Teatro Baroja

Teatro Baroja
Información sobre la plantilla
Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
TeatroBaroja.JPG
Símbolo de la arquitectura en Fomento
Fundación:1926
Tipo de unidad:Educativa
País:Bandera de Cuba Cuba
Dirección:Fomento, Sancti Spíritus, Bandera de Cuba Cuba

Teatro Baroja institución representativa de la arquitectura fomentense, situado en el municipio de Fomento en la región central de la Isla de Cuba que alberga en la actualidad la biblioteca municipal de dicho poblado.

Resumen

La cultura, resultado de la actividad humana, constituye medida del desarrollo del hombre e implica la comprensión de los valores y de la identidad como expresiones y componentes de la ideología. Es necesario formar a los hombres que, viviendo en el primer siglo del 3er milenio, tienen que enfrentar los resultados del desarrollo científico y tecnológico y al mismo tiempo, los graves males que se derivan del hegemonismo y el uso de la fuerza. Por tanto, deben luchar por la paz, por la cultura, por la defensa de todo lo valioso creada por el ser humano, por la propia existencia como naciones a partir de sus tradiciones. La cultura es también acumulación, tradición, herencia...y deviene un proceso de producción de significados en el contexto de relaciones humanas en las que le educación es vital. En Cuba, este principio consolida las conquistas logradas de independencia y defensa de la tradición nacional así como el desarrollo humano en términos de cultura general integral como demandan las condiciones actuales de desarrollo social.

Orígen

Debe su nombre en recordación y honor a la madre del dueño del teatro llamado: Matías Fernández Baroja, ciudadano español. Cuando Matías llega a Cuba por primera vez se instala en el municipio de Placetas, comienza a trabajar como talabartero y zapatero, no encontrando resultado alguno de progreso en esas actividades. Se traslada a Fomento, comenzando a desempeñar esos oficios en el local que hoy en día ocupaba la tienda de ropas: La bota de Oro, sitio en la calle Céspedes #75. Al ver la prosperidad del negocio, les escribe a dos hermanos a España para que vengan y aceptando la proposición viene Jesús y Sebastián comenzando a trabajar con Matías. Conoce su primera esposa, muchacha nacida y criada en este pueblo, conocida cariñosamente por Pilla, con la cual tuvo tres hijos, dos hembras y un varón. Al pasar algún tiempo la señora se enferma de tuberculosis, marcha Matías con ella e hijos a España. Pasado un año es esa ciudad regresa, Pilla muere casi a la llegada al pueblo de Fomento. Cuando esto sucede, Matías Fernández, se dedica inmediatamente a hacer los trámites de reclamación de la herencia de su esposa.

Tomando ese legado en dinero, comienza a invertir en la construcción del teatro a mediados del año 1919. Contrata a un albañil y un arquitecto del pueblo, la obra fue realizada con elementos del estilo neoclásico español, pues su edificación se hizo de la manera siguiente: Edificio de mampostería, frente de acera triple en forma de escalones, portal: columna redondas de orden corintio, en el interior las columnas son de orden jónico en el primer nivel y de orden jónico en el segundo nivel, con arcos interiores, carpintería (persianería) de estilo francés en el interior de los vanos, el balaustrado.

Historia

Es prudente recordar que el período neoclásico floreció en el siglo XVIII pero los españoles lo adoraron, se enamoraron de este tipo de construcciones majestuosas y lo continuaron aplicando en los siglos venideros, Cuba como colonia de España importó todo cuanto pudieron traer los que venían en busca de fama y fortuna al Caribe.

En el municipio de Fomento fue en el TEATRO BAROJA, edificación emblemática que por sus valores arquitectónicos, se asocia a gran cantidad de acontecimientos en la historia de la localidad. Escenario de huelgas, mítines, luchas, en sus portales vio nacer por voluntad popular el municipio, constituido de facto en Asamblea Magna, escenario de encarnizados combates entre el Ejército Rebelde y Fuerzas de la Dictadura que lo convirtieron en una fortaleza en el vano intento de resistir la ofensiva revolucionaria, sede del cuartel de las Milicias Nacionales Revolucionarias en la localidad, acoge hoy en su seno a una de las instituciones básicas del municipio: La Biblioteca Pública Rolando Hernández Lemus.

