Pedro Figari

Revisión del 14:17 19 jun 2018 de Liudmila ciget.camaguey (discusión | contribuciones) (Síntesis biográfica)
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Pedro
Información sobre la plantilla
Figa.jpg
NombrePedro Figari Solari
Nacimiento29 de junio de 1861
Montevideo, Bandera de Uruguay Uruguay
Fallecimiento24 de julio de 1938
Montevideo, Bandera de Uruguay Uruguay
EducaciónAcademia de Bellas Artes de Düsseldorf, Universidad de Friburgo
OcupaciónPintor
Escultor
CónyugeRenate Graf
Obras destacadasPericón
El homanaje
La muerte
Bailecito

Pedro Figari Solari. Fue un pintor, abogado, político, escritor y periodista uruguayo. Una de las figuras más destacadas de la pintura latinoamericana.

Síntesis biográfica

El 29 de junio de 1861 nace en Montevideo Pedro Figari Solari. Hijo de Juan Figari de Lázaro y Paula Solari, ambos genoveses. De joven manifiesta inclinaciones artísticas que son parcialmente postergadas por los estudios universitarios.

En 1885 se recibe de Doctor en Jurisprudencia en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de la República.

Un año después se casa con María de Castro Caravia, con quien tendrá nueve hijos. En 1887 nació su primera hija, Isabel, que fallece a poco tiempo de nacer y luego vendrán María Elena, Mercedes, María Margarita, María Delia, Juan Carlos, María Isabel, Emma y Pedro.

La relación con su familia política lo vincula a un ambiente abierto a los estímulos del arte, donde conoce al maestro Goffredo Sommavilla, pintor italiano de formación académica con el que estudiará un tiempo.

Inicios

Tuvo una intensa actividad pública, en 1889 fue designado Defensor de los Pobres en lo Civil y lo Criminal, cargo que ocuparía hasta 1897. Fue un abogado destacado que impulsó la abolición de la pena de muerte en el Uruguay e intervino públicamente como diputado, miembro del Consejo de Estado y presidente del Ateneo de Montevideo.

Una de sus preocupaciones principales fue la enseñanza artística del momento, que él consideraba inadecuada. Luego de presentar un proyecto referido a la reforma de la misma, fue nombrado director de la Escuela de Artes y Oficios en 1915.

Sus avanzadas ideas sobre la educación que debía implantarse en esta institución lo vincularon al movimiento inglés Arts and Crafts. Planteó la formación de artesanos-artistas que no fueran simples obreros sino creadores pensantes; promovió el trabajo práctico en talleres y creó algunos nuevos como el de mimbrería.

Asimismo intentó imponer un tipo de diseño que rescatara las formas de la flora y la fauna nativas, estimulando su conocimiento entre los estudiantes. El apoyo que recibió para realizar todas estas profundas transformaciones no fue suficiente y renunció al cargo dos años después de haberlo ocupado. También escribió ensayos como el titulado Arte, estética e ideal (1912).

Periodista y escritor

En 1893 comenzó su actividad periodística fundando y co-dirigiendo el diario liberal colorado El Deber. En 1905 publicó en el diario El Siglo veintidós artículos que fueron definitorios para la abolición de la pena de muerte en Uruguay en 1907. Entre 1910 y 1911 publicó en el diario La Razón diecinueve artículos bajo el título “El momento político”.

Figari utilizó la prensa para dar a conocer y exponer públicamente su punto de vista sobre temas políticos, de educación y arte. En 1912 publicó en Montevideo su ensayo filosófico a tres tomos Arte, estética, ideal que le insumió dos años de dedicación casi total, el mismo fue traducido al francés por Charles Lesca, publicado en París en 1920 con prólogo de Henri Delacroix y reeditado en 1926 prologado por Désiré Roustan.

Siendo director de la Escuela de Artes y Oficios, publicó su Plan General de la Enseñanza Industrial y escribió junto con su hijo el arquitecto Juan Carlos Figari Educación Integral.

Pintor

Patio unitario. Obra de Figari.
La Pampa. Obra de Figari.
Potros en la Pampa. Obra de Figari.
Candombe. Obra de Figari.

En 1917 Figari abandonó todas sus actividades para dedicarse de lleno a la pintura, pues hasta entonces había sido un "pintor de fin de semana" y contaba con una obra apenas conocida fuera del ámbito familiar.

En 1921 se trasladó a Buenos Aires, donde permaneció cuatro años, y desde allí viajó a París, ciudad en la que residió nueve años, convirtiéndose en un atento observador de las vanguardias artísticas que se desarrollaban en la capital francesa.

Encontró en Buenos Aires el ambiente propicio y el estímulo para desarrollar sus temas. Se vinculó al círculo de intelectuales que trabajaban en la revista porteña Martín Fierro, que le brindaron un apoyo incondicional. Entre otras personalidades del ambiente trabó amistad con Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo, Raúl Monsegur, Manuel Güiraldes y Ricardo Güiraldes.

Ese mismo año realizó su primera exposición en la Galería Müller junto con su hijo Juan Carlos Figari Castro.

En 1925 se trasladaron a París, expuso en la Galería Druet y pronto comenzó el reconocimiento que lo consagrara como uno de los más importantes pintores del Río de la Plata. En su taller de París lo visitaron los más ilustres artistas e intelectuales del momento, como los escritores Jules Supervielle, Paul Valéry, James Joyce, Jules Romains, Alejo Carpentier y los pintores Pierre Bonnard, Édouard Vuillard, Pablo Picasso, Joaquín Torres García, Ignacio Zuloaga y Fernand Léger.

Pintó escenas que recrean el pasado histórico y social, buscando rescatar la memoria del terruño y afianzar la identidad regional y americana. Sus cartones se poblaron de negros candomberos, pericones, cielitos, gauchos, pampas, ombúes, patios coloniales, bailes de salón, entierros, corridas de toros, jugadores de bochas. Con su pincelada resuelta, llena de vitalidad, renacen las tradiciones criollas y toma color la memoria colectiva rioplatense.

Como pintor intuitivo, retomó ciertas conquistas formales del impresionismo para transformarlas en un estilo personal e irrepetible, del que no se reconocen otras influencias.

Pedro Figari es un pintor de manchas y no de líneas. Las manchas y los colores expresivos, llenos de vitalidad, dan forma a cuerpos humanos y animales dotados de una enorme elasticidad. Pinta el pasado sin documentarse, lo hace de memoria; con una memoria afectiva. Puebla sus espacios inconmensurables con gauchos, negros y criollos como metáforas de un presunto ser nacional.

Sus perros, presentes frecuentemente en los patios coloniales, así como los caballos de las escenas camperas, parecen seguir con su anatomía las contorsiones de los seres humanos a los que acompañan.

El colorido y la pincelada en forma de mancha son dos características que lo emparentan con Van Gogh y los postimpresionistas, quienes solían distorsionar formas y colores generando en sus obras un espacio mágico.

Los numerosos dibujos que realizó, como los que ilustran su libro Historia Kiria, muestran una línea de gran fluidez.

En 1933 Figari regresó al Uruguay con una importante obra después de más de diez años de ausencia.

Muerte

Fallece en Montevideo, el 24 de julio de 1938.

Fuente