Silaje de maíz

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silaje de maíz
Información sobre la plantilla
Silaje de maiz (2).jpg
Género
Alimentación para cerdos
Ingredientes
El silaje de forraje verde es una técnica de conservación que se basa en procesos químicos y biológicos generados en los tejidos vegetales en un medio de anaerobiosis adecuada, a través del cual es posible obtener un alimento suculento y con valor nutritivo muy similar al forraje original.

El silaje de maíz es una de las tecnologías que revolucionó la producción de carne y leche en nuestro país, debido principalmente a su alta producción y calidad -por el alto contenido de grano- que lo transformó en el recurso de mayor importancia en la planificación forrajera de los establecimientos ganaderos. Tradicionalmente se ha considerado que el momento óptimo de picado de maíz se produce cuando el grano presenta entre ½ y ¼ de endosperma líquido, ya que se correlaciona este estado con un nivel de materia seca de la planta cercano al 35 %, a la vez que se considera que en esta etapa hay un buen equilibrio entre el alto grado de concentración de almidón que presentan los grano y la facilidad para ser partido por efecto mecánico de la picadora. Este concepto surgió en los años ´90 cuando se comenzó a trabajar con el picado de precisión, fundamentalmente con máquinas de arrastre, en las que se intentaba logar un mayor aprovechamiento del grano en el rumen del animal. Por esto se requería que los granos no presenten un endosperma duro, ya que no se utilizaban procesadores de granos. A su vez, se buscaba no exceder esos niveles de MS, dado que con el tamaño y la uniformidad de picado que se lograba no era tan preciso como en la actualidad, lo que dificultaba alcanzar una buena densidad en el silo a medida que se superaba valores mayores al 35 % de MS.

maquina picadora de maiz.

Trabajos realizados por INTA TecnoForrajes junto a asesores privados, han demostrado que con la tecnología que presentan las máquinas picadoras en la actualidad respecto al tamaño y uniformidad de picado, sumado al trabajo que realizan los procesadores de granos, es posible trabajar sobre cultivos con estado de madurez más avanzados, cercanos al 40 % de MS, y con granos que presenten un endosperma más ceroso. Si bien la tendencia mundial así lo demuestra con el advenimiento y consolidación de uso de los partidores de granos, los cuales se van especializando cada día más para el procesado de granos con mayor contenido de MS, no existían resultados locales contundentes sobre la conveniencia de atrasar el momento de picado Los muestreos se llevaron a cabo cuando las plantas enteras de maíz presentaban 30; 32,5; 35; 37,5; 40 y 42,5 % de MS, donde no sólo se determinó el porcentaje de materia seca que poseía la planta entera en ese estadio, sino que también se estableció el porcentaje de materia seca de la espiga y del resto de la planta sin espiga, también conocido como stover o parte vegetativa. En cada uno de los muestreos realizados se tomaron muestras que se enviaron al Laboratorio de Calidad de Forrajes del INTA Rafaela para determinar porcentaje de Fibra de Detergente Ácido y Almidón, tanto de la espiga como del resto de la planta (stover). La fibra detergente ácido (FDA) es la porción de muestra de forraje que es insoluble en un detergente ácido (método de los detergentes de Van Soest) y está básicamente compuesta por celulosa, lignina y sílice. La importancia de la misma radica en que está inversamente correlacionada con la digestibilidad del forraje.

El almidón es el carbohidrato de reserva de los granos de la mayoría de los vegetales y es particularmente abundante en cereales.

