Popayán

Popayán
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Ciudad de Colombia
Bandera de Popayán
Bandera

Escudo de Popayán
Escudo

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EntidadCiudad
 • PaísBandera de Colombia Colombia
 • DepartamentoCauca
 • Fundación13 de enero de 1537
Superficie 
 • Total512 km²
Población (2005) 
 • Total258,653 hab.
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Ciudad de Popayán

Popayán. Es una ciudad de Colombia, capital del departamento del Cauca. Se encuentra localizada en el Valle de Pubenza, entre la Cordillera Occidental y Central al suroccidente del país, en las coordenadas Tiene 258.653 habitantes, de acuerdo al Censo del DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas) elaborado en el año 2005. Su extensión territorial es de 512 km², su altitud media es de 1760 m sobre el nivel del mar, su precipitación media anual de 1.941 mm, su temperatura promedio de 18/20 °C y dista aproximadamente 600 km de Bogotá.

En el 2005, la UNESCO designó a la ciudad de Popayán como la primera ciudad de la gastronomía por su variedad y significado para el patrimonio intangible de los colombianos.

Toponimia

Su nombre, según la tradición oral de la ciudad, proviene del Cacique Payán, jefe de la tribu indígena que habitaba el área alrededor del monte hoy conocido como cerro de la Eme o de las Tres Cruces cuando llegaron los conquistadores españoles.

Según el historiador Arcesio Aragón, el origen de la palabra es Pampayán, que se compone de dos vocablos quechuas: pampa, cuyo significado es, valle, sitio, paso; y yan, cuyo significado es río. Paso del río, ya que por allí pasa el río Cauca.

Otros autores afirman que la palabra Popayán deriva de algún dialecto autóctono americano como el Guambía y se descompone de la siguiente manera: po:dos, pa: paja y yan: caserío, o sea, dos caseríos de paja.

Es conocida también como la «Ciudad Blanca», «Ciudad Fecunda», «Ciudad Procera» y «Ciudad Universitaria».

Historia

El 24 de diciembre de 1536, el capitán Juan de Ampudia ocupó con sus soldados un sitio llamado la loma de El Azafate, donde habitaba el cacique o yasgüén, para que el Adelantado don Sebastián de Belalcázar viniese a fundar una nueva ciudad. Después de haber sometido a los nativos, Popayán fue entonces declarada fundada el 13 de enero de 1537 por Belalcázar, quien pasaba hacia el norte de Colombia en busca del mítico tesoro de El Dorado. Belalcázar fue también el fundador de otras ciudades importantes como San Francisco de Quito y Santiago de Cali. Contrario a lo que algunas fuentes históricas sugieren, Belalcázar no fundó la ciudad de Pasto, villa que en realidad fundó uno de sus lugartenientes, Lorenzo de Aldana.

El 15 de agosto de 1537, una vez alcanzada la conquista total de Popayán, se llevó a cabo la ceremonia de fundación solemne de "la nueva villa", conservando el nombre indígena de "Popayán". La ceremonia consistió en una primera Misa cantada por el presbítero García Sánchez, en un humilde Templo levantado como Catedral sobre el costado sur de la futura plaza. En esta misma ocasión se instaló el primer Cabildo.

Belalcázar había dejado en enero de 1537 como su primer teniente a don Juan de Ampudia y como primer Alcalde a don Pedro de Añasco, según cuenta don Juan de Castellanos en sus crónicas. Según el libro del Cabildo, para el mes de abril fueron nombrados como alcaldes ordinarios el capitán don Juan de Ampudia y Francisco García de Tovar, y los señores Francisco de Ciessa y Luis Vejarano, Bartolomé Álvarez y Martín Alonso de Angulo, como regidores; y Juan de Sepúlveda como escribano público del concejo de esta ciudad, quienes se reunieron para señalar los solares donde habrían de construir sus primeras casas los españoles que hasta entonces habitaban las Chozas de los Pubenenses. En 1540, Sebastián de Belalcázar fue nombrado Primer Gobernador de Popayán. Desde ese momento se instauró el sistema político español en cada ciudad, que incluía Regidores del Cabildo, Alcaldes y Alguaciles y una participación permanente de la Iglesia a través de un clérigo o cura párroco. Belalcázar también se preocupó por dejar una huella duradera en los territorios conquistados, para lo cual trajo de España semillas de Cebada, Trigo, Caña de azúcar, así como numerosos animales domésticos, especialmente ganado vacuno, caballar y porcino, herramientas y muchos elementos más.

