Nicolás Sirgado Ros

Nicolás Sirgado
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Agente de la Seguridad Cubana
NombreSirgado Ros, Nicolás Alberto
Nacimiento10 de septiembre de 1935
ciudad de La Habana,
República de Cuba Bandera de Cuba
Fallecimiento17 de abril de 2013 (77 años) 
ciudad de La Habana,
República de Cuba Bandera de Cuba
Causa de la muerteinsuficiencia respiratoria
Nacionalidadcubana
Otros nombresAgente Nerón
Ciudadaníacubana
OcupaciónAgente de Juegos Operativos de la Seguridad del Estado de Cuba
Conocido poragente "Noel" y agente "Nerón" (para el DSE,
agente "Zafiro" para la CIA estadounidense
Partido políticoPartido Comunista de Cuba

Nicolás Sirgado Ros (La Habana, 10 de septiembre de 1935 - La Habana, 17 de abril de 2013) fue un agente de Juegos Operativos de la Seguridad del Estado de Cuba durante más de 10 años bajo el seudónimo de Nerón. Desde los primeros años del triunfo de la Revolución cubana, fue un valioso colaborador de los órganos del Departamento de Seguridad del Estado porque logró penetrar a la CIA, la que lo consideraba un hombre de su más entera y absoluta confianza. Logró desenmascarar planes contra el comandante en jefe Fidel Castro. Entre los años 1966 y 1991 se desempeñó en diferentes cargos en el Ministerio del Interior, vinculados al enfrentamiento a las acciones enemigas contra el país.

Fue el único agente de Juegos Operativos cuya labor secreta fue revelada en un acto público por el comandante en jefe Fidel Castro.

Síntesis biográfica

Vida revolucionaria

Se inició en las tareas revolucionarias ocupando diferentes cargos de responsabilidad en el Ministerio de Obras Publicas ―que después fue convertido en el MICONS (Ministerio de la Construcción)―, el Ministerio de la Industria Ligera y Cubatabaco, desempeñándose en los cargos de director y delegado provincial, respectivamente. También trabajó con en el viceministerio de la Enseñanza Tecnológica. Los órganos del DSE aprovecharon una sanción que le fue impuesta en el MICONS, en Pinar del Rio, para crearle una adecuada fachada y línea de conducta tomando en cuenta que aparentemente había sido sancionado de manera injusta en ese Ministerio, por lo que fue orientado a presentarse como un resentido, algunos elementos de su tradición familiar también contribuyeron a ello.

Caso Zorro

El caso Zorro fue el más importante de la época y de todos los que fueron revelados. Fue iniciado en 1966 cuando el DSE planificó realizar un juego operativo con vistas a penetrar la CIA. A través del mismo, el agente Zafiro para la CIA y Noel (en aquel entonces) para el DSE logró penetrar también el Departamento de Estado de los EE. UU., conociendo los planes que se proponían para la eliminación física de nuestros dirigentes y los intereses de información que tenían alrededor de la ayuda internacionalista de Cuba.

Por la significación y trascendencia del juego operativo Zorro con el enemigo en que Nerón se desenvolvía, era atendido y encauzado directamente por altos jefes de la Seguridad del momento, como los oficiales (después generales) Fabián Escalante («Roberto») y Eladio Sánchez, o como los coroneles como Pedro Luis Castillo («Osmel» y «Pablito») y Manuel Martínez Guzmán («el Gordo Jorge»), entre otros. Para garantizar la compartimentación no solo fue ese pseudónimo el que se le asignara, sino que de acuerdo al oficial que lo atendía transitó, antes por el de agente «Noel» para la Seguridad Cubana y el agente «Zafiro» para la CIA.

Revelación por parte de Fidel Castro

Sirgado fue el único agente de Juegos Operativos cuya trascendental labor secreta para la Seguridad Cubana, el comandante en jefe Fidel Castro decidió revelar, evidenciándola personalmente y de manera pública el 15 de octubre de 1976, durante el luctuoso acto de homenaje a las víctimas del atentado terrorista del avión de Cubana de Aviación (sabotaje en pleno vuelo frente a las costas de Barbados), perpetrado por los sicarios del criminal cubano Luis Posada Carriles, acontecido días antes, el 6 de octubre de 1976.

Suponiendo la intención de Fidel de revelar al agente Nerón, se le ordenó que acudiera al escenario geográfico donde se produciría la denuncia (la Plaza de la Revolución), con la finalidad de mostrarlo al público en caso de que el comandante en jefe Fidel Castro así lo decidiera. El lugar escogido fue primeramente el apartamento del sótano del edificio donde residía el oficial que atendía el caso, Nelson Domínguez Morera, en Paseo número 126 esquina Calzada, en el barrio de El Vedado.

Mientras seguían la transmisión televisiva, se dieron cuenta de que Fidel había decidido revelar su identidad, por lo que salieron del escondite y corrieron los 2300 metros hasta el palco en el que se encontraba Fidel, en la Plaza de la Revolución.

