Revolución de 1905 en Rusia

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La Revolución de 1905 en Rusia
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Residencia zar.jpg
Palacio de Invierno de San Petersburgo, residencia del Zar Nicolás II.
Fecha:9 de enero de 1905
Lugar:Rusia
País(es) involucrado(s)
Bandera de Rusia Rusia
Líderes:
El Sacerdote Gapón
Ejecutores o responsables del hecho:
Masa compuesta por 200 mil personas incluidos campesinos, obreros, mujers, niños


Revolución rusa de 1905. Revolución que sirvió de precedente y referente a la de 1917. Fue fruto del malestar que provocó la crisis económica que azotaba Rusia (crisis de subsistencias, desempleo), y del descontento causado por la derrota militar frente a Japón.

Período pre-revolucionario

El período prerrevolucionario se considera de 1901 a enero de 1905 . A comienzos del siglo XX, en la Rusia zarista se había acumulado bastante combustible para el estallido revolucionario. En los años 1900-1903 se desencadenó una crisis económica mundial que se manifestó en Rusia de modo particularmente agudo y doloroso. Bajo los golpes de la crisis se arruinaban las empresas pequeñas y medianas. Se cerraron cerca de tres mil fábricas. Aumentó la concentración de la industria, crecían rápidamente las corporaciones monopolistas de los capitalistas, que establecieron su dominación en la industria minera, en la metalurgia, en la fabricación de maquinarias y en otras importantes ramas industriales. En Rusia, el capitalismo se convertía en capitalismo imperialista.

Situación existente

La crisis caldeó aún más el ambiente en el país. Crecía el desempleo. Miles de desocupados regresaban ‘a sus casas’, al campo, afectados por las malas cosechas y el hambre. Los obreros empezaron a pasar de las huelgas económicas a nuevas formas de lucha: a las huelgas y manifestaciones políticas. En los meses de febrero y marzo de 1901, respondiendo al llamamiento de los comités del POSDR, miles de manifestantes salieron a las calles de Petersburgo, Moscú, Járkov, Kiev y otras grandes ciudades con el lema de ‘¡Abajo la autocracia!’. Con motivo del Primero de Mayo, en muchas ciudades tuvieron lugar huelgas y manifestaciones. La huelga de los obreros de la fábrica de Obújov se transformó en un choque con la policía y las tropas. Los obreros opusieron firme resistencia, pero las fuerzas eran demasiado desiguales y las autoridades zaristas hicieron objeto de terrible represión a los trabajadores de la fábrica. La heroica ‘defensa de la fábrica de Obújov’ elevó el espíritu combativo del proletariado. 1902 fue un año de nuevo ascenso del movimiento obrero. Se registraron huelgas y manifestaciones en Petersburgo, Moscú, Kiev, Bakú, Batum (Batumi), Nizhni, Nóvgorod, Sórmovo, Odesa, Sarátov, Tilflís (Tbilisi) y otras ciudades. Tuvieron singular importancia la gran huelga y manifestación de Rostov del Don. Dirigió la huelga un comité del POSDR. Durante varios días se celebraron mítines de miles de obreros, que escuchaban ansiosamente los discursos de los socialdemócratas. La policía se vio impotente para prohibir las reuniones y los mítines en las calles y sólo con ayuda de las tropas consiguió reducir a los obreros.

En 1903, la ola del movimiento obrero ganó mayor altura. En ocasión del Primero de Mayo, en muchas ciudades se produjeron huelgas y manifestaciones. En el verano de 1903, bajo la dirección de los comités del POSDR, se llevaron a cabo huelgas políticas generales en el Sur del país: en Transcaucasia (Bakú, Tiflfs, Batum, Chiatury y ferrocarril de Transcaucasia) y en Ucrania (Odessa), Kiev, Ekaterinoslav, Nikoláev y Elisavetgrad). En estas huelgas participaron más de 200,000 obreros. El proletariado de Rusia se alzaba a la lucha revolucionaria contra el poder zarista.

