los precios de las mercancías, a consecuencia del descenso de la demanda, son inferiores al mismo.

La acción espontánea de la ley del valor estimula el desarrollo de las fuerzas productivas, el perfeccionamiento de la producción. El productor de mercancías cuyo valor individual supere al valor social, al venderlas no cubre los gastos y se arruina. Quien aplica nuevas técnicas y en la producción de la mercancía invierte menos trabajo en comparación con los gastos socialmente necesarios se enriquece. Ello motiva a los otros productores de mercancías a elevar el rendimiento del trabajo mediante nuevos procedimientos técnicos, organizando mejor la producción y reduciendo los costos. De tal modo, la ley del valor acentúa la desigualdad económica y la lucha competitiva entre los productores de mercancías, conduce a su diferenciación. La mayor parte de ellos se arruinan y van a engrosar las filas de los obreros asalariados; una minoría, se enriquecen, aumentan el volumen de la producción y se convierten en capitalistas. Por la acción de la ley del valor, la economía mercantil simple se transforma en economía mercantil capitalista.

En la producción mercantil capitalista desarrollada, la ley del valor se manifiesta bajo la forma de la cuota media (general) de ganancia, del precio de producción. Bajo el imperialismo, la acción de la ley del valor se hace más complicada y se intensifica su fuerza destructora a consecuencia del dominio de los monopolios, de la aparición del precio de monopolio y de la elevada ganancia monopolista. En la sociedad socialista perdura la producción mercantil, por ende la ley del valor. Bajo el socialismo, el Estado utiliza esta ley, conscientemente y planificada con vistas a la edificación del comunismo. El Estado socialista, conociendo la ley del valor, fija conscientemente los precios de las mercancías partiendo de las inversiones de trabajo socialmente necesarias para producirlas.

La utilización consciente de la acción de la ley del valor permite establecer una acertada correlación de precios entre las diversas mercancías, desenvolver con mayor eficiencia la producción, elevar el nivel de vida de los trabajadores. El Estado socialista, utilizando el mecanismo de los precios, puede influir activamente sobre la actividad económica de las empresas, sobre sus inversiones individuales de trabajo. Los precios de las mercancías pueden apartarse del valor de las mismas, a criterio del Estado. En esto se revela, en parte, la utilización de la ley del valor. Estableciendo precios que se apartan del valor, el Estado influye sobre las inversiones individuales con el fin de reducirlas, redistribuye recursos entre las distintas ramas de la economía nacional. El papel de la ley del valor se eleva, en gran manera, sobre todo, en el período de la transición gradual al comunismo.

El aprovechamiento planificado de la ley del valor y de las categorías monetario- mercantiles con ella relacionadas, (precio, precio de costo, ganancia, etc.) acelera en buena medida el desarrollo de la sociedad. El conocimiento a fondo de la ley del valor y su acertada utilización permiten a la sociedad socialista alcanzar resultados económicos máximos con inversiones sociales mínimas de trabajo. Cuando la sociedad pase a la propiedad comunista única y a la distribución según las necesidades, las relaciones monetario-mercantiles, y con ellas la ley del valor, perderán su vigencia económica y se extinguirán.

Definición

Se denomina ley del valor a la ley que regula el desarrollo de la producción mercantil mediante el cambio de mercancías, de acuerdo con la cantidad de trabajo abstracto socialmente necesario materializado en ellas. La ley del valor es la ley fundamental de la producción mercantil simple.

Distribución espontánea del trabajo

En cualquier forma de producción social existe la necesidad de distribuir el trabajo en determinadas proporciones entre las distintas esferas de la producción. En la sociedad socialista basada en la propiedad social, el trabajo y los medios de producción, se distribuyen planificadamente entre los diversos sectores de la producción atendiendo a las necesidades del pueblo.

En la economía donde impera las relaciones monetarios mercantiles basadas en la propiedad privada, la distribución del trabajo entra las distintas esferas de la producción se efectúa espontáneamente de acuerdo a la acción de la ley del valor. El mecanismo de acción de la ley del valor en las condiciones de la economía mercantil espontánea y anárquica presupone la fluctuación de los precios en torno al valor. La desviación de los precios entorno al valor viene a ser como la medida que indica las desproporciones existente en la distribución del trabajo social. Si en una esfera de la producción, el trabajo aplicado es insuficiente y la demanda de la mercancía producida queda sin satisfacer, el precio de la mercancía será superior a su valor. En el caso contrario el precio descenderá por debajo de su valor. Sólo el precio coincide con su valor cuando se equiparan la demanda y la oferta de la mercancía producida. Por tanto el mecanismo de fluctuación de los precios en dependencia de la correlación entre la demanda y la oferta de mercancías, no solo señala el cambio de las desproporciones, sino que es la herramienta de su regulación espontánea.

