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La excitación es una reacción biológica móvil que tiene un carácter impulsivo u ondulatorio, limitado en el espacio y el tiempo, que no permanece en el lugar donde surge, sino que se propaga por la estructura celular, por lo que se conoce como impulso u onda de excitación. Constituye el componente inicial obligado del estado de actividad de cualquier estructura excitable, y es la conductividad o conductibilidad la capacidad de las estructuras (fibras nerviosas) de propagar la excitación (impulso nervioso). Esta especialización en las células nerviosas o neuronas, pero también está presente, aunque en menor grado, en las [[Células|células]] de los otros tejidos excitables, como la fibra muscular.  
 
La excitación es una reacción biológica móvil que tiene un carácter impulsivo u ondulatorio, limitado en el espacio y el tiempo, que no permanece en el lugar donde surge, sino que se propaga por la estructura celular, por lo que se conoce como impulso u onda de excitación. Constituye el componente inicial obligado del estado de actividad de cualquier estructura excitable, y es la conductividad o conductibilidad la capacidad de las estructuras (fibras nerviosas) de propagar la excitación (impulso nervioso). Esta especialización en las células nerviosas o neuronas, pero también está presente, aunque en menor grado, en las [[Células|células]] de los otros tejidos excitables, como la fibra muscular.  
  
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Revisión del 13:02 22 abr 2017

Tejido nervioso
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Concepto:Uno de los cuatro tejidos básicos del organismo. Esta formado por dos tipos de elementos celulares, representa el componente fundamental de las estructuras y órganos que forman el sistema nervioso.
Tejido nervioso. Es uno de los cuatro tejidos básicos del organismo, esta formado por dos tipos de elementos celulares, representa el componente fundamental de las estructuras y órganos que forman el sistema nervioso.

Características generales del tejido nervioso

El tejido nervioso es uno de los 4 tejidos básicos del organismo, se caracteriza porque se origina del ectodermo y está constituido por células que han alcanzado un alto grado de diferenciación estructural, cuyas propiedades fisiológicas fundamentales son la excitabilidad y la conductividad y está especializado en el mecanismo de regulación orgánica. Actúa como un sistema integrador de todas las funciones del organismo y facilita su adaptación a las condiciones ambientales.

El tejido nervioso está formado esencialmente por 2 tipos de elementos celulares, las neuronas y las neuróglicas. Las neuronas o células nerviosas constituyen la unidad estructural y funcional de este tejido, tienen una forma ramificada y están compuestas por un cuerpo y prolongaciones neurocelulares; mientras que las neuróglicas comprenden varias células gliales que también tienen forma ramificada, y realizan diversas funciones, entre las que se destaca la de sostén de este tejido.

El tejido nervioso representa el componente fundamental de la estructura y órganos que forman el sistema nervioso, en el que se describan 2 partes, central (médula espinal y encéfalo) y periférica (nerviosos, ganglios y terminaciones nerviosas). Este sistema cuenta además con tejido conectivo que le proporciona sus envolturas y forman las vainas de las fibras nerviosas periféricas, la cápsula de los ganglios nerviosos y las membranas meníngeas, protectoras de la médula espinal y del encéfalo.

Variedad
Uno de los 4 tejidos básicos
Especialidad
En la mecánica de la regulación orgánica
Propiedad
Excitabilidad y conductividad
Célula
Neurona
Medio de sostén
Neuróglica
Origen
Del ectodermo
Organización
Agrupación de cuerpos y prolongaciones neurocelulares

Neuronas del tejido nervioso

La célula nerviosa, neurocito o neurona, es la unidad morfofuncional del tejido nervioso, altamente especializada, cuyas propiedades fisiológicas fundamentales son la excitabilidad y la conductividad.

La neurona está formada por el cuerpo neurocelular y las prolongaciones neurocelulares. Estas últimas se dividen en 2 tipos, las dendritas que son numerosas, cortas y ramificadas y el axón es celulífugo, según conduzcan el impulso nervioso hacia o desde el cuerpo neurocelular, respectivamente.