Resultados del silaje de maíz

Los resultados indican que a medida que avanza el porcentaje de materia seca, la digestibilidad de la planta entera de maíz observa un incremento sostenido, pasando de 65 % a 69 % durante todo el periodo evaluado (desde 30 % MS hasta 42 % MS). A medida que la ventana de picado avanza hacia el 40 % de MS, se produce una constante caída de la FDA y un incremento del almidón en la espiga. Esto nos indica claramente que a medida que avanza el porcentaje de MS, se incrementa la oferta de energía (Mcal EM/kg MS) por el aporte de almidón que hacen los granos. Se debe considerar que en los años donde el rendimiento en grano no se ve afectado por condiciones agroclimáticas, el mayor incremento de digestibilidad observada en la planta entera se debe al aporte realizado por el grano y el contenido de almidón que aumenta en éste. A medida que el cultivo va perdiendo humedad y avanza el estadio fenológico del cultivo, se logra un incremento en la oferta de materia seca por hectárea. A partir de estos resultados se puede indicar que picando en estadios mas avanzados, es posible incrementar la energía de las dietas sin la necesidad de aumentar la proporción de grano extra incorporado a las mismas, aumentando directamente el aporte de energía ofrecido por el silaje utilizado. De esta manera, aun en casos en que la digestibilidad de la parte vegetativa de la planta (stover) observe una leve reducción, lo que determina un incremento en la digestibilidad de planta entera y en la Materia Seca obtenida por hectárea es el grano, reportando siempre ventajas nutricionales en la medida que se avanza en el estadío vegetativo.

Esta tecnología permite aumentar la rentabilidad mediante la disminución de los costos

Analizando económicamente la viabilidad de aplicación de esta tecnología de silaje seco, si se tiene en cuenta el incremento de MS que llega a la boca de los animales sumado a la factibilidad y facilidad de consumo de este forraje, el aumento en el contenido de MS del 30 % al 42 %, arrojaría el resultado que detallamos a continuación. Considerando un caso de 40 hectáreas con un rendimiento de 25.000 kg de MV/ha picadas al 30 % de MS, arrojan 300.000 kg de forraje con 2,34 Mcal EM/kg/MS y un potencial de producción de 37.950 kg de carne con ese forraje. Si el momento de cosecha, en cambio, se lleva a 42 % de MS, se obtendrán 420.000 kg/MS con más energía por acumulación de almidón en grano y más digestibilidad, 2,49 Mcal/kg/MS, con lo que el potencial de producción se incrementa a 56.500 kg de carne con ese forraje. Este diferencial de cantidad más calidad de forraje, arroja una diferencia de potencial de producción de 463 kg de carne por hectárea. Si bien la estimación de energía disponible para producción se incrementa cuando se avanza en el estadio de madurez del cultivo y este dato es irrefutable como lo demuestran los ensayos realizados, es probable que el incremento de MS/ha no sea siempre lineal, pero nunca quedan dudas de la ventaja en términos energéticos. Aún con una cuantificación económica reducida o con un año en donde los cultivos solamente incrementen energía y no (MS) masa seca por hectárea, la conveniencia de demorar el momento de picado es indiscutible por dos razones:

  • Se necesita menos kg de silaje para producir la misma cantidad de Kg de carne/ha
  • Se necesita menos kg de grano extra aportados para alcanzar la misma proporción energética en las dietas elaboradas a base de silajes cosechados en estadios avanzados de maduración.

Maíz

El silaje de forraje verde es una técnica de conservación que se basa en procesos químicos y biológicos generados en los tejidos vegetales en un medio de anaerobiosis adecuada, a través del cual es posible obtener un alimento suculento y con valor nutritivo muy similar al forraje original. Las producciones ganaderas intensivas a pasto requieren disponer de un mayor capital de trabajo para lograr cumplir al menos con dos objetivos: el incremento de la carga animal en los sistemas y la producción durante todo el año. En la época invernal, el crecimiento de las pasturas perennes desciende marcadamente por las bajas temperaturas y la escasa radiación solar, situación que puede remediarse, entre otras opciones, con la inclusión de silaje.

Silaje de maíz de planta entera

El silaje de maíz de planta entera es el suplemento energético de menor costo, un complemento insustituible de la pastura en cualquier esquema de producción de leche y/o carne. Se adapta para la conservación y posterior alimentación del ganado debido a que logra un altísimo volumen de producción de materia seca en un solo corte, posee un alto contenido de hidratos de carbono fácilmente aprovechables y una relativa amplitud del período de cosecha. Estratégicamente, posibilita el aumento de la carga animal o el mantenimiento de altas cargas anuales, corrige ciertos desbalances nutricionales (exceso de proteína, bajo porcentaje de materia seca) que se producen en otoño-invierno en pasturas de alta calidad y permite a los sistemas pastoriles una cierta independencia de la variable climática. Pero para poder lograr lo mencionado anteriormente debemos tener un maíz que logre una alta producción de materia seca digestible por hectárea con un bajo nivel de fibra detergente neutro (FDN) para permitir una elevada ingesta y ser eficientemente utilizado por los rumiantes. El rendimiento de materia seca del cultivo es función de numerosos factores genéticos y ambientales que interactúan entre ellos.