Bajo la influencia de la lucha revolucionaria del proletariado se pusieron en movimiento otras clases y capas sociales. Los campesinos, sumidos en la desesperación por la tremenda miseria, empezaron a alzarse a la lucha. Esta lucha adquirió gran violencia en 1902, en las provincias de Póltava, Járkov ySarátov, donde los campesinos incendiaban fincas señoriales, se apoderaban de las tierras de los terratenientes y oponían resistencia a la policía y a las tropas. Se desplegó el movimiento estudiantil. A las feroces represalias policiales, los estudiantes respondieron organizando durante el invierno de 1901-1902 huelgas en varias ciudades... Empezó a moverse también la burguesía liberal, pero, ligada económicamente al zarismo y temerosa del movimiento de las masas, no era capaz de ninguna acción resuelta. Los liberales se limitaban a enviar al zar peticiones de reformas insubstanciales. La inminencia de la revolución se percibía en todas partes. La guerra con el Japón, que estalló en enero de 1904, exacerbó todas las contradicciones de la vida social de Rusia y aceleró los acontecimientos revolucionarios … acarreó nuevas calamidades al pueblo trabajador. Quebrantó la economía, desorganizó el transporte y agotó el erario público. Aumentó la carestía. El salario real de los obreras descendió casi en un 25%. Mientras tanto, las altas esferas de la burguesía y los funcionarios de Intendencia acumularon ganancias fabulosas. En el campo, la movilización para el ejército privó de brazos a las familias campesinas, provocando descontento y protestas sordas. La guerra fue la gota que colmó el vaso de la paciencia del pueblo.

A fines de diciembre de 1904 Lenin demuestra su genio político al pronosticar con extraordinaria exactitud lo que ocurriría en su país si éste era derrotado en la guerra. El desarrollo de la crisis política en Rusia depende ahora expresa, sobre todo, del curso de la guerra contra Japón. Esta guerra ha puesto y pone al descubierto, en mayor medida que ninguna otra cosa, toda la podredumbre de la autocracia, la debilita en el terreno financiero y militar más de lo que cualquier otra cosa podría debilitarla, y martiriza y empuja a la insurrección, más de lo que podría hacerlo cualquier otra cosa, a las masas atormentadas del pueblo, a las que esta guerra criminal y bochornosa impone indecibles sacrificios. La Rusia absolutista ha sido ya vencida por el Japón constitucional y todo lo que sirve para prolongar la guerra no hará más que agravar y agudizar la derrota. La mejor parte de la marina rusa ha sido ya aniquilada, la situación de Port- Arthur es desesperada, la escuadra lanzada en su ayuda no tiene la menor posibilidad de llegar siquiera a destino, y menos aún de lograr éxito; el ejército de tierra mandado por Kuropatkin ha tenido más de 200.000 bajas, y se encuentra agotado e impotente ante un enemigo que, después de tomar Port-Arthur, lo aniquilará irremediablemente. La catástrofe militar es inevitable, y hará también inevitable que se decupliquen el descontento, la inquietud y la indignación. Debemos prepararnos con toda energía para cuando llegue ese momento. En esa oportunidad, uno de esos estallidos que se repiten con frecuencia cada vez mayor, tan pronto en un sitio como en otro, se convertirá en un tremendo movimiento popular. Días después la caída de Port-Arthur a fines de diciembre de 1904, prólogo de la capitulación del zarismo, significó el comienzo de una profunda crisis política. Cualquier conflicto podía servir de detonador de la explosión revolucionaria. La “chispa que inició el incendio explica Lenin fue uno de los choques más comunes entre el trabajo y el capital: una huelga en una fábrica. Es interesante, sin embargo, que esta huelga de 12 mil obrenos de Putilov, que estalló el lunes 3 de enero, era, principalmente, una huelga de solidaridad proletaria, motivada por el despido de cuatro obreros. Cuando se rechazó el reingreso de los obreros comenzó, en el acto, un paro en esa fábrica con gran unanimidad. Luego adhirieron al movimiento otras fábricas. “Miles y decenas de miles se sumaron al movimiento. El espíritu es bueno en todas partes, aunque no puede decirse que a favor de la socialdemocracia. Gran parte de los obreros se manifiesta partidaria de la lucha puramente económica y contra la lucha política.

