Maceo en Pinar del Río

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La Campaña de Maceo en Pinar del Río. Recorridos y combates
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Campamento.jpg
Fecha:Inicio: 24 de enero de 1896 Terminacion: 4 de diciembre de 1897.
Lugar:Pinar del Río, Bandera de Cuba Cuba
Descripción:
Acción militar de la Guerra de independencia cubana
Líderes:
Antonio Maceo
Organizaciones involucradas:
Ejercito Libertador, Ejercito español.

La campaña de Maceo en Pinar del Río. La campaña del General Antonio Maceo en Pinar del Río consta, de cinco etapas bien diferenciadas en cuanto al movimiento bélico que se produce en cada una de ellas.

Primera etapa

Se inicia el 24 de enero de 1896 cuando las fuerzas libertadoras hacen la primera jornada de retorno hacia el oriente de la provincia. Tras una fatigosa marcha de 10 leguas, vivaquean en el caserío de Macurijes, al norte de Mantua.

El día 25, en Baja, se enteró Maceo de la sustitución del General Arsenio Martínez Campos y el 26 continuó la marcha hacia el nordeste para acampar, atardeciendo, en el poblado de Santo Tomás a unos 14 km del pueblo de Viñales, donde dio dos días de descanso sus fuerzas y aprovechó para atender asuntos relacionados con la organización militar y civil de la Revolución en la provincia. Y eran asediadas las fuerzas libertadoras por una columna comandada por el General español Echagüe.

La organización Militar que Maceo dio a la provincia fue la siguiente:

Todas las fuerzas libertadoras que combatían en este territorio estarían organizadas en una división, la División de Pinar del Río perteneciente al Quinto Cuerpo del Ejército Libertador; Dicha división estaba compuesta por dos brigadas. La primera brigada la dirigía el Coronel Pedro Vargas Sotomayor, quien tendría bajo sus órdenes directas a los Tenientes Coroneles Carlos Socarrás y Pedro Delgado y a los Comandantes Federico Alonso y Pablo Oliva, asesorada por el General Dionisio Gil.

La segunda brigada la dirigía el Coronel Roberto Bermúdez, quien tendría bajo sus órdenes directas al Teniente Coronel Antonio Varona, al Comandante Manuel Lazo, a las fuerzas de Oscar Justiniani, de Ramón Cruz y a los últimos grupos incorporados de Guane, Mantua, Los Palacios y Paso Real de San Diego.

Días antes en Guane Maceo había nombrado los cargos civiles, recayendo el de Gobernador Civil en Oscar Justiniani, quien tendría como Tenientes Gobernadores a Manuel Lazo de la zona occidental y Pío y Ramón Cruz de la sur y Norte respectivamente, y el doctor José Antonio Caíñas fue nombrado Auditor de Guerra del Quinto Cuerpo.

Es bueno destacar que al otorgar todos estos nombramientos, Maceo siempre hacía la acotación de que estaban sujetos a la posterior aprobación del Generalísimo Máximo Gómez y del Consejo de Gobierno.

El 29 de enero partió Maceo hacia Pilotos, donde fue recibido de inicio con unas muestras de simpatía. En este poblado dictó una circular prohibiendo todo tráfico comercial, con el objetivo de asestar un rudo golpe económico a los terratenientes y comerciantes, desde Pilotos partió el 31 y se ubicó en la finca denomina Candelaria, cerca de Consolación del Sur, donde recibió los periódicos con las noticias sobre el próximo arribo del nuevo Capitán General, el sanguinario Valeriano Weyler y Nicolau, con varios destacados generales y 20 000 hombres.

Segunda etapa

Al recibir estas noticias, el General Antonio Maceo concibió un plan de operaciones sumamente ambicioso y arriesgado, que tenía como primer propósito enfrentarse con todas las columnas que habían sido ubicadas en la región central de Pinar del Río, para luego, una vez que Weyler hubiera tomado posesión del mando, marchar hacia La Habana y, junto con Gómez, combatirlo allí.

Gracias a ello, con la breve campaña que desarrollaron Maceo y Gómez entre el 1 de febrero y el 15 de marzo de 1896, fueron destruidos tanto los planes militares que puso en práctica el General Sabás Marín, como los que proponía aplicar Weyler a su arribo.

