Museo Provincial La Periquera

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Museo Provincial La Periquera
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Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
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Museo Provincial "La Periquera"
Tipo de unidad:Museo que atesora fondos de toda la jurisdicción provincial holguinera
País:Bandera de Cuba Cuba
Dirección:Calle Frexes No. 198 entre Libertad y Maceo, Municipio de Holguín. Bandera de Cuba Cuba

La Periquera. Lugar célebre e histórico de la ciudad de Holguín. Símbolo de la ciudad ligado indisolublemente a la historia del territorio norte de la zona oriental de Cuba. Enclavado en un histórico edificio declarado Monumento Nacional por sus valores arquitectónicos, y por su vinculación a todo el acontecer local desde sus comienzos. Es un museo polivalente que atesora fondos de toda la jurisdicción provincial holguinera.

Ubicación

Parque Calixto Garcia

La imponente edificación está situada en la calle Frexes, entre Libertad y Maceo, frente a la antigua Plaza de Armas conocida también por un tiempo como Plaza de Isabel II, y en la actualidad parque Calixto García. Sus numerosos locales sirvieron para comercios y otras instituciones como cines en la planta baja, y en la alta, escuela de ajedrez, biblioteca pública, ballet, enseñanza elemental, y salón de exposiciones.

Características

Edificio de estilo neoclásico con grandes arcadas y espaciosos salones. Se comenzó a construir en el año 1860 por el español llamado Francisco Rondán, conocido como el hombre más rico de Holguín. Este edificó una gran mansión frente a la Plaza de Armas (hoy Parque Calixto García). Esta inmensa construcción fue terminada en 1868.

Lejos estaba de imaginarse el español Don Francisco Rondán que su magnífica residencia construida en la ciudad oriental de Holguín sería conocida, al paso de los años, como La Periquera, y más aún, que estaría vinculada a relevantes acontecimientos históricos y culturales durante la colonia y los primeros 59 años de la República. Durante más de un siglo fue la Casa de Gobierno en la provincia de Holguín.

Origen del nombre

Francisco Rondán y Rodríguez

Hay varias versiones sobre el nombre que adoptó el hogar del peninsular Rondán, pero la más creíble es aquella relacionada con la guerra de independencia de Cuba.

Durante el sitio de Holguín por el Ejército Libertador, los insurrectos cubanos veían asomarse a algún que otro soldado español de la colonia por las ventanas de la imponente estructura familiar.

Con el humor que les caracteriza, aún en los momentos de mayor dramatismo, uno de los libertadores gritó: ¡Salgan de la jaula, pericos!, en alusión al fuerte colorido de los uniformes españoles. Así el inmueble, hasta hoy, es conocido como La Periquera.

Otra versión, quizá más acertada, obra inédita de la época, que fue continuada por José María Heredia, cuya segunda edición aparece publicada en Holguín en 1926, p. 186. Dice textualmente:

Ya el 21 de noviembre el sitio fue completo, y fue incendiada la casa de Nates, y al siguiente les tocó su turno a las casas de comercio de Casiano Labusta y Francisco Pérez Fernández, hechos que llenan de pánico al vecindario. [1]

El 24 del mismo mes se inició un parlamento entre Peralta y el Teniente Gobernador D. Francisco Camps y Feliú a las ocho de la mañana y que duró algunos días y sin que se llegara a un acuerdo, pues no fue más que un ardid para ganar tiempo para el atrincheramiento de los españoles en la casa de Rondán, donde se concentraron, motivo por el que desde entonces se llama "La Periquera".

Después del sitio de Holguín, su propietario reclamó al gobierno español las pérdidas infligidas a su hogar en unos 12 mil pesos oro. Luego se retiró a vivir a Gibara. Las autoridades hispanas reconstruyeron los daños y alquilaron a los hijos del antiguo propietario el ala izquierda del inmueble para Casa de Gobierno.

Sus salones de estilo neoclásico, sus valores arquitectónicos en general y su céntrica ubicación, convirtieron al inmueble en lugar obligado de eventos y reuniones por más de un siglo.

Cualquiera que fuese la causa para bautizarle "La Periquera", tuvo gran éxito. Desde entonces y hasta la actualidad, al almacén de Rondán a través de su proceso de transfiguración; primero como Casa de Gobierno y a la postre convertido en Museo, se le ha conocido y se le sigue conociendo como "La Periquera".

Ataque a la edificación

El ataque del 30 de octubre de 1868 fracasó en poco tiempo. Amadeo Manuit y el General Julio Grave de Peralta retiraron sus fuerzas, las organizaron, las entrenaron mejor y las equiparon lo mejor que pudieron; y con nuevos bríos, más organizados y dispuestos a pelear hasta el fin, atacaron de nuevo el 17 de noviembre. La batalla fue feroz. Lograron entrar en la ciudad y tomar la mayor parte de ella, incluyendo la iglesia donde se defendían las fuerzas de Camps. Entretuvieron a las tropas de la Casa de Gobierno y dirigieron su ataque principal a La Periquera, pero ésta resistió la tremenda y sostenida embestida.