El maíz para silaje

El maíz para silaje presenta una alta demanda de nutrientes y agua, por lo que a la hora de planificar su cultivo se requiere de un planteo técnico que permita cubrir estas necesidades. Los requerimientos de fertilización de un maíz destinado a silaje son los mismos que los de grano, pero es importante tener en cuenta que se está picando la planta entera, por lo que la exportación de nutrientes a través de la materia seca es mayor que si sólo se cosecha grano, debiendo ajustarse la misma para evitar un balance negativo. La alta calidad de materia seca está compuesta por una parte vegetativa (tallos+hojas) y una reproductiva (espiga). La producción de granos es fisiológicamente mucho más exigente que la de tallos y hojas, por lo tanto se debe optimizar todos los factores que permitan expresar el máximo rendimiento ya que ante una limitación, la componente reproductiva será la más afectada en comparación con la de tallos y hojas.

Prácticas de manejo

Las prácticas de manejo como la elección del ciclo del híbrido, fecha y densidad de siembra, fertilización y el riego tendrán una acción directa sobre la producción de follaje, la capacidad de interceptar la radiación incidente y en consecuencia sobre la cantidad (rendimiento de materia seca) y la calidad de materia seca producida. A la hora de determinar qué híbrido sembrar, primero habría que definir cuál es el requerimiento de nuestro sistema de producción. Sobre la base de esto, algunos sistemas requieren silajes que posean una alta concentración energética, otros precisan lograr el mayor volumen de materia seca producida (silajes voluminosos) y existen aquellos que buscan silajes equilibrados en cuanto a grano y hoja más tallo. En un ensayo realizado en la EEA Valle Inferior, llevado a cabo en conjunto con la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, se evaluó la aptitud forrajera de 40 híbridos de maíz implantados en Viedma sin limitaciones hídricas ni nutricionales sembrados a mediados de octubre. El rendimiento medio de materia seca para todos los híbridos se ubicó en 23 toneladas por hectárea (Figura 1), con un valor de materia verde promedio de 65 toneladas por hectárea, presentando diferencias principalmente debido a si los ciclos de los híbridos son largos, intermedios o cortos. Con respecto a la aptitud forrajera se analizó la digestibilidad, la proteína bruta, la energía y la fibra detergente ácida y neutra de tallos, hojas y mazorca del forraje en el momento óptimo de corte (35% de materia seca) y observándose que los que más energía digestible rindieron no son, principalmente, los que más materia seca produjeron. El rendimiento por hectárea está muy influenciado por el ciclo del híbrido, por la densidad de siembra, la altura de la planta y el momento de cortapicado. El mayor aporte de energía del silaje (megacalorías por kg) está dado, principalmente, por la cantidad de grano y por el contenido de almidón del mismo. Las condiciones ambientales durante el crecimiento del cultivo son el principal factor de influencia sobre la digestibilidad de la fibra detergente neutro (FDN).

Es por esto que debemos elegir aquellos híbridos que mejor se ajusten a nuestro planteo productivo, seleccionando aquellos con una alta producción de materia seca por hectárea con destino cría y para la terminación de novillos o vacas lactantes los que posean la mayor concentración de energía digestible por hectárea con bajos valores de FDN. (Figura 2). Conocer estos parámetros para la elección de híbridos es primordial. Sin embargo, es una información que, por el momento, no siempre se encuentra disponible. Es importante tener en cuenta que si se tiene un silaje de excelente calidad pero de baja producción de materia seca, cuando en los valles existen las condiciones óptimas para la plena expresión de los híbridos, no permitirá maximizar la rentabilidad de nuestro sistema de producción. Obtener silajes con la mayor cantidad de materia seca y de óptima calidad ayudará a reducir considerablemente los costos de alimentación e incrementar la producción de carne o leche.

