Diferencia entre revisiones de «Staphylococcus en animales»

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*[http://eprints.ucm.es/6294/1/Cap._12,_p._98-101.pdf Medicina Veterinaria]  
 
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*[http://www.librosaulamagna.com/libro/MANUAL-DE-MICROBIOLOGIA-VETERINARIA/476059/302 Manual de Microbiología Veterinaria]
 
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Revisión del 10:12 26 sep 2017

Staphylococcus en animales (Microbiología veterinaria)
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Staphylococcusaureus.jpg

El Staphylococcus es responsable de más del 80 % de las enfermedades supurales que padecen el hombre y los animales provocan procesos supurativos en la piel, e invaden cualquier parte del individuo donde puede causar infecciones severas, sobre todo si existe un debilitamiento general del huésped.

Generalidades

El nombre estafilococo se deriva del griego, donde Staphyle, significa racimo y Kokkos, grano, este término fue introducido por los primeros investigadores para caracterizar el germen localizado en el pus. Este fue reportado por Ogston 1881, quien los aisló en el pus, y Rosembach 1884 lo cultivó.

En Cuba Staphylococcus aureus se aisla con frecuencia en las plantas de incuba­ción, según datos del LIDA (Laboratorio de Investigación y Diagnóstico Aviar), donde se ha aislado como un fuerte contaminante en las nacedoras sobre todo en embriones y pollitos de un día de nacidos.

También se han aislado otros estafilococos, como son Staphylococcus albus y Staphylococcus epidermidis, quienes en ocasiones pueden concomitar con Staphylo­coccus aureus. Estas especies han sido localizadas y aisladas en abscesos plántales, articulaciones, oídos y en dermatitis de las aves. Estas especies tienden a ser no invasoras, no hemolíticas, coagulosa negativas y no fermentan el manitol, a diferencia de Staphylococcus aureus.

La infección estafilocócica se caracteriza por forúnculos u otro absceso localizado que puede aparecer necrótico y dar lugar a un proceso supurativo. Los microorganis­mos pueden propagarse por los vasos linfáticos y el torrente circulatorio a otras partes del cuerpo.

En controles efectuados durante 3 años consecutivos en plantas de incubación de la ENAH (Empresa Nacional de Avicultura de La Habana), en empresas genéticas y de pie de cría, así como el plan oca, fue comprobada la presencia de Staphylococcus aureus en las incubadoras, hacedoras y otros equipos muestreados.

La producción de pollitos sanos depende del buen manejo de los reproductores, de la calidad del huevo, y de la higienización en plantas de incubación, así como el control de los gérmenes durante el proceso de incubado. Hay que tener en cuenta que son pocas las excepciones donde todas las manifestaciones estafilocócicas en las aves domésticas estén causadas por este microbio.

Difusión en el ambiente y transmisión

El estafilococo está difundido por todo el mundo, y forma parte de la flora bacte­riana normal y de la piel y mucosa del hombre y de otros animales. Se localiza frecuentemente en las partes altas del tracto respiratorio del hombre, se encuentran también en muchos productos de origen animal, como leche, carne y otros. Este agente infeccioso se trasmite mediante las relaciones entre individuos enfer­mos y sanos (ya sea por contacto directo o indirecto), además, se utilizan otras vías horizontales, por ejemplo, la ingestión de alimentos (carne, leche y otros) contamina­dos.

Morfología y fisiología

La especie Staphylococcus aureus presenta un organismo típico esférico coco inmóvil, el cual mide de 0.8-1 mm de diámetro, y está formado por racimos irregula­res de células. Cuando se hacen preparaciones de pus se pueden observar los cocos solos, en pares, en racimos o en cadenas cortas. Algunas cepas forman cápsula, las cuales en este caso incrementa la virulencia de este germen que no tiene esporas. Esta especie es grampositivo, pero al envejecer el cultivo puede ser gramnegativo. Es un microbio anaerobio facultativo, pero para la obtención de un crecimiento abundante se cultiva en condiciones aerobias. Se desarrollan en un amplio espectro de temperatura que va desde 6,5-46 °C.

