Rafael Sixto Casado y Alayeto

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Rafael Sixto Casado
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Rafael Sixto Casado.jpg
NombreRafael Sixto Casado y García de Alayeto
Nacimiento6 de agosto de 1834
La Habana Cuba Bandera de Cuba
Fallecimiento7 de junio de 1870
La HabanaBandera de Cuba Cuba
Causa de la muerteAfección pulmonar
Alma materUniversidad de la Habana
Facultad de Filosofía
OcupaciónMaestro
Director del colegio “San Anacleto”
CónyugeDoña María de los Dolores Valdés
PadresDon Rafael Pedro Casado Garrido
Doña Andrea García de Alayeto Rodríguez

Rafael Sixto Casado y García de Alayeto. Maestro por su saber, enseñó por sus lecciones en el aula y con su vida ejemplar, dedicada afanosamente desde su temprana juventud hasta su desaparición física a formar hombres para la patria. Su acogedor plantel, sus enseñanzas y los ejemplos diarios de la conducta del personal docente despertaban entusiasmo y el amor de sus alumnos.

Infancia y juventud

Nació en La Habana, el 6 de agosto de 1834. Su familia con pocos ingresos económicos no tuvo reparos para propiciarle una adecuada educación. El ambiente de su hogar lo salvó de la discriminación que sufrían los pobres y los de mediana posición y contribuyó a incrementar en él el amor por la lectura y la superación.

Fue su madre Doña Andrea García de Alayeto Rodríguez una mujer de temperamento nervioso. Prefería el retiro claustral y la soledad. Falleció cuando Rafael Sixto contaba con muy pocos años; esta irreparable pérdida marcó al niño para siempre. El padre, Don Rafael Pedro Casado Garrido, estuvo empleado durante muchos años en la aduana marítima.

Tanto Don Rafael como Doña Andrea eran naturales de la isla, no así el abuelo paterno, Don Pedro, originario de España y era empleado en el Ministerio de la Marina. Eran descendientes de españoles, su abuela paterna Doña Gertrudis y sus abuelos maternos Don Miguel y Doña Dolores. La familia Casado García de Alayeto también tenían dos niñas: Juana y Gertrudis.

Cursó sus primeros estudios en el Colegio “La Unión” y después ingresó en el Seminario “San Carlos”, donde ilustres cubanos se desarrollaban como profesores y guías de la juventud cubana, impregnando en los alumnos una educación patriótica. En el Seminario creyó tener una vocación sacerdotal y allí recibió a su vez el grado de bachiller y las ordenes menores de sacerdote.

El carácter de este adolescente se acomodaba a la vida claustral. Para esta empresa contaba con el apoyo de su tío paterno Frank José, el cual le hablaba de la importancia de esa misión religiosa.

Inclinado al sacerdocio, entró como alumno en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio. Durante los tres primeros años de estudio obtuvo calificaciones de excelente en los exámenes finales.

Se recibió con las órdenes menores, pero se percató de que su vocación y sus intereses no eran el sacerdocio. Abandonó la carrera eclesiástica que si bien no lo ató a un dogma, contribuyó a ampliar su cultura.También pidió matricular la carrera de medicina con dispensa de matrícula por ser de la clase pobre.

Las primeras pruebas de su vocación por el magisterio se remontan a su etapa como alumno del Seminario de San Carlos y San Ambrosio. En las horas de receso estableció un horario para las clases de Geografía. Muchos condiscípulos asistían. Se recibió de maestro de Instrucción primaria y el 13 de abril de 1857 se encargó del colegio de “San Anacleto”, que había fundado Don Ramón Ituarte y en él Sixto Casado fue profesor de Latín.

Simultaneaba el trabajo con los estudios universitarios. Su condición de maestro y director, así como de escritor, no fueron obstáculos para que en octubre de 1859 se recibiera como Licenciado en la Facultad de Filosofía.

El filósofo

En octubre de 1859 se recibe como Licenciado en la Facultad de Filosofía de la Universidad de la Habana. Su ejercicio en el campo de la Filosofía lo aprovechó para analizar las nuevas teorías de la educación en Europa, donde la filosofía tomaba nuevos rumbos, derrotando a la escolástica, para dar paso a la observación y el razonamiento las cuales eran un anticipo de los métodos científicos.

El Colegio “San Anacleto”

En el año 1857 abrió sus puertas al público de La Habana un nuevo plantel privado, situado en una casona en la calle “San Nicolás” No. 144 y más tarde en la Reina No. 109.

Desde su inauguración comenzó con la enseñanza primaria, hasta 1863 en que su director Rafael Sixto Casado y Alayeto, solicitó y obtuvo el permiso para la enseñanza secundaria.

Importantes aspectos de la organización escolar como el horario y la disciplina eran de los más progresistas de la época y se asentaban, especialmente, en la importancia del ejemplo.

A los profesores los orientaba personalmente, intercambiaba opiniones y recogía las experiencias de cada uno de ellos. Como director sabía oír y mandar con rectitud y estimación al personal y al alumnado.

