Mercedes García Vélez

Mercedes García Vélez
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NombreMercedes García Vélez
Nacimiento30 de enero de 1883
Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento11 de diciembre de 1898
Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Causa de la muertePulmonía
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
PadresCalixto García Íñiguez e Isabel Vélez Cabrera

Mercedes García Vélez. Hija del Mayor General Calixto García Íñiguez en su matrimonio legítimo con Isabel Vélez Cabrera.

En medio de los avatares de la guerra, Calixto García tuvo dos grandes preocupaciones en su tormentosa vida: alcanzar la independencia de Cuba del colonialismo español y lograr el bienestar de su familia.

La dura vida en campaña no logró mellar el carácter modesto, sencillo y jovial de este hombre, cuya familia constituyó permanente preocupación. Entre sus seres más queridos se encontraban sus diez hijos, a los cuales amó intensamente sin importarle que tres de ellos no fueran fruto de su matrimonio legítimo con Isabel Vélez Cabrera.

Datos biográficos

Primeros años

Nació el 30 de enero de 1883. Como única hija, el regocijo de Calixto García no pudo ser mayor, incluso cuando al pasar de los días y años tiene ante sí una hija dulce y cariñosa. Es ejemplo de ello una carta escrita por Francisco Sedano, quien era amigo y compañero de lucha de Calixto, que refiere:

… Satisfacción me ha causado de que mis padres ya le han visitado y que de Mercedes haya quedado enamorada mi viejita. No podía resultar otra cosa dada la bondad y carácter de Mercedes…[1]

Esta joven fue muy querida entre los amigos del general, pues siguiendo los ideales de su padre trabajó intensamente, inmersa en cuerpo y alma junto a su madre en el Club Patriótico Calixto García Iñiguez que ejercía sus funciones en Nueva York, a través del cual luchaba por la independencia de Cuba.

Situación de salud de Mercedes

Desde niña fue muy delicada de salud, situación que conllevó a que, según los documentos que hasta ahora se han encontrado, desde junio de 1898 su enfermedad relacionada con los pulmones comenzara a agravarse sin mejoría alguna, motivando gran preocupación a su madre, a sus amigos allegados y a su padre, quien dando respuesta a una de las misivas que le envía Isabel manifestándole:

… Mercedes está muy delicada, no sé como se sostiene…[2]

contesta desde el campamento Santa Cruz del Sur el 10 de noviembre de 1898:

… Estoy harto de estar aquí y desesperado por ver a la familia.[3]

Esta situación provocó que los sentimientos del general de Las Tres Guerras de Independencia llegaran hasta el punto más sensible de su regia personalidad. Lo evidencia en las reiteradas cartas que escribe a familiares y amigos, donde hace constante referencia al estado de salud de su niña querida. Ejemplo de ello es cuando el 5 de diciembre de 1898 desde Washington escribe a su esposa:

… En cambio mi alma está destrozada. Mi pobre Mercedes la única esperanza de mi hogar se me muere. En medio de tantas fiestas sólo tengo ganas de llorar y huir del montón con mi hijita a ver si la salvo, pues sin ella la vida para mí vale muy poco ¿Para quién he trabajado y sufrido tanto? Si mi única hija ni siquiera podrá llegar a la tierra por la que ha luchado tanto, para que descanse allí para siempre.[3]

Muerte

Es bien conocido que en medio de esta tristeza que lo rodeaba por el estado de salud de su hija preferida, el general falleció el 11 de diciembre de 1898 en los Estados Unidos en cumplimiento de su misión sin conocer que 16 días después, un martes 27 de diciembre justo cuando comenzaba a caer la tarde, fallecería también su hija rodeada de su madre y tres hermanos entre los que se encontraba Carlos García Vélez, quien había llegado en horas de la mañana para ver a su hermana con vida.

Mercedita, como cariñosamente la llamaban, hacía dos semanas que se encontraba en Washington recibiendo las mejores atenciones médicas y los más atentos cuidados por parte de las enfermeras y las señoras de Thomasville.

Aunque su padre, según carta escrita a su esposa desde Gibara el 22 de agosto de 1898, consultó varios médicos que le recomendaron trasladar a su hija al valle de Orotawa en Canarias o ir a México donde el clima era más cálido, esto no fue así y se desconoce la causa; pero sí se sabe que siendo tan apegada a su padre la muerte de su progenitor nunca se le comunicó por ser la hija favorita de este.

Resulta novedoso luego de tantos años dar a conocer numerosos detalles del funeral del “Angelito”, como cariñosamente la llamaba su amigo Mamín que tan sólo tenía 15 años.

El funeral de esta señorita se efectuó a las 3:30 pm; se trasladó el cuerpo embalsamado desde el hotel Masury y recibió un servicio funerario sencillo y breve porque su entierro sería temporal debido a la intención que tenía la familia de trasladar los restos de la joven a Cuba para ser enterrada junto a su padre.

Para el entierro no hubo tiempo de localizar un sacerdote católico que estuviera a la hora prevista, por lo que en ausencia de este el Reverendo G.S. Whitney, de la iglesia Episcopal de S.T. Thomas realizó el servicio en el hotel y en el cementerio.

Comentan los periodistas de la época del Diario T.E, emitido en los Estados Unidos el 29 de diciembre de 1898, que el ataúd era de gran belleza de color gris metálico, llevaba en su cubierta flores y bellos diseños enviados por señoras simpatizantes de la comunidad y presentaba en su centro una placa de plata con la siguiente inscripción:

Mercedes García Vélez

A pesar de no tener a su lado a su querido padre y otros familiares cercanos recibió diversas ofrendas florales, se destacaba una con un bello diseño de la familia que llevaba estas palabras: Tu pobre mamá y hermanos; además sus restos fueron escoltados desde el hotel al cementerio Laurel Hill por una larga procesión de amigos y simpatizantes llevando el féretro los siguientes caballeros: el coronel Robt. S. Mitchel, el capitán T.N. Hopkins, el juez H.W. Hopkins y los señores J.A. Barotte, W.C. Snodgrass, R.C. Dickinson, James Gribben y el señor Weinberger.

Fuentes consultadas informan que Isabel Vélez Cabrera, sin ánimo y sin fuerzas por la desgracia de la muerte del esposo y la de su hija con quince días de diferencia, le dirigió una carta a Mosle BROS pidiéndole una suma de dinero que tuvo a su favor para marchar a Cuba en la primera oportunidad. Ella regresó, sin embargo, no se conoce dato alguno que afirme el traslado de los restos de Mercedes, ni siquiera dos años después cuando fueron trasladados los de su padre.

Véase también

Referencias

  1. Carta emitida desde el campamento Mejía el 19 de mayo de 1897 a Isabel Vélez Cabrera.
  2. Fragmento de carta enviada por Isabel Vélez a Calixto García.
  3. 3,0 3,1 Fragmentos de cartas escritas por Calixto García.

Fuentes