Por lo tanto, damos como fecha inicial de esta etapa el 1 de febrero día en que llegó Maceo con sus tropas al pueblo de Paso Real de San Diego. Cuando abandonaban el pueblo las 2:00 pm, con el propósito de perseguir a García Navarro, llegan fuerzas comandadas por el General Luque y se produce un sangriento combate, victorioso para los cubanos que desbarataron la formación enemiga y los obligaron a refugiarse en el pueblo con más de 100 bajas.

Al día siguiente Maceo decidió continuar persiguiendo a García Navarro y se dirigió hacia Santa Cruz de los Pinos, donde estableció campamento.

El día 4 partieron las fuerzas libertadoras hacia el poblado de San Cristóbal con el propósito de atacar la integrista población de Candelaria. En Santa Cruz se reunió con Maceo el Comandante Pedro Delgado con lo que ascendieron a 2 500 hombres los que estaban bajo las órdenes del Mayor General, ya que desde días antes había orientado a todos los jefes que tenían fuerzas independientes en la provincia que se les unieran en su marcha hacia el este.

El 5 de febrero comenzó el ataque a Candelaria que duró 32 horas. El pueblo no pudo ser tomado debido al grueso contingente de refuerzos que llegó desde Artemisa comandada por el Coronel Segura.

Maceo había acampado en el cafetal de Frías, para situarse el día 7 en las inmediaciones de Río Hondo, entre Candelaria y San Cristóbal. En este lugar se produjo un fuerte combate con fuerzas del General Segura en el que fueron derrotados los españoles y después del cual el General Sabás Marín, que se encontraba en Candelaria, regresó hacia La Habana.

Uno de los rasgos más salientes del combate de Río Hondo, fue el gesto heroico de los reclutas desarmados de Pinar del Río que iban en primera fila. estos reclutas, bisoños, electrizados por el gesto grandioso de Maceo al lanzar la carga de caballería sobre las líneas de la infantería española arrojándose sobre las bayonetas enemigas, siendo diezmados. El General conmovido al contemplar los cadáveres de aquellos patriotas pinareños, murmuró: "Yo nunca había visto eso, gente novicia que ataca inerme a los españoles; con el vaso de beber agua por todo utensilio; y yo le daba el nombre de impedimenta!"

Los mambises persiguieron a las derrotadas columnas de Segura y Ruíz hasta Candelaria, para regresar posteriormente a Río Hondo.

El 10 de febrero, día del arribo de Weyler a La Habana, Maceo fue a situarse en el ingenio Laborí, cerca de Candelaria, con el propósito de pasar posteriormente a la provincia de La Habana. Para cerrarle el paso estaban las columnas del Coronel Segura, Ruíz, Rotger y Hernández de Velazco, escalonadas entre Candelaria y Artemisa. La de García Navarro se encontraba en Guanajay y la de Echagüe vigilaba todos los accesos desde el oeste a la región habanera.

El día 11 se produjo un combate en Laborí con la columna española del General Cornell. Los cubanos hicieron una férrea resistencia que sólo cesó cuando se les agotaron las municiones, pasando a jugar un papel protagónico la caballería del General Juan Bruno Zayas quien fue herido en el cuello. Los españoles no se atrevieron a presentar combate en campo abierto.

El día 12 al amanecer comenzó la marcha de las fuerzas de Maceo hacia el este, las cuales avanzaron a bandera desplegada frente al Cuartel General español en Artemisa, para ir a acampar en Seborucal, provincia de La Habana.

Durante el lapso de un mes que estuvo el Titán de Bronce fuera de la provincia, se mantuvieron combatiendo las fuerzas libertadoras que dejó; pero este es un período aún poco investigado sobre el cual no poseemos suficientes datos.

Tercera etapa

Infantería cubana en formación de combate

Después de un mes de constante batallar entre La Habana y Matanzas, se separaron definitivamente el 10 de marzo en Galeón el Generalísimo y el Lugarteniente General.

El 15 de marzo penetró Maceo de nuevo en la provincia de Pinar del Río, hecho con el cual se inicia un nuevo período que se prolongó hasta el 29 de agosto y que se caracterizó por dos aspectos esenciales.

En primer lugar, Weyler va a volcar el grueso de sus fuerzas sobre Maceo en Pinar del Río, pues para él este era entonces, principalmente, el hombre a derrotar. El jefe español se dedica a fortificar la Trocha de Mariel a Majana y la línea defensiva de Puerto La Esperanza a Viñales, de Pinar del Río a La Coloma, mientras enviaba fuertes contingentes para perseguir y combatir al Titán de Bronce.

