Síndrome del principe destronado

Síndrome del principe destronado
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Concepto:Aparición de celos hacia el hermano recién llegado
Síndrome del príncipe destronado. El nacimiento de un hermano puede provocar en el niño el llamado ‘síndrome del príncipe destronado', es decir, la aparición de celos hacia el hermano recién llegado. Cualquier cambio en la estructura de una familia implica a la vez la necesidad de introducir ajustes y entre ellos se encuentran la repartición del tiempo, los cuidados y las atenciones hacia ambos hermanos, que hasta el momento no había sido necesaria. Esta nueva situación implica pasar de recibir toda la atención de los padres a tener que compartirla con el hermano, a la vez que pasar a ser el hermano mayor en lugar del único niño de la casa.

Síntomas

Son tan naturales como inevitables. Los síntomas son variados, los niños se muestran retraídos o irascibles, vuelven a pedir el chupete, a hablar como un bebé o a mojar la cama, tienen rabietas, quieren ir en brazos e, incluso, tienen pesadillas, pero la causa suele ser la misma: sienten celos. En unas ocasiones están relacionados directamente con la llegada de un hermanito, en otros porque piensan que ya no les hacen tanto caso como les gustaría. Y es que la mayoría de los niños en un momento de sus vidas quieren la exclusividad del cariño de sus padres, quieren centrar toda su atención y no les es fácil compartirlos. Los celos entre hermanos no se pueden evitar, pero si atenuar, ayudar a gestionarlos y, sobre todo, a superarlos. De no hacerlo, se pueden cronificar y convertirse en problemas de más importancia. Un niño puede expresar que está celoso mediante variadas conductas: quejas, malestares físicos (dolor de barriga, vómitos, ...), enuresis, llanto fácil sin motivo aparente, extrema sensibilidad, negación a hacer lo que se le pide, uso de un lenguaje más infantil del que le corresponde por su etapa evolutiva, disminución del apetito, negación a comer o a dormir solo cuando hasta el momento lo hacía sin problema, expresar miedos, solicitar constantemente la atención de los padres durante la noche, mostrarse inquieto o intranquilo, uso de la agresividad hacia los padres, etc. Cuando un niño deja de sentir que tiene en exclusiva la atención de sus padres, principalmente porque debe compartir el tiempo y el cariño con su hermano, nota sentimientos contradictorios. Se debate entre el amor y “el odio” a quien considera que le ha arrebatado algo que es suyo. Se siente "destronado" por un intruso que ha llegado a su casa y, además, tiene intención de quedarse... Ya no se presta tanta atención ni cuidados, y sus padres ya no juegan tanto con él, ya que suelen estar ocupados con el nuevo hermanito. En otras ocasiones, los celos están generados porque uno de los hermanos, y no tiene porqué ser el más mayor, percibe en algún momento de su vida que le dedican más atención a otro . Para reclamar esa atención que se piensan que les ha usurpado comienzan a comportarse de una forma distinta, ya sea consciente o inconscientemente, aunque no todos los niños son iguales y no todos sienten igual ni actúan de la misma manera frente a los celos. Sea como fuere, los celos son una conducta que puede ser prevenida, en gran parte, por los padres que pueden ayudar al menor que en ese momento se siente solo.

¿Cómo se puede abordar este síndrome?

Algunas indicaciones útiles para el manejo adecuado del ‘síndrome del príncipe destronado' son:

