Pensamiento filosófico social contemporáneo

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Pensamiento filosófico social contemporáneo
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Concepto:A partir de la segunda mitad del siglo XIX comienza una nueva etapa que perdura en los momentos actuales.

Pensamiento filosófico social contemporáneo. Para el estudio del pensamiento filosófico y social contemporáneo se toma como punto de partida la segunda mitad del siglo XIX, aun cuando otras ciencias sociales difieran de esta forma de abordar el periodo de la época.

Se toma la fecha de 1850 por que a partir de este momento comienza una nueva etapa que perdura en los momentos actuales, por sus características ideológicas y las interpretaciones filosóficas de los problemas de la sociedad.

A partir de este momento surge una nueva cosmovisión e interpretación filosófica, diferente a la que hasta ese momento había tenido la filosofía, que deja de ser un instrumento de especulación, de análisis teórico, de interpretación de la realidad, de elaboración de sistemas utópicos, para convertirse en un medio de transformaciones sociales directas, de búsquedas e interpretaciones de los fenómenos sociales y científicos directamente relacionados con la actividad práctica del hombre.

Este cambio de objeto de la filosofía esta dado por el desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas y la estabilización de las nuevas relaciones de producción que han entrado en la palestra mundial: es el momento de la consolidación, de la estabilización del modo de producción capitalista y el asentamiento de las bases para el desarrollo de la forma de propiedad que le es inherente, que más tarde, ya finalizando ese siglo, exactamente en 1898, con la introducción de Estados Unidos en la guerra Hispano – cubano por la liberación nacional, entra este país, y el sistema capitalista, en la segunda y última etapa de la formación económico social capitalista: el imperialismo.

Antecedentes económicos y sociales

El mundo entra de lleno en la etapa de la formación económica social del capitalismo con el advenimiento del siglo XIX, proceso que se venía gestando desde la época de los descubrimiento geográficos de los europeos, y fuente que creó las bases para la acumulación originaria del capital, y del surgimiento de las nuevas relaciones de producción, proceso frenado por la existencia predominante de las relaciones feudales que detenían hasta ese momento.

El colapso de este freno se produce con la Revolución francesa, y la ilustración en el campo de la filosofía, lo que no fue definitivo pues estuvo lleno de luchas de clases con retrocesos y avances, entre el absolutismo y la monarquía, representando la nobleza dueña absoluta del poder político y económico, y la burguesía, como nueva clase que nacía con el poder económico débil pero pujante, creciente.

El lema de esta nueva clase, la burguesía, proclamado durante la revolución burguesa francesa, es “ fraternidad, igualdad, libertad”, porque era lo que necesitaban para lograr las libertades de comercio sin las trabas aduanales de lo señores feudales, de desarrollo de su nuevo tipo de propiedad, adquirir el poder político y estructurarlo en base a sus necesidades económicas: necesitaban la libertad ideológica que tenía sujeto el poder de la iglesia católica, necesitaban el desarrollo de las ciencias sin prejuicios ni trabas morales y políticas: era la liberación de las trabas feudales que impedían su desarrollo como clase, era la igualdad en el plano económico y en el dominio político de la sociedad. La clase burguesa estaba buscando un lugar en la sociedad, y ese lugar era el primero, el relevante, el decisivo.

La superioridad de esta nueva clase se puso de manifiesto con el nuevo siglo en Francia con el establecimiento de una fuerza militar victoriosa en toda Europa, bajo las órdenes de Napoleón, que dio al traste, el puntillazo final, a la nobleza y a su poder político, que era lo único que le quedaba, poder que pasó a manos de la clase burguesa, que ya tenía en gran medida el poder económico, y lo seguía desarrollando.

Revolución Industrial:

Proceso que conduce a una sociedad de producción gremial tradicional hasta otra caracterizada por procesos de producción mecanizados para fabricar bienes a gran escala.

La primera Revolución Industrial: término que es utilizado exclusivamente para comentar los cambios producidos desde finales del siglo XVIII, tuvo lugar en Inglaterra: la máquina de vapor de James Watt.Corbis, que supuso una profunda transformación en la economía y sociedad británicas.

Los cambios más inmediatos se produjeron en los procesos de producción: qué, cómo y dónde se producía. El trabajo se trasladó de la fabricación de productos primarios a la de bienes manufacturados y servicios. El número de productos manufacturados creció de forma espectacular gracias al aumento de la eficacia técnica. En parte, el crecimiento de la productividad se produjo por la aplicación sistemática de nuevos conocimientos tecnológicos, lo cual dio lugar, entre otras cosas, al surgimiento del positivismo y el pragmatismo.

Las fábricas aumentaron en tamaño y modificaron su estructura organizativa, la producción empezó a realizarse en grandes empresas o fábricas en vez de pequeños talleres domésticos y artesanales, y aumentó la especialización laboral.