Vamos a suponer que en un momento dado se observa en el mercado una mayor demanda de telas y una menor demanda de calzados. El precio de las telas subirá por encima de su valor, y el del calzado caerá por debajo de él. Esto traerá como consecuencia que los productores de calzado no obtengan la plena compensación de la inversión de su trabajo, y los productores de telas, por el contrario, se benefician de cierta parte suplementaria del trabajo social. En tales condiciones, comienza inevitablemente un trasiego de trabajo de los sectores que sufren pérdidas a los que obtienen ganancias. Aumentará el número de productores de telas y se reducirá el número de productores de calzados. Crecerá la cantidad de telas que se lanza al mercado y disminuirá el del calzado. Cambiará la correlación entre la demanda y la oferta y comenzará la desviación de los precios en el otro sentido.

En el proceso de distribución del trabajo entre los distintos sectores, el valor viene a ser como el núcleo en torno al cual fluctúan los precios de las mercancías y a través de estas fluctuaciones espontáneas de los precios, la ley del valor distribuye el trabajo social de acuerdo con las necesidades y regula el establecimiento de determinadas proporciones entre las diversas ramas de la producción.

En cada rama de la economía mercantil o bien la oferta supera la demanda o bien la oferta queda por debajo de la demanda. Esto es ineludible. Nadie determina conscientemente el paso del trabajo de una rama a otra. Este paso se realiza de manera espontánea. Por ello la coincidencia de la oferta con la demanda puedes ser sólo temporal, y su falta de coincidencia es un fenómeno común y corriente en las condiciones de la producción mercantil basada en la propiedad privada.

Diferenciación de los productores

La acción espontánea de la ley del valor y su mecanismo de acción en las condiciones de la producción mercantil basada en la propiedad privada provoca cambios constantes en la situación económica de los productores de mercancías. Entre ellos se libra inevitablemente una lucha de competencia. Si se eleva el precio de una mercancía salen ganando los productores y salen perdiendo los compradores. Si desciende el precio, ocurre todo lo contrario: pierden los productores y salen ganando los compradores. Propasados ciertos límites, las pérdidas originadas por la disminución de los precios puedes ser tan grandes (para los productores cuyos productos tienen valor individual superior al social) que no le es posible continuar el proceso de producción y sus ingresos de las ventas de sus mercancías sean menor que los necesarios para adquirir las materias primas y proporcionar medios de existencia al productor y su familia.

Si incluso la mercancía se vendiera por su valor, la contradicción entre el trabajo individual y el socialmente necesario conduce a la diferenciación de los productores me de mercancías. Aquellos que invierten menos trabajo que el socialmente necesario, al vender las mercancías de acuerdo con su valor social, saldrán ganando y se enriquecerán. Por el contrario los productores de mercancías cuyas inversiones individuales de trabajo son superiores a las socialmente necesarias, al vender sus productos de acuerdo con su valor social sufrirán pérdidas; su situación empeorará inevitablemente y la producción comenzará a disminuir. En definitiva se arruinarán, se verán privados de los medios de producción y por consiguiente se extinguirá la posibilidad de vivir a costa de su trabajo personal.

La situación de los productores cuyas inversiones individuales coincidan con las socialmente necesarias se caracteriza por su extrema inestabilidad. El tiempo de trabajo socialmente necesario no permanece estable. En cuanto el grupo de productores que se encuentran en mejores condiciones comienzan a producir la masa fundamental de mercancías, se reducirá la magnitud del valor. En tal caso el tiempo de trabajo socialmente necesario pasa a ser el tiempo invertido por el grupo que está en mejores condiciones. El grupo que se encuentra en condiciones medias se hallará en la situación de los productores de mercancías cuyo trabajo individual es mayor que el socialmente necesario, lo que se reflejará inevitablemente en la situación de su negocio.

La competencia y la contradicción entre el trabajo individual y el trabajo socialmente necesario conducen inexorablemente a la diferenciación de los productores de mercancías. Unos se enriquecen y aumentan la escala de la producción. otros se arruinan y se convierten en proletarios.

Surgimiento de las relaciones capitalistas

El proceso de diferenciación de los productores, determinado por la acción de la ley del valor, conduce en cierta etapa de su desarrollo al surgimiento de las relaciones de producción capitalistas. Del grupo de productores enriquecidos comienza a formarse una nueva capa: la burguesía; y de los arruinados, el proletariado. Este proceso deviene gradualmente pero inevitablemente.

