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'''Monumentos megalíticos'''.Primer esbozo de arquitectura, es también el  primer signo de la voluntad y de la capacidad del ser humano de  construir con la preocupación de la durabilidad.
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El dolmen es un tipo de construcción megalítica, compuesta de una o más piedras dispuestas de plano  sobre dos o más piedras verticales.  Una especie de panteón en el que un  grupo humano, entierra a sus muertos. Está constituido por grandes  losas situadas en el suelo, delimitando una cámara central cuyo eje está  a menudo orientado hacia el Este. Ello permitía la colocación de los  cadáveres, dispuestos la mayoría de las veces con la cabeza orientada  hacia el sol naciente. Sobre las grandes losas hincadas en el suelo,  reposa un techo o cubierta dolménica. El conjunto solía estar recubierto  por un montículo de tierra o de piedras, el túmulo, pudiendo servir de  plano inclinado para arrastrar sobre rodillos(troncos de árboles), la a  menudo pesadísima losa de cubierta. Estas estructuras funerarias las  encontramos enclavadas en su totalidad en zonas montañosas. Generalmente  el lugar elegido, en las proximidades de lugares de pastoreo, gozaba de  unas vistas grandiosas y despejadas hacia el este.
 
El dolmen es un tipo de construcción megalítica, compuesta de una o más piedras dispuestas de plano  sobre dos o más piedras verticales.  Una especie de panteón en el que un  grupo humano, entierra a sus muertos. Está constituido por grandes  losas situadas en el suelo, delimitando una cámara central cuyo eje está  a menudo orientado hacia el Este. Ello permitía la colocación de los  cadáveres, dispuestos la mayoría de las veces con la cabeza orientada  hacia el sol naciente. Sobre las grandes losas hincadas en el suelo,  reposa un techo o cubierta dolménica. El conjunto solía estar recubierto  por un montículo de tierra o de piedras, el túmulo, pudiendo servir de  plano inclinado para arrastrar sobre rodillos(troncos de árboles), la a  menudo pesadísima losa de cubierta. Estas estructuras funerarias las  encontramos enclavadas en su totalidad en zonas montañosas. Generalmente  el lugar elegido, en las proximidades de lugares de pastoreo, gozaba de  unas vistas grandiosas y despejadas hacia el este.
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==El intinerario==
 
==El intinerario==
 
            
 
            
Os invitamos a realizar este bello itinerario por la parte alta de  los valles de [[Artzentales]] y [[Trucios]]-[[Turtzioz]], visitando un paisaje muy  unido al ser humano desde épocas prehistóricas. Veremos como el ser  humano ha dejado sus huellas en estas montañas a lo largo de la [[historia]] y como los usos y necesidades que hemos demandado a nuestro entorno han  ido cambiando desde aquellos lejanos tiempos hasta nuestro días:  [[pastoreo]], [[minería]], [[trincheras]], [[repoblaciones]] [[forestales]]...
 
       
 
 
Desde el área recreativa [[Santa Cruz]], en [[Artzentales]],  ascendemos por la parte alta del rebollar. Junto a una mancha de pinos,  la carretera se bifurca. Seguimos a la izquierda, rodeamos la ladera del  Somo por una ancha pista de grava que recorre su parte baja. Frente a  nosotros aparecen dos pequeñas colinas de aspecto cónico, tras las  cuales se oculta el barrio de Gordon (Trucios-Turtzios).  
 
Desde el área recreativa [[Santa Cruz]], en [[Artzentales]],  ascendemos por la parte alta del rebollar. Junto a una mancha de pinos,  la carretera se bifurca. Seguimos a la izquierda, rodeamos la ladera del  Somo por una ancha pista de grava que recorre su parte baja. Frente a  nosotros aparecen dos pequeñas colinas de aspecto cónico, tras las  cuales se oculta el barrio de Gordon (Trucios-Turtzios).  
 
          
 
          

Revisión del 08:59 28 mar 2015

Monumentos megalíticos
Información sobre la plantilla
Dolmen.jpg
Concepto:Tipo de construcción megalítica compuesta de una o más piedras dispuestas de plano sobre dos o más piedras verticales.

Monumentos megalíticos.Primer esbozo de arquitectura, es también el primer signo de la voluntad y de la capacidad del ser humano de construir con la preocupación de la durabilidad.

