Mario Fernández Herrera

Mario Fernández Herrera
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Combatiente revolucionario cubano
NombreMario Fernández Herrera
Nacimiento25 de junio de 1935
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento22 de febrero de 1976
Cuba, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónMilitar

Mario Fernández Herrera. Combatiente revolucionario cubano muerto en accidente cuando se preparaba para cumplir misión internacionalista en Angola.

Síntesis biográfica

Nació en La Habana, el 25 de junio de 1935, en el seno de una familia pequeño burguesa. Fueron sus padres Mario Gustavo Fernández, contratista de obras de construcción y Esther Modesta Herrera, maestra de corte, costura y decorado, lo cual determinó que no pasase por situaciones económicas desesperadas.

Al cumplir los cinco años de edad comienza la enseñanza primaria en la Escuela Pía de La Habana y en ella permanece hasta alcanzar los 12 años y concluir la enseñanza primaria.

Mario era un niño vivaracho y bromista, que nunca tuvo presente las diferencias sociales, tan importantes en aquella época, a la hora de buscar sus amistades, con las que gustaba compartir sus juguetes y juegos infantiles, entre los que tiene un lugar preferencial la pelota.

Prosigue los estudios en el colegio Trelles, también privado, donde alcanza el tercer año de bachillerato, tras lo cual se traslada para el Instituto del Vedado. Aquí continúa siendo el mismo muchacho alegre a quien le gusta la música, el baile y practicar deportes.

Trayectoria revolucionaria

Corren los años de la dictadura batistiana y el movimiento estudiantil revolucionario se mantiene constantemente activo y expresa su más enérgica oposición al régimen de facto a través de diversas actividades que abarcaban desde las combativas huelgas hasta la resistencia armada. Entre los años 1953 y 1954, Mario participó en diversas huelgas y manifestaciones estudiantiles en el Instituto del Vedado, donde colabora como enlace en el trasiego de armas.

Al ser descubierto es detenido, pero el padre, que por su trabajo tenía buenas relaciones con varias personas del régimen, logra sacarlo bajo reclusión domiciliaria en pocas horas, tras lo cual es sometido a juicio del que sale absuelto.

La rebeldía estudiantil aumenta ante cada atropello o crimen del gobierno de Fulgencio Batista y las manifestaciones de oposición al régimen, lejos de disminuir se incrementan. Entre los primeros en participar en ellas se encuentra Mario, quien en 1956 es nuevamente detenido y otra vez el padre se ve precisado a utilizar sus influencias para sacarlo en libertad.

Mario había comenzado a trabajar desde los 18 años de edad, sin abandonar los estudios en un garaje de su propio barrio de residencia como expendedor de una gasolinera y en 1957, tras su segunda detención, empieza a laborar en la fábrica de neumáticos Good-Year, donde se compenetra con los obreros, se identifica con los problemas de la clase trabajadora y conoce de cerca la explotación a que esta era sometida.

Revolución en el poder

Al triunfo de Revolución el 1 de enero de 1959 el pueblo jubiloso se lanza a las calles y procede a detener a los esbirros que tratan de escapar de la justicia revolucionaria. Mario marcha de inmediato a la Universidad de La Habana donde se integra a un grupo del Directorio Revolucionario 13 de Marzo. Allí recibe como armamento una pistola. Horas más tarde interviene en el tiroteo de la Manzana de Gómez ubicada en el actual municipio Habana Vieja y en la Avenida Carlos III contra elementos masferreristas.

Mario ingresa a las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR) desde su fundación en 1960. Participó en las diferentes actividades de las mismas y toma parte de la marcha de los 62 kilómetros, como miembro de la compañía de la Plana Mayor del Batallón 182.

Permanece en su puesto de miliciano hasta octubre de 1961, fecha en que ingresa en el Batallón Especial de Seguridad, donde se le encomienda, entre otras misiones, la tarea de organizar el personal que sería enviado a pasar escuela.

Más tarde pasa, a la jefatura como chofer y en este desempeño se mantiene por espacio de dos meses, al término de los cuales es destacado como jefe del grupo de operaciones, función en la que desarrolla un magnífico trabajo. Posteriormente es situado como jefe de orden interior del Batallón Especial de Seguridad, cargo en el que se mantiene hasta fines del propio año.

Al finalizar el año 1961 es destacado durante un mes, como jefe de guarnición de una fábrica de explosivos. Más tarde es ascendido al grado de sargento de tercera y ubicado en la prisión de La Habana, como oficial de guardia, donde permanece por espacio de tres meses.

A mediados de 1962 es destacado como jefe de armamento del Batallón Especial de Seguridad, función en la que despliega un buen trabajo hasta octubre de ese mismo año.

Durante la Crisis de Octubre, al igual que cientos de combatientes, Mario ocupa su puesto en la trinchera a en defensa de la patria.

En 1963 es seleccionado jefe de una escuadra para participar en una operación que realizarían en la zona de Santiago de las Vegas, con el objetivo de capturar un grupo de elementos contrarrevolucionarios.

En mayo de 1963 es enviado para la escuela de Matanzas, a fin de pasar el curso general de sargentos, que concluye, de forma satisfactoria, en abril de 1964. Es ascendido al grado de sargento de primera. Al concluir la escuela es destacado como jefe de la guarnición del Ministerio del Interior, donde se mantiene hasta finales de 1964.

En 1966 es ascendido al grado de subteniente y elegido jefe adjunto de la sección de operaciones. Más adelante es designado para participar, a partir de enero y hasta junio de 1967, en la Expo 67 efectuada en Canadá, como jefe de protección.

En noviembre de 1967 es seleccionado jefe de la tercera compañía de la Unidad Militar 202 de la Dirección General de Seguridad Personal, donde llega a alcanzar los grados de primer teniente.

Pese a su carácter algo explosivo en ocasiones, es sumamente desprendido, que no conoce el egoísmo y que mantiene muy buenas relaciones con sus compañeros.

Entusiasta ante cada tarea de la Revolución, participa en dos zafras del pueblo. También integra, desde los primeros momentos, la brigada de la construcción encargada de fabricar las escuelas en el campo.

Comienza a estudiar en la Universidad de La Habana la carrera de Ciencias Jurídicas y logra vencer satisfactoriamente el curso introductorio.

Es un entusiasta deportista, siempre preocupado porque en su unidad se realicen prácticas deportivas, en las que él mismo toma parte activa.

Muerte

Mario es seleccionado para integrar el batallón del Ministerio del Interior que cumpliría misión internacionalista en Angola y designado jefe de uno de sus pelotones, cargo que desempeña satisfactoriamente hasta su muerte, ocurrida el 22 de febrero de 1976, en momentos en que concluía los entrenamientos para partir hacia Angola.

Fuentes

  • Mártires del MININT. Semblanzas biográficas, t. II, Editora Política, La Habana, 1990.