Este patrimonio está constituido por una obra paradigmática de la cultura popular. Que esta emplazado en el ámbito urbano. Para su rescate debemos desentrañar su forma, sus usos, sus significados, sus elementos constitutivos, lo que representan para la comunidad que los alberga. Sin esta comunidad, que los aliente y los entienda en la cotidianeidad de la vida, resultarían testigos opacos, silenciosos y lejanos, de una historia sin realización. Entendiendo que cada pueblo posee derechos sobre su propia cultura, para con su patrimonio; es un deber para el ciudadano como para Estado, velar por su conservación y puesta en valor. Contribuir a la preservación de esta fortuna cultural del municipio, para darlo a conocer a través de la interpretación del patrimonio es el objetivo que se propone en este trabajo. Para ello se utilizó los siguientes métodos: entrevistas y revisión de de documentos.

El Teatro Baroja es un edificio distintivo de la arquitectura local que vio desfilar por sus salas desde talentos locales hasta grandes personalidades del arte, fue el termómetro a través de todas las épocas, sirvió de arenga a trabajadores en reclamo de mejores condiciones de vida y de trabajo, testigo del combate por la definitiva liberación, transmitir este conocimiento a las nuevas y venideras generaciones ayudará a conservar la memoria histórica y por ende la identidad del territorio.

En su interior la edificación contaba con un vestíbulo usado para exhibir en las paredes la cartelera habitual, una taquilla movible para vender las entradas al mismo, una puerta cubierta con una cortina que daba acceso a la sala-teatro, un pasadizo a la izquierda y otro a la derecha que conducía a los palcos, como también una escalera en ese mismo lateral que transfería a la cabina y las tertulias, una travesía central que daba a las lunetas conjuntamente con los pasillos laterales. Contaba con veinte seis palcos, cien tertulias y ochocientas lunetas, al fondo una pantalla grande, un escenario con piso de madera, a ambos lados los camerinos para hombre y mujeres, sus servicios sanitarios tanto para los artistas como para la población. Entre las lunetas se hallaba un foso, esa parte era utilizada por orquestas y bandas que acompañaban distintas actividades que fueran amenizadas con música, así como el piano, que siempre estuvo frente al público.

Inauguración

En 1926 se inaugura el Teatro Baroja. El edificio, tenía una segunda planta construida con oficinas que cumplieron las funciones siguientes: una parte para la oficina del teatro y la otra para los afiliados a la Asociación de Canarios en La Habana. Estos locales posteriormente fueron adaptados a casa de familia, y la utilizó de vivienda el dueño del centro Fernández Baroja y su estirpe, donde estuvieron hasta la hora de su partida, hicieron una gran fortuna, luego marcharon hacia España con la idea de regresar, no siendo posible por enfermarse y sorprenderlo la muerte, quedándose al frente del teatro el empresario en esos momentos nombrado: José Alejandro González, conocido por Fiquín.

La edificación del Teatro Baroja fue modernizada unos años después de su construcción en su interior, convierten la mitad del vestíbulo en una cafetería donde expedían a la población bebida, licores, refrescos, confituras, etc.; dejando la taquilla de la otra parte.

La propaganda del cine fue muy amplia, se divulgaban las películas de la semana por mediación de fotografías, principalmente las de estreno, lo exponían en murales que tenían puesto en las paredes del vestíbulo, además una cartelera donde aparecían editadas la programación diaria, se extendía al pueblo por mediación de unos esquemas editados en la Imprenta Brunet que existía en este municipio, donde aparecía en el programa de las películas de la semana y sus intérpretes, estos eran repartidos por todas las casas, bodegas, tiendas de ropa, farmacias, en fin por todos los establecimientos del pueblo. Se hacía por mediación de un mensajero contratado por Fernández Baroja, quién daba unos míseros kilos por cumplir esta función.

Este teatro cumplió una función social y cultural muy estimulante, amena y educacional, que fue disfrute del pueblo. Además de las funciones de cine actuaron compañías teatrales cubanas y de otros países como Argentina, México, España, contó también con la presencia de cantantes de fama nacional e internacional.