En segundo lugar, este último va a desarrollar durante estos meses en lo fundamental la guerra de montañas. El conocía las insuperables condiciones que tenía la serranía del Rosario para derrotar a gruesas columnas enemigas con hombres y escasos recursos, por lo que decidió hacerse fuerte en esas alturas que convirtió en bastiones inexpugnables contra los que se destruyeron todos los intentos españoles de desalojar y derrotar a las fuerzas libertadoras.

El propio día 15 se produjo un violento combate con una columna encabezada por el General español Suárez Inclán, en el lugar llamado Potrero Galope, cerca de Candelaria. Fue una victoria; pero Maceo no quedó satisfecho con el daño que hicieron a los españoles los Generales Pedro Díaz y Quintín Banderas.

El General Maceo, conocedor de que cinco columnas españolas al mando de los Generales Linares, Sánchez Echevarría, Suárez Inclán, el Coronel Hernández de Velazco y el Teniente Coronel Francés, pretendían con su abrumadora superioridad destruirlo de un solo golpe combinado, decidió presentarles combates parciales, batiendo cada una por separado en una sucesión de rápidos movimientos, manteniendo siempre guardada su retaguardia y segura la posible retirada hacia las montañas. No tenía parque más que para 600 hombres.

El 18 de marzo se producen las acciones de Laborí, La Merced, Vigil y Cayajabos en las que Maceo, con su pericia táctica, fue combatiendo las distintas columnas españolas a lo largo de unos 20 km. Al final del día el Titán de Bronce ascendió al Rubí, donde Pedro Delgado había establecido un confortable campamento con talleres, depósitos de municiones y un hospital. Maceo despachó fuerzas para La Habana y Matanzas, envió a las de Pinar del Río que había convocado para sus lugares de origen y se quedó en el Rubí con unos 500 hombres.

El día 20 de marzo las fuerzas españolas subieron en busca del jefe cubano y viraron derrotadas. A partir de este día cesó el movimiento de tropas españolas en esa zona al encerrarse éstas en las poblaciones. Weyler se encontraba muy ocupado en terminar de construir la Trocha de Mariel a Majana y concentró en ella la mayor parte de los batallones en campaña.

El relativo sosiego permitió al General Antonio Maceo dedicarse a problemas organizativos, dejando definitivamente organizada la división con tres brigadas. En este sentido entregó el mando de la división pinareña al General Pedro Díaz Molina y el de la Brigada Occidental al Coronel Juan Lorente de la Rosa, manteniendo al Teniente Coronel Antonio Varona como segundo; al Coronel Juan Eligio Ducasse le confió la Brigada Sur, relevando al Coronel Bermúdez que iría al Cuartel General; al Coronel Vidal Ducasse Revee lo designó para la Brigada Norte, sustituyendo al Coronel Pedro Vargas Sotomayor, designado para formar un cuerpo de artillería.

Maceo no había olvidado la que había recibido de los propietarios palmeros incumplidores de su promesa de entregar dinero para la revolución a través de Perfecto Lacoste, por lo que tenía entre sus planes inmediatos el ataque a esta población.

El día 26 de marzo partió el Caudillo Oriental con el Coronel Carlos Socarrás a la vanguardia, para realizar un asalto a La Palma. El día 29 se produce éste y las fuerzas cubanas reciben su primera derrota en suelo pinareño al fallar el factor sorpresa y encontrarse con una férrea defensa por parte de los pobladores. Los muertos cubanos que quedaron en el campo enemigo pasaron de treinta y los heridos fueron numerosos.

Después del frustrado asalto, Maceo despachó a Pedro Delgado y a Carlos Socarrás para sus respectivos campamentos, emprendió marcha por la Sierra de la Cumbre con el resto de la tropa y en la noche del 31 de marzo atacó el caserío fortificado de San Diego de Núñez con las fuerzas mandadas por Sotomayor. Posteriormente acampó en Loma del Toro. Comenzaba la etapa más violenta de la guerra de montaña.

Las tropas españolas tenían el cuartel general de su división en Bahía Honda y Maceo los provoca para que acudan a la serranía en su persecución. Situó en Manuelita la cabellería y la infantería en el camino y alturas de La Lechuza; los españoles atacaron y fueron derrotados y empujados hasta el embarcadero del ingenio San Claudio, nombre que recibió la acción aunque es considerada la primera de Tapia, por ser éste el lugar donde Maceo tenía su cuartel general.

