Prevención de la hipertensión arterial

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Prevención de la hipertensión arterial
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Concepto:Se entiende como un grupo de medidas que ayudan a la prevención de la hipertensión arterial

Prevención de la hipertensión arterial. A pesar del desarrollo alcanzado por las ciencias farmacológicas en la obtención de drogas hipotensoras de gran eficacia, continua siendo de mayor importancia  su prevención a través de medidas que logren cambios en el estilo de vida del individuo. En este artículo se presentan un grupo de medidas que ayudan a la prevención de la hipertensión arterial como lo es: disminución del peso corporal, restricción de sal en la dieta , dieta rica en elementos como el potasio y calcio, reducción en la ingestión de grasas saturadas, eliminación del hábito de fumar y el alcohol así como la terapia de relajación.

Definición

Se conoce como Hipertensión Arterial a la elevación de las cifras de presión arterial por encima de los valores conocidos como normales, independientemente de la edad, 130 Mmhg de presión arterial sistolica y 90 Mmhg de tensión arterial diástolica, pudiendose elevar una o ambas, en ese caso se denominaria hipertensión sistólica, hipertensión diastólica o hipertensión sisto-diastólica. 

Medidas preventivas

Grupo de medidas que se orientan con el objetivo de cambiar los hábitos y estilo de vida del individuo, la sociedad o ambos.

Reducción del peso corporal

El peso corporal y la Hipertensión arterial encuentran estrechamente relacionados. Para tener una buena salud hay que tener un peso adecuado pues el sobrepeso o exceso de peso son importantes factores de riesgo no solo para enfermedades cardiovasculares sino también para la Diabetes mellitus y dislipidemias. El índice de masa corporal (IMC) se ha utilizado para evaluar el peso de una persona conociendo su talla y peso, sin embargo, en estudios recientes se le ha dado mayor valor predictivo de riesgo cardiovascular al índice cintura-cadera, pues el acumulo de grasa en el hemicuerpo superior especialmente en el abdomen, tiene mayor riesgo para la salud, por la presencia de grasa visceral que puede llevar a complicaciones metabólicas, cardiovasculares entre otras. Con la disminución del peso corporal en las personas sobrepeso, obesas o con aumento exagerado del mismo, puede existir una disminución de 5-20 mmhg por cada 10 Kg de reducción del peso corporal.

Restricción del consumo de sal en la dieta

La restricción de la sal en la dieta es ampliamente aceptada como medida eficaz para disminuir la presión arterial. Se recomienda una reducción a menos de 2,4g de sodio, o 6 g de cloruro de sodio o sal de mesa, que equivale a una cucharadita de postre rasa de sal per cápita para cocinar, distribuida entre los platos confeccionados en el almuerzo y comida. Los alimentos por si solos contienen sodio por lo que no es necesario utilizarlo en exceso, por ejemplo: los ricos en proteínas de alta calidad. La mayoría de los Vegetales y frutas frescas contienen cantidades insignificantes de Sodio, por lo que pueden emplearse libremente en la dieta hiposódica ligera. Por otra parte existen un grupo de alimentos que contienen gran cantidad de sodio como son: alimentos en conservas y embutidos, y los alimentos que tienen adición de sal por ejemplo: galletas, pan, rositas de maíz, maní, queso, entre otros. Se aconseja sustituir el sodio por sustancias naturales que puedan mejorar el sabor de las comidas como lo es: el ajo, limón etcétera. La disminución del sodio se asocia con una reducción de 2-8 mmhg de la tensión arterial.

Consumir una dieta rica en oligoelementos (potasio, calcio)

Adoptar una dieta rica en frutas, vegetales y alimentos ricos en calcio, ayudará a lograr una reducción de 8-14 mmhg de la tensión arterial sistólica, a través de la incorporación de elementos como el potasio y calcio. El potasio disminuye el riesgo de hipertensión arterial y permite un mejor control de aquellos que la padecen, provocando un aumento en la excreción de sodio. Los requerimientos mínimos del potasio para personas sanas son de 2 g/día/persona. Numerosos estudios han demostrado la asociación de dietas con bajos niveles de calcio con incrementos de la prevalencia de hipertensión arterial, por lo que es beneficioso incorporar en la dieta alimentos con alto contenido de calcio.

La recomendación de calcio se establece a un nivel de 800 mg/día/persona para adultos. Evitar el ingreso de grasas saturadas. Las grasas están constituidas por mezclas de ácidos grasos saturados e insaturados, variando su proporción de unos a otros. Cuando se excede el consumo de ácidos grasos saturados favorece a que se eleven los niveles de colesterol en el organismo, aumenta el riesgo de la hipertensión arterial, aterosclerosis, enfermedades cardiovasculares y otras no transmisibles.

La mayoría de las grasas saturadas son de origen animal y se encuentran en alimentos como la mantequilla, la manteca, el queso, la crema de la leche y la grasa de la carne. Se encuentran también en algunos aceites vegetales como el de palma y coco. Se recomienda restringir la ingesta energética diaria de ácidos grasos saturados hasta menos de 10 % y hasta menos del 7 % en los grupos de pacientes de alto riesgo cardiovascular. Los ácidos grasos insaturados se encuentran en alimentos como: el aceite de oliva, girasol, soya y maíz, en los aceites marinos o pescado y el aguacate, su consumo provoca una reducción de los niveles de LDL-colesterol, total y triglicéridos en sangre, por lo que se prefiere su uso en la dieta.

Disminuir la ingestión de alcohol

Representa un importante factor de riesgo ya que incrementa la probabilidad de enfermedad vascular encefálica en los pacientes hipertensos, así como propicia una resistencia a la terapia hipotensora, razón por la que se debe moderar el consumo de Alcohol, no ingerir más de 2 tragos por día o 30 ml de etanol (300ml de vino, 500ml de cerveza, 0 60 ml de whisky). Tener presente que en las mujeres y en personas de bajo peso el consumo debe limitarse a menos de 15 ml por día, pues son más susceptibles a sus efectos negativos.

 Eliminar el hábito de fumar

El cese de fumar debe ser inmediato en el hipertenso. Se platea que existe una relación directa entre la intensidad al fumar y las cifras de tensión arterial por aumento de las resistencias vasculares periféricas, predisposición a la ateroesclerosis etc.

Realizar ejercicios físicos aeróbicos

La actividad física ayuda a bajar de peso, quema grasas, disminuye el nivel de colesterol, mejora la circulación y disminuye el nivel de estrés, por ende, disminuye la tensión arterial. Se recomiendan ejercicios aeróbicos de actividad física moderada (correr, montar bicicletas, trotes, natación) al menos cinco días a la semana por 30 min. Puede también indicarse la caminata rápida 100 m (una cuadra), 80 pasos por minuto, durante 40-50 min. Las personas con presión arterial normal con una vida sedentaria incrementan el riesgo de padecer presión arterial elevada entre un 20% a un 50%.

Terapia de relajación

Con la realización de terapia de relajación se puede lograr una disminución del nivel de estrés lo que evitaría la liberación de sustancias conocidas como catecolaminas, las cuales a su vez aumentan las resistencias vasculares periféricas, frecuencia cardíaca, gasto cardíaco y tensión arterial.

Fuentes

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