El dolmen es un tipo de construcción megalítica, compuesta de una o más piedras dispuestas de plano sobre dos o más piedras verticales. Una especie de panteón en el que un grupo humano, entierra a sus muertos. Está constituido por grandes losas situadas en el suelo, delimitando una cámara central cuyo eje está a menudo orientado hacia el Este. Ello permitía la colocación de los cadáveres, dispuestos la mayoría de las veces con la cabeza orientada hacia el sol naciente. Sobre las grandes losas hincadas en el suelo, reposa un techo o cubierta dolménica. El conjunto solía estar recubierto por un montículo de tierra o de piedras, el túmulo, pudiendo servir de plano inclinado para arrastrar sobre rodillos(troncos de árboles), la a menudo pesadísima losa de cubierta. Estas estructuras funerarias las encontramos enclavadas en su totalidad en zonas montañosas. Generalmente el lugar elegido, en las proximidades de lugares de pastoreo, gozaba de unas vistas grandiosas y despejadas hacia el este.

La inhumación

Inhumacion

La perpetua renovación de la vida era una constante cotidiana para quienes se dedicaban al pastoreo y la agricultura, siendo la muerte como un mal a combatir mediante ritos apropiados, y la inhumación de un cadáver tenía un carácter similar a depositar un grano en la tierra, condición indispensable para su renacimiento. Asimismo la orientación de los cadáveres hacia el amanecer, símbolo del renovado triunfo de la luz sobre las tinieblas de la muerte, así como el polvo ocre, color de sangre y signo de vida, con el cual se cubrían a veces los cuerpos o las osamentas, muestra una esperanza en el más allá, en la renovación de una vida futura.

En Bizkaia, al igual que ocurre en el resto deEuskal Herria, el rasgo dominante del megalitismo es su simplicidad. Se trata a menudo de un megalitismo de montaña adoptado por pequeños grupos de agropastores habitantes de las montañas, que no serían capaces de realizar trabajos colosales.

En lo que se refiere al ajuar que acompañaba a los difuntos, éste era en general muy pobre: fragmentos de cerámica, algunos botones de hueso, pequeños raspadores de sílex, algunos pequeños y raros objetos de cobre o de bronce.

La incineración

Con la introducción de la metalurgia del hierro, un nuevo ritual funerario se va a ir imponiendo progresivamente en el curso del último milenio: la incineración. Según parece, con este nuevo rito se concede menos importancia al aspecto material de la muerte, el cadáver se quema y la tumba ya no posee las mismas características monumentales del dolmen. Todo se convierte en símbolo. El fuego se considera sin duda como un agente de espiritualización, que libera el espíritu y le permite retornar al mundo.

Los nuevos monumentos de incineración serán erigidos todavía a lo largo de las principales rutas pastoriles, pero frecuentemente a alturas superiores, situación ligada, sin lugar a dudas, a la lenta pero inexorable ocupación del medio natural.

Estos monumentos van a adoptar tres aspectos diferenciados: el cromlech, el túmulo-cromlech o el túmulo simple, variantes del mismo ritual funerario por incineración.

El cerco de piedras, o cromlech, está formado por losas de piedras hincadas en el suelo (testigos), o por un pequeño muro de mampostería en seco. En el centro, existe casi siempre un depósito de cenizas o de carbones de madera y muy raramente fragmentos óseos humanos calcinados.

Un cerco de piedra puede rodear a un túmulo de tierra o de piedras; se trata entonces de un túmulo cromlech. Existen finalmente túmulos de piedra o de tierra sin cerco de piedras: éstos son los túmulos simples.

El lugar elegido para erigir la tumba solía estar a corta distancia de la hoguera donde se llevaba a cabo la incineración del cadáver. Estos monumentos funerarios se encuentran situados sobre todo en los collados, a continuación en las líneas de cresta y, en menor medida, en los rellanos de los flancos de las montañas.

Estos monumentos se encuentran habitualmente agrupados, a modo de verdaderas necrópolis, situadas en lugares privilegiados y mostrando una cierta noción de solidaridad, tanto en la muerte como en la vida.


Los menhires

Menhires


Habitualmente se entiende por monolito o menhir un solo bloque de piedra, toscamente tallado, hincado verticalmente en el suelo, o simplemente acostado, tal y como se ve frecuentemente en nuestras montañas.

La elección se realizaba sobre una piedra que tuviera ya aproximadamente la forma deseada; de este modo, únicamente serían necesarios algunos retoques para darle el aspecto definitivo.

