Ramón Silvestre Verea García

Ramón Silvestre Verea García
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Inventor de la calculadora
NombreRamón Silvestre Verea García
Nacimiento11 de noviembre de 1883
Pontevedra, Galicia, Bandera de España España
Fallecimiento6 de febrero de 1899
Buenos Aires, Bandera de Argentina Argentina
Causa de la muerteAfección pulmonar
NacionalidadEspañola
CiudadaníaEspañola
Obras destacadasLa cruz de piedra, Una mujer con dos maridos, Contra el altar y el trono, Catecismo libre pensador o cartas a un campesino, La religión al alcance de todos y En defensa de España.

Ramón Silvestre Verea García. Inventor español, que emigró a Cuba y posteriormente se trasladó a Nueva York donde creó su primera máquina calculadora. Sin embargo, la ambición de Verea no era la de comercializar su invento, sino demostrar que los españoles podían inventar igual que los estadounidenses, por lo que su invento solamente dejó huella como base de futuras máquinas, como la de Otto Steiger. Esta máquina se encuentra en la sede central de IBM en Nueva York.

Síntesis biográfica

Verea García nació en San Miguel de Curantes, Pontevedra. Estudió en una escuela parroquial y en 1847 ingresa en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Santiago de Compostela. Debido a sus malos resultados abandonó los estudios universitarios para ingresar en el Seminario, aunque también abandonó en 1854. Un año más tarde emigró a Cuba, donde se dedicó a la docencia, periodismo y comercial de maquinaria de artes gráficas.

Verea García es un personaje desconocido para el gran público. Ejerció el periodismo en Estados Unidos y dirigió varios periódicos. Libre pensador y liberal de conciencia que tenía su punto de mira puesto en las iniquidades, en las monarquías, en los dogmas, en la especulación religiosa y de los dictadores, a los que combatía con la pluma desde sus publicaciones. Por este motivo tuvo que abandonar los Estados Unidos.

Ramón Verea fue mucho más que un periodista combativo; fue un “investigador artesano”, según el profesor Ricardo Gurriarán. A Verea se le debe la invención de la calculadora. Un artilugio que resolvía operaciones consistentes en sumas y restas, inventado por otros con anterioridad, añadiéndole las posibilidades de multiplicar y dividir. La multinacional IBM guarda en su museo en Nueva York la máquina que revolucionó su tiempo.

Calculadora con tabla interna de multiplicación

Verea decide demostrar que “un español puede inventar igual que un americano”. En 1878 recibe la medalla de oro de la Exposición Mundial de Inventos de Cuba, celebrada en Matanzas. Lo que había inventado era una avanzada máquina de calcular, precursora de la computadora y la primera que efectuaba las cuatro reglas matemáticas de modo exacto e instantáneamente y hasta quince cifras.

Calculadora inventada por Ramón Silvestre Verea


Toda la prensa resaltó el invento, proveniente de un tozudo periodista. La “Calculating Machine 3” pesaba 22 kg. de hierro y acero y fue patentada el 10 de septiembre de 1878 (Nº. 207.918) pero no fue comercializada ni Verea continuó trabajando en ese campo, a pesar de poder haberse enriquecido. Declaró a la prensa que sólo le movía el afán de contribuir al avance científico por amor propio y por patriotismo.
Dicha máquina realizaba multiplicaciones directamente en lugar de emplear vueltas de manivela, mucho más rápido que los acarreos, 50 libras de peso, 14 pulgadas de largo, 12 de ancho y 8 de alto, capaz de sumar, multiplicar y dividir números de nueve cifras, admitiendo hasta seis números en el multiplicador y quince en el producto. Ramón Varea no se interesó en poner su obra en producción, sólo quiso mostrar que un español podía inventar tanto como un americano.

Publicaciones

Además de las novelas publicadas en Cuba (La cruz de piedra y Una mujer con dos maridos), publicó las siguientes obras:

  • Contra el altar y el trono.
  • Catecismo libre pensador o cartas a un campesino.
  • La religión al alcance de todos.
  • En defensa de España.
  • Cuestiones de Cuba y Venezuela.
  • América para los americanos.

Muerte

A pesar de tener registrado el invento d ela calculadora, Ramón Verea murió en la más absoluta pobreza en Buenos Aires, el 6 de febrero de 1899, siendo llevado su cadáver al cementerio por los dirigentes del partido socialista argentino. En la parroquia de Curantes (A Estrada) existe un monumento en recuerdo de Ramón Verea García.

Fuentes