Parque Museo Ñico López (Granma)
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Ubicación.
El Parque Museo Ñico López se encuentra ubicado en la Calle Abigail González, No. 57 % Prolongación de General García y Serafín Sánchez en el municipio Bayamo de la provincia Granma.
A pesar de no estar situado en el centro histórico urbano, es de fácil acceso al público, pues se encuentra en una de las calles céntricas de la ciudad.
Historia.
A finales del siglo XVIII en los terrenos que hoy ocupa el parque se construyó una residencia que en el siglo XIX sería conocida como la Torre de Zarragoitía. La llamaron “Torre” por su arquitectura a la usanza española y de Zarragoitía, por el administrador de las rentas de San Salvador de Bayamo, Don Ignacio Zarragoitía Jáuregui. Era un sitio muy conocido por las orgías que allí realizaba su dueño. Posteriormente estos terrenos pasaron a manos del estado, construyéndose allí, el Fuerte España, el cual incluía un campo de concentración, donde se cometieron crímenes y asesinatos, entre ellos el del Coronel Pío Rosado.
El 8 de marzo de 1903 se comenzó la construcción del cuartel y el 6 de julio de ese año quedaría constituido oficialmente el Destacamento de la Guardia Rural Carlos Manuel de Céspedes en el que existieron tres escuadrones, el E desde 1903 hasta 1935, el 35 desde 1935 hasta 1950 y el 13 desde 1950 hasta el 1 de Enero de 1959.
La estructura interior del cuartel la conformaban las siguientes dependencias: club de oficiales, tenencias, comedor, cocina, baños, dormitorios, capitanía, cuartel maestre, calabozos, cuarto del oficial, garaje, enfermería, barbería, radio, talabartería, cuadras de los caballos y la garita de fondo.
Después del triunfo revolucionario tuvo varios valores de uso, entre ellos: hospital, almacenes de la construcción, oficinas, lo que hizo que se fuera perdiendo su estructura original.
Al no darle el valor de uso adecuado sólo se conservó el club de oficiales, que fue construido en 1935, el resto de las partes se fue deteriorando hasta su destrucción total.
En 1978 se inauguró este lugar como Parque Museo Ñico López Fernández, el área que ocupaba el antiguo club de oficiales, única parte conservada del inmueble se convierte en sala museo, en ella se exponen objetos y documentos relacionados con la acción del 26 de julio de 1953, así como la vida de aquellos que protagonizaron esta importante acción.
Además de la sala de exposición permanente, el museo cuenta con un enorme parque donde se desarrollan actividades de carácter político y cultural además de acciones dirigidas a fomentar actitudes de respeto hacia el patrimonio, las mismas se convenían con el MINED y otros organismos.
El Parque Museo “Ñico López” cuenta con una ramificación, la sala “Los Asaltantes”, antiguo hospedaje “Gran Casino”, declarado Monumento Nacional en julio de 1998. En este lugar se alojaron los asaltantes al cuartel Carlos Manuel de Céspedes, alquilado por el joven santiaguero Renato Guitart Rosell y fue visitado por Fidel en la noche del 25 de julio de 1953 en su paso hacia Santiago de Cuba para ultimar los detalles de la acción y sincronizar los relojes, pues el asalto debía ser simultáneo con el del Moncada.
Los exponentes que se muestran en esta sala están relacionados en su gran mayoría con el local ya que fueron testigo material de lo ocurrido en ese lugar en julio de 1953; un trofeo y un librero que pertenecieron a Renato Guitart mártir del asalto al cuartel Moncada, así como uno de los uniforme utilizado por los jóvenes en la acción de santiago.
Ambas instituciones por su importancia histórica constituyen un lugar de obligada referencia para ampliar el conocimiento sobre este hecho de la historia nacional.
Asalto al cuartel Carlos Manuel de Céspedes.
Se escogió a Bayamo para esta acción por la posición geográfica de la ciudad en el centro de la llanura del Cauto y por la tradición de lucha del pueblo bayamés; la acción tenía como objetivo esencial la voladura de los puentes sobre el río Cauto y la movilización de todo el pueblo para iniciar la lucha, esta acción al igual que el Moncada formaba parte de la nueva estrategia trazada por Fidel para llevar adelante la lucha revolucionaria.