El reclutamiento de ciudadanos y el empleo del territorio de otros países para realizar actos de esa naturaleza, son métodos típicos de la CIA.
Al principio teníamos dudas si la CIA había organizado directamente el sabotaje o lo elaboró cuidadosamente a través de sus organizaciones de cobertura integradas por contrarrevolucionarios cubanos; ahora nos inclinamos decididamente por la primera tesis. La CIA tuvo una participación directa en la destrucción del avión de Cubana en Barbados. Tenemos la sospecha de que el Gobierno de Estados Unidos no ha renunciado a tales prácticas.
El 9 de octubre de 1976, solo tres días después del criminal sabotaje de Barbados, fue interceptado un mensaje enviado por la CIA a un agente suyo en La Habana. Dicho mensaje, trasmitido desde el centro principal de la CIA en Langley (Virginia), dice textualmente, entre otras cosas: «Favor informar [a la] primera oportunidad cualquier dato respecto [a la] asistencia [de] Fidel [a la] ceremonia [por el] primer aniversario [de la] independencia de Angola, [el] día 11 de noviembre. Caso afirmativo, tratar de averiguar [el] itinerario completo [de la] visita [de] Fidel [a] otros países [en el] mismo viaje».
Otra instrucción de fecha anterior dice así: «¿Cuál es la reacción oficial y particular sobre ataques de bombas contra oficinas cubanas en el extranjero? ¿Qué van a hacer para evitarlas y prevenirlas? ¿De quién sospechan como responsables? ¿Habrá represalias?».
Esperamos que el Gobierno de Estados Unidos no se atreva a negar la veracidad de estas instrucciones de la Oficina Central de la CIA y de otras muchas que ―en flagrantes actos de espionaje― ha cursado a la misma persona. Poseemos la clave, las cifras y todas las pruebas de la autenticidad de estas comunicaciones.
En este caso concreto, el supuesto agente reclutado por la CIA, desde el primer instante y durante diez años ha mantenido al Gobierno de Cuba detalladamente informado de todos sus contactos con la CIA, de los equipos y de las instrucciones recibidas. La CIA le entregó a nuestro agente un microtrasmisor electrónico moderno y suponía que el agente lo había logrado instalar nada menos que en el despacho del compañero Osmany Cienfuegos (el secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros). De ahí la seguridad con que presumía recibir, con la debida antelación, la información pertinente sobre cualquier viaje mío al extranjero como primer ministro de Cuba.
Dada la importancia de este hecho y su valor esclarecedor sobre la conducta y las actividades de la CIA, hemos considerado la conveniencia de hacerlo público, aunque ello implique el sacrificio de una fuente valiosa de información.

La presentación del doble agente Nerón/Zafiro constituyó un resarcimiento emocional, no solo para los familiares conmocionados por la irreparable pérdida sino para toda la inmensa multitud congregada en la Plaza, que rugió de emoción y aplausos ante la vigorosa respuesta contra el enemigo imperialista con aquella imperecedera y presagiosa frase de Fidel también en aquel día:

¡Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!
Fidel Castro

Y efectivamente, la injusticia tembló y se hizo realidad, el imperialismo se estremeció hasta sus cimientos, la omnipoderosa CIA y el secretario de Estado Henry Kissinger fueron brutalmente burlados por vez primera de manera pública. Aunque no hubo escarmiento, porque casi diez años después, en junio de 1989, otra vez quedaría en entredicho mundial con una nueva denuncia de Fidel al evidenciar el trabajo de penetración de 27 «dobles agentes» cubanos que también la penetraron hasta sus raíces, burlándose de su supuesta profesionalidad, eficiencia e inefabilidad. Esa burla quedó registrada para la historia en el serial televisivo La CIA contra Cuba.

Reconocimientos

Reconocimiento por parte de Estados Unidos

Aparte del salario que recibía desde Miami (y que Sirgado entregaba a sus superiores en La Habana), en el año 1976 Henry Kissinger (secretario de Estado del presidente Gerald Ford), le obsequió personalmente ―en un tercer país, donde siempre era atendido para salvaguardarlo―, como reconocimiento a los servicios prestados y la supuesta lealtad mantenida al Imperio, un reloj pulsera autografiado por el propio Kissinger por el reverso. Actualmente se conserva en la Sala de la Gloria Combativa del Departamento de Seguridad del Estado, en Villa Marista.

Reconocimiento por parte de Cuba

El Departamento de Seguridad del Estado ascendió a Nicolás Sirgado al grado de teniente coronel.

La trayectoria de su vida como agente infiltrado sirvió para nutrir el argumento de la serie En silencio ha tenido que ser, transmitida por la televisión cubana en los años ochenta.

Muerte

Falleció el 17 de abril de 2013 en su ciudad natal, La Habana, a los 77 años de edad, víctima de una insuficiencia respiratoria. En atención a su voluntad y la de sus familiares, su cadáver fue cremado.

Fuentes