Plazoleta de la Sacristía

Plazoleta de la Sacristía
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica
Plazoleta de la sacristia.jpg
Plazoleta de la Sacristía.
Descripción
Localización:Trinidad, Cuba


Plazoleta de la Sacristía. Es un espacio urbano situado en el centro mismo del núcleo histórico de la legendaria ciudad de Trinidad, Sancti Spíritus, Cuba. La construcción de este sitio esta estrechamente ligado a la casa de los Sánchez Iznaga, actual Museo de Arquitectura de Trinidad. Según el padrón de 1767, en el número 1 de la calle de la Soledad estaba la casa de Pedro Leonardo de Sotolongo, entonces un simple colgadizo que quedó integrado más tarde a la residencia conocida como de las Sánchez Iznaga. La calle de la Soledad se transformó en la que hoy denominamos del Cristo.

Calle de la Soledad

El número 2 de la calle de la Soledad pertenecía a la vivienda del regidor Tomás de Ayala; el número 3, a la del sacerdote licenciado Tomás Pérez Venegas; el número 4, a la de Sabina Morejón, viuda del regidor Alonso de Quesada; y, el número 5, a la de Fernando Muñoz y Simona de Herrera. La secuencia continua de viviendas en el eje de la calle de la Soledad, sugiere que esta vía estuvo integrada a la manzana delimitada por el callejón de la Cañada y la de Real, y que no existía propiamente una plazoleta, sino que la calle seguía el derrotero establecido por el costado de la Parroquial Mayor. Tampoco estaba el tramo del Rosario entre Real y Soledad, ocupado por la casa de Tomás de Ayala, construida en un solar comprado por éste a Antonio Pérez Castilla en 1766. Dicho solar comprendía el terreno donde hoy se encuentra la casa de Rosario esquina Real del Jigüe, el de la casa Parroquial, el tramo de la calle Rosario entre la plazoleta de la Sacristía y Real del Jigüe, y parte del terreno donde fuera construida una casa auxiliar a la de los Sotolongo, con posterioridad también integrada a la de las Sánchez Iznaga. En el inmenso solar existieron dos viviendas: una con la fachada a la calle Real del Jigüe, y otra, de guano con el frente hacia la Santa Iglesia Parroquial, adquirida por Tomás Ayala, el que, al hipotecarla en 1788, la describió como de guano construida sobre horcones y embarro. Tal vivienda desapareció para originar el tramo de la calle Rosario entre la plazoleta de la Sacristía y la calle Real del Jigüe.

Figura eclesiástica

A continuación de la morada del regidor Ayala, el licenciado Antonio de Sosa importante figura eclesiástica que residiera en Trinidad durante la primera mitad del siglo XVIII tuvo tres viviendas: la número 3, según el mencionado padrón, que vendió a Francisco González en 1740 como nueva de maderas, guano y embarrado con sus puertas y ventanas de sala y dos aposentos con veinte y dos varas de frontera de solar y cuarenta de fondo, y que González al siguiente año la transfirió al sacerdote Ignacio de Valdivia Pérez y de éste pasó a su homologo Tomás Pérez Venegas. Esta casa también desapareció. La número 4, que de Sosa vendió a Alonso de Quesada, de quien pasó por herencia a Isabel de Quesada hija de Alonso y Sabina Morejón, y de ésta a Antonio José Muñoz, el que en 1827 demuele la vivienda primitiva, que tenía el frente hacia la calle del Cristo, para construir la existente, con lo que se originó propiamente la plazoleta. En dicho año, el regidor Camilo Marín informa al Cabildo que en la plaza Mayor el capitán Antonio José Muñoz ha hecho la excavación para unos cimientos de una fábrica adelantándose al lindero de su antigua casa, de manera que va a ocupar un pedazo de terreno de la dicha plaza que desfigura su estética. Y, finalmente, la número 5, de Sosa la vendió a Fernando Muñoz, quien construye la que hoy existe al número 33 de la calle Cristo.

Proceso de reconstrucción

A fines del siglo XVIII en el solar que fuera de Antonio Pérez Castilla, se construyeron dos viviendas pertenecientes a Melchora y Beatriz Perera, descendientes de Francisco y Eugenia García, madre también de María de Ayala y de Ana Justa, hijas de Eugenia con Valentín. Estos terrenos y los que por la calle Rosario se extienden hasta Media Luna estuvieron vinculados a Valentín de Ayala desde tiempos muy antiguos, cuando en 1742 la calle Rosario no era más que una zanja que corre la vuelta de la sabana. A la muerte de las Perera, una de las viviendas pasó al presbítero Manuel Hernández de Rivera y de éste a su hermano Lucas. Rafaela Fonseca, esposa de Lucas Hernández de Rivera, vendió una a Pedro Malibrán y se quedó con la de la esquina a la calle del Jigüe, que tuvo la fachada originalmente hacia dicha vía y en el proceso de reconstrucción la volteó a la calle del Rosario. La de Pedro Malibrán es la que hoy conocemos como la Casa Parroquial.

Fuente

  • Documentos del Archivo Histórico Municipal de Trinidad:
    • Libro del Cabildo de 1737, acta del 7 de marzo
    • Protocolo de Tomás de Herrera de 1758, escritura del 27 de septiembre
    • Protocolo de Tomás de Herrera de 1766, escritura del 22 de enero, f. 9 v.
    • Protocolo de Tomás de Herrera de 1766, escritura del 2 de mayo
    • Protocolo de Francisco Antonio Muñoz de 1771, escritura del 16 de julio, f. 182 v.
    • Protocolo de Francisco Antonio Muñoz de 1788, escritura del 29 de diciembre, f. 203
    • Protocolo de Tomás de Herrera de 1742, escritura del 28 de julio, f. 129
    • Protocolo de de José Mariano de Piedra de 1806, escritura del 29 de abril, f. 99
    • Protocolo de de Juan Matamoros de 1821, escritura del 30 de julio, f. 257, y de Cipriano de Villafuerte de 1837, escritura del 12 de julio, f. 277
    • Protocolo de Tomás de Herrera de 1749, escritura del 3 de enero y de 1747, escritura del 2 de mayo
    • Protocolo de Juan Matamoros de 1824, escritura del 6 de julio
    • Protocolo de Juan Matamoros de 1825, escritura del 18 de febrero y de Felipe Mariano Domínguez, escritura del 26 de enero
    • Libro del Cabildo de 1827, acta del 5 de noviembre
    • Protocolo de Tomás de Herrera de 1740, escritura del 11 de marzo
    • Protocolo de Tomás de Herrera de 1741, escritura del 14 de abril.