Roberto Bermúdez López Ramos

Plantilla:Personaje históricoRoberto Bermúdez López Ramos. General de brigada villareño del Ejército Libertador, en la guerra de 1895, que luchó muy joven bajo las órdenes de Antonio Maceo. Con amplios méritos en el combate dejó también una estela de crímenes en los escenarios donde actuó.

Datos Biográficos

Roberto Bermúdez nació en el pueblo de "La Esperanza" en un año 1871 en que las tropas mambisas obtenían grandes victorias y España, en un acto vengativo, había propiciado el Fusilamiento de los ocho estudiantes de medicina.

Su familia mantenía una mediana posición económica y estaba integrada por Don Julián Bermúdez y Dolores López Ramos, padre y madre le proporcionaron un ambiente patriótico y de efervescencia revolucionaria.

Trayectoria revolucionaria

El 24 de febrero de 1895, a la edad de 24 años, se alzó contra España con un grupo de jóvenes esperanceños, así respondía al llamado de la patria y a la Guerra necesaria convocada por José Martí. Rápidamente se convirtió en un hombre temido y peligroso para el ejército español, atacando con ímpetu en toda la provincia. Es nombrado Teniente Coronel en el año 1895 al frente de 800 hombres, se une al Ejército Libertador dirigido por Gómez y Maceo con el objetivo de llevar la guerra hasta Occidente, donde lo ascienden a Coronel por sus sobrados méritos.

Después fue nombrado jefe de la vanguardia invasora y obtuvo rotundos éxitos en su paso arrollador por el occidente cubano; de esta forma ocupó en la provincia de La Habana a Guira, Melena del Sur, Cieba del Agua y ocho poblados. El 9 de enero de 1896, junto a las tropas de su contemporáneo coronel Cayito Álvarez arribaron a las tierras pinareñas y fueron los primero en llegar al ansiado Occidente. El 10 de enero de 1896 se encontraron con las tropas de Maceo y la alegría fue inmensa entre los mambises, la estrategia militar estaba próximo a cumplirse.

La campaña bélica librada fue exitosa en Pinar del Río pero a estos éxitos hay que restarle sus desafueros, excesos y abusos con la población, incluso asesinatos. En una abierta contradicción, el coraje de estos hombres y su patriotismo, se mezclaban con un actuar indigno. Informado el Lugarteniente General Antonio Maceo y Grajales de estos vergonzosos procederes, lo manda a buscar, se presenta ante Antonio Maceo, y niega todos sus delitos. En el Combate de Las Taironas el 17 de enero de 1896, Bermúdez peleó como un león haciendo arrojo de su valentía y patriotismo y devino así como héroe de aquella batalla salvando incluso la vida del propio general Antonio Maceo.

Por sus méritos es ascendido a General de Brigada y más tarde pasa a las órdenes directas de Antonio Maceo. Su hoja de servicios sigue ganando méritos, su valentía se hace una leyenda en Pinar del Río, pero nuevamente se presentan quejas sobre sus excesos, incluyendo asesinatos. Para Maceo la situación era muy incómoda ante denuncias sobre aquel patriota tan corajudo. El Lugarteniente General no vacila en reprenderlo y hacerle advertencias de su proceder, alegando este que las denuncias formuladas en su contra eran calumnias mal intencionadas para restarle prestigio. Maceo incluso lo hizo arrestar en varias ocasiones y las reprimendas se hicieron públicas.

Por aquellos momentos recibe varias proposiciones de pasarse al enemigo, jamás lo hizo, dando muestra que la causa cubana estaba bien entronizada en sus convicciones. Ya de vuelta en Las Villas seguía cosechando éxitos a favor del Ejército Libertador cubano pero siguieron sus desacuerdos.

Juicio final

Al generalísimo Máximo Gómez Báez llegaron las denuncias y este utilizando su experiencia lo detuvo personalmente. El general de brigada Roberto Bermúdez López Ramos, fue sometido a consejo de guerra, acusado de conducta contradictoria al ideal de la patria y declarado culpable, siendo sentenciado a muerte por fusilamiento.

La ejecución se produjo al amanecer del 12 de agosto de 1898 en Las Charcas, Las Villas; al experimentado Generalísimo le tocó cumplir con tan duro deber. En torno a la ejecución el general Bermúdez hubo dramatismo ya que escogió entre sus hombres el pelotón de fusilamiento, el propio Gómez es quien lo degrada y, ante la vacilación de otros generales, la orden de fuego del Generalísimo sorprende a los miembros del pelotón y los disparos fueron graneados. Roberto Bermúdez López Ramos dejó un escrito alegando que era víctima de calumnias.

Fuentes