Las neuronas se encuentran ampliamente distribuidas en el sistema nervioso. Los cuerpos neurocelulares se agrupan y forman los ganglios en el sistema nervioso periférico y los núcleos en el sistema nervioso central. Estos últimos se organizan y adoptan distintas formas (acúmulos en el interior de las porciones que componen el encéfalo, columnas en el interior de la médula espinal y en capas, que constituyen la corteza de determinadas porciones como el cerebro y el cerebelo). Estas agrupaciones de los cuerpos neurocelulares en el sistema nervioso central (núcleos y corteza), le proporcionan un color gris a la sustancia nerviosa en estado fresco y es donde radican los centros nerviosos, encargados de procesar la información. Los axones rodeados por sus envolturas forman las fibras nerviosas, las que al agruparse en el sistema nervioso periférico constituyen los nervios, y en el sistema nervioso central los tactos y fascículos y le proporcionan un color blanco a la sustancia nerviosa en estado fresco, por donde realiza la conducción del impulso nervioso.

En general, las neuronas tiene un tamaño promedio de 35 a 40 micrones y presentan una forma ramificada. Sin embargo, estas células son muy variables en cuanto al tamaño y forma, en dependencia de sus funciones específicas.

El tamaño de las neuronas varía entre límites muy amplios (5 a 150 micrones), por lo que se pueden clasificar en 4 tipos: pequeñas, medianas, grandes y gigantes.

La forma de las neuronas es variable por causa del número y la disposición de sus prolongaciones, por lo que se pueden clasificar en distintos tipos: unipolares (globulares), bipolares (alargadas y fusiformes) y multipolares (estrelladas y piramidales); estas últimas son las más abundantes en el organismo humano. También se describen las llamadas neuronas “seudounipolares” (de los ganglios nerviosos espinales), porque originalmente son de tipo bipolar, pero luego las 2 prolongaciones convergen y se fusionan, esto da la impresión de que es una prolongación que se bifurca en forma de T. La prolongación periférica de esta neurona tiene la característica estructural de un axón, sin embargo, tiene la función de una dendrita (celulípeta).

Las neuronas multipolares se clasifican de acuerdo con la longitud de su axón en 2 tipos, las de axón largo o Golgi I y las de axón corto o Golgi II.

Desde el punto de vista funcional, las neuronas se clasifican en sensoriales, motoras y de asociación. Las neuronas sensoriales o aferentes conducen el impulso nervioso desde los relectores hacia los centros nerviosos. Las neuronas motoras o eferentes conducen el impulso nervioso desde los centros nerviosos hacia los órganos efectores (generalmente músculos y glándulas). Las neuronas de asociación o intercalares, también conocidas como interneuronas, establecen enlaces entre las neuronas aferentes y eferentes que se encuentran en el sistema nervioso central.

Cuerpo neurocelular

El cuerpo neurocelular o soma de la neurona está constituido, como toda célula, por el citoplasma que rodea el núcleo y está limitado por la membrana celular o plasmática.

El núcleo de la neurona es generalmente grande, esférico y central, con cromatina escasa y un nucleolo voluminoso, sus funciones fundamentales son la determinación genética y la regulación de la síntesis de proteínas.

El citoplasma o pericarion (peri, alrededor, cario, núcleo), contiene los organitos citoplasmáticos comunes en todas las células, entre las que se destacan la sustancia cromófila y las neurofibrillas.
La membrana plasmática se extiende hacia las prolongaciones neurocelulares y se caracteriza porque, además de realizar las funciones propias que tiene en cualquier célula, desempeñan un papel importante en el origen y la conducción del impulso nervioso.
La sustancia cromófila (sustancia de Nissl o cuerpo tigroide) es un material basófilo, compuesto de ribosomas y retículo endoplásmico rugoso, que está relacionado con la síntesis de proteínas de la neurona. Las neurofibrillas son realmente las imágenes que se observan, al miscroscopio óptico, del agrupamiento de los neurofilamentos y los neurotúbulos después de la fijación y tinción con sales de plata del pericarion; estos forman parte del citoesqueleto neuronal y colaboran en el transporte de sustancias.