Weyler, contrariado, hizo venir a los generales González Muñoz y Serrano Altamira de Oriente y Camagüey a Melguizo de Matanzas, para combatir a Maceo.

El día 12 de abril, el Titán de Bronce dio órdenes al Coronel Juan Lorente para que marchara con sus fuerzas hacia el extremo occidental de la provincia donde se encontraba su zona de operaciones. Igualmente dio órdenes al General Pedro Díaz y a otros jefes para que hostilizaran al enemigo en sus respectivas zonas y no lo dejaran descansar. Escribió de nuevo a Estrada Palma solicitándole armas y municiones.

Es preciso destacar que tanto el Consejo de Gobierno como la delegación de Nueva York, no brindaron a Maceo el apoyo necesario durante su campaña en Pinar del Río, pese a ser este el territorio donde se encontraba concentrado el grueso de las fuerzas españolas y donde podía decidirse la guerra.

Las fuerzas que tenía Maceo en Tapia no eran más de 250 hombres armados con escasas municiones distribuidos estratégicamente en todos los puntos vitales y emboscados en los lugares más convenientes para combatir al enemigo, hábilmente escogidos entre los precipicios y peñascales cubiertos de bosques y manigua de aquella limitada comarca, ideal para la guerra de guerrillas.

Entre el 13 y el 26 de abril se produjeron ocho incursiones más de los españoles sobre el Cuartel general de Maceo en Tapia y en todos los casos estos fueron repelidos, a pesar de que la escasez de municiones de los cubanos era ya crítica.

En tanto el General Maceo dislocaba en Tapia las sucesiones tentativas de Suárez Inclán, los mambises comandados por Bermúdez combatían contra los batallones del General Suárez Valdés... en Paso Real de San Diego y Catalina. En Guane, el Coronel Varona, Comandante Lazo y Capitán Gallo se batían diariamente con las tropas enemigas. Los Comandantes Peraza, Carrillo, Alfonso y otros, con escuadrones volantes hostilizaban constantemente al enemigo. Y el General Pedro Díaz hacía derroche de energía y valor sosteniendo rudos combates cerca de la línea que conducía a la capital de la Provincia.

El día 25 de abril arribó por el norte de la provincia la goleta Competitor, al mando de Alfredo Laborde, con 45 hombres comandados por el Coronel Juan Monzón, 100 rifles y 24 000 cartuchos de guerra. Penetró por la Punta de Berracos.

Al enterarse de este acontecimiento, Maceo mismo partió al encuentro de los expedicionarios; pero cuando iba por el camino de Las Pozas, el día 29 de abril, se encontró con la columna de Suárez Inclán y la atacó. Esta ubicación de la fuerza enemiga hizo pensar al Titán que peligraba el campamento de Socarrás en Cacarajícara y hacia allá se dirigió para esperar a los españoles. Se inició el combate y cuando la situación de los cubanos era desesperada por la falta de parque, llegó el Coronel Juan Ducasse con el que había traído la "Competitor", con lo cual se pudo propiciar una rotunda derrota a los españoles. En esta batalla murió el valioso Coronel pinareño Carlos Socarrás.

Durante los días dos, tres y cuatro de mayo el Cuartel General se situó en la finca Tres Palmas, a 3 km de Las Pozas, practicándose reconocimientos por todos los caminos que conducían a Bahía Honda.

El día 4 de mayo, encontrándose Maceo acampado en El Brujo recibe la noticia de que una columna española al mando del General Serrano Altamira haría noche en Vega Morales. Decidió combatirla y se adelantó a las tropas españolas esperándolas en un lugar de su obligado trayecto. En esta acometida fue herido Serrano Altamira, el que ordenó la retirada, picándole la retaguardia Maceo hasta Quiñones. En su desesperada huída los españoles dejaron 12 muertos, 7 heridos, mantas, comestibles, caballos y más de 2 000 cartuchos de máuser; los libertadores sufrieron 2 muertos y 6 heridos.

Después de este combate, el General Antonio Maceo se dirigió al Rubí y estableció su Cuartel general en El Roble, donde tuvo que estar hasta el día 11 cercado por la crecida de los ríos. En este lugar recibe y escribe cartas y redacta comunicaciones y órdenes. Con el Gobernador Civil Oscar Justiniani reorganiza el servicio postal y establece dos nuevas líneas de comunicaciones, una por el norte y otra por el sur, conectándose por las transversales de forma tal que las prefecturas pinareñas y los puestos de observación y escucha estuvieran constantemente en comunicación con el cuartel general cubano.