Picado

Un punto clave para conservar la calidad que posee la planta de maíz en el campo y mantenerla en el silaje es la cosecha, que en su gran mayoría en la zona se realiza a través de contratistas, por lo que el momento de picado está altamente influenciado por la disponibilidad de éstos en tiempo y forma y por las condiciones meteorológicas, incurriéndose normalmente en pérdidas de calidad por atrasos en dicho momento. La alternativa de equipo propio sólo es viable para productores de gran escala o para aquellos que logran algún nivel de asociativismo compartiendo la maquinaria (en su mayoría equipos usados en buen estado) además de tener una adecuada planificación de las tareas. Los contratistas rurales especializados en la confección de silaje disponen de equipos de mayor escala. Por lo general cuentan con picadoras autopropulsadas de tracción hidrostática con un ancho de trabajo que al menos triplica la capacidad en relación con los equipos de arrastre, el traslado del material picado lo realizan con camiones volcadores de mayor cubicaje y agilidad que los vagones forrajeros, además de disponer de embolsadoras autopropulsadas de al menos 9 pies. Los tiempos operativos del picado por las condiciones en que se cultiva en los valles son superiores a otras zonas, situación que eleva sus costos. Sin embargo, las altas tarifas tienden a disminuir cuando los rendimientos obtenidos son altos.

Productividad del maíz para ensilaje y su relación con el ambiente

  • El aumento de la productividad forrajera es una vía de reducción de los costos nutricionales de los animales. Una continuidad en el mejoramiento del cultivo es necesaria, ya que nos encontramos muy lejos del límite teórico de la especie, que a su vez esta ligado a las posibilidades de intercepción y transformación de la energía lumínica. También, la estabilidad de la producción es una cualidad esencial, sobre todo cuando el maíz es destinado a la producción de silaje, ya que parte de su área de siembra (Frecuentemente en establecimientos instalados en las cercanías de los núcleos urbanos) no coincide con los ambientes agronómicos mas adecuados para expresar su máximo potencial. Como consecuencia, en condiciones no óptimas se obtienen rendimientos muy bajos y antieconómicos. Esta situación determina que la elección de híbridos debe tener muy en cuenta los criterios de interacción genotipo × ambiente (G×E) y de estabilidad-adaptabilidad.
  • Los investigadores coinciden en la importancia de obtener variedades estables de alto rendimiento, pero no existe total acuerdo en la definición del concepto de estabilidad ni en el empleo de los métodos estadísticos más adecuados para su estimación. La interacción G×E puede ser interpretada, en parte como resultado de una respuesta diferencial a diversos efectos ambientales adversos, tales como sequía, salinidad, enfermedades, etc.; consecuentemente la mejora para resistencia se traduciría en un aumento de la estabilidad. Pero, generalmente sólo una pequeña parte de la interacción G×E puede ser atribuida a determinantes ambientales conocidos; la mayor parte es justamente una cantidad inexplicable en los análisis estadísticos (ANVA) de los ensayos, a la que se conoce con el término de “Error experimental”. Cuando se estudian estas variaciones en rendimiento se utiliza el concepto de estabilidad fenotípica para referirse a las fluctuaciones de la expresión fenotípica de determinada variable en estudio, mientras que el genotipo permanece constante. Lamentablemente, los términos de estabilidad fenotípica, rendimiento estable y adaptación se interpretan de muy diversas formas. Es frecuente que cada investigador tenga una interpretación diferente sobre estos conceptos. En general, se prefiere el término adaptación dentro del contexto de una variación regional y se reserva el término estabilidad cuando se hace referencia al estudio del comportamiento varietal dentro de un sitio durante varios años.

Fuente

  • Centro de Información pecuario (Ciudad de la Habana (1991)
  • Manual de Agro-red para la ganadería tomo II
* http://inta.gob.ar/noticias/silaje-de-maiz-y-sorgo-apuntar-a-la-calidad