Oratoria

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¿Qué es la Oratoria?

Introducción

Uno de los rasgos que caracteriza al hombre como ser social, es su capacidad de comunicarse con sus semejantes a través de un complejo sistema de signos, que comprende desde los idiomas, hasta códigos especiales como el de la ciencias, por ejemplo entre los más conocidos están los signos matemáticos, los físicos y los químicos, pero también el de las artes, piénsese en los signos arquitectónicos, los de la danza y los de música. Mientras más culta es una nación, más amplio es el número de códigos o sistemas de signos que se manejan socialmente en ella. La comunicación es una actividad humana fundamental, pues permite la cohesión de cualquier grupo social y de la sociedad en su conjunto. Existen numerosas modalidades de comunicación y, entre ellas, una de las más importantes es la oratoria, que es un proceso comunicativo muy especial e importante.

Desarrollo

Oratoria

La oratoria es, ente todo, un proceso comunicativo, una actividad que trabaja con signos y símbolos de carácter lingüístico.

Acción Oratoria

La acción oratoria no consiste meramente en hablar, puesto que el acto de habla, la mayor parte de las veces, se produce entre emisor (individual) y un receptor que, por lo general también es individual: es una relación entre un yo y un tú. En cambio la acción oratoria se realiza siempre, entre un emisor individual, un yo, y un receptor colectivo, ustedes: se trata de un nítido acto sociocolectivo. Así como un maestro tiene que conocer los modos más eficaces de educar a sus alumnos, lo que significa manjar de manera profesional métodos que tienen un carácter histórico y científico, el orador tiene que dominar técnica que, también adquiridas en un proceso histórico, garantizan la eficacia de la palabra oratoria. Al respecto, Georg Klaus(1979:23-24), destacado investigador de la comunicación oratoria, ha señalado: El poder de los símbolos políticos, en especial de los símbolos políticos lingüísticos, es un poder histórico, con el que tiene que contar todo agitador y propagandista si no quiere hablar o escribir en el vacío.

Aspectos Oratorios

Hablar con orden, con claridad, con entusiasmo, con persuasión, en resumidas cuentas, con eficacia, no es un lujo sino una necesidad. El 90% de nuestra vida de relación consiste en escuchar o hablar; solo el 10% en leer o escribir. Si la imagen que usted quiere dar de sí mismo/a es la de una persona que sabe a donde va, que tiene una actitud positiva hacia la vida, ideas dinámicas y don de gentes, el lenguaje es el principal instrumento que deberá utilizar para transmitir esa imagen a quienes le rodean. Otro aspecto importante de la oratoria es que también hay que saber hablar para ser escuchado. Lo notable es que el hecho de tener que hablar ante extraños, o en una simple reunión de trabajo, no parece ser una tarea sencilla, a la que la mayoría de las personas considere fácil. En la oratoria, el emisor es estable: normalmente el orador habla, con una cierta extensión, hasta terminar a menos que lo interrumpan, lo cual es poco común y, por lo demás incorrecto. ¿No habla, entonces, el receptor de la oratoria? En realidad, el receptor de un discurso sí se comunica, incluso mientras el orador se expresa, y lo hace de diferentes maneras. El auditorio expresa su interés de muchas maneras mientras un orador pronuncia un discurso: siempre es posible para el orador darse cuenta de cómo se reciben sus palabras: el silencio del público es un aspecto a considerar y puede indicar, según el tipo de auditorio desde un interés sostenido y reflexivo, hasta disociación, rechazo e, incluso hostilidad; los gestos y la postura del auditorio pueden servir, también de índice acerca de la actitud de los receptores. Un público donde hay muchas personas recostadas excesivamente en sus sillas, es una mala señal. Tampoco es buen síntoma un auditorio inmóvil por completo, sin ningún movimiento, sin cambios de expresión en el rostro según se vayan exponiendo las ideas. La distribución del público en el espacio en el cual se pronuncia el discurso. Puede producirse un intercambio con el auditorio, luego de concluido el discurso, entonces el público, con sus preguntas y opiniones, deja ver su grado de interés. La intensidad de los aplausos luego de la despedida del discurso deja ver que clase de acogida ha tenido el mensaje; finalmente lo más importante, el auditorio siempre da una respuesta, incluso en las diferentes clases de discurso.

Direcciones de la Oratoria

Es necesario, ente todo, establecer una distinción importante en el conjunto general de la oratoria. Se aborda de la diferencia entre Disertación y Discurso.

Disertación: es una comunicación oral, sobre un tema específico, que pronuncia un especialista para un auditorio formado también por personas que, en algún grado, son también especialistas. En la disertación, el componente lógico es fundamental. Así, por ejemplo, una disertación típica es un ejercicio de graduación, en que e estudiante que va a graduarse expone una investigación profesional, generalmente llamada examen de tesis de licenciatura trabajo de diploma, tesis de maestría o de doctorado, ante un grupo de profesores o profesionales de este tema que el estudiante ha investigado. Es asimismo, disertación una conferencia magistral que dicta un profesor ante un grupo de colegas o de estudiantes.

Discurso: en nuestro idioma puede ser denominado como arenga, alocución, alegato, panegírico, peroración, apología, filípica, inventiva, apóstrofe, predica. Tiene características que lo diferencian claramente de la disertación. Ante todo, el discurso no lo pronuncia un especialista en una materia dada, sino un orador. Por otra parte, tiene un componente lógico muy fuerte, pero este, en ciertas circunstancias se ve acompañado por otro: el componente estético artístico.

Estilos de Oratoria

Pueden distinguirse tres estilos fundamentales en la oratoria de todos los tiempos.

Estilo Ático o Humilde: es el que observamos en un discurso que se caracteriza por una gran corrección de lenguaje, y al mismo tiempo, por una expresión muy sobria, sin grandes lujos formales, ni imágenes poéticas, ni giros, ni ironías, ni metáforas en general. Lo que le importa al orador sobre todas las cosas, es la claridad conceptual, y es por eso que evita el lujo y el adorno de su expresión.

Estilo Rodio o Médium: se caracteriza por la suavidad del tono, por una belleza armónica del discurso. Aquí se atiende mucho a la claridad conceptual, como en el estilo ático, pero no se evita por completo el lucimiento de la expresión: pueden aparecer moderadamente metáforas, muestras de ingenio y otros recursos.

Estilo Asiánico o Vehemens: es amplio, copioso, tiende a la ornamentación, a la brillantez de expresión; puede incluso ser punzante, apasionado y ardiente, tiende a conmover al auditorio, a impactarlo emocionalmente, se caracteriza por ser frondoso, imaginativo y espectacular.

Conclusiones

Se puede decir que la oratoria es una de las vías más usadas a la hora de comunicarnos entre sí los seres humanos, que la misma está regida por acciones, aspectos, direcciones y estilos, lo que lo identifica como una de las vías más organizadas en la comunicación humana.

Fuentes

Tomado del Libro: Hablar y persuadir: El arte de la Oratoria Autor: Luis Álvarez Álvarez Editorial: Biblioteca Familiar