Después de 1550 se inició por Buenaventura la sistemática entrada de ganado vacuno y caballar, lo que contribuyó a que se formaran las Haciendas de ganado en Popayán y alrededores. Prosiguió la conquista con el sometimiento de más comunidades Indígenas, pero al mismo tiempo se estableció el sistema político que se tradujo en la instauración de una sociedad colonial basada en la explotación del Oro, cuya posesión trajo consigo un enorme poder económico y político para las familias allí establecidas.

El auge minero y comercial, así como la posterior llegada de familias españolas de Linaje hicieron de Popayán una ciudad muy importante en el Virreinato de la Nueva Granada. En la ciudad residían los dueños de las minas de oro de Barbacoas y Chocó, quienes con sus riquezas crearon haciendas, construyeron grandes casonas y dotaron a la ciudad de enormes templos con imágenes traídas de España. Conviene subrayar que la economía minera en la Nueva Granada se dio por ciclos. Tuvo un primer escenario en los distritos mineros antioqueños que entró en crisis de 1620-1630 con una recesión que se profundizó hasta 1680. Es aquí donde cobra importancia el escenario de la Gobernación de Popayán, que desde ese momento se convierte en el lugar en el que se amplía el fenómeno minero, con una importancia excepcional en el curso del siglo XVIII, y aún en gran parte del siglo XIX. El auge minero en Popayán creó una nueva dinámica a través del comercio de esclavos al punto que podría hablarse de la sociedad esclavista de Popayán, la cual tuvo un gran significado para la época.

Popayán compitió con ciudades como Cartagena, Bogotá y Tunja en el número de Nobles titulados domiciliados en ellas. Fue, así mismo, la única ciudad junto con la capital, Santafé, en servir de sede a una Casa de Moneda erigida por la Corona española en todo el territorio de la Nueva Granada. Con lo anterior se explica en buena parte el esplendor que esta ciudad vivió durante la época colonial y los primeros asomos de República, todo ello añadido al orgullo genealógico de las familias fundadoras, que basaron la conservación de sus riquezas en una estructura endogámica muy propia de las Élites en diferentes culturas y sociedades.

El terremoto de 1983

Por encontrarse ubicada en una zona de Riesgo sísmico alto, Popayán ha sido azotada por varios Terremotos a lo largo de su historia. El más reciente de ellos sucedió en la mañana del Jueves Santo 31 de marzo de 1983, a las 8:15 de la mañana. La ciudad sufrió un sismo de magnitud 5.5 en la escala de Richter y variaciones de grados VI y IX en la escala modificada de Mercalli; su epicentro fue localizado a 46 km al suroeste y el hipocentro a unos 4,000 mts de profundidad y su duración fue de 18 segundos. La cifra de muertos se calcula en trescientos y más de diez mil personas quedaron sin techo, amplias zonas del sector histórico construido en adobe y tapia se vio afectado, los edificios públicos y gran parte de las iglesias, construidas en los tiempos de la colonia, fueron averiados. La cúpula de la Catedral se desplomó y allí perecieron 90 personas que esperaban el inicio de los oficios religiosos del día. Las bóvedas del cementerio católico se abrieron y cientos de cadáveres y restos de huesos humanos quedaron expuestos. Los extremos de la pista de aterrizaje y la torre de control del aeropuerto de Machángara (hoy Guillermo Valencia) se semidestruyeron. El total de construcciones derruidas fue de 2.470 viviendas construidas en ladrillo perteneciente a familias de bajos ingresos mientras que otras 6. 680 sufrieron daños considerables[1], que conformaban los barrio El Cadillal, Pandiguando, La Esmeralda y Pubenza, este ultimo consistía en un conjunto de condominios llamados Los Bloques de Pubenza en el que habitaban unas 150 familias, su infraestructura cedió por la magnitud del sismo y provocó un número considerable de muertos. Los Bloques de Pubenza consistían en 12 conjuntos arquitectónicos cada uno con 8 aparamentos distribuido en cuatro pisos. El terremoto también devastó a Timbío, un municipio próximo a Popayán.