El día 23 de mayo, con todas las fuerzas de las brigadas norte y sur reunidas, Maceo lleva a cabo un ataque a Consolación del Sur, el que permite avituallarse a las tropas mambisas que dejaron en muy mal estado al poblado. Ese mismo día Weyler llegó por mar a Bahía Honda y regresó rápidamente a La Habana. Maceo permaneció acampado en El Descanso todo el día 24, aguardando la salida de las columnas del atemorizado General Molinas y del Comandante General de la provincia Suárez Valdés que había acudido en auxilio de Consolación del Sur.

Al fin el día 25 de mayo, se produce el Combate de Las Lajas, donde fue herido grave Suárez Valdés y derrotada la columna.

Esta importante incursión de Maceo por el llano con numerosas fuerzas, demuestra la capacidad militar de este jefe cubano y sus enormes cualidades como táctico, pues no se limitaba a pelear donde el terreno y las condiciones le eran más propicias, sino que con un poder movilizativo y de maniobra extraordinario, asestaba golpes al enemigo donde menos éste lo esperaba.

El 11 de junio regresa el Titán de Bronce de nuevo a su cuartel general en la Sierra del Rosario, en el territorio que llegó a denominarse el Peleadero de Tapia, no sin antes reorganizar las fuerzas libertadoras de toda la provincia. Allí recibe noticias referidas a los problemas existentes en la emigración y en las provincias orientales, indignándole las situaciones del Consejo de Gobierno en ese territorio.

El 13 de junio se combate de nuevo en San Gabriel de Lombillo, considerada esta como la oncena acción de Tapia, la que no fue muy afortunada para las fuerzas cubanas. En su campamento de nuevo, envía Maceo órdenes al Comandante Baldomero Acosta y el Capitán Tomás González para que activen las operaciones entre Guanajay y Mariel y envía una comunicación al Coronel Lorente para que espere el próximo arribo de una expedición por la península de Guanahacabibes.

El 20 de junio el general español González Muñoz inició una bien preparada operación contra el cuartel general cubano en Tapia en la Sierra del Rosario. Las fuerzas libertadoras pudieron repeler el ataque gracias a la llegada del General Pedro Díaz con municiones arrancadas a los españoles en acciones que Maceo le había orientado realizar por la zona de Viñales.

Entre el 20 y el 24 de junio se pelea incesantemente en Tapia, en distintas posiciones ocupadas por los libertadores. Maceo recibe su herida número 24 en una de estas acciones el día 23 y es trasladado hacia una prefectura en la finca San José donde permanece 10 días recuperándose. En su obligado reposo constata la abultada correspondencia recibida: a Perfecto Lacoste, a Gómez quejándose de los conflictos provocados por el Gobierno en Oriente, a su hermano José Maceo alabándole su actitud ante el nombramiento de Calixto García como Jefe de Oriente, a Lacret Morlot recriminándole la desorganización de las fuerzas libertadoras en Matanzas, a Francisco Carrillo ordenándole la activación de las operaciones en Las Villas y a otros.

El mismo día 23 de junio había desembarcado en la Ensenada de Corrientes al suroeste de Pinar del Río, la esperada expedición del Coronel Francisco Leyte Vidal, cuyo jefe de mar fue Joaquín Castillo Duany.

El 3 de julio el General Maceo no soporta más la inactividad y toma rumbo a Bahía Honda. Imparte numerosas órdenes: al General Pedro Díaz le indica que marche en busca de los pertrechos de la expedición y al Coronel Juan Lorente le comunica que espere a éste en Los Machos para que lo apoye en dicha empresa. Al General Roberto Bermúdez le ordena hacerse sentir sobre San Juan y Martínez y Pinar del Río y a los hermanos Ducasse los envía sobre la Trocha militar para hacer creer al enemigo que pretendía cruzarla.

Unos días después, en su campamento de El Roble, Maceo nombra al General Quintín Banderas Jefe de la Primera División del Cuarto Cuerpo con sede en Las Villas, decisión que comunica al General Francisco Carrillo. Un mes después, el 14 de agosto, pasaría Quintín Banderas la Trocha de Mariel a Majana con rumbo a su nuevo destino.

Otro nombramiento fue el del Coronel Juan Monzón como Gobernador Civil de la provincia en sustitución de Justiniani que pasa al estado Mayor de Maceo.