El primer maestro de José Martí

Rafael Sixto Casado, tuvo a su cargo la educación de José Martí desde los 9 años de edad, incorporó el saber y la conducta al intelecto y a la conciencia de su discípulo. En los escritos del escolar de nueve años, como la carta a la madre (Hanábana, 23 de octubre de 1862) y la que escribiera ya adolescente a su condiscípulo apóstata Carlos de Castro, se capta en la expresión correcta y el rico vocabulario, está la enseñanza y el empeño de un buen maestro de instrucción primaria, educación que a través del tiempo cuajaron en el estilo brillante y peculiar del prosista, del orador y del poeta que fuera José Martí.

Fue también en las aulas de “San Anacleto”, donde Martí inicio la amistad con su discípulo y amigo Fermín Valdés Domínguez, la cual duraría toda la vida.

Sixto Casado daba a sus alumnos de primer nivel lecciones de inglés, francés, alemán e italiano, además del estudio del latín y griego como base del aprendizaje.Estos idiomas eran conocidos por Martí, quien tenía al francés como su segunda lengua y utilizó el inglés para todo. Sus traducciones tenían tanta intensidad que parecían escritas por él. Recién salido del colegio primario, con 12 años, empieza a traducir Hamlet, de William Shakespeare

Muerte

Cuando empezaba a recoger el fruto de sus afanes, una afección pulmonar lo llevó a la tumba, el 7 de junio de 1870, muere a los treinta y seis años de edad. Su cuerpo es conducido al cementerio de Espada y sus restos se inhuman y quedan en el nicho 531 del tercer patio. Desaparece físicamente el maestro, pero sus ideas y su obra trascienden hasta inicios del siglo XX.

Aportes a la educación.

Maestro de vocación, de extraordinaria maestría pedagógica, su ideal más alto fue el magisterio y su colegio “San Anacleto”, al que dedicó los pocos años de su ciclo vital.

Para la época en que vivió era un mérito especial ser graduado de maestro y de profesor en centros oficiales, los que ejercían esa profesión, en su mayoría, no cumplían ese requisito.

Poseía una amplia cultura pedagógica, lo que le permitió ser impulsor de los mejores métodos didácticos de la época, inspirados unos en los avances de la pedagogía europea y otros en los de los más destacados maestros cubanos del siglo XIX, desde los del Padre Agustín Caballero, Félix Varela, José de la Luz y Caballero, Juan Bautista Sagarra y otros.

Establecía fácil comunicación con sus alumnos y partía del principio pedagógico inviolable y de vigencia permanente: “que el alumno debe ser actor principal de su aprendizaje”.

Creía que las Ciencias Naturales eran la base del edificio instructivo y educativo, combatía el abuso del ejercicio del aprendizaje memorístico tan extendidas en la enseñanza cubana de aquella época, basaba su aprendizaje en el razonamiento, en la percepción sensorial y las experiencias.Creó un laboratorio de análisis del cosmos donde él y sus alumnos indagaron sobre lo que ocurría en el cielo durante la noche y luego convirtió el resultado en un libro.

Quería que el maestro tuviera una preparación intelectual completa, condiciones para enseñar, virtud y moralidad ejemplares y cierto grado de tacto y templanza que le dieran autoridad y dominio, pero siempre con nobleza. Una de sus mayores preocupaciones era que sus alumnos adquiriesen una cultura completa, sin tener que salir de Cuba, como era costumbre en aquel entonces.

Escribió libros de texto para la instrucción primaria y secundaria, eran elaborados con nuevas técnicas didácticas, con una organización distinta, nueva e interesante.

De sus textos se pueden citar:

  • Elementos de Aritmética
  • Gramática Castellana y Latina
  • Elementos de Geografía Universal
  • Elementos de Aritmética Superior
  • Lecciones de Moral
  • Cosmografía
  • Manual de Globos Celestes y Terrestres

Al morir Sixto Casado, la viuda gestiona que sean declarados textos oficiales para las escuelas de la Isla varias obras de educación publicadas por él. Las gestiones no caen al vacío, tal es el prestigio de Casado como redactor de textos para la docencia que en 1874 los libros suyos son publicados.

Aunque el contexto histórico donde se ha desarrollado Sixto Casado es un período convulso, en los estudios realizados no se ha detectado ningún documento que lo vincule con los acontecimientos políticos que se estaban sucediendo en la Isla, lo cual no implica que digamos que vivió de espalda a la realidad. Puede inferirse que se proyectó a favor de la causa cubana, no en la manigua redentora como lo hicieran los mambises, porque su trinchera estuvo en todo momento en la escuela, en el aula, en su actuación como maestro; fue en ese terreno donde brindó sus más grandes esfuerzos tratando de reformar y mejorar la realidad pedagógica de aquel momento.

Su ejemplar magisterio cosechó excelentes resultados en diferentes épocas, supo formar verdaderos hombres para la patria: Anacleto Bermúdez, caído en el fusilamiento de los ocho estudiantes de medicina; Raimundo cabrera Cabrera, notable escritor; Eduardo Roig, Fermín Valdés Domínguez,José Martí.

Bibliografía.

  • Hernández de la Barca, Alicia. Rafael Sixto Casado: maestro de Martí. En: Revista Educación: no.46 - 1982; p.77-86.
  • El primer maestro del Maestro Consultado el 26 de diciembre del 2013

Enlaces externos.