En el cuerpo neurocelular también se encuentra el aparato reticular interno o complejo de Golgi bien desarrollado, cuya función principal es la secreción de proteínas e interviene en la formación de glucoproteínas, glucolípidos y lisosomas primarios. Además posee mitocondrias que realizan la función de respiración celular, producen compuestos ricos en energía (ATP), que es utilizada en los procesos metabólicos de la célula. Entre las inclusiones citoplasmáticas se pueden observar los pigmentos amarillos de lipofucsina, relacionada con el proceso de envejecimiento, y los pigmentos oscuros de melanina, localizados en determinadas regiones (sustancia negra del mesencéfalo).

Ya se explicó anteriormente como los cuerpos neurocelulares se agrupan y forman los ganglios en el sistema nervioso periférico y la sustancia gris en el sistema nervioso central (núcleo y corteza de algunas porciones)

Prolongaciones neurocelulares

Las prolongaciones neurocelulares (dendritas y axón) constituyen una característica morfológica importante de las células nerviosas o neuronas, que les permite conducir el impulso nervioso rápidamente y a gran distancia y además les proporciona mayor área de superficie para realizar el contacto con otras neuronas.

Las dendritas o prolongaciones protoplasmáticas son por lo general, numerosas, cortas y ramificadas, parecidas a las ramas de un árbol (del griego dendrón, árbol), que conducen el impulso nervioso hacia el cuerpo neurocelular (celulípetas). También se caracterizan porque tienen un diámetro decreciente y el contorno es irregular, presentan en su superficie las llamadas espinas dendríticas, que son puntos de contactos con otras neuronas (sinapsi). La dendritas son también conocidas como prolongaciones protoplasmáticas porque contienen los mismos elementos que el cuerpo neurocelular y por su extención tan corta se localizan en los lugares donde estas últimas se agrupan (ganglios SNP y sustancia gris del SNC).

El axón, neurita o cilindroeje es una prolongación neurocelular generalmente única y alargada, que conduce el impulso nervioso proveniente del cuerpo neurocelular (celulífuga). También se caracteriza porque su diámetro es más delgado y uniforme, de contorno liso. El axón se inicia en el cono axónico, presenta en su trayecto algunas ramas colaterales y en su terminación se ramifica y forma el telodendrón, que es la zona de contacto con otras neuronas (sinopsis). El axón contiene los mismos elementos que el cuerpo neurocelular, principalmente neurofibrillas (neurofilamentos y neurotúbulos), pero carece de sustancia cromófila y está envuelto en una vaina (de mielina y célula gliales). El axón con su envoltura constituye la fibra nerviosa, que al agruparse forma los nervios en el SNP y la sustancia blanca en el SNC (tractos y fascículos).

Neuroglia

La neuroglia (del griego neurón, nervio y glia, pegamento) formado por un conjunto de células gliales o gliocitos, que ocupan los intersticios existentes entre las neuronas y representan los otros tipos de células que componen el tejido nervioso, y constituyen sus elementos de sostén. Además, realiza funciones de aislante, nutrición, secreción y defensa de este tejido.

Las células gliales o gliocitos difieren por su tamaño y forma, pero en general, se caracterizan porque son muy numerosas (en proporción de 10 a 1 en relación con la neurona), presentan prolongaciones y ramificaciones y la mayoría se originan del ectodermo.

De acuerdo con su localización en el sistema nervioso, los gliocitos se clasifican en centrales, que se encuentran en el sistema nervioso central (microglias o astrositos, oligodendrocitos, ependimocitos y microglias) y periféricos, que hallan en el sistema nervioso periféricos formando parte de los nervios, ganglios y terminaciones nerviosas (neurolemocitos o células de Schwann, gliocitos ganglionares y gliocitos terminales).