Las operaciones llevadas a cabo por los subordinados del General Maceo en Pinar del Río cumplieron su cometido y el 20 de julio ya se encontraban en el cuartel general del jefe cubano el General Pedro Díaz y el Coronel Leyte Vidal con pertrechos de la expedición.

Con las cananas llenas el general Antonio Maceo parte el 1ero de agosto rumbo a San Cristóbal para establecer su cuartel general en Puerta de la Muralla. Será su segunda operación sobre el llano durante este período caracterizado por la guerra de montaña.

En esta zona realiza el jefe cubano algunas acciones de importancia como el ataque efectuado entre el 16 y el 17 de agosto a un tren blindado detenido por la explosión de una bomba de dinamita. Fueron destruidos los carros y batida una columna que vino en su ayuda.

Entre el 17 y el 25 de agosto Maceo reorganizó los mandos militares de la provincia e impartió órdenes dirigidas a garantizar el feliz arribo de una nueva expedición de la que había recibido noticias. Al General Pedro Díaz y a los Coroneles Ducasse los envió hacia el extremo occidental de la provincia y el propio día 25 de agosto partió él desde Punta de la Muralla, con el mismo destino, lo acompañaban los generales Miró Argenter, Bermúdez, Frexes y Vargas Sotomayor y los Coroneles Leyte Vidal, Pedro Ivonet, Antonio Núñez, José Castillo y Pedro Delgado.

Cuarta Etapa

El 27 de agosto acampa la tropa de Maceo en Sabanamaíz, el 28 de agosto lo hace en Galalón y el 29 emprende la marcha hacia la trocha de Viñales. El 30 de agosto cruzaron los Cayos de San Felipe y las Vegas de Isabel María, la parte más difícil de la travesía. ese día acamparon en Pan de Azúcar.

El 2 de septiembre Maceo atacó el poblado de Dimas y el día 6 el de Arroyos de Mantua, para ubicar su campamento el 7 en Tumbas de Estorino. Allí efectuó cambios en la composición y en los mandos de la Brigada Occidental y otorgó ascensos militares; a Tenientes Coroneles a: Manuel Lazo, Bernardo Camacho Olazagasti, Antonio Tarafa y Agustín Arencibia y a comandantes a Julián Gallo y Luís Pérez.

El 9 de septiembre Maceo trasladó su campamento a Francisco, lugar donde recibió decenas de familias desamparadas que engrosaron la impedimenta. Allí decidió regresar al oriente de la provincia en vista de que la expedición no llegaba; pero recibió un mensaje de Pedro Díaz comunicándole que la expedición del General Juan Rius Rivera había arribado el día 8 de septiembre por María la Gorda en la Península de Guanahacabibes.

El 11 de septiembre Maceo partió de Bartolo en busca de los expedicionarios y el 18 se abraza con Rius Rivera que venía acompañado, entre otros, por el hijo del Generalísimo, Panchito Gómez Toro.

El 23 de septiembre levantó Maceo el campamento en los Remates de Guane con el objetivo de regresar a la Sierra del Rosario. Los españoles con el objetivo de frustrar este propósito del jefe cubano habían trasladado 8 000 hombres con artillería bajo el mando de los Generales Echagüe, Bernal, Melquizo y Suárez Inclán y de los Coroneles San Martín, Granados, Francés y Hernández de Velazco.

El 24 de septiembre chocaron fuerzas cubanas y españolas en Montezuelo en un combate que fue costoso para los libertadores; pero que sirvió a Maceo para vencer el primer escollo del camino de regreso. La columna de San Martín no podría ya volver al campo de batalla.

Desde el Naranjal, el día 25 de septiembre, envió Maceo órdenes a Pedro Díaz para que se le uniera y éste lo hace esa misma noche. Allí fueron armados los hombres que carecían de fusiles y creado un nuevo regimiento, el Invasor, al frente del cual quedó el Coronel Pedro Ivonet.

El 27 de septiembre, aún en la zona de Mantua se producen los combates de Tumbas de Estorino y La Manaja. Después de esta victoria cubana las columnas de Melquizo, Hernández de Velazco y Francés no volvieron a aparecer en escena, embarcando sus heridos por Dimas.

El 2 de octubre partió el General Maceo de Peña Blanca con 800 hombres bien pertrechados para cruzar la Trocha de Viñales. En ese intento, el día 4, se produce el combate de Ceja del Negro, uno de los más sangrientos de nuestras guerras libertadoras y una rotunda victoria del Titán de Bronce.

