Palacio Real de El Pardo

Palacio Real de El Pardo
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica
Pardo 017.jpg
Descripción
Estilo:Renancentista, clasicista, tardobarroco
Localización:Madrid
Uso actual:Residencia real, museo
Datos de su construcción
Inicio:1547
Término:1558
Otros datos
Arquitecto(s):Luis de Vega, Juan de Vergara, René Carlier, Francisco Sabatini.


El Palacio Real de El Pardo es una de las residencias de la familia real española. En su origen fue un pabellón de caza de los Austrias, para luego convertirse en la principal residencia invernal del soberano bajo los Borbones, durante la dictadura franquista fue la residencia oficial de Francisco Franco. Su principal uso en la actualidad es el de alojar a los jefes de Estado extranjeros de visita oficial en España.

Se encuentra en el Real Sitio de El Pardo, perteneciente al municipio de Madrid, en el entorno del Monte de El Pardo. Su gestión corresponde a Patrimonio Nacional, organismo estatal que administra los bienes al servicio de la Corona Española. Se construyó en el siglo XVI a partir de un edificio primitivo del siglo XV diseñado por Luis de Vega. Su aspecto actual corresponde a las reformas y ampliaciones emprendidas en el siglo XVIII, a instancias del rey Carlos III, en las que participó el arquitecto Francesco Sabatini.

Además de por sus valores arquitectónicos, el palacio destaca por su decoración interior, representativa de diferentes épocas y estilos. Destacan los frescos, que abarcan desde el renacimiento tardío de Felipe II hasta el neoclasicismo de Fernando VII pasando por el tardobarroco de época de Carlos III. Asimismo, es especialmente relevante su colección de tapices, del siglo XVIII, en la que figuran cinco de las series más conocidas de Francisco de Goya.

Tanto el palacio como su pequeño jardín fueron declarados Bien de Interés Cultural en 1931 y 1934, respectivamente.



Historia

El rey Enrique III de Castilla, dispuso la construcción de la primera casa en el año 1405 en El Pardo, lugar de donde toma el nombre, dado que le era grato pasear y descansar en dicho lugar, empezando así una larga tradición de la monarquía española. Tras derruir el castillo medieval, Carlos I determinó la reconstrucción que empezó en 1547 y se concluyó en 1558, ya bajo el reinado del rey Felipe II, por lo que el emperador no llegó a ver el palacio, diseñado por el arquitecto Luis de la Vega, también autor del de Valsain.

A Felipe II se deben las cubiertas de pizarra y los emplomados exóticos, para cuyas obras, en varios de los reales palacios, se hicieron venir oficiales flamencos y plomos ingleses.

La soberbia colección de obras de arte pictóricas fue también comenzada por el monarca austriaco, con cuadros como la inadecuadamente conocida Venus del Pardo de Tiziano (posteriormente regalada al Príncipe de Gales, futuro Carlos I de Inglaterra, y actualmente en el museo del Louvre), retratos de Antonio Moro, de Hieronymus Bosch, Alonso Sánchez Coello, Lucas de Heere y Sofonisba Anguissola.

El 13 de marzo de 1604 sobreviene un gran incendio que destruye buena parte del palacio y la mayoría de las obras, aunque se dieron todas por perdida, algunos autores han comprobado la supervivencia de algunas de ellas en museos y colecciones. El mismo año en que tiene lugar el incendio ,el rey Felipe III decreta la reconstrucción del palacio con un presupuesto de 80.000 ducados, concediendo la dirección de la obra a Francisco de Mora, el mismo que había sucedido a Juan de Herrera en la ejecución del Monasterio de San Lorenzo del Escorial

El palacio conserva (con permiso de las obras de reparación y mantenimiento) el mismo aspecto que presentó tras las obras en las que, en 1772 y teniendo como arquitecto a Sabatini, Carlos III amplío el palacio.

La interesantísima colección de tapices de la Real Fábrica de Tapices es digna de admiración, tanto por los autores (cuenta con tapices basados en cartones de Francisco de Goya y Lucientes y otros pintores de la corte española), como por el perfecto estado de conservación en el que se encuentran. También son dignos de mención los frescos de Gaspar Becerra o la colección de muebles neoclásicos.

Fue en este palacio donde murió el rey Alfonso XII, la habitación mortuoria fue convertida en oratorio en 1898, por su viuda, la reina regente María Cristina.

Después de la Guerra Civil, se hubo de realizar una serie de obras para acomodar el palacio y convertirlo en residencia del jefe del Estado, por lo que actualmente sigue teniendo connotaciones franquistas. De hecho y tras la muerte de Francisco Franco, la Familia Real no se trasladó a dicho palacio (situado en el mismo enclave que el [[Palacio de la Zarzuela[[) y el palacio sirve actualmente de residencia de los jefes de estado de visita en Madrid.