Estas grandes piedras aparecen situadas habitualmente en zonas de montaña, la mayoría de las veces en las líneas de cresta y siempre en las proximidades de las rutas pastoriles y de los pastos más frecuentados.

La orientación de estos monolitos, incluso cuando están tumbados en el suelo, nos sugiere la idea de que estos bloques jamás hayan sido erigidos, sino simplemente orientados en una dirección privilegiada, muy probablemente ritual.

Podemos relacionar estas piedras como mojones pastoriles. En efecto, a lo largo de los tiempos, proliferaron éstos a consecuencia de disputas, y a veces incluso de sangrientas luchas entre pastores de valles vecinos, a causa de los pastos de altitud donde se mezclaban personas y bestias en la estación veraniega. Ala larga, se hizo necesario llegar a acuerdos, marcando los límites de los recorridos de los rebaños, la utilización de los pastos comunales y los puntos de agua.


El intinerario

Desde el área recreativa Santa Cruz, en Artzentales, ascendemos por la parte alta del rebollar. Junto a una mancha de pinos, la carretera se bifurca. Seguimos a la izquierda, rodeamos la ladera del Somo por una ancha pista de grava que recorre su parte baja. Frente a nosotros aparecen dos pequeñas colinas de aspecto cónico, tras las cuales se oculta el barrio de Gordon (Trucios-Turtzios).

En suave descenso, nos acercamos a una amplia oquedad abierta en la montaña, es la Mina Federico, recuerdo de los días en que la minería era la actividad principal en estas tierras. Con el paso del tiempo la vegetación ha vuelto a ocupar sus dominios y la cicatriz dejada por las labores extractivas ha pasado a formar parte del paisaje. Poco más arriba encontramos las ruinas del poblado de la mina. Sus habitantes trabajaban de sol a sol arrancando el mineral de las entrañas de la roca. En la actualidad, de aquella populosa aldea tan sólo quedan unas pequeñas paredes que se mantienen en inestable equilibrio.

Seguimos ascendiendo entre repoblaciones de pino y eucalipto entre las que crecen algunos robles pubescentes, pequeños grupos de acebos y algún aliso, abundando en el sotobosque el brezo, la argoma, las zarzas y el helecho.

Siguiendo marcas rojas y blancas rodeamos el pico Betaio para alcanzar en breve el extenso collado que se abre entre éste y el monte Ventoso. Aquí confluimos con la ancha pista de grava que viene del barrio de Gordon, continuando ruta por ella.

La ladera sur que asoma sobre el valle de Trucios-Turtzioz, está configurada por extensos pastizales adehesados de espinos, donde pastan importantes tropeles de pottokas, pequeño caballo de carácter autóctono que ya compartía estas tierras con nuestros antepasados del Neolítico. También abunda el ganado vacuno y los grandes rebaños de ovejas.

Pronto tendremos ocasión de comprobar como labores pastoriles que han modelado el paisaje de Bizkaia no son algo nuevo en estas tierras. Enseguida empezamos a encontrar paneles indicadores que señalizan diferentes monumentos megalíticos asentados a lo largo del collado. El primero que encontramos es el dolmen de La Herrera 3, absolutamente desmantelado. Enseguida el menhir Ilso de La Herrera, luego los túmulos de La Herrera 1 y 2 y el bonito menhir Ilso de Perutxote, tras el que se hallan el túmulo y el cromlech del mismo nombre. Todo el amplio cordal está sembrado de restos megalíticos.

De regreso, volvemos al collado entre Betaio y Alen. Siguiendo marcas rojas y blancas rodeamos a media ladera bajo el cordal hasta alcanzar una pequeña campa con un indicador. Dejaremos aquí las marcas ascendiendo en fuerte pendiente por la despejada ladera.

En la parte alta avanzaremos a lo largo de un herboso cordal sembrado de viejas trincheras y restos de las posiciones militares de la Guerra Civil. Un último repecho nos permite coronar la bella cumbre del Alen, abriéndose ante nosotros espléndidas vistas en todas las direcciones.

Descendemos hacia el Sur rodeando Las Cortadas, una pequeña franja rocosa donde se abren algunas simas y cavidades de gran interés espeleológico.

En la parte baja de la ladera, encontramos el túmulo de Las Cortadas muy cerca ya del collado entre el Alen y el Somo. Sólo nos queda circundar esta redondeada cima para alcanzar en suave descenso el barrio de Santa Cruz.

Fuente