Primera Invasión de Britania por César

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Primera invasión de Britania por César
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Parte de Guerra de las Galias
Primera conquista de britania por cesar.jpg
Fecha 55 a.c al 54 a.c
Lugar Kent, Essex y el Támesis
Resultado Fracaso en el plano militar
Consecuencias César habría fracasado, puesto que no había podido penetrar más allá de su lugar de desembarco.
Territorio Britania
Beligerantes
Cayo Julio César

Primera invasión de Britania por César Campaña bélica dirigida por el general de la República Romana Julio César contra el sur de la isla de Gran Bretaña conocida como Britania por los romanos durante la guerra de las Galias, tuvo lugar en verano y se desconoce si fue planeada como una invasión a gran escala, o como una misión de reconocimiento.

Situación de Britania

Britania vivía su Edad del Hierro en su apartado rincón del mundo. Las fuentes antiguas estiman que, en esta época, la isla contaría con aproximadamente un millón de habitantes. Los yacimientos arqueológicos han mostrado una fuerte división económica entre las tierras altas y las bajas. Al sureste de las tierras bajas se extendían grandes zonas de tierras fértiles, con amplias regiones cultivables que daban lugar a una agricultura considerablemente dinámica. Las comunicaciones estaban bastante desarrolladas a través de una serie de carreteras que conectaban diversos puntos de la geografía britana. En las tierras altas, en la región situada al norte de la línea entre Gloucester y Lincoln, el relieve más accidentado complicaba las comunicaciones y hacía más difícil la agricultura, por lo que predominaba el pastoreo. En esta zona, la población habitaba en recintos fuertemente fortificados, en contraste con los oppidum menos protegidos del sudeste de la región. Las fortalezas se erigían generalmente en las inmediaciones de los ríos navegables, lo que pone de manifiesto la importancia del comercio en Britania. Los intercambios comerciales con Roma se incrementaron con la conquista romana de la Galia Transalpina en el año 124 a. C., cuando los comerciantes iniciaron el comercio del vino italiano a través de la región de Armórica.

Pretexto

Durante el transcurso de su campaña en la Galia, César alegó que los britanos habían estado apoyando a los belgas en su campaña contra él, ya que los soldados galos que huían del campo de batalla se dirigían a los asentamientos galos en Britania, y los vénetos de Armórica, que controlaban el comercio con la isla, iniciaron las negociaciones con sus aliados britanos para que estos acudieran al continente a combatir a Roma (56 a. C.). Según Estrabón, la rebelión de los vénetos de 56 a. C. tenía como objetivo detener el avance de César hacia la isla, lo que destruiría sus actividades comerciales.

Preparativos

A finales de verano del año 55 a. C., a pesar de que ya era tarde para iniciar una campaña, César decidió realizar una expedición a Britania. El general republicano convocó a los comerciantes que negociaban con la isla, pero no pudo obtener ninguna información útil acerca de las tácticas militares de los britanos, o de los puertos en los que podría desembarcar, ya que éstos no querían perder su monopolio comercial. Carente de información, César envió a uno de sus tribunos militares, Cayo Voluseno, en una misión de exploración. Voluseno exploró la región de Kent, aunque no se atrevió a adentrarse en territorio desconocido por miedo a los bárbaros, y tras cinco días volvió a la Galia, donde César al fin obtuvo algo de la ansiada información. Tras esta preocupante acción del general romano, muchos de los pueblos de Britania enviaron embajadas a los comerciantes galos para que impidieran la inminente invasión, comunicando a César una promesa de sumisión. César decidió enviarles de vuelta a Britania acompañados de su aliado Comio, el rey del pueblo de los atrebates, quien utilizó su influencia para atraer a un buen número de tribus a su causa.

Composición de la flota

La flota estuvo compuesta de ochenta barcos de transporte, suficientes para transportar a dos, y un número desconocido de navíos de guerra. La flota se reunió en algún puerto del territorio de los mórinos. A ellos se unieron otras dieciocho embarcaciones, para transportar a la caballería. Los barcos que César utilizó pudieron ser trirremes o birremes, o un resultado de la mejora de los barcos de guerra vénetos y de otras tribus costeras. César dejó una pequeña guarnición en el puerto y embarcó, sin perder tiempo, con la infantería, dejando atrás a la caballería, que recibió la orden de unírseles tan pronto como fuera posible. Esta decisión podría ser un error táctico, ya que la infantería llegó a la isla sin armamento pesado, o también un indicio de que la auténtica intención de César era explorar el territorio y no conquistarlo.