Descripción

Exterior

El palacio presenta, en su apariencia exterior y estructura global, una doble herencia, en primer lugar del viejo alcázar de los Austrias y, en segundo lugar, de las amplias reformas llevadas a cabo durante el reinado de los primeros Borbones.

La primera influencia queda patente en su planta cuadrangular, rodeada por un foso, con torreones en las esquinas, puertas y ventanas enmarcadas con piedra labrada y grandes patios interiores porticados. Tampoco hay que olvidar las cubiertas de pizarra, así como los emplomados, para cuyas obras se hicieron venir oficiales flamencos y plomeros ingleses por orden de Felipe II. El Pardo fue uno de los primeros edificios de España con cubierta de pizarra, una tendencia que con el tiempo se convirtió en emblema del estilo constructivo español. Todos estos elementos son típicos de los alcázares españoles.

Las reformas efectuadas bajo los Borbones, en especial Felipe V y Carlos III, cambió radicalmente la apariencia del viejo alcázar. Prueba de ellos son las torres achatadas, las mansardas que sustituyeron a los puntiagudos tejados flamencos y el enfoscado color crema (como en Ludwigsburg o Solitude) que ocultó el ladrillo rojizo. Asimismo, la fachada resultante después de la ampliación de Sabatini sigue el típico esquema tripartito de los palacio barrocos franceses: un pabellón central o avant-corps equilibrado por dos pabellones laterales (como en Maisons o Würzburg).

Salas

La planta principal del palacio fue completamente re-sistematizada bajo el reinado de Carlos III, aunque, por otro lado, el soberano aportó pocas modificaciones a los aposentos del siglo XVII situados alrededor del Patio de los Austrias. Después de la muerte del rey en 1788, la distribución de los aposentos o appartements del palacio solo sufrió pequeñas modificaciones. La distribución del palacio en 1788 sería la siguiente: Alrededor del Patio de los Austrias:

  • Aposento del Rey: habitado por el soberano desde tiempos de Felipe III hasta Isabel II, bajo el reinado de Alfonso XII se convirtió en estancias de recepción. Actualmente forma parte del museo.
  • Aposento de la Reina: utilizado por las consortes reales hasta María Amalia de Sajonia, luego ocupado por la infanta María Josefa (hija de Carlos III) y, en el siglo XIX, por la infantas Isabel y Eulalia (hermanas de Alfonso XII). Actualmente forma parte del museo.
  • Aposentos de los infantes don Gabriel y don Antonio: situados, en parte, en el espacio de la antigua Galería de la Reina, reabierta durante las reformas de los años 80. Actualmente están parcialmente cerrados al público.

Alrededor del Patio Central:

  • Comedor del Rey: la estancia más grande del palacio se convirtió en Salón de Embajadores en el siglo XIX y luego en Despacho Oficial de Franco, a su alrededor se ubicaban estancias como el Oratorio, la Sala del Café y la Sala de Aparadores. Actualmente forma parte del museo.
  • Teatro o Coliseo de Palacio: es el único teatro de corte conservado en España, fue redecorado en el siglo XIX por Isidro González Velázquez. Bajo en franquismo se convirtió en sala de cine y se ocultaron los elaborados trampantojos neoclásicos bajo entelados. Actualmente forma parte del museo.

Alrededor del Patio de los Borbones:

  • Aposento del príncipe de Asturias: destinado al príncipe Carlos, más tarde fue ocupado por Alfonso XII y durante el franquismo se destinó a vivienda privada del general Franco. Actualmente forma parte del museo.
  • Aposento de la princesa de Asturias: albergó a la princesa María Luisa de Parma, a finales del siglo XIX se destinó a la reina María Cristina de Habsburgo (esposa de Alfonso XII) y desde 1982 es la suite privada del jefe de estado extranjero. Actualmente se encuentra parcialmente abierto al público.
  • Aposento de las Infantas niñas: fue habitado por las hijas de los príncipes de Asturias, las infantas Carlota Joaquina, María Amalia y María Luisa. En 1982 se convirtió en las estancias del séquito del jefe de estado extranjero. Actualmente se encuentra cerrado al público.

Decoración y obras de arte

Las obras de arte que contiene el interior del palacio pueden dividirse en tres grandes categorías: frescos y pinturas, mobiliario y tapices. La mayoría pueden datarse de la segunda mitad del siglo XVIII y la primera del XIX.

Frescos y pinturas

Identificación de partesRetrato de Isabel la Católica, de Juan de Flandes, una de las obras pictóricas más importantes del Palacio Real de El Pardo.