La macroglias o astrositos son los gliocitos de mayor tamaño, que tienen un aspecto estrellado y sus prolongaciones se relacionan con las neuronas y los capilares sanguíneos que los rodean. Según su estructura se distinguen 2 tipos; los astrocitos protoplasmáticos localizados principalmente en la sustancia gris y los astrositos fibrosos en la sustancia blanca; sus funciones fundamentales son las de sostén, aislante y nutrición o trófica.

Las oligodendroglias u oligodendrocitos son los gliocitos más numerosos, pero son más pequeños que los astrositos y como su nombre indica poseen pocas prolongaciones y ramificaciones. Se encuentran principalmente en la sustancia blanca en íntima relación con el axón o cilindroeje, y forma parte de la fibra nerviosa en estas regiones. Tienen las mismas funciones que los astrositos, pero además , son mielinogénicos, pues forman la vaina de mielina que envuelve al axón.

Los ependimocitos forman el epéndimo, membrana epitelial simple cúbica o cilindrica que tapiza las cavidades del sistema nervioso central (canal central o ependimerio de la médula espinal y los ventrículos encefálicos).

Las microglias se caracterizan porque son los gliocitos más pequeños, que se originan del mesodermo y se encuentran principalmente en la sustancia gris, cerca de los vasos sanguíneos. Su función fundamental es de defensa de este tejido, pues tiene acción fagocítica, por lo que también se conocen como macrófagos gliales.

Los neurolemocitos (células de Schwann) son los gliocitos de los nervios, que representan en estos, a los oligodendrocitos del sistema nervioso central. Por lo tanto, tienen las mismas funciones, o sea, de sotén, aislante, nutrición y mielinogénica o formadora de mielina y se encuentran en íntima relación con el axón o cilindroeje, al que rodea formando la vaina de neurolema o neurilema (vaina de Schwann).

Los gliocitos que tienen una función mielinogénica o formadora de milenio (oligodendrocitos en el SNC y neurolemocitos en el SNP), adoptan una forma especial alrededor del axón, se enrollan en espiral sobre este, de manera que se distinguen 2 estratos de envoltura, el interno constituye la mielina y el externo contiene el citoplasma y núcleo de los gliocitos correspondientes, según la región del sistema nervioso de que se trate. Por lo tanto, la mielina está constituida por una serie de láminas formadas por la membrana plasmática de los gliocitos (oligodendrocitos y neurolemocitos) que se encuentran enrollados alrededor del axón o cilindroeje, esto puede ser visto en un corte transversal de una fibra nerviosa mielínica con neurolema.

Fibra nerviosa

En general, la fibra nerviosa o neurofibra es una estructura larga y delgada, compuesta por la prolongación neurocelular de una neurona llamada axón o cilindroeje, que tiene la función de conducir el impulso nervioso y está rodeada por envolturas formadas por la vaina de mielina y gliocitos (neurolemicitos en la fibra nerviosa periférica y oligodendrocitos en la fibra nerviosa central) que tienen la función de aislante, como el material que cubre los cables eléctricos. Sin embargo, las vainas que envuelven el axón o cilindroeje pueden variar o faltar en determinadas partes del sistema nervioso, por lo tanto, las fibras nerviosas se pueden clasificar en 4 tipos:

  1. Fibras nerviosas mielínicas con neurolema o vaina de Schwann (en la mayoría de los nervios craneales y espinales).
  2. Fibras nerviosas mielínicas sin neurolema , que es sustituida por una vaina discontinua de oligodendrocitos (en la sustancia blanca del sistema nervioso central, o sea, en la médula espinal y encéfalo).
  3. Fibras nerviosas amielínicas con neurolema, llamadas fibras grises (en el sistema nervioso autónomo simpático).
  4. Fibras nerviosas amielínicas sin neurolema (en la parte inicial y terminal de las fibras mielínicas).