El sábado 8 de enero la huelga de Petersburgo se había convertido ya en huelga general. Aun los informes oficiales calculan en cien o ciento cincuenta mil el número de huelguistas. Jamás había presenciado Rusia un estallido tan gigantesco de la lucha de clases. Quedaron paralizados toda la industria, todo el comercio y toda la vida pública de la gigantesca urbe de millón y medio de habitantes [...] La ciudad quedó sin periódicos, sin agua y sin luz. Y esta huelga general presentaba un carácter político claramente marcado, era el preludio directo de acontecimientos revolucionarios.

Zar Nicolás II

Al día siguiente, una enorme manifestación pacífica de más de 140 mil obreros de Petersburgo que se dirigía hacia el Palacio de Invierno,

para plantear al zar una serie de peticiones, era masacrada por las tropas zaristas. Más de mil personas perdieron la vida y cinco mil quedaron heridas. El furor se apoderó del pueblo. Los obreros de Petersburgo empezaro n a armarse y a enfrentar a las tropas. En todo el país se declararon huelgas de protestas. El movimiento proletario se elevó de golpe a una de sus fases más altas. La huelga general movilizó en toda Rusia, seguramente, a no menos de un millón de obreros. Las reivindicaciones políticas de la socialdemocracia se abrieron paso hasta llegar inclusive a las capas de la clase obrera que todavía confiaban en el zar. Las huelgas y las manifestaciones comenzaron a transformarse en una insurrección .

Período revolucionario

El proletariado se levantantó contra el zarismo. El gobierno lo empujó a la insurrección. Los acontecimientos se desarrollaban con una velocidad vertiginosa. La huelga general en Petersburgo se extiendía. Se paralizó toda la vida industrial, social y política. El lunes 23 (10) de enero los choques de los obreros con las tropas se enconaron levantandose los obreros de Kólpino. El proletariado se armó y armó al pueblo. Se dice que los obreros han ocupado el arsenal de Siestroretsk. Se proveen de revólveres, se forjan armas en sus talleres, se procuran bombas para sostener la lucha por la libertad. La huelga general se extiendió a las provincias. En Moscú, abandonaron el trabajo diez mil personas. el (jueves, 28 de enero) se anunció en Moscú la huelga general. En Riga, estalló la revuelta. Los obreros se manifiestan en Lodz, se prepara la insurrección en Varsovia y en Helsingfors se realizan manifestaciones del proletariado. Crece la efervescencia entre los obreros y se extiende la huelga general en Bakú, Odesa, Kiev, Járkov, Kovno y Vilna. En Sebastópol arden los almacenes y el arsenal de la marina, y las tropas se niegan a disparar sobre los marinos sublevados. Huelga en Reval y en Sarátov. Choques armados de los obreros y los reservistas en Rodom. El derrocamiento inmediato del gobierno: era la consigna con la que los obreros petersburgueses que antes creían en el zar contestaron a la matanza del 9 de enero por boca de su jefe, el cura Gueorgui Gapón, quien declaró, a raíz de dicha matanza: ‘Ya no tenemos zar. Un río de sangre separa al zar del pueblo. ¡Viva la lucha por la libertad!