De la decoración existente en el palacio antes del incendio de 1604 solo sobrevivió una pequeñísima porción, concretamente los frescos la Historia de Perseo pintados por Gaspar Becerra en el "aposentos de la Camarera Mayor de la Reina" o "Torreón de Becerra". Tras el incendio, Felipe III encargó importantes obras de restauración y decoración, como la serie de las Hazañas de Carlos V obra de Bartolomé Carducho en la Galería del Rey, que jamás se llegó a terminar. De esa época se han preservado varios frescos situados en los aposentos del Rey y de la Reina:

  • Historia de José de Patricio y Eugenio Cajés en la Galería de la Reina.
  • Historia de Ester de Jerónimo de Cabrera en el Cuarto de la Reina.
  • Cacería con Aurora atribuido a Luis de Carvajal en la Cámara de la Reina de Hungría (¿María Ana de Austria?).
  • La Toma de Granada de Francisco López en los restos del Salón de Retratos (luego Sala de Vestir del Rey).

Del reinado de Carlos III datan elaborados frescos barrocos de Francisco Bayeu rodeados de estucos de Roberto Michel:

  • Apolo protege a la Artes (1769-1770) en la Pieza de conversación del Rey.
  • La Monarquía española rodeada por las artes y con los vicios a sus pies (1774) en el Comedor del Rey.

Por último, bajo el reinado de Fernando VII se realizó una importante labor de redecoración del palacio, de esta época son especialmente sobresalientes varios frescos en los aposentos del soberano:

  • España rodeada del Poder, la Riqueza, la Justicia, la Belleza y las regiones españolas (1825) de Juan Gálvez en la Galería del Rey.
  • España rodeada de poetas, escritores y conquistadores (1825) de Juan Antonio de Ribera en el Despacho del Rey.
  • Victoria rodeada de virtudes y venciendo a los vicios (1825) de Zacarías González Velázquez en el Dormitorio del Rey.

En los siglos XVI y XVII, El Pardo contó además con una importante colección de pintura, que fue destruida, en su mayor parte, durante el incendio de 1604. De las pocas obras salvadas fue la Venus del espejo de Velázquez. A partir del siglo XVIII, el palacio fue decorado solo con tapices, al ser residencia de invierno. Actualmente, no obstante, varios cuadros se exhiben en el palacio como el Retrato de Isabel la Católica de Juan de Flandes o el Retrato de Don Juan José de Austria a caballo de José de Ribera, además de obras atribuidas a Antonio Moro, Hieronymus Bosch, Sánchez Coello, Lucas de Heere y Sofonisba Anguissola.

Mobiliario

Sillería neobarroca en una de las antecámaras

La mayoría del mobiliario del palacio, de estilo Imperio, corresponde a la amplia renovación interior efectuada bajo el reinado de Fernando VII. También hay que destacar otras piezas de un gusto más neobarroco incorporadas durante el franquismo. No obstante, a pesar de la calidad de los muebles y relojes, los objetos de decoración más notables son las grandes lámparas de araña. La mayoría de ellas, con elaboradas tallas de bronce, son de importación francesa y corresponden también el periodo fernandino. La más notable es la llamada "El Abeto", actualmente situada en el Salón del piano de la suite del jefe de estado extranjero.

Tapices

En el siglo XVIII, para abrigarse del frío, las salas del palacio fueron dotadas de una relevante colección de tapices. Inspiradas en las obras de David Teniers y siguiendo una temática "jocosa y campestre", los tapices fueron elaborados en la Real Fábrica de Tapices, a partir de bocetos de Francisco Bayeu, José del Castillo y Francisco de Goya. Precisamente, cinco de las siete series de cartones para tapices de Goya tuvieron como destino el palacio de El Pardo.

  • diversiones en el campo y las afueras de Madrid para el Comedor de los Príncipes de Asturias (1776-1778).
  • escenas de La feria de Madrid para el Dormitorio de los Príncipes de Asturias (1778-1779).
  • diversiones aldeanas para el Antedormitorio de los Príncipes de Asturias (1779-1780).

Tras el éxito de estas tres primeras series, Carlos III encargó otras dos:

  • las cuatro estaciones para la Pieza de conversación del Rey (1786-1787).
  • diversiones varias para el Dormitorio de las Infantas (1788), que nunca se llegó a terminar.

En la actualidad, ninguna de estas series se encuentra en su lugar original. No obstante, en el llamado Salón Francisco Goya (antigua Primera Antecámara del Rey) se conservan varios tapices diseñados por Goya, como La nevada, Los zancos o La merienda a orillas del Manzanares. El resto de los aposentos presentan tapices varios, también de altísima calidad, de Castillo y Bayeu.

Fuentes