La estirpe Staphylococcus áureas requiere una temperatura óptima de 30-37 °C, un pH óptimo de 7,0-7,5, pero el espectro varía de 4,2 a 9,3. Los gérmenes estafilococos para su crecimiento necesitan algunos aminoácidos en un medio nutritivo, así como ciertas vitaminas.

Para aislarlos resulta más efectivo emplear el agar sangre de carnero; el crecimiento en este medio se manifiesta en colonias individuales, lisas, circulares y brillantes, cuyo tamaño varía de 1-4 mm, y muestran pigmentos de color dorado o amarillo; mientras que otras especies se pre­sentan con colores blanco o naranja. Los estafilococos fermentan los carbohidratos y originan gas entre otras sustan­cias. Se aíslan en cultivos puros mediante siembras directas a partir de procesos supurados, previa higienización de la parte externa y obtención del material con un asa de siembra estéril.

Tipificación serológica

Unas de las principales características para diferenciar Staphylococcus áureas de otros miembros del género están basadas por su confiabilidad en la prueba coagulosa, donde a través de una enzima el germen es capaz de provocar la coagulación de la sangre de carnero desfibrinada, a través de la formación de coagulosa. Otra carac­terística que permite su identificación es la producción de nucleosa, en la tipificación se emplean fagos (bacteriófagos específicos), ya que muchas cepas son lisongénicas, es decir, transportan fagos a los cuales son inmunes. Cada cepa de Staphylococcus áureas es sensible o susceptible a un fago diferente, por esta razón es útil este método para la identificación de las capas.

Estructura antígena

En su estructura antigénica los estafilococos contienen tantos polisacáridos como proteínas antigénicas que permiten agruparlos. La mayoría de las sustancias extracelulares producidas por estos microbios son antigénicas, y constituyen toxinas, como por ejemplo:

  • Dermonecrotoxina o exotoxina. Es una sustancia termolábil, letal en algunos casos, y que provoca necrosis cutánea en los animales.
  • Leucocidina. Es una sustancia soluble que mata a los leucocitos de diversas especies de animales; es patógena, antigénica y más termolábil que la anterior.
  • Enterotoxina. Es una sustancia soluble producida por algunas cepas de estafi­lococos; es antigénica y termosestable, por lo que resiste la ebullición hasta 30 min. Además, constituye la causa más importante de envenenamiento por ali­mentos, sobre todo cuando algunas cepas se desarrollan en alimentos que conten­gan carbohidratos, por ejemplo, panetelas con cremas y otros. Al ingerir alimentos contaminados se producen vómitos y diarreas así como otros trastornos entéricos fundamentalmente en el hombre.
  • Coagulasa. Es una sustancia proteica que se comporta como una enzima y que coagula el plasma oxalatado o citratado en presencia de un factor de coagulación contenido en muchos sueros. Dicha sustancia es producida por estafilococos pató­genos al hombre y a otros animales, que pueden elaborar otras toxinas y enzimas que los caracterizan, por ejemplo, la estafiloquinosa, hialuronidasa y otros.

El Staphylococcus aureus afecta en general a los animales (aves, caballos, cerdos, cabras, vacas y otros) y al humano, provocando infecciones supurativas. Este agente infeccioso se aloja en distintos tejidos del cuerpo, pero en los animales se localiza, fundamentalmente, en el tracto entérico, donde provoca intoxicaciones debido a la ingestión de toxinas estafilocócicas presentes en algunos alimentos.

Resistencia

Los estafilococos son los más resistentes de los cocos, ya que soportan 60 °C de temperatura durante 30 min; algunos especímenes pueden soportar hasta 80 °C. Ade­más, los gérmenes no esporulados son más invulnerables a los desinfectantes como el fenol a diferentes concentraciones, por ejemplo, formol al 10 % durante 10 min. Resisten la desecación y continúan vivos durante 6 meses o más. La violeta gen­ciana los mata en un tiempo de 5-10 min en diluciones de 1/25 000.

Los estafilococos patógenos son inhibidos por el sulfatiazol, la penicilina y otros antibióticos, aunque también se encuentran cepas resistentes a la penicilina de forma natural o adquirida por contacto con el fármaco.