En un principio el proceso de producción corre a cargo del productor individual y su familia. Pero a medida que el productor amplía la producción y acumula riquezas, surge la necesidad de fuerza de trabajo adicional, que se incorpora contratándola. En sus inicios se contrata el obrero por determinado tiempo y se aprovecha su trabajo unido al trabajo personal del acomodado dueño. Gradualmente, el trabajo asalariado supera por entero al trabajo del dueño y su familia. De esta forma los productores de mercancías acomodados se convierten en capitalistas, que desenvuelven el proceso de producción sobre la base exclusiva del trabajo asalariado.

Los pequeños productores que se arruinan continúan siendo formalmente independientes y tiene su negocio propio, pero sus ingresos son insuficientes y sus negocios comienzan a decaer. Aparece la necesidad de ingresos complementarios. Por esta situación comienzan a contratarse temporalmente. Pero al llegar a cierta etapa en vista de las pérdidas, se ven obligados a vender enteramente su fuerza de trabajo. En tal caso, la fuente principal de los medios de existencia no es ya el negocio propio, sino el salario percibido por el trabajo que realizan en un negocio ajeno. Definitivamente estos productores se convierten en proletarios, privados por entero de los medios de producción, viviendo de la venta de su fuerza de trabajo.

Lenin mostró brillantemente el proceso de transformación de los ricos de la sociedad en capitalistas, y de los arruinados en proletarios. Sobre la base de la teoría marxista de la producción mercantil y de la ley del valor, Lenin estableció el trascendental postulado teórico siguiente: “la pequeña producción engendra capitalismo y burguesía constantemente, cada día, a cada hora de modo espontáneo y en masa.”

Ley del valor y el desarrollo de las fuerzas productivas

La contradicción existente entre el trabajo individual y el trabajo socialmente necesario, es la fuerza motriz del desarrollo de las fuerzas productivas de la economía mercantil. Esta contradicción obliga a los productores de mercancías a elevar constantemente la productividad del trabajo a través del perfeccionamiento de la técnica y de la organización de la producción.

La encarnizada competencia, en el curso de la cual sólo salen los más fuertes y se arruinan y proletarizan los demás, obliga a los productores de mercancías a emprender el camino del perfeccionamiento técnico. De no ser de está manera se arruinan inexorablemente.

El incremento de la productividad del trabajo provoca que se reduzca el valor de las mercancías y que como resultado bajen los precios. A su vez esto imprime un nuevo impulso al incremento de la productividad del trabajo. El desarrollo de las fuerzas productivas y el incremento de la productividad del trabajo son exigidos en la producción mercantil por el propio carácter de las relaciones de producción. en la producción mercantil, el progreso en el desarrollo de las fuerzas productivas se obtiene mucho más rápido que en la economía natural.

Sería erróneo a base se esto idealizar la ley del valor. Es cierto que la ley del valor estimula el desarrollo de las fuerzas productivas, pero a ese desarrollo le son inherente profundas contradicciones. El progreso en su desarrollo es logrado a costa de la proletarización y la ruina de cientos de miles de pequeños productores de mercancías. El desarrollo de la producción social se desarrolla de manera espontánea, anárquica, y está relacionado con la infracción constante de las proporciones necesarias. Unos productos son elaborados en mayor cantidad y otros en menor cantidad; en unos sectores hay superproducción y en otros la producción es insuficiente.

La acción de la ley del valor trae como consecuencia el despilfarro de grandes masas de trabajo social. Cada productor de mercancías está interesado en invertir la menor cantidad de trabajo en la producción de una u otra mercancías. En este sentido la ley del valor requiere de economía del trabajo, pero en la economía mercantil el trabajo de los productores de mercancías no es siempre parte integrante necesaria del trabajo social. Hoy puede se necesario, pero mañana, debido a los cambios de la demanda, puede resultar innecesarios. Se advierte periódicamente que no solo ciertos productores, sino ramas enteras resultan ser innecesarias para la satisfacción de las necesidades sociales. Enormes masas de trabajo invertidas en estas ramas carecen de utilidad. Esto se pone de manifiesto de manera muy cruda en los períodos de las crisis económicas de superproducción.

