Reconcentración aborigen de 1630

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Creación de los primeros poblados al rededor de los hoy Municipios Melena del Sur y San José de las Lajas La reconcentración aborigen más grande de la conquista de Cuba, ocurrió entre los hoy Municipios de la Provincia Mayabeque, San José de las Lajas y Melena del Sur, luego de suceder esta se crearon las primeras localidades de estos Municipios, sobre el año 1630.

Mapa Militar de Esteban Pichardo 1835


La reconcentración aborigen más grande de la conquista de Cuba

La ocupación de la Isla había destruido el régimen comunal en que vivían los aborígenes cubanos; la muerte por agotamiento, las enfermedades y los suicidios en masa habían dado cuenta de una raza que a los cuarenta años de la conquista estaba casi extinguida. Los sobrevivientes de aquel régimen de esclavitud, disfrazado bajo el sistema de las encomiendas abolidas en 1542, deambulaban errantes por los campos, jurídicamente libres, pero sin medios de subsistencia, fueron cayendo poco a poco en una especie de vasallaje con relación a los españoles, ahora dueños de la tierra y creadores de una superestructura de poder donde la autoridad máxima la ejercía el gobernador o el Capitán General que no tenía un poder propio, independiente, exclusivos de los colonizadores; era una extensión del estado feudal español que por medio de la colonización extendía su dominio sobre una nueva región y sometía a la población que en ella vivía, a su gobierno. El Cabildo o consejo municipal ostentaba el poder dentro de la localidad para una serie de cuestiones de gran importancia, entre ellas, la de mercedar tierra a los colonizadores. Estos cabildos estaban formados por un teniente gobernador, nombrado por la autoridad máxima de la Isla, dos alcaldes y varios regidores. A instancias del Gobierno, el Ayuntamiento de La Habana nombró en comisión el 12 de de junio de 1554, a Pedro Blasco, alcalde y a Juan Lobera y Antonio de la Torre, regidores, para que escogieran un lugar donde se recogieran a los indios que vagaban por todas partes y les nombraran un protector. El 12 de diciembre del mismo año fue designada Guanabacoa como asilo general. Por Real Cédula del 7 de abril de 1574, en virtud de la solicitud hecha por el protector de los indios, Hernán Manrrique de Rojas, fue mercedada la hacienda Río Bayamo o Cañas, de 3 leguas de radio para sostenimiento de los indios. El 7 de marzo de 1630 el entonces protector, Don Matías Rodríguez de Acosta, solicitó para los indios o guanabacoenses, a demás de los cuavales y ejidos alrededor del pueblo, los terrenos perdidos entre las haciendas colindantes y hacienda Río Bayamo o Cañas, a lo que accedió el Rey Felipe IV en real Cédula el 27 de enero de 1630, dirigida al Gobernador General Don Juan Bitrián de Viamonte y que no fue publicada hasta 1678, a pesar de las gestiones que hicieron los alcaldes. Con esta nueva merced, de 626 caballerías y media, sumaban a 5 392 caballerías las tierras mercedadas a los indios. Tiempo después, los colonos que se habían ido instalando en estas tierras, por iniciativa propia, no querían reconocer a los indios como propietarios legítimos de las mismas por lo que los indios, incapaces de resolver el caso por si mismos, se dirigieron en súplica al Gobernador de la Isla, el cual reconoció el derecho que les asistía y ordenó la entrega a estos de la tierra y la recogida del ganado allí existente dictado el siguiente bando: Se ordena a todos los que estuviesen en posesión, sin derecho legal de la hacienda Río Bayamo o Cañas y terrenos perdidos entre la misma hacienda limítrofes concedidas por merced y Cédula Real de fecha 1574 y 1630 no las abandonarás en tiempo prudencial, así como no recogiese el ganado en ellas existentes se les condenará: Si fuera persona hidalga o pudiente a la multa de mil ducados, si fuere español, pobre o plebeyo a 2 años de destierro en el presidio de la Florida y si fuese negro o mulato a 200 azotes en plaza pública y un año de destierro en el propio presidio Floridano.

Formación de los primeras localidades

El miedo cundió y surtió efecto; en poco tiempo las tierras quedaron a disposición del protector, y fue entonces que el Cabildo de Guanabacoa empezó a mercedarlas en partes, formando otras haciendas pequeñas con los siguientes nombres: La Canoa, San José de las Lajas, Nuestra señora del Carmen, El Sábalo, San Julián, Jesús Nazareno, Managuaco, La Culebra, Guanajo, Guanajito o Nuestra señora de Pacheco, Charcas largas, Melena, Santa Bárbara, San Juan, Lechuga, San Lorenzo, Rancho del Catalán a Babiney Bermejo, San Antonio de las Vegas, Aguacate, Miraflores, San Diego de Najar, San Antonio de los Arroyos, Tiqueroa, Río Blanco, Nuestra Señora de Zaragoza, La Gía, Huecos entre Guara, Navío y Melena, Santa Cruz de Ruiz, San Antonio de las Rosas, La Leiva, Candelas, Santo Cristo, Lagunas de Roble, Río Bayamo, Itabo, Cuabal, Río Hondo.

 ==Fuente==
Museo Municipal de Melena del Sur