  • No castigar, gritar o enfadarse con el hijo mayor por mostrarse celoso.
  • Antes del nacimiento del hermano, preparar al niño explicándole lo que va a suceder y anticiparle lo que va a implicar esa novedad. Para esta preparación puede ser de utilidad acompañarse de cuentos o historias en los que se hable de la llegada de un hermano y se destaquen las ventajas de ese acontecimiento. También puede ser beneficioso mostrarle fotos de cuando él también era un bebé, dándole a entender que también recibió los cuidados específicos de esa etapa.
  • Es importante insistir en la explicación de que se le va a querer igual y que no va a perder el amor y la atención de sus padres. No debe vivir la llegada de su hermano como una sustitución y debe ir percibiendo que es posible compartir esa atención de los padres. Dedicar algunos momentos a solas con él, jugar, mostrarle afecto y hacer que se sienta valorado y seguro son algunos recursos adecuados para ayudarle a conllevar la nueva situación.
  • Evitar, en la medida de lo posible, que otros cambios significativos en la vida del niño, como, por ejemplo, un cambio de colegio o de vivienda, coincidan con esa importante novedad. A la vez es aconsejable mantener los hábitos y las rutinas que ya tiene instauradas (horarios de comidas, sueño, costumbres, etc.).
  • No utilizar comparaciones ni fomentar la competencia entre hermanos.
  • Es primordial procurar crear un clima de buena relación entre ambos, enseñarles a cooperar y compartir, otorgándole al mayor alguna tarea relacionada con el cuidado del bebé (ayudar a bañarlo o cambiarlo,...) y estimular con expresiones positivas los acercamientos (ej. “Qué bien lo cuidas”). Siempre se deben elogiar los gestos de generosidad hacia su hermano, así como fomentar proyectos comunes que le puedan ilusionar. Explicarle también las ventajas de ser el hermano mayor, especificándole, por ejemplo, los privilegios o las cosas que él ya puede hacer puede servir también de ayuda para sobrellevar la situación.
  • Avisar a los familiares y amigos que le presten también atención en sus visitas. Ser conscientes de la tendencia a prestar excesiva preferencia afectiva hacia el bebé e intentar evitarlo o compensarlo con el mayor.
  • Facilitarle poder expresar libremente cómo se siente y los miedos que pueda tener mediante juegos o dibujos, para poder abordarlos adecuadamente una vez identificados.

Signos de alerta

Para detectar si un hijo se siente celoso basta generalmente con observar su comportamiento en rela­ción con sus hermanos y muy especialmente con el recién nacido, también con sus compañeros de clase o amigos, con sus padres, en casa y en el colegio. En la mayoría de ocasiones manifiestan que quieren volver a ser más pequeño, ya que piensan que de esta forma recibirán la atención que tiene el bebé. Comparan constantemente el cariño que tienen sus padres hacia el hermano con el que cariño que le muestran a él, Los celos y la envidia hacen que, a veces, traten al hermano del que sienten celos con cierta indiferencia, incluso ignorándolo. En el colegio su rendimiento escolar baja, desobedecena los profesores para llamar la atención en clase o intentan hacerse amigo de ellos para ganarse el afecto y así ser “el preferido” en la clase. A veces, también pueden mostrarse agresivos ante algún compañero de su edad o más pequeño e, incluso, frente a los padres, para así obtener el "tiempo" y "atención" que antes tenían de ellos, aunque ahora sea con regañinas y castigos. Algunos niños que no han tenido celos con la llegada de un nuevo hermano, comienza a sentirlos cuando éste va creciendo. Ya no se pasa todo el día durmiendo, sino que empieza a andar, hablar y acaparar más la atención de los mayores. Pero no hay que olvidar que los celos no son siempre negativos, se “suele pasar pronto” y se convierten en una experiencia positiva que les ayuda a crecer y a madurar, aprenden que no siempre pueden ser el centro y eso les será muy útil en su vida de adultos.

Cómo prevenirlos

  • Los padres no tienen mostrar preferencias entre los hermanos, así pues, evitar conductas de desproporcionada atención de uno en perjuicio del otro.
  • Hablar con el niño y explicarle lo importante que va a ser a partir de ese momento ya que colaborará en el cuidado del hermano pequeño, que podrá enseñarles lo que él ya sabe, y jugar con él más adelante.
  • No olvidarse dedicar a los hijos mayores el tiempo que necesitan, aunque el bebé reclame más atención. Jugar con ellos, para que compruebe que sigue siendo importante y no se sienta relegado.
  • Un modo de ayudar al menor, es mediante el juego, a través de éste se puede facili­tar que el niño proyecte sus temores y le sirva para descargar el conflicto provocado por los celos.
  • No comparar a los hermanos,
  • Hacer ver a los niños que cada uno es distinto y es tratado de forma diferente, según su edad.

Como tratar los celos

  • Darles tiempo a los pequeños para que se adapten a su nueva situación.
  • Cuando actúa como un niño de menos edad, ignorarlo. Hacerle caso cuando se comporta y habla “como le corresponde”.
  • Repetirles que se les quiere mucho, pero que no van a consentir que le hagan daño al bebé, porque hay que protegerlo como los protegíamos a ellos cuando eran bebés
  • Hacerles saber que cuando el recién nacido crezca tendrá alguien con quién jugar, para que vea al nuevo hermano como un compañero y un amigo.
  • Utilizar cuentos de apoyo para ayudar a expresar sentimientos y desdramatizar la situación.

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