Inmediatamente, se iniciaron las actividades de rescate de heridos y primeros auxilios por la Cruz Roja, seccional Cauca, quienes vía radio empezaron a solicitar ayuda, llegaron auxilios de todas partes de la nación de Colombia y países vecinos, La Defensa Civil, el Cuerpo de Bomberos, la Policía Nacional, el Ejercito y otras asociaciones voluntarias participaron en el rescate y transporte de heridos graves al Hospital Universitario San José de Popayán, que contaba con refuerzos médicos del hospital universitario de Cali, los servicios de salud colapsaron por el gran número de heridos por lo que se remitieron a la ciudad de Cali unos 130 heridos. Pasado un tiempo lleno de algunas replicas, la población comenzó a recuperar sus pertenencias de entre los escombros y a recoger materiales de construcción que pudieran utilizar nuevamente. La solidaridad nacional e internacional se hizo presente en auxilios de hombres, dinero, medicamentos, víveres y material.

Se establecieron 21 campamentos y 25 "invasiones" para los habitantes que habían quedado sin hogar, se organizaron "ollas comunales" y se repartieron víveres y mercados que llegaban de las donaciones a través del Idema. Una gran cantidad de tiendas de campaña o carpas fueron distribuidas entre la población, las cuales, se erigieron en el solar donde había existido la vivienda o en el patio de la vivienda semidestruida o en terrenos tomados o invadidos en el norte y el sur de la ciudad, de esta forma los propietarios podían vigilar sus pertenencias que les quedaban. Esta tragedia mostro la existencia de la escasez de vivienda, al descubrirse la existencia de muchos inquilinatos en un municipio que se preciaba de no tener tugurios y ahora eran cientos las familias sin techo, a las que se sumó la Explosión de invasiones. La edificación de casas estuvo liderada por el Sena, con su programa de autoconstrucción. La ciudad fue reconstruida en cinco años, aunque muchas edificaciones demoraron mucho más en volverse a levantar. A pesar de los destrozos causados, un esfuerzo masivo se llevó a cabo durante la década siguiente para reconstruir y restaurar la ciudad y permitirle recuperar el esplendor y la belleza de su arquitectura colonial. La mayoría de edificaciones de valor histórico y religioso debieron ser reconstruidas partiendo de la memoria fotográfica. La ayuda extranjera que proviene de muchos países y organizaciones se va organizando de tal forma que cada país u organización se encargue de recuperar alguna zona, es así como el gobierno alemán reconstruyó la Ermita, Asocaña reconstruyó la Torre del Reloj y la embajada de España reconstruyó el templo de San Francisco. Japón invirtió en la vereda de Julumito, la firma Rodrigo Llano trabajó en la iglesia Santo Domingo y Antioquia apoyó a Cajibío. La alcaldía de Bogotá construyó el barrio Santa fé de Bogotá; Solidaridad por Colombia, el Bello Horizonte, Suiza el barrio Suizo y el Minuto de Dios el barrio del mismo nombre. La gobernación del Meta apoyó la reconstrucción de la escuela el Retiro, con otros donantes más y la Comunidad Colombiana en el Exterior, Barrio Colombia. La Unión Europea hizo aportes para la reconstrucción de barrios populares, como Maria Oriente, Poblazón y otros, reconstruyendo las viviendas y dotándolas de servicios básicos. El gobierno español, a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional -que tiene una de sus sedes en Popayán-, apoyó igualmente apoyado una parte importante de la estrategia de recuperación de la ciudad antigua, al igual que la Cooperación Alemana.