Ante semejante estructura, Manuit y Grave de Peralta cañonearon con los cuatro cañones que disponían. Uno de los cañones estaba emplazado en la cercana casa de Grave de Peralta; en total, los cuatro cañones disparáronle 180 cañonazos a La Periquera sin lograr su cometido de abrir una brecha.

Mambises en campaña
Los mambises utilizaron también en el Sitio de Holguín, un cañón de madera que fabricó Marcelino Carranza de una madera llamada "yaba" que se acostumbraba usar para la fabricación de carretas, oficio al que se dedicaba Carranza.
Julio Grave de Peralta

Era un cajón de 2 varas de longitud y 18 pulgadas de diámetro; de figura cilíndrica y reforzado por unos zunchos de hierro y otros de cuero. Lo trajeron en una carreta. Las balas eran hechas de hierro forjado a martillo y pesaban unas 15 ó 20 libras. Sólo pudo hacer 3 disparos (por razones obvias). Al tercer disparo, explotó y quedaron heridos 2 de los "artilleros".

El 24 de noviembre comenzó la conferencia antes mencionada entre Manuit y de Camps, que resultó solamente un ardid español para ganar tiempo. El día de Santa Bárbara, en celebración por su día, dispararon los mambises 89 cañonazos a La Periquera que no ocasionaron ni el más mínimo daño, a lo que decía el septuagenario Rondán: "Tiren... tiren, ¡que no se cae!"

Grave de Peralta hizo que sus hombres lanzaran cientos de piedras y palos incendiarios, con el propósito de tratar de provocar un incendio dentro de La Periquera, pero no tuvieron éxito en ello. En sus feroces acometidas las fuerzas libertadoras dispararon un estimado de 40 mil proyectiles. Todo sin éxito.

La Periquera resistió. Pasaron los días y el 6 de diciembre de 1868, cuando se supo que los españoles habían desembarcado refuerzos en Gibara y que se dirigían hacia Holguín, Marcano y el General Julio Grave de Peralta no tuvieron más remedio que ordenar la retirada sin haber podido conquistar La Periquera. Holguín fue atacado con posterioridad, en 1872, por tropas mambisas al mando del Mayor General Calixto García y del Generalísimo Máximo Gómez.

Aldabón

El Aldabón
El municipio de Holguín tiene como elemento de identidad la réplica de uno de los aldabones de la antigua residencia, que poseen un alto valor artístico.

Elaborados con hierro forjado, representan un rostro femenino, de líneas neoclásicas. El Aldabón de la Periquera se le entrega a personalidades cubanas y extranjeras que han cooperado en el desarrollo cultural, científico o económico del municipio de Holguín.

Es una réplica de uno de los aldabones de hierro forjado, con rostro de mujer, de líneas clásicas, y del histórico inmueble. Diseñado por la escultora Caridad Ramos, el Aldabón es sinónimo de amistad y se concede a personalidades cubanas o extranjeras que hayan contribuido con su trabajo al bien de la sociedad.

Como museo

Museo donde se exhiben muestras de arqueología aborigen, así como documentos y testimonios históricos referidos a las guerras de independencia. Se exhibe como pieza única y preciada reliquia un hacha de piedra trabajada en forma de ídolo, que hoy constituye el símbolo de la provincia por el significado de rebeldía que contiene. Panorama histórico de Holguín. Documentos y testimonios históricos. Arqueología aborigen. Artes plásticas Como museo general muestra en sus salas la historia de la localidad desde las culturas precolombinas hasta la actualidad. Se muestran también obras de arte de pintores y artistas de prestigio internacional. Su patio morisco se abre como escenario a encuentros de poesía, música, baile e historia.

Leyendas

El Jigue

Las leyendas son los “cuentos” de los hombres y de los pueblos. Por el año de 1865, en las riberas del río Holguín, al oeste de la ciudad, aparecía en algunas noches de la semana un ente pequeño, llamado Jigue, con pelo hirsuto que le llegaba hasta la cintura, uñas largas y afiladas, ojos “botados”, un sombrero de paño que le cubría la cabeza y rabo prensil. Aquella rara aparición, cuando percibía pasos de personas, dando saltos, se internaba en los matojos y, en otros momentos se llevaba las muchachas al río. Con la aparición del ente fantástico en el río de la ciudad que tomó su nombre, los habitantes que pasaban por aquellos lugares experimentaban los “escalofríos” del susto. El “Jigue” ¡que horror! ¡...que diablo más feo!Desde entonces la leyenda del “Jigue” no hay quien la destruya. Otras versiones:Cuentan que en el río Matamoros, donde existe el Charco del Jigue, “había antes, hace muchos años un Jigue. Ellos decían que era un negrito chiquito y flaco que salía del agua desnudo y se sentaba en la raíz de una ceiba y se peinaba con un peine de oro. Otros lo veían como “un negrito lleno de candela” y “que tiene la boca colorada” y “es un negrito prieto con un rabo”. Una señora que vivió cerca del río, en Bariay, “donde había un charco y que un señor amarró un caballo donde estaba el Jigue y que amaneció con nudos en todas las crines y los pelos de la cola llenos de nudos y guisasos y achicado el caballo, él no permitía que se le acercara nadie ni amarraran animales, le contaban que era un negrito como un monito”.

Referencias

Fuentes

Enlace interno

Enlaces externos