Michel Odent

Michel Odent
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Nacimiento7 de julio de 1930
Oise
Nacionalidadfrancesa
LicenciaturaLicenciado en Medicina y Cirugía
OcupaciónMédico obstetra


Nace en 1930 en Francia. A sus 88 años Michel Odent es la persona más citada mundialmente en el ámbito del nacimiento.

Es Médico Cirujano y se inició en Obstetricia, como interno durante sus estudios de medicina el año 1949.

En los años setenta revoluciona la atención al parto. Introdujo el concepto de Salas de Parto “como en casa” y fue el primero en introducir una piscina de parto en una maternidad.

Es autor del primer artículo sobre la iniciación de la lactancia, durante la primera hora después del nacimiento.

Durante más de 20 años dirigió la Maternidad del Hospital de Pithiviers, en Francia, la cual se convirtió en centro de una nueva conciencia acerca del nacimiento. Allí, gradualmente, fue descartando las técnicas obstétricas convencionales y trasformando el cuarto de nacimiento en una “sala salvaje” con piscinas de agua tibia, libertad para que la mujer pueda expresarse y ser ruidosa, libertad para que la mujer adoptase cualquier posición, grupos de canto para mujeres en gestación y parejas con sus bebés, entre otras cosas.

Autor de 14 libros publicados, y numerosos artículos científicos, traducidos a más de 20 idiomas. Viaja, la mayor parte del año, ofreciendo conferencias en los 5 continentes.

Es creador del sitio web WombEcology y fundador del Primal Health Resarch Databank, cuyo objetivo es el estudio de la relación entre lo que sucede en el periodo primal y la salud del ser humano a lo largo de su vida.

Este banco de datos, que actualmente tiene más de 800 estudios, reúne la mayor cantidad de trabajos científicos de los más prestigiosos investigadores del mundo en una amplia variedad de disciplinas.

Junto a la doula londinense Liliana Lammers ofrece sesiones informativas para doulas  a través de los cursos Paramanadoula  en Europa y, ocasionalmente, en Latinoamérica.

Hoy, vive en Londres. Continúa acompañando algunos partos en casa, en los cuales él suele quedarse inadvertidamente en la cocina mientras, la madre es acompañada silenciosamente por una doula experimentada.

Involucrado en varios campos de la medicina y la investigación, tiene la atribución para replantear contraculturalmente la forma de nacer y desde allí estudiar la historia de la humanidad desde esta nueva perspectiva. Su mirada sobre el tema del nacimiento (la perspectiva fisiológica); a pesar de ser de una simpleza abismante y de resonar fuertemente con la intuición de quién la escuche atentamente, no es fácilmente comprendida. Él se desmarca del -así llamado- “Movimiento del Parto Natural”, pues reconoce que está basado en el mismo paradigma conductista que sustenta el modelo biomédico, y que ambos comparten los mismos supuestos.

Teorías

Michel Odent es el primero en presentar un artículo sobre la iniciación a la lactancia materna durante la hora siguiente al nacimiento. El documento lo presentó en el Congreso de Roma sobre Psicosomática, Ginecología y Obstetricia en 1977. En aquella época nadie creyó que un bebé recién nacido pudiera encontrar por sí mismo en esa primera hora el pecho de la madre y succionar. Indica que la primera hora que sigue al nacimiento conforma un periodo crítico en nuestro desarrollo de la capacidad de amar y por tanto con una incidencia enorme en la aparición de posteriores enfermedades relacionadas con ello.[1]

Y derivado de ello, igualmente expone la necesidad del calostro para el recién nacido y su importancia en el desarrollo del sistema inmunitario del sujeto.[2] También es autor, en 1983, del primer artículo de literatura médica acerca de la utilización de las piscinas para partos.[3]

Odent postula que la situación emocional de la madre embarazada es determinante en el futuro tanto psíquico como físico del individuo. También señala la criticidad del parto y los momentos posteriores, llegando a señalar las implicaciones en las actitudes violentas de los individuos, la criminalidad juvenil, el autismo o los comportamientos típicamente autodestructivos como el suicidio juvenil, la adicción a las drogas, la anorexia nerviosa, etc., derivadas de las alteraciones en la inyecta interna de oxitocina (la hormona del amor) en los partos controlados.