La división del trabajo es un principio básico de la industrialización. Cada trabajador es especializado en una fase en el proceso de fabricación:la producción en serie, que más tarde tanta influencia tiene en la conformación de las tesis posmodernistas. Como resultado, la producción total aumenta junto a la explotación de la clase trabajadora, fuente de la plusvalía.

Como la Revolución Industrial se produjo por primera vez en Gran Bretaña, este país se convirtió durante mucho tiempo en el primer productor de bienes industriales del mundo No fue el único país que experimentó una Revolución Industrial. Francia, Bélgica, Alemania y Estados Unidos experimentaron procesos parecidos a mediados del siglo XIX.

Pero con esta clase surge también su inseparable: el proletariado, la clase obrera, que despojada de cualquier medio de producción tampoco tiene medios de subsistencia y nace lastrada de los males de un sistema de explotación mucho más despiadado que todos los anteriores: aparecen los miles de desocupados, la explotación del trabajo infantil, las largas jornadas de trabajo, el ejército industrial de reserva de mano de obra: los males de las sociedades anteriores, criticadas, se duplican, se triplican y se viene abajo aquel lema grandioso de la revolución francesa que había llevado a grandes masas campesinas y de trabajadores a las transformaciones sociales: “fraternidad, igualdad, libertad”, era sólo eso una aspiración inalcanzable: no se había logrado la justicia social, y por el momento, era inalcanzable, lo que después se traduce en una crisis de valores (nihilismo).

Antecedentes filosóficos

Surgen, desde principios del siglo XIX, los grandes reformadores sociales que con sus visiones de la sociedad futura sentaron época: Saint Simon, Owen, Charles Fourier y los economistas más grandes hasta aquellos tiempos: Adam Smith, y David Ricardo, su máximo exponente. Ellos no descubrieron las causas de los males que se multiplicaban, de la injusticia social, del fracaso del lema burgués, pero hicieron una crítica profunda y sistemática del capitalismo desde sus mismo inicios y señalaron sus debilidades.

Pero más importante, es que mostraron la posibilidad humana de buscar la verdadera justicia cambiando el orden de cosas, pero no sabían como hacerlo y crearon la utopía, el sueño del mejoramiento humano, de crear un paraíso terrenal organizado por el propio hombre y ajeno a cualquier intervención divina, y que trataron de llevar a la práctica con éxito diverso.

Su error fundamental esta en no ubicar en el contexto de las transformaciones a la clase obrera como protagonista, y aún pensaban en la posibilidad de la clase de comerciantes, banqueros y otros – como se nota, miembros de la clase explotadora que se desarrollaba – como clase dirigente y transformadora. Error dado por el poco desarrollo que como clase había tenido entonces el proletariado, y que los que ellos mencionaban no habían todavía alcanzado su esplendor como clase dirigente, y por tanto no habían agotado su papel, pues era el inicio del sistema como tal.

Si sus obras fueron utópicas no fue su culpa: esta dado por el bajo ni nivel alcanzado en ese momento por el modo de producción y los pocos conocimientos sobre la sociedad acumulados hasta ese momento, por lo que podemos decir que fueron verdaderamente geniales.

Es el momento, además, del punto culminante en la especulación filosófica: el idealismo es la máxima expresión con la figura más representativa de Hegel, mente universal que descubrió las leyes de la dialéctica y reelaboró sus categorías, conformando la esencia del método de investigación dialéctico, método que estaba llamado a desempeñar un papel importante en las nuevas concepciones que ya se estaban gestando.

Estas insatisfacciones sociales, económicas e ideológicas de la clase proletaria condujeron, años más tarde, a los movimientos obreros de Silecia (Alemania), Lyon ( Francia) y en Inglaterra, fuertemente reprimidos y que no alcanzaron sus objetivos, por diversas causas que escapan a este análisis. Junto a ello no podemos olvidar que en América se producía, casi paralelo, el proceso de liberación de Hispanoamérica, y la formación y consolidación de las Trece Colonias inglesas de Norteamérica en nuevo estado, que a partir de 1850, después de su consolidación y comenzado la expansión interior, desempeñaría tan importante papel en este sistema.

Idealismo de Hegel

Era objetivo, partiendo de ideas que se desarrollaban de lo inferior a lo superior, también alcanza su máxima expresión el idealismo subjetivo a un plano que ya no era posible superarlo con Schelllin o Fichte.

El idealismo subjetivo parte, en esencia, de la comprensión de todo lo existente a partir de la subjetividad del hombre: de sus pensamientos, ideas, sensaciones, base para su formación y base de su existencia.