En corte longitudinal de una fibra nerviosa mielínica con neurolema se observa el axón o cindroeje rodeados por sus envolturas (vaina de mielina y neurolemocitos), que en general tienen una forma alargada; pero llama la atención que la vaina de mielina no es continua, porque presenta una serie de estrangulaciones a intervalos bastantes regulares (de varios micrones), llamados nódulos de la neurofibras (de Ranvier), que constituyen la base morfológica de la teoría “saltatoria” en la conducción del impulso nervioso, esto explica la mayor velocidad de propagación en la fibra mielínica que en la amielínica. El tramo de fibra nerviosa comprendido entre 2 nódulos se denomina segmento internodular, cuyo neurolema está formado por una célula (neurolemocito); mientras que en la fibra nerviosa mielínica sin neurolema, a diferencia de la anterior, los neurolemocitos son sustituidos por los oligodendrocitos, que se disponen de manera que cada uno de ellos cubre varios segmentos internodulares, de varios axones.

Las fibras nerviosas periféricas se agrupan formando haces de fibras, que también se agrupan formando el nervio. Estas estructuras están rodeadas y unidas por vainas de tejido conectivo que se denominan endoneuro, perineuro y epineuro, respectivamente.

La lesión de una fibra nerviosa provoca modificaciones estructurales y funcionales de toda la neurona y sus envolturas, que pueden ser reversibles o irreversibles según el lugar donde ocurra la lesión (central o periférico) y el grado de alteración ocasionado. La sección de una fibra nerviosa produce cambios degenerativos en el cuerpo neurocelular de la neurona (cromatolisis o desaparición de la sustancia cromófila), así como en los tramos proximal y distal de la fibra nerviosa (degeneración retrógrada y walleriana, respectivamente). La regeneración de la neurona puede ocurrir pasado algún tiempo (semana o meses) después de la lesión en el sistema nervioso periférico y sobre todo si está alejada del cuerpo neurocelular, pero resulta más difícil en el sistema nervioso central y cercana al cuerpo neurocelular.

Propiedades fundamentales del tejido nervioso

El tejido nervioso se caracteriza por su especialización en las propiedades de excitabilidad y conductividad.
Todos los seres vivos están sometidos constantemente a cambios del medio externo e interno que provocan reacciones biológicas en el organismo, es decir, que están sometidos a estímulos o irritaciones, que pueden ser de naturaleza física, química o biológica, cuyo efecto en las estructuras orgánicas es la estimulación e irritación. Se denomina irritabilidad a la capacidad de estas estructuras a responder a los estímulos, lo que también determina su posibilidad de adaptación a las condiciones ambientales y puede manifestarse de distintas formas.

En los organismos de mayor desarrollo existen algunos tejidos altamente diferenciado, como los glandulares, musculares y nervioso, que al ser estimulados responden por una reacción determinada específica que se llama excitación, y producen efectos específicos en cada uno de ellos, o sea, la secreción, contracción y conducción del impulso nervioso, respectivamente; mientras que la excitabilidad es la capacidad de las estructuras diferenciadas de responder a una estimulación con la excitación, o sea, mediante una reacción determinada específica. Por lo tanto, la excitabilidad es una forma de irritabilidad. En general, los términos de irritabilidad y excitabilidad se usan indistintamente. Sin embargo, se acostumbra a utilizar el término de excitabilidad en un sentido más limitado, se aplica a los animales de organización superior que poseen tejidos especializados (glandular, muscular y nervioso), por lo que estos tejidos también se conocen como tejidos excitables.

La excitación es una reacción biológica móvil que tiene un carácter impulsivo u ondulatorio, limitado en el espacio y el tiempo, que no permanece en el lugar donde surge, sino que se propaga por la estructura celular, por lo que se conoce como impulso u onda de excitación. Constituye el componente inicial obligado del estado de actividad de cualquier estructura excitable, y es la conductividad o conductibilidad la capacidad de las estructuras (fibras nerviosas) de propagar la excitación (impulso nervioso). Esta especialización en las células nerviosas o neuronas, pero también está presente, aunque en menor grado, en las células de los otros tejidos excitables, como la fibra muscular.

Algunas informaciones que te pueden ser útiles

Fuente

  • Rosell Puig W; Dovale Borjas C; Álvarez Torres I. Morfología Humana. Editorial Ciencias Médicas. Pág 271.