Posiciones clasistas de los pequeños productores

La investigación de la producción mercantil y la ley del valor permiten descubrir las posiciones clasistas del simple productor de mercancías. Como propietarios privados, los pequeños productores aspiran a enriquecerse, a formar parte de la burguesía, y en algunos casos lo consiguen. Por otro lado, se tratan de trabajadores, que trabajan ellos mismos sin explotar a nadie. Una gran parte de estos productores simples de mercancías, debido a la competencia, afrontan una situación económica caótica y se arruinan. En el período de aguda lucha de clases, la parte de los productores de mercancías enriquecidos se pone de la do de la burguesía, y la capa que se arruina y proletariza, a la clase obrera. La capa intermedia mantiene una posición clasista vacilante. Casi la totalidad de la masa de los pequeños productores está constituida por los campesinos. Por ello, la cuestión de la alianza con los campesinos es uno de los problemas de más actualidad del movimiento obrero. El campesino puede actuar conjuntamente con otras fuerzas progresistas en la lucha por las transformaciones democráticas y populares, pero en el período de la lucha contra el capitalismo por la instauración del socialismo, el campesinado más acomodado forma alianza con la burguesía. No todos los campesinos pueden ser aliados del proletariado en la lucha por la revolución socialista, sino la parte que constituye la mayoría, la que se encuentra en proceso de depauperación y ruina y se aproxima por su situación al proletariado.

Fetichismo de la mercancía

Artículo Principal: Fetichismo de la mercancía
Al dominar la propiedad privada de los medios de producción, las relaciones entre los productores de mercancías en el proceso de producción, condicionadas por la división social del trabajo, se manifiestan en el cambio de los productos de su trabajo, a través del movimiento de las mercancías.

La naturaleza social del trabajo privado, su reconocimiento social sólo se expresan en el espontáneo proceso de cambio. Por ende, las relaciones sociales entre los productores de mercancías adoptan la forma de relaciones entre cosas, es decir, se materializan. El carácter espontáneo de las relaciones que dominan sobre los hombres, asume externamente la forma de dominación de determinadas cosas sobre ellos. La dependencia de los productores de mercancías con respecto al mercado, se expresa como dominación sobre ellos de cierta fuerza sobrenatural de las cosas (mercancía y dinero). Esta cosificación de las relaciones de producción, es decir, la manifestación de las relaciones entre los hombres en forma de relaciones entre cosas, fue denominada por Marx de fetichismo de la mercancía.

El culto del dinero, dominante en el mundo capitalista, es la máxima manifestación del fetichismo de la mercancía. Este último es una categoría histórica, que sólo existe en las condiciones de la producción mercantil basada en la propiedad privada.

Anarquía de la producción

Carácter espontáneo y caótico del desarrollo de la producción mercantil basada en la propiedad privada, falta de plan y de organización de la economía nacional en su conjunto.

Cuando la propiedad de los medios de producción es privada, las mercancías se producen sin un cálculo previo de las necesidades sociales, bajo la acción determinante de la demanda espontánea del mercado, de la oscilación de los precios en el mismo, en enconada lucha competitiva. La anarquía de la producción y la competencia en la producción mercantil simple, llevan inevitablemente a la diferenciación de los productores y, en determinadas condiciones históricas, al nacimiento de las relaciones capitalistas de producción.

En la sociedad burguesa, la anarquía de la producción alcanza enormes proporciones. A consecuencia de la contradicción irreconciliable entre el carácter social de la producción y la forma capitalista privada de la apropiación de los productos del trabajo, la anarquía de la producción da origen a enormes gastos improductivos en todas las esferas de la economía, lo cual se manifiesta en que no se utilizan por entero las fuerzas productivas, en que existe un gran ejército de parados, y también en que se destruye directamente parte de la producción creada.

La anarquía de la producción se revela con singular claridad en las crisis económicas de superproducción, cuando los capitalistas no encuentran una demanda solvente —dado que la situación de las masas trabajadoras empeora cada vez más— y reducen la producción. En la época imperialista, dicha anarquía aun se acentúa, pues con la formación de los monopolios se ahonda la desigualdad del desarrollo capitalista, y el afán de obtener una elevada ganancia monopolista intensifica y agudiza la lucha competitiva entre los monopolios. La anarquía de la producción y la competencia constituyen un rasgo característico de la economía capitalista, una ley económica del capitalismo imposibles de eliminar en el marco de este último. De ahí que se hallen condenados a un inevitable fracaso los intentos de poner fin a dicha anarquía mediante la “planificación” de la economía capitalista.

Tan sólo después de liquidar el capitalismo, después de establecer el poder de los trabajadores y de que los medios de producción pasan a ser propiedad social, resulta posible desarrollar de manera planificada la economía nacional y acabar con la anarquía de la producción y la competencia.

Enlaces externos

Fuentes

  • V. I. Lenin. “Una de las condiciones fundamentales del éxito de los bolcheviques”, OC. T XXXI. Pág 18.
  • Curso de Economía Política. Universidad de Lomonosov. Tomo I. Primera parte. Pág 276.
  • Material didáctico de ciencias sociales. Economía Política. Ed. Progreso. Moscú. Pág. 75.