Ante lo observado por el sismo en Popayán, se empezaron a aplicar y exigir las normas de sismo resistencia en toda construcción en Colombia.

La ciudad vieja

El casco antiguo o centro histórico de Popayán está considerado uno de los más bellos y mejor conservados de Colombia y América Latina. La ciudad ha logrado conservar su escala urbana y la armonía de su carácter colonial durante más de cuatro siglos, atractivo que seduce a numerosos visitantes nacionales y extranjeros. Las calles empedradas fueron asfaltadas casi en su totalidad en 1937. Sin embargo, se encuentran en curso proyectos tendientes a recuperar este aspecto encantador de la ciudad original y devolver a la zona antigua de Popayán un carácter más peatonal.


"Todo el mundo es Popayán"

El historiador colombiano Arcesio Aragón explica el posible origen de esta frase que estuvo muy en boga durante los siglos XVIII y XIX: "A principios del siglo XVIII -escribe don Leopoldo Triana C.- vino de España a tierras de América el doctor don Policarpo del Pando, Juez Privativo de tierras, amigable componedor y fiscal de los bienes de S.M., y visitó casi todas las dependencias americanas. Este visitador hizo constar en sus informes a la Corona, que los hijos de Popayán eran ilustres y abundantes; que había encontrado abogados, Obispos y Oidores popayanejos en Santo Domingo, Guadalajara, México, Guatemala, Panamá, Quito, Lima, La Serena, Concepción, Rosario de Santa Fe, Buenos Aires, etc., y los cita por sus nombres (...). Este Visitador se manifestó tan sorprendido de la cultura de los hijos de Popayán, que en su informe rendido desde el Rosario de Santa Fe, y que reprodujo alguna vez La Prensa de Buenos Aires, dijo: "En América, todo el mundo es Popayán", ponderando así el predominio intelectual de esa culta e histórica ciudad. Y esa célebre exclamación ha perdurado como un valioso homenaje a la ciudad de Belalcázar."

Ciudad Fecunda

Popayán es la segunda ciudad de Colombia, despues de Bogota, que ha dado el mayor número de Presidentes de la República. Un total de 16 gobernantes nacidos en ella le han merecido el nombre de Ciudad Fecunda. Entre ellos se cuentan Camilo Torres, Froilán Largacha, Joaquín Mosquera, Ezequiel Hurtado, Tomás Cipriano de Mosquera y Arboleda, Jose Hilario Lopez, Julio Arboleda Pombo, Guillermo León Valencia, Victor Mosquera Chaux y Carlos Lemos Simmonds (estos ultimos en carácter de designados y no elegidos por voto popular). La ciudad es igualmente conocida por el número de intelectuales, poetas y escritores, entre los que se han destacado el Maestro Guillermo Valencia y Rafael Maya.

Ciudad Blanca

Este título obedece a que durante la mayor parte del siglo XX los frentes de las casas y casi todos los edificios públicos estuvieron pintados de color blanco. Sin embargo, en las décadas posteriores a 1980 el apelativo de Ciudad Blanca empezó a caer en desuso tras los hallazgos de diversos estilos de Pintura mural en varias fachadas del centro histórico, que quedaron al descubierto a raíz del terremoto de 1983. Aunque en la mayoría de las construcciones coloniales impera todavía el color blanco, muchos arquitectos restauradores han decidido recuperar colores que en su opinión reflejan la cara más auténtica de la ciudad colonial original. Esta decisión causó inicialmente controversia entre algunos sectores de opinión, pero en los años posteriores la iniciativa ha alcanzado un mayor apoyo. Así, algunas fachadas del casco antiguo de Popayán muestran hoy tenues tonos diversos tales como Ocre, Azul claro y Amarillo, entre otros.