Destaca igualmente, que el parto, debido a la ingente inyecta interna de hormonas gratificantes (oxitocinas y endorfinas) debería producirse en un estado orgásmico, y que si no se produce es por la activación del neocórtex de la mujer en el momento del parto debido a la intervención externa. Para que ocurra la parturienta debe estar en la llamada «privacy» (intimidad y privacidad), es decir, sin la intervención de persona alguna, calidez ambiental, silencio, etc... En resumen, no debe haber elemento alguno que la perturbe. Para explicar todo ello recurre a sus propios estudios científicos así como a numerosos otros, incluidos algunos muy anteriores. Por ejemplo los trabajos de Helene Deutsch, primera mujer que se graduó como médica en la Universidad de Viena y miembro de la Asociación Psicoanalítica Vienesa, que había dado luz y amamantado a sus bebés. Deutsch consideraba el acto sexual y el parto como dos fases de un mismo proceso separadas solamente por un determinado intervalo de tiempo:

De la misma forma que el primer acto contiene elementos del segundo, también el segundo está impregnado de los mecanismos de placer del primero. Creo incluso que el acto de dar a luz representa la culminación del placer sexual.
— Helene Deutsch[4]

Indica Odent, que todas las culturas, desde el advenimiento del patriarcado, han ejercido un fuerte control sobre todos los aspectos de la sexualidad genital, así como en el parto y el amamantamiento. Y por ello es el gran causante de que la mujer no de a luz en un parto natural, sino vigilada y mediatizada. Señala especialmente que a pesar de que múltiples disciplinas científicas hacen hincapié en la importancia del periodo que rodea al nacimiento en el desarrollo de la capacidad de amar, el parto y el amamantamiento son episodios de la vida sexual humana en los que se interfiere de forma sistemática. Tanto durante el parto como durante cualquier experiencia sexual, el neocórtex tiene que ponerse en reposo para facilitar la producción de un torrente hormonal, de un cóctel orgasmogénico que nos permita relajarnos en la cumbre de la trascendencia. Para ello, cualquier experiencia sexual, y también el parto, precisa de «privacidad», la sensación de no sentirnos observados.

Insiste Odent, que ante todo somos mamíferos, y por tanto a la hora de parir deben priorizarse las necesidades que como tales tenemos en esos momentos. Lo específicamente humano se debe eliminar, y al mismo tiempo deben ser satisfechas las necesidades mamíferas.

Suprimir lo que es específicamente humano implica primero liberarse de todas las creencias y costumbres que han interferido la fisiología de este proceso durante milenios. También significa que el neocórtex, esa parte del cerebro tan desarrollada en el ser humano, necesita reducir su actividad, y que el lenguaje, específicamente humano, debería ser utilizado con gran precaución.
— Michel Odent[5]

Odent es coautor de un trabajo realizado en Madrid que muestra indicios sobre la asociación entre el estado emocional de miedo y la rotura prematura de membranas.[6]

Libros

Fuentes

  • Plantilla:Cita conferencia
  • Odent, Michel (1992). . Westport: Garvey.
  • Odent, Michel (1983). págs. 1.476/77. The Lancet.
  • Deutsch, Helene (1991). págs. 1.923/24. Londres y Nueva York: Karnac Books. «. RBA Coleccionables (2006).».. Citado en Odent, Michel (2009). pág. 18. Ob Stare.
  • Odent, Michel (2008). pág. 52. Ob Stare.
  • Santos Leal, Emilio (diciembre de 2006). «Premature Rupture of Membranes and Madrid Terrorist Attack» págs. 341.