Parasitosis intestinal

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Parasitosis instestinal
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Es la infección intestinal causada por protozoarios y/o helmintos.

Parasitosis intestinal. Es la infección intestinal causada por protozoarios y/o helmintos. Esta infección es muy frecuente en personas que carecen de servicios de agua y desagüe, especialmente en áreas rurales. Es muy frecuente en la selva, donde afecta el crecimiento y desarrollo de los niños.

Síntomas

Algunas parasitosis pueden causar diarrea o anemia importantes. La incidencia de algunas de estas parasitosis ha aumentado con la epidemia del SIDA. El parasitismo intestinal se presenta cuando una especie vive dentro del huésped, en el tracto intestinal .

El parásito compite por el consumo de las sustancias alimentarías que ingiere el huésped, o como el caso del anquilostoma, éste se nutre de la sangre del huésped, adhiriéndose a las paredes del intestino.

Algunas parasitosis son intrascendentes clínicamente, otras pueden llegar a causar complicaciones graves que a veces requieren tratamiento quirúrgico. Este grupo de afecciones es extremadamente frecuente. Los índices de infestación parasitaria son elevados en áreas endémicas rurales y zonas urbano marginales, y particularmente en los países subdesarrollados.

Son más frecuentes en niños mayores de cuatro años que en los adultos. En los países latinoamericanos tropicales o subtropicales de clima cálido y húmedo, especialmente en zonas donde las condiciones de vida son muy deficitarias, el panorama que ofrecen las entero parasitosis suele ser muy severo.

Suelen contribuir en algunos casos y unidas a las distrofias pluricarenciales por hipo-alimentación crónica, al retraso del desarrollo y del rendimiento intelectual en niños de edad escolar. A medida que el nivel económico, social, cultural y sanitario de las poblaciones se eleva, la prevalencia de parasitosis intestinales disminuye.

Se dispone actualmente de tratamientos que pueden controlar y curar estas enfermedades, evitando los peligros de complicaciones que pueden poner en peligro la vida de los niños. La Entero-Parasitosis Endémicas son un “indicador de Subdesarrollo” y como tal debe ser encarado por los Estados.

Cuadro clínico

Los dolores son los síntomas más frecuentes. Se localizan en el abdomen y se presentan como dolores erráticos, tipo cólico, casi siempre en relación con el marco colónico y en especial en los flancos. Suele acompañarse con estado nauseoso y sensación de opresión en epigastrio. Alteración del ritmo defecatorio existiendo más comúnmente diarreas que constipación. Pérdida del apetito. Decaimiento. Intolerancia, que antes no existía, a ciertos alimentos (quesos, verduras, embutidos).

Prurito anal y nasal (especialmente nocturnos). Palidez de piel y mucosas. Trastornos de conducta y nerviosismo. Trastornos en la absorción intestinal. A veces Tos. La influencia nociva de ésta patología es variable y va desde levísimas perturbaciones al estado ostensible de enfermedad, dentro de las cuales se puede aceptar que un paciente se encuentra en situación de enfermedad subclínica, o de enfermedad sintomática, leve moderada o grave, pero el criterio a no dejar de considerar, es que en todos los casos estamos en presencia de un enfermo parasitado.

Diagnóstico

Se logra mediante la identificación del parásito. Previamente se debe realizar un “diagnóstico clínico” de Parasitosis Intestinal, que es la primera aproximación diagnóstica, como en otras patologías médicas. Es decir, que un cuadro clínico expresado en síntomas (lo que expresa el paciente) y signos (lo que objetivamente constata el médico), lleva al profesional a indagar por medio de preguntas los antecedentes del síndrome (anamnesis).

Una vez que se tiene el diagnóstico “presuntivo” de parasitosis intestinal, se debe realizar lo que se llama el diagnóstico (diferencial”, o sea cual es el agente etiológico causante de la patología. Sólo se llega a este objetivo con los estudios de laboratorio.

Dentro de los exámenes de laboratorio más comunes que se realizan, el examen parasitológico completo de materia fecal, es el básico e ineludible.

Examen físico

Muy raras veces se compromete el estado general. Puede haber sensibilidad abdominal, palidez.

Exámenes auxiliares

Se emplea examen fecal bajo microscopio con técnicas de concentración en muestras seriadas (generalmente tres) para detectar la presencia de huevos y parásitos. Examen de heces frescas o con fijadores como poli-vinil-alcohol (PVA) o merthiolate-iodo-formol (MIF) cuando se sospecha de amebiasis.

Coloración de Ziehl-Neelsen modificado para coccidias (Isospora, Cryptosporidium, Cyclospora). Técnica de Graham para Enterobius. El hemograma puede mostrar anemia y/o eosinofilia. Evidencia de mal absorción intestinal de grado variable.

Medidas preventivas

  • Lavarse las manos con bastante agua antes de preparar los alimentos o comer y después de ir al servicio sanitario o letrina.
  • Lavar las frutas, los vegetales y verduras que se comen crudas.
  • Quemar o enterrar diariamente las basuras de las casas; o echarlas al carro recolector, así se evitan los criaderos de moscas, ratas o cucarachas que transmiten enfermedades.
  • En aquellos lugares donde no hay agua potable, hervirla por 10 minutos o ponerle cloro (tres gotas de cloro por cada litro de agua).
  • Tener un sistema adecuado de disposición de excrementos (como primera medida tener letrina o interior de agua).
  • Usar zapatos para evitar la anquilostomiasis, principalmente.
  • Alimentarse adecuadamente y en forma balanceada.
  • Mantener la vivienda, los pisos, las paredes y los alrededores limpios y secos.
  • Evitar el contacto de las manos y los pies con el lodo, como la tierra o la arena de aquellos sitios donde se sabe o se sospecha que existe contaminación fecal.
  • Evitar ingerir alimentos en ventas callejeras y lugares con deficientes condiciones higiénicas.

Tratamientos

  • Infusión de ajenjo.
  • Tomar un vaso de leche con un diente de ajo machacado.
  • Extracto de papaya (carica papaya): el fermento de la papaya, sacado de sus hojas y corteza, llamado papaína mata las lombrices sin alterar el intestino. Durante el tratamiento dar una dieta sin carne, huevos, embutidos, porque neutralizan la papaína.
  • Para la TENIA: 5 gramos de polvo de aloe, 20 gramos de corteza de frangula, 20 gramos de hojas de sen, 25 gramos de raíz de valeriana y 30 gramos de menta, tomar una cucharada colmada por taza de agua y preparar una infusión sin hervir, dejándola reposar 10 minutos.
  • Poner una vez por día una lavativa con leche templada mezclada con un diente de ajo machacado.

Fuentes