Prado (Habana Vieja)

Revisión del 17:22 7 sep 2010 de Juana.cha.jc (discusión | contribuciones) (el Paseo del Prado, verdadero oasis de la ciudad, antigua zona de esclavos, de cabildos, de carnavales, zona de turistas, enamorados y encuentro de familiares y amigos.)

Plantilla:Obra plástica o arquitectónica El Paseo del Prado habanero fue por muchos años la avenida más importante y de mayor belleza de nuestra ciudad. Hoy sigue siendo lugar de atracción para el visitante extranjero y un sitio querido y de preferencia para todos los habitantes de la capital y de nuestra isla.

Historia

Todas las grandes ciudades tienen calles o carrera, sus paseos, arterias animadas, donde se encuentra o concentra la vida cotidiana, sus personalidades, su carácter, la historia, la vida y la cultura, en un marco para la convivencia. Es la mejor manera de comprender la realidad profunda de un país que nace del Dédalo de callejuelas al torrente circulatorio de las megápolis modernas. El Paseo del Prado, fue comparado por muchos viajeros con Los Campos Elíseos de París; el Hyde Park de Londres; la Puerta del Sol de Madrid. Todo forastero, como expresó el escritor E. Núñez Rodríguez, quedaba “deslumbrado en una noche de luces, Aires Libres, en el mismísimo corazón de La Habana, donde siempre terminábamos tirándonos la primera foto”. Por el Paseo del Prado desfila el pueblo y los grandes : Domingo del Monte, Alejo Carpentier, Lezama Lima, Benny Moré, Pérez Prado, Lam y Portocarrero. Es la senda por donde el apóstol José Martí pasaba apresurado para llegar al encuentro con su maestro Rafael María de Mendive y pasear del brazo de su hermana y padres, camino del Parque Central y la Acera del Louvre, en sus tertulias políticas.

El Paseo rodeado de sus ocho leones de bronce, farolas, emisoras de radio, teatros, restaurantes, tiendas, bares, cines, oficinas y su Parque Central coronado por la estatua de José Martí. En ese entorno se podía escuchar cantando a Caruso, rumbas, guarachas, carpas de circo con leones rugiendo, exposiciones asombrosas, personajes pintorescos de feria, todo muy delirante y surrealista, como describiera una vez Carpentier. En realidad esta calle ha tenido varios nombres: Prado, Nuevo Prado, Avenida Ancha de extramuros, Paseo del Conde de Casa Moré, de Isabel II y, desde 1904 Paseo Martí. El Paseo, en 1772, es construido por el Marqués de la Torre, quien remodela la Alameda de Paula y la Plaza de Armas. Los asientos son de piedra, con hilera de árboles. El Paseo fue testigo de la llegada de la luz eléctrica –con lámparas de arco– en la capital, hace 121 años. La volanta y el quitrín a principios del XIX fueron indispensables para los habitantes que tenían una vida social acomodada. Bajo el Gobierno de Tacón 1834 1838 se remodeló y amplió, construyéndose próximo al litoral, el edificio de la cárcel desaparecido; el Teatro Tacón y el Campo de Marte al otro extremo para revistas militares. Durante el XIX durante un tiempo se hizo solo peatonal. En la segunda mitad de este siglo se empezaron a levantar a todo lo largo de su recorrido, grandes edificaciones que fueron a sustituir a las más antiguas. En 1902, con la intervención norteamericana, se lleva a cabo su reconstrucción.

Ubicación

El paseo va desde el vetusto Castillo de San Salvador de la Punta, hasta el Parque de la Fraternidad y la Fuente de la India o de la Noble Habana. Atraviesa el majestuoso Capitolio, Los Paragüitas de los Aires Libres, el Hotel Saratoga, el hotel Inglaterra primero de su tipo en Cuba, el Packard, donde se hospedó secretamente Marlon Brando, en 1956.

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De este modo se vinculó al Parque Central y dejó sus secciones bien definidas: una zona arbolada peatonal con calles laterales; una zona vial con parqueo y la Plazoleta de la Fuente de la India en uno de sus extremos

En sus terrenos se ubicaron construcciones civiles de marcado uso social: sociedades de recreo; hoteles; cines; teatros e importantes mansiones de marcada filiación al eclecticismo, con las más variadas formas en el diseño. Se remodeló su infraestructura: arbolado, mobiliario y alumbrado. Se asfaltaron sus calles laterales por vez primera en La Habana, de ahí que se incorporó el automóvil en sus paseos. En 1928 fue remodelado quedando con la fisonomía que ha llegado al presente. Avanzado el siglo XX perdió su carácter residencial y fueron ocupados los edificios por vecinos de poca solvencia, se convirtieron en viviendas colectivas y hospedajes para personas de pocos recursos. La inclusión de sus terrenos dentro de los límites del Centro Histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1982, fue el factor preponderante en su renacer.

El paseo del Prado se encuentra en la memoria de la formación de una ciudad para el hombre, al decir de Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad. Hace veinte años, la UNESCO se propuso revivir la “memoria de las calles”; todos los países presentaron a los visitantes la historia de las suyas en imágenes, las esquinas de las principales arterias se exhibieron en fotografías tomadas en el mismo sitio años atrás. Rescatemos la memoria de las calles, levantemos una vez más el Paseo del Prado, verdadero oasis de la ciudad, antigua zona de esclavos, de cabildos, de carnavales, zona de turistas, enamorados y encuentro de familiares y amigos

Fuentes

http://www.somosjovenes.cu/index/semana23/vinprado.htm

http://www.habanaenlinea.cu/mihabana/Lugares/paseo_prado_habana.html