Diferencia entre revisiones de «Martí antimperialista»

(Etiqueta: nuestro-nuestra)
(Etiqueta: revisar proyecto)
Línea 4: Línea 4:
 
|imagen= Martí_antimperialista.JPG
 
|imagen= Martí_antimperialista.JPG
 
|concepto= Quehacer antimperialista de [[José Martí]], Héroe Nacional de [[Cuba]].
 
|concepto= Quehacer antimperialista de [[José Martí]], Héroe Nacional de [[Cuba]].
}}'''Antimperialismo martiano.''' Posición democrática revolucionaria de Martí, que en su caso,  lo lleva a una radicalización antimperialista frente a las posiciones expansionistas de los [[Estados Unidos]], una identificación de sus raíces con la [[América Latina]] y la necesidad unitaria de ésta para enfrentar los nuevos retos que le imponía el desarrollo del [[Capitalismo|capitalismo]] a  fines del [[siglo XIX]] por las ambiciones de la [[Oligarquía norteamericana|oligarquía norteamericana]].
+
}}'''Antimperialismo martiano.''' Posición democrática revolucionaria de Martí, que en su caso,  lo lleva a una radicalización antimperialista frente a las posiciones expansionistas de los [[Estados Unidos]], una identificación de sus raíces con la [[América Latina]] y la necesidad unitaria de ésta para enfrentar los nuevos retos que le imponía el desarrollo del [[Capitalismo|capitalismo]] a  fines del [[siglo XIX]] por las ambiciones de la [[oligarquía]] norteamericana]].
 
   
 
   
 
== Pensamiento antimperialista ==
 
== Pensamiento antimperialista ==

Revisión del 18:18 21 abr 2017

Antimperialismo Martiano
Información sobre la plantilla
Martí antimperialista.JPG
Concepto:Quehacer antimperialista de José Martí, Héroe Nacional de Cuba.
Antimperialismo martiano. Posición democrática revolucionaria de Martí, que en su caso, lo lleva a una radicalización antimperialista frente a las posiciones expansionistas de los Estados Unidos, una identificación de sus raíces con la América Latina y la necesidad unitaria de ésta para enfrentar los nuevos retos que le imponía el desarrollo del capitalismo a fines del siglo XIX por las ambiciones de la oligarquía norteamericana]].

Pensamiento antimperialista

El pensamiento antimperialista martiano se desarrolla a fines del siglo XIX, cuando de forma impetuosa y peligrosa para los pueblos se extiende en los Estados Unidos la fase superior del capitalismo, el imperialismo; ese estadío capitalista en el que las poderosas fuerzas de la oligarquía rebasan el marco de lo nacional para expandirse por las naciones de menor desarrollo y subordinarlas a su modo de producción, bien como mercado de sus productos, fuente de materia primas o sitios de expansión geopolítica.

En medio de este complejo proceso Martí, estudió los fenómenos sociales que se desarrollan en la rica nación del norte. Previó las consecuencias fatales que tendría para los pueblos de América Latina la expansión del imperialismo norteamericano, evidenciándose en uno de los fragmentos de la carta enviada por este a Manuel Mercado:
"[...] ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber —puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo—, de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio ha tenido que ser, y como indirectamente, porque hay cosas que para logradas han de andar ocultas [...]".
Con motivo de la Conferencia Panamericana, José Martí denunció el interés de los yanquis en establecer el control sobre el comercio de Latinoamérica para convertir a estos países en consumidores de sus productos manufacturados.

Su papel antimperialista

Como político de su tiempo, siguió muy de cerca y estudió de modo minucioso y profundo el mundo de su época, sus tendencias principales y su sistema de contradicciones, en función de la tarea histórica que se impuso. Su obra revolucionaria como antimperialista no estuvo limitada solamente a los Estados Unidos, a esa sociedad fue a la que dedicó mayor atención y no por un hecho casual. En su proyecto político revolucionario, el continente americano tenía que desempeñar un singular papel, y eso lo obligaba a estudiar en detalle sus características principales, para trazar una estrategia política correcta. Además, aunque Estados Unidos emergía como una potencia a nivel mundial, hecho de particular importancia para el continente, Martí conocía también el estado de desarrollo de otras áreas capitalistas, como Gran Bretaña, Francia y Alemania.