En esta acción participaron 25 jóvenes, comandados por Raúl Martínez Arará, los participantes procedían de tres células, Plaza para el Vapor, Coco Solo y la de Raúl Martínez Arará. Previo al asalto estos jóvenes recibieron entrenamiento militar en diferentes puntos de la Habana.
Asalto
La acción prevista para la madrugada del 26 de Julio fracasó militarmente, aunque ideológicamente fue de extraordinaria importancia. En ella no perdió la vida ninguno de los asaltantes, pero a raíz de la cruel represión desatada por la tiranía 10 valerosos jóvenes fueron asesinados posteriormente: Mario Martínez Arará, Luciano González Camejo, Pedro Véliz Hernández, Hugo Camejo Valdés, Rolando San Román, Ángel Guerra Díaz, José Testa Zaragoza, Rafael Freire Torres, Lázaro Hernández Arroyo y Pablo Agüero Guedes.
Entre los jóvenes asaltantes se destacó la figura de Antonio López Fernández, más conocido por (Ñico), quien en su retirada dando muestras de valor causó bajas al ejército de la tiranía. Posteriormente se dirige a La Habana desde donde se exilia en la Embajada de Guatemala, una vez decretada la amnistía política volvió a Cuba y ocupó cargos en la dirección del Movimiento 26 de julio, organizó el movimiento a lo largo y ancho del país por lo que es muy perseguido. Se trasladó nuevamente a México donde ya se realizaban los preparativos de la expedición del Granma. Viene como miembro del Estado Mayor de la Expedición y muere el 8 de Diciembre de 1956 en un lugar conocido como Boca del Toro en el municipio de Pilón.
Estructura Arquitectónica
El edificio posee significativos valores arquitectónicos, un estilo neoclásico con la preferencia de columnas con acabados lisos, pulidos, circulares y torneados, con capiteles encima de las columnas, florones en el techo, entre otros elementos.
Los muros son de ladrillos de 12,5 cm. de ancho, las hiladas se entrecruzan en las esquinas para su agarre. La cubierta es una losa de hormigón armado con aceros de ½” espaciados a 25 cm. se remata la losa con un pretil almenado.
El primer nivel se levanta y tres salones salvan la distancia desde las exteriores hasta el portal. Presenta un ritmo regular de ventanas y puertas rectangulares.
El inmueble posee una tipología constructiva, está inventariada como grado de protección II: Su construcción es considerado única de su tipo en la ciudad. Planimétricamente se desarrolla en forma rectangular con una superficie de 16 500 m2 y áreas delimitadas por muros de ladrillo de cerámica y mampostería.
Los dos niveles presentan las mismas características constructivas: la cimentación es corrida, presenta vigas de cerramento de hormigón, mosaico de 20X20 cm decorados, muros de ladrillo cerámica, carpintería francesa, enchape de azulejos de 20X20 cm, todo se encuentra en buen estado. Las áreas exteriores presentan pavimentos de terraza integral en estado regular.
El inmueble además de los valores históricos, cuenta con un inmenso parque, con un ambiente acogedor rodeado de árboles, plantas ornamentales, palmas que perpetúan la memoria de los asaltantes al cuartel Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo.
Teniendo en cuenta su significación histórica y sus valores arquitectónicos, el 10 de febrero del año 2004 la Comisión Nacional de Monumentos, lo declara Monumento Nacional.
Objetos que se exponen.
Se exhiben muebles, un fusil Rémington calibre 22 utilizado por uno de los asaltantes al cuartel Moncada, 2 chaquetas que pertenecieron a dos de los asaltantes al cuartel Carlos Manuel de Céspedes Pedro Véliz y Luciano González, así como, la cámara con que se fotografiaron los cadáveres de los asaltantes, un par de zapatos que pertenecieron a Ñico López, dianas de prácticas de tiros anterior al asalto, fotos del cuartel en sus diferentes etapas, imágenes de los mártires y sobrevivientes del asalto, entre otros bienes que por su historia se considera importante su exposición.
Entre los elementos de apoyo se muestra una maqueta con la estructura original del cuartel y un plano de la ciudad de Bayamo donde aparecen ubicadas las casas de familias bayamesas que le brindaron ayuda a varios de los asaltantes logrando salvarles sus vidas.