Aunque Matías Fernández, no le gustaba la política por ser un gran comerciante interesado por el dinero única y exclusivamente, en ocasiones alquilaba el Teatro para dar conferencias como fueron por citar algunas: la expuesta por Wilfredo Velásquez, comunista, hijo de este pueblo (ya fallecido), que en su momento viajó a la Unión Soviética y al regreso expuso una conferencia relacionada con la vida de los obreros y campesinos en dicho país. Otra fue leída por Gaspar Jorge García Galló que se tituló Porqué hay guerras en el mundo. En el año 1939, Blas Roca, impartió una sobre el programa del Partido. También, en ese mismo año se hizo la Constitución del Partido Unión Revolucionaria, en dicho teatro. Además se dieron actos de secciones Sindicales de Tabacaleros y Azucareros, el pueblo de Fomento tuvo una buena participación.

El 11 de diciembre de 1958, fue expuesta la última película en el Teatro Baroja, en esos momentos Fomento se encontraba en una verdadera euforia revolucionaria por la cercanía de las tropas comandadas por el Che. El Teatro fue uno de los lugares donde estratégicamente los guardias rurales instalaron una especie de punto de resistencia y aseguramiento, el cuartel se encontraba a tres cuadras y medias del mismo, el día 16 la Columna No. 8 Ciro Redondo hizo su entrada al municipio, ocupando varias posiciones en lugares de importancia estratégica: el Centro Telefónico, la Estación de Radio, El Hotel Florida, los alrededores de el Cuartel de la Tiranía y el Teatro Baroja. A las 5 de la madrugada dio inicio el combate de forma simultánea en todo el poblado y a las 3 PM se habían rendido los defensores de la Compañía Telefónica, una hora después se rinden los soldados de la tiranía que se encontraban en la Estación de radio y el Hotel. Las tropas rebeldes que ya habían rendido sus respectivos objetivos, procedieron a reforzar a los compañeros en el Teatro Baroja, donde el enemigo ofrecía enconada resistencia. La aviación ametrallaba y en la noche del 17 los atacantes decidieron incendiar el edificio, cuyos defensores depusieron las armas al día siguiente. Algunos soldados lograron escapar y refugiarse en el cuartel, único foco de resistencia que quedaba en estos momentos. Esta situación o choque producido por el encuentro de las tropas Rebeldes y el ejército de Batista dio motivo a que se incendiara completamente lo que fuera la Sala de Teatro, provocando la pérdida del inmueble, que queda abandonado y en las ruinas luego de la liberación del municipio.

La Revolución se hace fuerte a medida que van pasando los años, esto favorece las posibilidades de crear con más condiciones lo que necesita el pueblo para su desarrollo cultural. En 1964, se instaló en la planta baja una Biblioteca Escolar, que no solo hacía esta función, sino que servía a toda la población. Más tarde la misma se distribuye entre las diferentes escuelas del municipio y pasa a ocupar este local el INDER, practicándose en este diferentes disciplinas deportivas como Tenis de Mesa, Judo, Lucha Libre, Pesas, etc. En la planta alta se instalaron oficinas pertenecientes al Registro Pecuario.

En 1983 un arquitecto de la provincia Cuidad de La Habana nos visitó con el objetivo de hacer un proyecto de restauración del Teatro. Pasado algún tiempo se daban los primeros pasos para la reconstrucción, se limpió de escombros la parte del fondo donde se encontraba la Sala-Teatro. Este proceso de restauración quedó paralizado por razones objetivas, entre ellas la realización de un nuevo plan al ser analizadas diferentes variantes constructivas, y se llegó a la conclusión de la construcción de un Complejo Cultural dadas las posibilidades de expresión artística en sus locales lo que beneficia el trabajo cultural aunque se pierde notablemente su valor constructivo donde refleja toda una época y un acontecimiento histórico confortante que se debe conservar. Pero aún el INDER mantenía sus instalaciones aquí. Al finalizar la década del 80, por las características constructivas y la posición del local se le asigna el inmueble a la Dirección Municipal de Cultura para el desarrollo y la promoción cultural. Desde el año 1990, este edificio es sede de la Biblioteca Pública Rolando Hernández Lemus, la cual se dedica a promover y difundir su acervo documental.

Referencias

Pérez Colina, B. (1996) Historia Local. Inédito