René Miguel Renato Guitart Rosell

Renato Guitart Rosell
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Revolucionario cubano mártir del Asalto al Cuartel Moncada
NombreRenato Guitart Rosell
Nacimiento2 de noviembre de 1930
Santiago de Cuba, Cuba
Fallecimiento26 de julio de 1953
Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
Causa de la muerteNo se han comprobado todas las circunstancias de su muerte pero se conoce por testimonio de sus compañeros, que fue muerto en combate.
Renato Guitart Rosell. Joven revolucionario cubano mártir del Asalto al Cuartel Moncada.

Infancia

Nacido el 2 de noviembre de 1930 y oficialmente inscrito como René Miguel Guitart Rosell, fue conocido por todos, y para beneplácito de su padre, como Renato.

Su nacimiento, aunque deseado, provoca inquietud a sus padres debido a una mancha roja debajo del ojo izquierdo y que toma parte de su mejilla. En su niñez, no pocas serían las angustias que debió vencer al relacionarse con los demás niños, quienes lo observaban con algo de sorpresa y temor. La actitud de los padres y el carácter alegre y explosivo del niño, minimizan este signo que lo acompañaría durante su vida.

Apenas transcurridos 6 meses de nacido Renato, un sismo sorprende las calles de Santiago de Cuba. Luego de breves instantes, sus padres terriblemente alarmados, quitan con sumo cuidado los escombros de las paredes del cuarto de su pequeño hijo de seis meses. Cuál no sería su sorpresa al encontrarlo gorjeando en su cuna como burlándose de la muerte.

Se dedica con mucha responsabilidad a los estudios. Una vez finalizada su preparación en la enseñanza básica, la familia decide enviarlo a estudiar comercio en el colegio La Progresiva, de Cárdenas.

Nacimiento de inquietudes políticas

El golpe de estado ocurrido en cuba el 10 de marzo de 1952 protagonizado por Fulgencio Batista conmueve hondamente la conciencia revolucionaria del joven que busca en la FEU un campo propicio para actuar.

Al acudir al lecho de muerte de Rubén Batista, conoce a Fidel y se convierte en uno de los pilares del movimiento. Es uno de los pocos que tiene conocimientos de todos los pormenores de la acción del Asalto al Cuartel Moncada.

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Renato Guitart

Las actividades conspirativas para esta acción, encubierta por negocios privados, demandaron de no pocas operaciones comerciales. Renato recepciona y expide cheques, y se dedica junto a Abel a alquilar los locales que servirán de alojamiento a los combatientes en Santiago de Cuba, recoge remesas procedentes de la capital, envía telegramas y cables. Junto a Abel emprende algunas de estas importantes tareas, que se le facilitan por ser el único implicado residente en Santiago de Cuba. Debido a su nivel de implicación, en los días previos al asalto, Renato contrae varias deudas para hacer frente a los gastos de los preparativos. Había aportado cerca de 1 000 pesos a la causa del Moncada.

Él es quien elabora para Fidel, los planos del cuartel Moncada y proporciona datos sobre armas y efectivos.

Renato viajó a La Habana y trajo armas, luego fue la compra de municiones, escopetas y rifles en la casa Ortiz Lloreda, así como de balas calibre 22 en la casa Marcé y el traslado hasta la Granjita Siboney.

Como jefe de la toma de la posta tres, encabeza la vanguardia y da el grito de “Abran paso al general”, con el cual se introduce en el cuartel y se enfrenta valientemente al enemigo. En el tiroteo de aquella madrugada del 26 de julio de 1953, Renato Guitart cae mortalmente herido.

Un año después

El 26 de julio de 1954, nuevamente se estremecen las calles santiagueras. Luego de una misa en la catedral en honor y memoria a los jóvenes caídos en la acción del Moncada, cerca de un centenar de personas, arengadas por René Guitart, padre de Renato, y también la destacada combatiente santiaguera Gloria Cuadras quien movilizó a no pocas personas, realizan una peregrinación hasta el Cementerio Santa Ifigenia, en las afueras de la ciudad.

Luego de franquear a los soldados de la tiranía apostados en las calles, se detienen a la entrada del cementerio, pues varias ametralladoras han sido emplazadas. Solo dejan pasar a René, y una vez dentro coge las flores y las reparte en todas las tumbas. Los soldados se le acercan y le preguntan: “¿Las flores no eran para Renato?” René, sobreponiéndose al dolor les responde: “¿Ustedes le tienen miedo a los muertos? Yo no he puesto granadas, solo he puesto flores.”

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