Museo de Arte Colonial (La Habana)

Museo de Arte Colonial (La Habana)
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Museo de Arte Colonial de La Habana.jpg
Entrada del Museo de Arte Colonial
Información geográfica
PaísBandera de Cuba Cuba
CiudadLa Habana
Información general
ConstrucciónColonial
Inauguración1969
TipoMuseable
ColeccionesVajillas, muebles, salas ambientadas y objetos de los siglos XVIII y XIX
Conservador(a)Oficina del Historiador de La Habana
Información visitantes
DirecciónCalle San Ignacio No. 61 entre Empedrado y O'Reilly, Plaza de la Catedral, Municipio Habana Vieja
Otros datos de interésTelf: 862 6440, 862 6468
Museo de Arte Colonial (La Habana). Inaugurado en 1969 como museo. Se ubica en la Plaza de la Catedral, radica en uno de los inmuebles más significativos del conjunto arquitectónico que rodea a la plaza en la Habana Vieja, Patrimonio de la Humanidad. Posee una de las más proporcionadas fachadas de la arquitectura colonial cubana, con su original sencillez dada por la simétrica distribución de vanos en dos plantas, sin entresuelo, y el adecuado remate de tejas criollas. Este inmueble construido en 1720, es el más antiguo conservado en la plaza y la primera vivienda destinada dentro de ella a materializar el tipo de casa que predomina en su entorno.

Historia

El Museo de Arte Colonial de La Habana se encuentra en una de las construcciones más destacadas del conjunto arquitectónico que rodea a la Plaza de la Catedral en La Habana Vieja, Patrimonio de la Humanidad.

Ostenta una larga historia de ocupantes a partir del año 1622. En 1726 vivía en ella su más importante propietario: el Teniente Coronel don Luis Chacón. Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta el triunfo revolucionario de 1959 acogió renombradas instituciones como el Real Colegio de Escribanos de La Habana, el importante diario La Discusión y la antigua firma licorera Arechavala.

Transitó por varios procesos de restauración inadecuados. Para 1754 se obtuvo licencia para construir un portal, pero nunca llegó a realizarse.

En 1969 se inaugura como museo, con lo cual se cumplían dos grandes deseos: resguardar un importante monumento histórico-arquitectónico y abrir las puertas a nuevos conocimientos sobre la cultura nacional.

Cuenta con 4 salas de exposición: 3 permanentes y una transitoria que presenta habitualmente exposiciones relacionadas con el tema del museo o con fondos de la institución.

Salas

  • Sala de vajillas de familias cubanas
  • Sala cochera
  • Sala de elementos de la Arquitectura
  • Salas de mobiliario
  • Salón
  • Gabinete
  • Comedor
  • Dormitorio

Colecciones

Vajillas

Colecciones de vajillas de los siglos XVIII y XIX, de piezas
Muestra de Vajilla y muebles
que formaron parte de las costumbres de las familias cubanas de la época colonial y estableció un rasgo distintivo para la aristocracia del país. Su diversidad estilística, originalidad y diseños, indican el lujo y la ostentación que caracterizaron a una clase social imitadora de las modas imperantes en Europa.

Entre las manufacturas más importantes destacan las de París o París Viejo, Limoges, Worcester y Royal Doulton, entre otras. También se encuentran las lozas inglesa y española como William Adams, Pickman y Sargadelos, cuyo diseño consiste simplemente en la transferencia de un grabado con escenas costumbristas cubanas.

Las vajillas más representativas de las familias cubanas en la época colonial son las de los condes de la Fernandina, Sagunto, San Ignacio, San Juan de Jaruco, Pedroso y Garro, Macuriges, Casa Romero y Casa Montalvo, y las de los marqueses de la Real Campiña, Almendares y de la Real Proclamación.

Cochera

Muestra elementos relacionados con el transporte, ilustrando el ambiente y costumbres de la época, variedad y calidad del trabajo artesanal con metales y cueros. Se destaca un quitrín de lujo, cuya aparición significó un gran paso de avance en el desarrollo del transporte colonial.

La colección de espuelas y estribos realizados en metal, de variados diseños y delicadas tallas, galones de librea, tejidos para esclavos caleseros. El calesero y su atuendo personal también están reflejados en esta sala.

Arquitectura

La colección de elementos arquitectónicos presenta una introducción panorámica sobre arquitectura colonial en Cuba, que hace énfasis en una de las tres líneas fundamentales de su desarrollo: la doméstica.