Es importante, además, el materialismo antropológico de Feuerbach, con la crítica científica a la religión, al idealismo en general y poniendo al hombre como centro de toda la actividad social, abre nuevas perspectivas en las investigaciones filosóficas, limitada por el método mecanicista, metafísico, de sus investigaciones, que no pudo superar.

Antecedentes científicos.

Junto a ello no podemos olvidar el desarrollo de las ciencias, de tal nivel, que estas se convierten, de recopiladoras de datos, de especulativas, que ponían orden en lo acumulado tras siglos de investigación, en ciencias que llegaban a conclusiones generalizadoras y descubrían la esencia y daban paso a otras nuevas que surgían para dar respuestas investigativas a los nuevos problemas que surgían.

Entre estas conclusiones podemos poner como ejemplo el descubrimiento de la ley de conservación de la materia y de la cantidad de movimiento, la teoría de la evolución de las especies y el descubrimiento de las células, como los descubrimientos más significativos, generalizadores y de mayor trascendencia, que cambiaron la forma de pensar y de ver el mundo que hasta ese momento prevalecía abogado por la Iglesia católica, hasta tal punto, que esta se vio obligada a abolir el Tribunal de la Santa Inquisición, engendro que amenazaba a cualquier científico al exponer sus nuevas ideas desde la época del rancio feudalismo español con Torquemada en el siglo XV, como máximo impulsor, cuando Bruno, Galileo y otros se vieron procesados y quemados vivos en la hoguera.

Pensamiento filosófico y social a partir de 1850

La filosofía, de especulativa, de análisis e interpretación de la sociedad, se convierte, al cambiar de objeto, en ciencia práctica de transformación de la sociedad, pero desde puntos de vistas y concepciones totalmente opuestas.

Parten del análisis crítico de los estudios filosóficos, sociales y económicos que le antecedieron, fundamentalmente de los ya mencionados, así como de los logros hasta ese momento de las ciencias naturales, elaborando sus conclusiones. Realizan una crítica profunda de la sociedad capitalista y elaboran un sistema de utopía para explicar los problemas sociales y encontrar una solución práctica consecuente con los problemas a que se enfrentan.

A partir de esta fecha surgen dos grupos de concepciones principales de explicación, interpretación y acción consecuente con los fenómenos sociales directos en los que están inmersos los hombres de la época. Una de ellas, de trascendencia metodológica y cognoscitiva, ideológica y de acción eminentemente práctica, que abre época, es la elaborada por Carlos Marx y su entrañable amigo Federico Engels y la otra, no menos trascendente, la de Augusto Comte, contemporáneos en el tiempo y en premisas.

La filosofía de Marx y Engels

Tomando como base el materialismo de Feuerbach, la dialéctica de Hegel, y los estudios económicos y sociales que le antecedieron, elaboraron la filosofía del materialismo dialéctico e histórico y una nueva economía política esencialmente práctica, poniendo como sustento esencial y determinante del pensamiento humano las causas materiales, de última instancia económicas, en el análisis de la sociedad.

Como protagonista de las transformaciones sociales que se avecinaban, y para el futuro, colocaron a la clase proletaria, teniendo como motor la lucha de clases, con el objetivo de lograr la destrucción de la propiedad privada, causa esencial de la desigualdad en la distribución, cambio y consumo, la explotación y la miseria imperante en la mayoría de la población mundial hasta entonces, y actual.

La construcción consciente de una sociedad de verdadera justicia social, con la participación de las masas obreras, utopía no lograda plenamente todavía, es obra práctica con avances y retrocesos, que aún empieza y que necesita generalizarse y consolidarse para entonces alcanzar suficiente estabilidad como para mostrar sus amplias posibilidades de propiciar un mayor desarrollo social e individual.

La Filosofía de Augusto Comte

Augusto Comte, contemporáneo de Marx y Engels, elaboró su teoría sociológica y filosófica bajos los mismos presupuestos económicos y sociales, filosóficos y científicos de estos pensadores, creando una nueva teoría llamada positivismo, pero con conclusiones diferentes.

Según este filósofo y pensador burgués, los conocimientos humanos reunidos hasta entonces, se clasificaban en tres estadios fundamentales. No podemos restarle importancia a esta filosofía, pues ha sido punto de partida para la elaboración de teorías filosóficas y sociales significativas en la interpretación de la sociedad.

Quizás las diferencias estriban en su concepción práctica de todo conocimiento humano, de su uso directamente en la acción de la vida del hombre, sino pierde validez y no es un pensamiento positivo.

Fuentes

  • Enciclopedia “ Océano” Editorial “ Libertad”
  • Enciclopedia Encarta 2000, soporte digital (software)
  • Historia de la filosofía Tomo III. Nicolás Abbadano
  • Diccionario filosófico. Nikittin