Desembarco

Inicialmente, César trató de desembarcar en Dubris (Dover), cuyo puerto natural había sido presumiblemente identificado por Voluseno como un punto apropiado para el desembarco. Sin embargo, cuando la armada romana avistó tierra, una fuerza masiva de britanos ocupó por completo las colinas y acantilados de la playa. Esto disuadió a los romanos de desembarcar, ya que los enemigos que estaban copando los riscos de los acantilados podían masacrarles lanzando las jabalinas que portaban. Tras esperar anclados en una playa cercana, César convocó un consejo de guerra, en el que ordenó a sus subordinados actuar por iniciativa propia. Después, condujo la flota unas siete millas a lo largo de la costa hacia una playa abierta. Con toda la playa copada por los carros y la caballería britana, el desembarco parecía imposible. Para empeorar las cosas, los barcos eran demasiado grandes para moverse con facilidad, y los legionarios se vieron obligados a desembarcar en aguas muy profundas, mientras los britanos salían de todas partes. A pesar de que al principio las tropas estaban atemorizadas, el ejército recuperó la moral cuando el portador del águila de la legio X saltó a tierra y comenzó a gritar: «Seguidme, compañeros soldados, a menos que queráis regalar el águila de vuestra legión al enemigo. Yo, por mi parte, voy a cumplir mi deber hacia mi general y hacia la república». Los britanos empezaron a retroceder cuando una lluvia de proyectiles partió de las catapultas montadas en los barcos de guerra, que expusieron su flanco para facilitar el desembarco de las tropas. A pesar de que las fuerzas de César lograron desembarcar, ese día no fue coronado con una victoria completa, ya que los vientos adversos retrasaron a la caballería romana e impidieron que ésta persiguiera a los britanos en fuga. César había logrado desembarcar en condiciones desfavorables, pero los britanos le habían mostrado que eran capaces de ofrecer una fuerte resistencia.

Oposición de Britania

Los romanos establecieron un campamento en la cabeza de playa. Una vez instalados en el recinto, el ejército recibió una embajada de su aliado Comio, que había sido detenido por apoyar a César. El general republicano decidió iniciar las negociaciones con los dirigentes britanos a los que, alegando que estaban en una posición de inferioridad, exigió el cese de ataques, la cesión de rehenes y la disolución de su ejército. Cuando los britanos se hallaban a punto de aceptar las condiciones de César, los barcos que transportaban la caballería y las provisiones por el canal de la Mancha, regresaron a la Galia a causa de las adversas condiciones meteorológicas. Las tempestades azotaron la flota de César, hundiendo y dañando la mayoría de los barcos, y poniendo así en peligro las posibilidades de regreso del general. Al percibir la complicada posición de César, y con la esperanza de retenerle en Britania hasta que llegara el invierno, los britanos reanudaron los ataques, y emboscaron a una de las legiones, poniendo bajo asedio el campamento. Los britanos fueron rechazados sin mayor dificultad, y los romanos se encerraron en el campamento para prepararse ante los subsiguientes ataques. Al cabo de varios días, durante los cuales los britanos reunieron una importante fuerza, atacaron el campamento romano. En este combate fueron completamente derrotados. Durante la retirada, fueron masacrados por la caballería que Comio había logrado reunir entre las tribus de Britania afines a César.

Retirada de César

Tras la debacle, los britanos enviaron una nueva embajada a César, doblando el número de rehenes. Aunque César deseaba proseguir la lucha, no se atrevió a permanecer más tiempo en suelo britano y arriesgarse a cruzar el canal en invierno. Tras varios días ocupados en la reparación de los barcos dañados, César regresó a la Galia con una victoria de sabor agridulce. Los britanos habían demostrado que eran unos oponentes muy duros y valientes. A pesar de haberlos derrotado dos veces, sólo dos tribus se habían sentido suficientemente amenazadas como para entregarle los rehenes prometidos.

Resultados

La campaña fue un fracaso. En el caso de que se hubiera concebido como una invasión a gran escala, César habría fracasado estrepitosamente, ya que a duras penas había logrado escapar; en el caso de que se hubiera planificado como una misión de reconocimiento, César habría fracasado, puesto que no había podido penetrar más allá de su lugar de desembarco. El pretexto de César para invadir la isla fue que: "durante la guerra contra los galos, los britanos les habían suministrado apoyos". Aunque es posible que se diera esta circunstancia, también lo es que se tratara de una simple excusa para investigar los recursos minerales y el potencial económico de Britania.

Fuentes