El museo cuenta con un conjunto de tipos de rejas de diseños y de funciones guarda vecinos, portafaroles y verjas, así como las distintas técnicas de fabricación de los siglos XVIII y XIX.

Exhibe un grupo de aldabas-tiradores del siglo XVIII que evidencian la influencia de la cultura africana en el trabajo artesanal cubano; como los que conforman la colección de aldabones y bocallaves, entre los que destacan los ejemplares únicos pertenecientes a la casa del conde de la Reunión y a la del conde de Jaruco, y el bocallave de la puerta lateral de la Catedral de La Habana, ilustrativos del desarrollo del trabajo artesanal de herreros y orfebres en talleres de fundición cubanos en la etapa colonial.

En su segunda sección, la sala conserva un conjunto de las puertas más usadas en las casas desde el siglo XVIII hasta finales del XIX y un grupo de cerrojos, bisagras y clavos. Como ejemplos de elementos decorativos de las casas, pueden verse además copas vidriadas y esculturas en piedra y mármol adosados a fachadas durante el período neoclásico en el siglo XIX.

Mobiliario

Colección de muebles

La planta alta presenta colecciones como las del mueble y la vidriería cubanos, temas en los cuales se especializa el museo, y las Salas Ambientadas, conformadas a partir del estudio de la vida y las costumbres de la sociedad colonial, especialmente del sector burgués.

Se muestra el desarrollo de la ebanistería cubana, por etapas, con ejemplares que definen gustos y costumbres de acuerdo con las características y peculiaridades del país.

Conserva ejemplares de carácter religioso de los siglos XVII y XVIII, provenientes de conventos e iglesias. Armarios, arcones, sillas de brazos y fraileros resultan las piezas más significativas y la muestra de taburetes, ejemplo de la sillería de este período inicial devenido mueble típico del campesinado cubano.

Refleja también el estilo de mueble que caracterizó la primera mitad del siglo XIX, con exquisitos ejemplares del llamado "Imperio cubano", que evidencia el empleo del enchapado, la talla y la marquetería, destaca el tocador de hombre. También en esta sala aparecen muebles característicos de la casa cubana en la segunda mitad del siglo XIX; muestra del diseño del mueble "de medallón", el más usado en los salones principales.

Exhibe el mueble de diseño Thonet, los llamados muebles "de perillita", las sillas de diseño americano y los conocidos muebles de mimbre.

Salón

Reúne piezas que identificaron el salón de una casa cubana del siglo XIX. Tiene un juego completo del tipo "de medallón" de talla inspirada en elementos naturalistas, una cómoda de las llamadas "de sacristía" -muy usada en el siglo XVIII-, con la corona tallada de los condes de Lagunillas. Se distingue por sus elegantes proporciones y por el tratamiento escultórico de sus remates el armario-vitrina, que contiene una parte de las colecciones de cristal de opalina y de abanicos.

Exhibe un juego de salón de estilo rococó-victoriano, original del ebanista norteamericano John Henry Belter, objetos de porcelana, biscuit y cristalería, procedentes de manufacturas europeas.

Gabinete

Espacio donde la familia realizaba actividades de carácter íntimo. Dentro del estilo que imperó en la primera mitad del siglo XIX, exhibe muebles que se destacan por la sencillez y elegancia en su diseño y la utilización de el enchapado y la marquetería; se destaca el piano inglés, de estilo Sheraton y mecedoras, muebles de gran arraigo en los interiores de las casas cubanas.

Comedor

Con ambientación del siglo XIX, muestra la riqueza que las familias aristócratas cubanas. Cristalería francesa cifrada con corona de marqués, vajillas de porcelana europea con títulos de nobleza y encargadas a manufacturas de renombre, mantelería fina en tejido y bordado, cuadros al óleo de pintores cubanos como el paisajista Esteban Chartrand y muebles de carácter popular como el tinajero y las butacas de Campeche.

Dormitorio

Ambientada a la costumbre del siglo XIX cubano. Expone juego de cuarto ecléctico que perteneció al conde de San Juan de Jaruco. El rincón religioso está conformado por un reclinatorio, una imagen, una pila de agua bendita (o benditera) y una sillita de iglesia, cuadros religiosos, entre otros. En el armario canastillero se exhiben elementos que formaron parte del vestuario femenino: prendedores realizados con cabellos humanos; prismáticos, impertinentes, prendedores de sombreros devocionarios religiosos.

Véase también

Fuentes