Órganos que afectan y patologías provocadas

Estos gérmenes tienen predilección por las articulaciones de las extremidades, por lo que provocan la llamada cojera estafilocócica; ejemplo de Staphylococcus que ocasionan dicha enfermedad se pueden citar a Staphylococcus aureus y Staphylococcus pyogenes.

También pueden dar lugar a procesos septicémicos y causar un alto índice de mortalidad, hasta de 60-70 %. Durante el padecimiento de enfermedades estafilocócicas de tipo septicémicas se afectan la cavidad peritonial y el pericardio, donde se encuentra un exudado seroso; además, el hígado y el bazo se muestran tumefactos, asociado esto a una enteritis grave y en las articulaciones se aprecia un aumento del líquido sinovial.

Diagnóstico

Se diagnostica en el laboratorio en dependencia de la localización del proceso, a partir de exudados superficiales recogidos con hisopos, ejemplo de estos son: el pus, la sangre, el esputo o el líquido cefalorraquídeo todo para realizar cultivo.

Para cultivar los estafilococos se hacen siembras de los productos patológicos en placas de petri, estos al ser incubados durante 18 h a 37 °C permiten ver en el agar, las colonias típicas, pero la hemólisis y la producción de pigmentos no se aprecian hasta varios días más tarde de incubado a temperatura ambiente.

Clasificación de la familia Enterobacteriaceae de acuerdo con Manual of Determinative Bacteriology, Bergey's 8va. Edición (1974).

Familia: Enterobacteriaceae

Grupo I: Escherichiae

 Género I                     Escherichia
 Género II                    Edwarsiella
 Género III                   Citrobacter
 Género IV                    Salmonella
 Género V                     Shigella

Grupo II: Klebsielleae

 Género VI                    Klebsiella
 Género Vil                   Enterobacter
 Género VIII                  Hafnia
 Género IX                    Serrana

Grupo III: Proteeae

 Género X                     Proteus

Grupo IV: Yersinieae

 Género XI                    Yersinia

Grupo V: Eruinieae

 Género XII                   Erwinia

La familia ha sido profundamente estudiada durante estos últimos años, en cuanto a los aspectos genético y epizootiológico. Gran parte de la información actual en la genética bacteriana proviene de los estudios realizados con Enterobacteriaceae.

Se conoce la posibilidad de la transferencia del material genético a través de diversos mecanismos biológicos lo que tiene gran importancia en la resistencia a los antibióticos y otras sustancias bactericidas y en la formación de híbridos con propie­dades bioquímicas y/o estructurales alteradas que se producen en condiciones natu­rales y que dificultan ocasionalmente el diagnóstico de una especie en particular.

En condiciones naturales por no ser esporógenas los bacilos entéricos son des­truidos con relativa facilidad por el calor y bajas concentraciones de desinfectantes comunes. El fenol, el formaldehído y los compuestos alogenados como el cloro son bactericidas para la familia Enterobacteriaceae. Son sensibles a la desecación, pero sobreviven largos períodos cuando se les proporcionan humedad adecuada, toleran el frío durante largos períodos, por lo cual pueden ser aislados de la nieve y del hielo en el decurso de varios meses.

En ciertas especies de enterobacterias las características antigénicas son impor­tantes para su clasificación e importancia epizootiológica. Los principales compo­nentes antigénicos de la célula bacteriana son útiles en la tipificación serológica. Se consideran tres tipos de antígenos: antígeno K o capsular, antígeno O o so­mático y antígeno H o P flagelar. Los antígenos K o capsulares son polisacáridos, los flagelares o H son de estructura proteica y los antígenos somáticos son lipopolisacáridos de la pared celular.

Fuente

  • Colectivo de autores, Microbiología Veterinaria, Ed. Pueblo y Educación, Ave. 3ra A. No. 4605, entre 46 y 60, playa, Ciudad de La Habana 1992.
  • Beer, Joachim: Enfermedades víricas infecciosas de los animales domésticos. Enfermedades producidas por bacterias y hongos e intoxicaciones, Ed. Acribia, t. II, Zaragoza, 1981.
  • Carter, G. R.: Diagnostic Procedures in veterinary bacteriology and mycology, Ed. Thomas, 3ra. Ed., Michigan, 1979.

Enlaces externos