Entre las obras de Martí donde expone sus valoraciones sobre Estados Unidos, se encuentran sus crónicas publicadas en el periódico "La Nación", de Buenos Aires, y en "La Opinión Nacional", de Caracas, en el período 18811892, y, de manera destacada sus trabajos relacionados con la Conferencia Internacional Americana, en 1889, y la Conferencia Monetaria de las Repúblicas de América, en 1891. Es en estas últimas donde aparecen con más claridad las tendencias expansionistas del Norte y la denuncia viril del Apóstol de sus posibles y nefastas consecuencias.

Estancia en los Estados Unidos

Martí consideraba muy distintos en todos los aspectos de la vida en la sociedad la América de Lincoln de la de Juárez. José Martí vio nuestros males diferentes a los de América Anglosajona. Su estancia en los Estados Unidos durante casi 15 años y precisamente en la etapa de formación del imperialismo, le permitió comprender y denunciar los apetitos expansionistas de esta nación y el papel de las Antillas independientes en frenarlo. Fue portador de la admiración de los cubanos por la historia de las luchas y éxitos del pueblo norteamericano, lo que identifica con el amor a la patria de George Washington, pero alerta sobre los peligros que encierra su política hegemónica, agresiva y expansionista, con “el temor a la patria de Cutting".

Si consideramos que como bien afirma Martí al referirse a los gobiernos de Nuestra América: [1]

(…) que ni ¿en qué patria puede tener un hombre más orgullo que en nuestras repúblicas dolorosas de América?, (…) jamás, en menos tiempo histórico, se han creado naciones tan adelantadas y compactas…

Como para no prever el desarrollo de acontecimientos futuros. [2]

Prever es la cualidad fundamental en el gobierno y constitución de los pueblos. Gobernar no es más que prever.

La vocación expansionista lleva al ilustre desterrado cubano, prácticamente desde su inclusión en la sociedad norteamericana al discurso de la alerta como consideran varios estudiosos del tema. Desde sus primeros artículos y crónicas escritas en los Estados Unidos, como es el caso de la crónica Coney Island aparecida en La Pluma de Bogotá en diciembre de 1881, refleja la lucha ideológica que se iniciaba. En otras crónicas de la década de 1880 junto al progresivo aumento de su labor periodística, asumía un papel de mediador cultural. [3]

La educación infantil estaba por completo desatendida. De sus funestos resultados sobre los futuros hombres, se refiere Martí al alertar sobre que (…) gustan más de pelotas y pistolas que de libros, porque las maestras no les enseñan de modo que el estudio los ocupe y enamore… [4] como reflejo del cruel distanciamiento de las capas sociales. De los padres capta la lesión desmedida por lo material y el dinero, donde predice que el lujo más que grato, pudre. Con la imposibilidad de entender otras cosas que no fueran los intereses y la búsqueda de poder, sustentado en ganancias y la compra y alquiler de los deseos y la prostitución de los sentimientos.

Se refiere también a las relaciones matrimoniales: (...) la abuela entonada, la matrona fría, la granítica doncella (…) cuya faz ni se ilumina ni se adelgaza con las consagraciones de las novias. Modelos de trajes son las recién casadas. [5] Estas uniones generalmente a conveniencia son descritas así: (…) Un día es un perro que viene de regalo en los brazos del amo ganancioso; (…) otros, los días de pérdida, el perro viene dentro del amo. [6]

En crónicas como Noche de Blaine, Martí defiende la honradez como una de las cualidades más importantes de los políticos, y descubre a políticos como James G. Blaine, el mismo que hablaría en la Conferencia Panamericana en 1889 y trataría de confundir a los enviados de las Repúblicas de Nuestra América.