Antes del estallido de la revolución el “partido revolucionario de Rusia consistía en un pequeño grupo de personas” (unos centenares de organizadores y varios miles de miembros de organizaciones locales). En pocos meses el panorama cambió por completo, los “centenares de socialdemócratas revolucionarios se convirtieron ‘de pronto’ en millares, los millares se convirtieron en dirigentes de dos o tres millones de proletarios. La lucha proletaria produjo una agitación general, a menudo movimientos revolucionarios entre las masas campesinas que sumaban de cincuenta a cien millones de personas; el movimiento campesino tuvo repercusión en el ejército y provocó insurrecciones de soldados. De este modo un inmenso país, con 130 millones de habitantes, se lanzó a la revolución. Octubre y diciembre de 1905 señalaron el punto más alto en la marea ascendente de la revolución rusa. Todas las fuentes de la energía revolucionaria del pueblo fluyeron en un torrente mucho más amplio que antes. El número de huelguistas, en octubre de 1905 alcanzó al medio millón ( ¡sólo en un mes!). A ese número, que comprende únicamente a los obreros fabriles, se agregaron varios centenares de miles de obreros ferroviarios, empleados de Correos y Telégrafos, etc. Se conquistó la libertad de prensa. La censura fue simplemente ignorada. Ningún editor se atrevía a presentar a las autoridades, para su censura, el ejemplar obligatorio y las autoridades no se atrevían a adoptar ninguna medida contra tal hecho. Por primera vez en la historia de Rusia aparecieron libremente en Petersburgo y en otras ciudades periódicos revolucionarios. El proletariado marchaba a la cabeza del movimiento. En el fragor de la lucha surgió una organización de masas original: los célebres soviets de diputados obreros, que incluían a delegados de todas las fábricas. Estos soviets de diputados obreros comenzaron a desempeñar, de más en más, en varias ciudades de Rusia, el papel de gobierno provisional revolucionario, el papel de organismos y de dirigentes de la insurrección. Se intentó organizar soviets de diputados soldados y marineros y de unificarlos con los soviets de diputados obreros. Durante algún tiempo, varias ciudades de Rusia se convirtieron en algo parecido a pequeñas ‘repúblicas’ locales. Las autoridades gubernamentales fueron destituidas y el soviet de diputados obreros funcionaba realmente como nuevo gobierno. Esos períodos fueron, por desgracia, demasiado breves, ‘las victorias’ demasiado débiles, demasiado aisladas. El movimiento campesino alcanzó en el otoño de 1905 dimensiones aún mayores. Los llamados ‘desmanes campesinos’ y las permanentes insurrecciones campesinas afectaron entonces a más de un tercio de todos los distritos. Los campesinos prendieron fuego a no menas de 2 mil casas solariegas con sus dependencias y se repartieron los víveres que la nobleza rapaz había robado al pueblo.

Entre los pueblos oprimidos de Rusia estalló un movimiento de liberación nacional. Mas de la mitad, casi las tres quintas partes (exactamente el 57 por ciento) de la población de Rusia padecen la opresión nacional; ni siquiera tienen libertad para utilizar su idioma nacional, son rusificados a la fuerza. La lucha revolucionaria alcanza “su punto culminante con la insurrección de diciembre en Moscú. Durante nueve días, un pequeño número de insurrectos obreros organizados y armados no serían más de ocho mil lucharon contra el gobierno zarista, que no confiaba en la guarnición de Moscú. En realidad, se vio obligado a dejar las tropas rigurosamente acuarteladas, y sólo pudo sofocar la insurrección haciendo venir de Petersburgo al regimiento de Semionov... Al ser aplastada la insurrección de diciembre se inicia el descenso de la revolución. Pero en este período se observan también momentos en extremo interesantes; basta recordar que en dos oportunidades los elementos más combativos de la clase obrera trataron de frenar el repliegue de la revolución y de preparar una nueva ofensiva. Las fuerzas revolucionarias todavía no estaban agotadas, pero la contrarrevolución iba ganando terreno.

Después de diciembre las fuerzas coligadas de la reacción gubernamental y burguesa descargaron sin cesar sus golpes sobre el proletariado. Las persecuciones policíacas y las ejecuciones diezmaron sus filas “en el transcurso de dieciocho meses, mientras los lockouts sistemáticos, empezando por el cierre ‘punitivo’ de las fábricas estatales y terminando por las maquinaciones de los capitalistas contra los obreros”, llevaron “la indigencia de las masas obreras hasta límites nunca vistos. De esta forma a mediados de 1907, el zarismo logra por fin implantar el viraje monárquico constitucional que intentaba realizar desde octubre de 1905. La primera gran campaña revolucionaria había terminado pero las causas más profundas del estallido revolucionario de 1905 se mantienen inalterables en sus aspectos más esenciales: tanto la estructura agraria semifeudal que hizo del campesinado ruso una fuerza de gran potencialidad revolucionaria, como las características antidemocráticas del Estado zarista que permite aglutinar a amplios sectores del pueblo en la lucha por las transformaciones democráticas .

Fuentes