Cuatro días más tardes, el 8 de octubre, se produce el combate de Galalón entre las fuerzas de Maceo y la columna de Echagüe, también victorioso para el primero, que ya se encontraba de nuevo en el corazón de la serranía.

Entre el 14 y el 19 de octubre Maceo establece su cuartel general en El Brujito y el propio 19 se traslada hacia la Revuelta de San Cristóbal, desde donde envió correos a los jefes de fuerzas para que acudieran a su encuentro con el mayor número de hombres posibles.

En el campamento de El Inglés, el 22 de octubre, preparándose para atacar el pueblo de Artemisa, Maceo designó al General Juan Rius Rivera Jefe de la División de Pinar del Río en sustitución del General Pedro Díza, a quien le tenía reservado un alto puesto en Las Villas.

El 22 de octubre en horas de la noche, con un cañonazo disparado por las fuerzas de Maceo se inicia el ataque a Artemisa, defendida por la fuerte columna del General Arolas. Los atacados no se atrevieron a salir de la plaza y los cubanos se retiraron en la madrugada del 23 después de haber disparado 18 cañonazos. El propósito, más político que militar de Maceo de hacer una demostración de fuerza sobre la importante línea militar española fue cumplido.

El día 23 Maceo acampó en La Esperanza, a una legua de Artemisa y después de darle descanso a sus fuerzas partió el día 24 rumbo a Soroa para entablar combate con la columna española del Coronel Segura que ya combatía con fuerzas al mando del General Rius Rivera. Este combate se prolongó hasta el día 25 y en él los españoles sufrieron un gran número de bajas.

"El 25, Maceo envió las fuerzas de Puerta de La Muralla que ocuparan el camino de El Brujo a Rangel, ordenó al jefe del taller del Rubí y prefectos que custodiaban el material de guerra escondido en los rincones más ocultos e inaccesibles de la sierra, la entrega de armas y municiones a los jefes escogidos por él para enfrentarlos en condiciones favorables a las varias columnas enemigas que, operando combinadamente, trataban de ocupar sus cuarteles. A los coroneles Ducasse, Juan E. y Vidal y Peña, Teniente Coronel Rodríguez y comandantes Hernández, Suárez y Santa Cruz, les ordenó Maceo... que construyeran sin pérdida de tiempo trincheras de piedra en los caminos y entradas a las lomas, ocupando los lugares más altos y ventajosos, a fin de que 8 ó 10 hombres pudieran resistir y contener cualquier intento de una columna enemiga.

"El 26 envía un oficial a Rius Rivera avisándole: Sigo marcha con rumbo hacia el norte, de donde he tenido noticias se encuentran dos columnas enemigas. El Jefe de la Brigada Sur, Coronel Juan E. Ducasse, queda encargado de vigilar las que se encuentran en Soroa y Puerta de la Muralla. y envía otro oficial al Coronel Pedro Ivonet para que se le incorpore con sus fuerzas en los altos de La Furnia, entre Los Hoyos y Río Hondo para destinarlo a realizar una operación combinada con el Coronel Delgado y Comandante Barrios.

El combate de Soroa lo daba por terminado. En otros lugares amenazados era más necesaria su presencia. Los españoles sufrieron casi 400 bajas en este combate, aunque Maceo no pudo impedir que continuaran los trabajos de fortificación.

Del 25 al 31 de octubre ubicó su cuartel general en el antiguo cafetal El Brujito, donde recibió y despachó numerosa correspondencia.

El 1 de noviembre lo trasladó hasta El Roble, lugar donde recibió también mucha correspondencia, entre ella la carta de Gómez que lo urgía a dirigirse hacia Las Villas y Camagüey, así como otras que lo apesadumbraron mucho por lo que le contaban de las traquiñuelas del Consejo de Gobierno y de los problemas políticos internos que necesariamente tendrían que afectar a la Revolución.

Quinta etapa

El General Maceo partió de El Brujito el 2 de noviembre y se dirigió a El Roble, para seguir a La Ceiba pasando por el cafetal Aurora, con objeto de acercarse a la Trocha de Mariel a Majana y estudiar el plan más conveniente para cruzarla sin demora e ir a reunirse con el General Gómez en Las Villas.

Por estos primeros días de noviembre Maceo emite órdenes adjudicando nuevas misiones y nuevas zonas de operaciones a distintas fuerzas y a sus respectivos jefes, lo que constituyó el plan de campaña que debía seguir el General Rius Rivera mientras durara la ausencia del Caudillo Oriental.