En discurso pronunciado el 30 de noviembre de 1889 en Hardman Hall, Nueva York, en pleno desarrollo de la Conferencia Panamericana, hace Martí un homenaje a uno de los poetas cubanos por el cual sentía gran admiración: José María Heredia , pero no se limitó sólo a esto, capta al auditorio y trata de hacer recapacitar a algunos delegados participantes en la Conferencia, como es el caso del venezolano Nicanor Bolet Peraza, del cual Martí consideraba que era un fiel partidario de Blaine. Luego los hechos le demostraron lo contrario. Hace en todo el discurso un llamamiento a los incautos que creyesen en las promesas americanas y cayeran en la trampa engañosa del deslumbramiento en viajes y banquetes. Llama también a la dignidad de Latinoamérica, frente al ostentoso vecino, codicioso y avaro.

Ensayo "Nuestra América"

Es en donde Martí denuncia los peligros internos y externos que rodeaban a América y el peligro externo es, sin lugar a dudas, el acecho de Estados Unidos sobre estas tierras. En cada uno de los fragmentos del ensayo se aprecia su antimperialismo:

"Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes."
"Los que no tienen fe en su tierra son hombres de siete meses."
"Se ha de tener fe en lo mejor del hombre y desconfiar de lo peor de él."
"No hay odio de razas, porque no hay razas."
"El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser del país. La forma del gobierno ha de avenirse a la constitución propia del país. El gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país."

José Martí desempeñó un papel articulador entre las ideas sociopolíticas del siglo XIX y las del siglo XX y fue un fuerte pilar en la formación ideológica y política de posteriores generaciones de revolucionarios.

Trascendencia de su ideario antimperialista

Tras su muerte en Dos Ríos y la salida de la metrópoli española en 1899 se inicia la intervención norteamericana en Cuba y posteriormente se proclama la República (1902), entidad que nacía quebrantada por las condicionantes neocolonialistas que le impuso la Enmienda Platt. En ese ambiente social las ideas de Martí comienzan a arraigarse y difundirse entre los cubanos.

Este ideario martiano completado con su ética humanista y su pedagogía avanzada y social fue fortalecido al ser retomado por jóvenes que como Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena o Juan Marinello, entre otros, abrazarían el marxismo como ideología social para luchar por los cambios que necesitaba la nación cubana, enriquecidos de modo conciente y creciente con la ideología martiana.

Ellos fueron la base de la continuidad del pensamiento social cubano que entronca con la Generación del Centenario del Apóstol, encabezada por Fidel Castro y Abel Santamaría. El ideario moral de José Martí constituye la cumbre del pensamiento ético, la más elevada expresión de la ética de la liberación nacional en Cuba, es el más alto eslabón en el orden del pensamiento ético pre–marxista en Cuba.

Referencias

  1. «Publicado en La Revista Ilustrada de Nueva York, 10 de enero de 1891.», artículo de José Martí. Consultado el 22 de mayo de 2013
  2. «Conferencia Monetaria de las Repúblicas de América», artículo de José Martí en el Cuaderno Martiano III del Nivel Medio Superior. Consultado el 22 de mayo de 2013
  3. «La vigilia perpetua: Martí en New York», libro de Marlene Vázquez Pérez.Consultado el 22 de mayo de 2013
  4. «Cartas de Martí. “Un domingo de junio”», artículo de José Martí en OC. t 10, pp. 60.Consultado el 22 de mayo de 2013
  5. «Cartas de Martí, La Nación, Buenos Aires, 13 de junio de 1885», artículo de José Martí en OC. t 10, pp. 229-230. Consultado el 22 de mayo de 2013
  6. «Un domingo de junio», artículo de José Matí en OC. t. 11, pp. 63-64. Consultado el 22 de mayo de 2013

Fuentes