Ciudad Procera

Ninguna otra ciudad de la Nueva Granada aportó una cuota tan grande de hombres ilustres para la causa de la independencia. La lista de próceres es extensa y en ella sobresalen Camilo Torres, el Sabio Francisco José de Caldas, Manuel José Castrillón, Francisco Antonio Ulloa y el Conde de Casa Valencia. Todos ellos fueron ejecutados por las fuerzas realistas enviadas desde España dentro del proceso de la Reconquista encabezado por el General Pablo Morillo.

Procesiones de Semana Santa

Celebradas desde la época colonial, las procesiones de Semana Santa de la ciudad de Popayán son una de las más antiguas conmemoraciones tradicionales de toda Colombia. Desde el martes hasta el sábado anterior a la Pascua de Resurrección tienen lugar, entre las 20 y las 23 horas, cinco procesiones dedicadas respectivamente a la Virgen María, Jesucristo, la Santa Cruz, el Santo Entierro y la Resurrección, que recorren un itinerario de unos dos kilómetros por el centro de la ciudad. Los elementos centrales de las procesiones son los pasos, imágenes representativas de la Pasión de Cristo, creadas y agrupadas con arreglo a normas complejas, que se hacen desfilar con una rica ornamentación floral. Las estatuas de los pasos, que son de madera y datan su mayoría de finales del siglo XVII, son acompañadas en su recorrido por hileras de fieles portadores de cirios y vestidos con hábitos religiosos. Son notables tanto la calidad artística de los dorados y la ebanistería de los pasos como la atmósfera sonora y olfativa (incienso) de las procesiones. Los preparativos de estas duran todo el año y se efectúan ajustándose a normas que vienen transmitiéndose de generación en generación y se enseñan a los niños desde la edad de cinco años. Las procesiones han generado un vocabulario y competencias específicas. Las funciones y responsabilidades de cada uno de los participantes se definen y distribuyen con precisión. La organización de las procesiones corre a cargo de vecinos de la ciudad, miembros de una Junta Permanente pro Semana Santa, que cooperan con las autoridades municipales y diversos organismos. Estas procesiones no sólo atraen a un número considerable de visitantes del mundo entero, sino que además constituyen un factor importante de cohesión social y de reforzamiento del sentido colectivo de identidad de la población local.

En el 2009, el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) inscribió las procesiones de Semana Santa de Popayán en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, habida cuenta de que la candidatura cumplió con todos los criterios requeridos, a saber:

Definición del PCI: Las procesiones de Semana Santa de Popayán han sido instituidas y transmitidas por las comunidades de Popayán, constituyen un corpus específico de conocimientos reflejado en su concepción y sus técnicas, y promueven la cohesión social y el diálogo.

Contribución a la notoriedad del PCI: La inscripción del elemento en la Lista Representativa podrá contribuir a reforzar la notoriedad del patrimonio cultural inmaterial y la sensibilización a su valor en el plano local, nacional e internacional, garantizando al mismo tiempo su salvaguardia y fomentando el respeto mutuo y el diálogo entre culturas diferentes.

Medidas de salvaguardia: Se han propuesto medidas de salvaguardia viables que comprenden actividades de sensibilización, comunicación y conservación de obras de arte, y están respaldadas por el compromiso de las comunidades interesadas y las autoridades nacionales y locales.

Participación de la comunidad: En la propuesta de candidatura no sólo se aporta la prueba de que las comunidades interesadas –incluidas instituciones científicas y asociaciones locales– han participado en su preparación, sino que además se consigna su consentimiento libre, previo y con conocimiento de causa.

Inventario: El elemento figura en el inventario del patrimonio cultural inmaterial que se halla en curso de elaboración.

Bibliografía

  • Aragón, Arcesio (1941), Fastos Payaneses 1536-1936, Bogotá: Imprenta Nacional.

Fuente

Enlaces Externos