El 5 de noviembre le confió al Coronel Francisco Peraza el mando superior de la campaña en una extensa zona que iba desde Paso Real de San Diego hasta Cortés con los Tenientes Coroneles Castillo, García y Somarquén como subordinados directos.

De la misma forma ordenó al Comandante Jerónimo Suárez a crear una guerrilla volante y operar en San Diego de los Baños, Paso Real, Los Palacios, Taco Taco y Las Sierras.

A Domingo Lecuona le impele a que continúe utilizando con el mismo éxito que hasta ese momento las bombas de dinamitas para la voladura de trenes.
A todos les admitió que debían dar cuenta directa de sus operaciones al General Rius Rivera.

El 9 de noviembre, estando Maceo en El Rosario, acampado en la encrucijada conocida por Tienda Nueva, en las faldas de las lomas del Rubí que miran hacia Cayajabos, junto a Díaz y Bermúdez y disponiéndose a continuar camino hacia La Trocha que pensaba cruzar esa tarde, recibe noticias de la llegada de fuertes contingentes de tropas españolas a la zona, por lo que comprendió que se trataba de la ofensiva de Weyler de cuyos preparativos le había avisado Perfecto Lacoste. Decidió entonces Maceo posponer el viaje y darle una lección al sanguinario Capitán General. Este mismo día hubo un combate en El Rosario entre la columna de Weyler y fuerzas cubanas comandadas por Rius Rivera.

El día 10, Maceo y Rius sostuvieron otro combate entre las elevaciones de La Madama y La Gloria y al día siguiente Weyler reúne todas sus tropas y retrocede a Cabañas para trasladar los heridos por mar a La Habana.

De este pueblo vuelve a salir Weyler para extraviarse en los montes de Oleaga; pero Maceo, que lo hacía por otro rumbo, no pudo aprovechar la oportunidad para capturarlo.

El 14 de noviembre tropas comandadas por Vidal Ducasse, Pedro Ivonet y Francisco Peraza, hostilizan a las columnas de Suárez Inclán y González Muñoz en San Blas, El Brujo y El Brujito.

Los días 16, 17 y 18 de noviembre se combatió duramente y el último día culminó la operación de Weyler quien se retiró fracasado a La Habana. En los 9 días que duró la campaña de Weyler, sus tropas sufrieron más de 400 bajas y los cubanos 56. Con un pequeño grupo de hombres, el valor y la topografía pinareña, el General Maceo lo venció una vez más.

Entre el 17 y el 25 de noviembre, sin desatender aspectos de la organización de la guerra en Pinar del Río y sin dejar de escribir numerosa correspondencia, recorrió Maceo algunos de los principales lugares donde había combatido tan brillantemente y donde se había cubierto una vez más de gloria. Una cierta nostalgia lo embargaba.

El 25 de noviembre se encontraba en El Jobo, pensando cruzar la Trocha el 27 ó el 28; pero un pequeño combate con parte de la columna de Suárez Inclán y la caballería de Pedro Delgado, lo obligó a posponer la fecha.

En los días siguientes envió nuevas órdenes a los principales jefes cubanos que operaban en el oriente de la provincia.

El día 3 de diciembre el General Maceo se enfrentó con una columna española cerca de la loma de la Gobernadora. Sería su último combate en Pinar del Río y con él fueron heridos el General Roberto Bermúdez y el Coronel Carlos González Clavel.

El 4 de diciembre en horas de la noche, cruzó Maceo con un pequeño grupo de seguidores la bahía del Mariel en un bote, dejando de esta forma para siempre la provincia pinareña.

Véase Tambíen

Fuentes

  • Collado Piñeiro, Alejandro: La Guerra Nacional Libertadora de 1895-1898 en Pinar del Río desde la salida definitiva de esta provincia del Mayor General Antonio Maceo, hasta el inicio de la Guerra Hispano-Cubana-Norteamericana. Primera aproximación a su estudio. Tesis presentada en opción al Grado Científico de Doctor en Ciencias Históricas, pp. 14 y 15.
  • Franco, José Luciano. Antonio Maceo. Apuntes para una historia de su vida. Ed. Ciencias Sociales, I.C.L. La Habana, 1973. Tomo III, p. 57.
  • Weyler, Valeriano: Mi mando en Cuba. Ed. 1910. Madrid Tomo I. p. 54.